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Full text of "Album patriótico [microform]"

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MASTER  NEGAtlVE  # 


COLUMBIA  UNIVERSITY  LIBRARIES 
PRESERVATION  DIVISION 

BIBLIOGRAPHIC  MICROFORM  TARGET 


ORIGINAL  MATERIAL  AS  RUiED  -  EXISTING  BIBLIOGRAPHIC  RECORD 


308 
Box  21 


San  Salvador,  A.  C. [Centro  América jj  álbum  pa- 
trl&tioo.  1916. 

266»  5  p.     llluB.,  platea»  porta.  24aii. 


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INTENTIONAL 


SECOND 


EXPOSURES  DUE  TO 


PHOTOGRAPHS 


/ 


■  i 


^1 


r 


ñlbum  Patriótico 


1915 


£lxcmo.  Sr.  cCon  Carlos  Meléncfez.  Presicíezite  da  la 
Rapúbüca  de  £U  Salvador. 


Vi 


Eterno.  Sr.  don  Carlos  Meléndez,  Presidente  de  la 
Rttpúi^Uca  de  O  Salvador. 


QEDICñTORlñ 


A  LOS  PRECLAROS  CIUDADANOS 

DON  CARLOS  MELENDEZ 

Y  DOCTOR  DON  ALFONSO  QUINONEZ  MOUNA 

A  vosotros,  grandes  patriotas,  ejemplos  de  aha  riudadanía,  que  ha^ 
béís  sabido  en  momentos  aciagos  para  El  Salvador,  con  0ran  s^mlurSa  y 
ánimo  recto  conservar  la  magestad  de  las  institudoaes  y  dominando  la 

calígine  de  grandes  desgracias  nacionales,  encaminar  al  país  con  aciertos 
admirables  por  las  vías  luminosas  que  conducen  a  la  salud  de  la  Repú- 
blica, sacrificando  hondamente  vuestros  intereses  personales  en  aras  del 
bien  general,  va  ofrendado  este  libro,  humilde  y  sincera  pleitesía  que 
rinden  a  vuestros  méritos  excepcionales  vuestros  partidarios  y  amigos. 

En  sus  páginas  encontraréis,  testimonios  de  las  luchas  ardientes  del 
patriotismo  en  persecución  de  los  bienes  inestimables  de  la  Paz,  del 
Orden  y  de  la  Libertad  bien  entendida ;  en  sus  escritos,  el  bosquejo  de 
una  campaña  política  de  inmensas  proyecciones  para  el  porvenir  del  país 
en  la  que  vuestros  esclarecidos  nombres,  símbolo  del  honor,  fueron  las 
labores  que  señalaron  un  oriente  luminoso  a  los  destinos  de  El  Salvador. 

Cuando  en  el  decurso  de  los  tiempos,  apagado  el  fuego  de  las 
pasiones  volcánicas  de  nuestras  luchas  contemporáneas,  el  investigador  de 
la  VERDAD  registre  los  historiales  de  nuestros  días,  ha  de  acudir  al 
Umo  presente  para  formarse  concepto  justo  de  la  alta  misión  que  en 
vuestras  manos  puso  la  Patria  Salvadoreña ;  y  entonces,  d^Nirados  en  el 
crisol  de  las  edades  los  hechos  en  que  tuvirteis  parte  piradpal,  un  Juez 
imparcial  pondrá  sobre  vuestras  frentes  de  pattiotat  hooradot»  un  faesoo 
ramo  de  laurel  como  homenaie  merecido  a  vuestros  grandes  sacrifidoa  y 
a  vuestras  virtudes  preclaras. 

LOS  EDITORES. 


Dofta  Sara  Meza  de  Meléndez,  disitinguida  dama  salvadofcia, 
esposa  del  Señor  Presidente  de  ia  República. 


Dolía  Sara  Meza  de  Meléndez,  disitin^uida  dama  salvadordla, 
esposa  del  SeOor  Presidente  de  la  República. 


PRIMERA  PARTE 


DON  CARLOS  MELENDEZ 


Nació  en  San  Salvador  el  lo.  de  febrero  del  venturoso 
año  de  1861,  siendo  sus  padres  el  honrado  agricultor  don 
Rafael  Meléndez  y  la  distinguida  matrona  doña  Mercedes 
Ramírez  de  Meléndez,  cuyo  feliz  matrimonio  se  efectuó  en 
esta  Capital  el  9  de  junio  de  1859.  Don  Rafael  murió  el  11 
de  enero  de  1880,  sobreviviendo  dofta  Mercedes  para  con 
suelo  no  sólo  de  la  familia  Meléndez,  sino  que  también  de 
las  clases  menesterosas  a  las  que  proteje  día  a  día  con 
maternal  cariño.  Actualmente  la  señora  de  Meléndez  es  por 
mil  títulos  digna  Directora  de  la  Sociedad  de  Señoras  LA 
Buena  Prensa. 

Este  matrimonio  ejemplar  Meléndez -Ramírez  tuvo  nue- 
'  ve  hijos  llamados :  Carlos,  Mercedes,  Francisco,  Rafael,  Sara, 
jorge,  Leonor,  Carmen  y  Guillermo. 

Don  Carlos  Meléndez  recibió  esmerada  educación  en 
los  más  renombrados  centros  de  enseñanza  del  país;  pero 
una  vez  muerto  su  padre,  quedó  él  al  frente  de  los  nego- 
cios y  merced  a  los  notables  conocimientos  adquiridos,  ha 
podido  multiplicar  la  modesta  fortuna  que  su  padre  les  dejó. 

La  personalidad  de  don  Carlos  Meléndez  no  es  de  las 
que  suelen  surgir  del  montón  anónimo  de  las  sociedades 
convulsivas.  En  medio  de  su  vida  modesta  y  sin  agitacio- 
nes tiene  páginas  brillantes  que  debemos  consignarlas  para 
que  más  tarde  las  recoja  la  Historia  al  hacer  el  balance  de 
su  actuación. 

Corría  el  histórico  año  de  1885.  El  8  de  marzo,  fue 
don  Carlos  Meléndez  quien  en  compañía  del  doctor  Rafael 
Ayala  y  otros  distinguidos  patriotas,  se  presentó  en  la  Casa 


9 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Blanca,  que  entonces  servía  de  Mansión  Presidencial,  para 
conferenciar  con  el  doctor  Rafael  Zaldivar  acerca  de  los 
medios  de  realizar  la  defensa  de  la  República  ante  la  insó- 
lita y  audaz  amenaza  del  General  Justo  Rufino  Barrios, 
quien  por  decreto  de  28  de  febrero  de  ese  año,  habla  lan- 
zado su  reto,  a  la  faz  del  mundo,  a  los  demás  Estados 
centroamericanos.  El  señor  Meléndez,  como  queda  dicho, 
fue  de  los  primeros  que  ardiendo  en  santo  patriotismo 
deseaba  estudiar  los  medios  más  a  propósito  *  de  llevar 
adelante  una  guerra  defensiva  que  con  buen  éxito  contra- 
rrestáse  la  temeraria  jornada  del  General  Barrios.  En  esa 
conferencia  prestó  su  cooperación  eficacísima  al  entonces 
Ministro  de  la  Guerra  General  Adán  Mora,  habiéndole  a- 
compañado  el  pueblo  en  masa  recorriendo  las  calles  de  la 
Capital,  para  enardecer  el  sentimiento  patrio  herido  tan 
ferozmente. 

Pasados  los  acontecimientos  en  que  se  cubrió  de  gloria 
el  pabellón  Salvadoreño,  porque  se  defendió  la  sagrada 
autonomía  Nacional,  vino  la  Administración  del  General 
Menéndez,  y  fué  en  esta  época  que  el  ciudadano  don  Car- 
los Meléndez  tuvo  otra  oportunidad  de  servir  a  su  patria 
con  sincero  amor.  En  efecto,  un  gran  servicio  prestó  yendo 
al  reino  de  Inglaterra  a  conseguir  un  empréstito,  el  que  en 
mejores  condiciones  se  ha  tenido  hasta  hoy,  sin  devengar 
ni  un  centavo  por  tan  delicado  cargo. 

En  1890  estuvo  don  Carlos  Meléndez,  unido  con  ente- 
reza, a  los  patriotas  que  anhelaban  con  toda  fe  el  restable- 
cimiento del  orden  constitucional  para  derribar  de  la  Presi- 
dencia a  los  terribles  usurpadores  del  22  de  junio,  habién- 
dole tocado  desempeñar  en  los  dias  más  aciagos  de  aquel 
nefasto  episodio,  la  Gobernación  del  Departamento  de  San 
Salvador,  en  el  mes  de  julio. 

Pasan  ocho  años,  y  en  1898,  tenemos  en  escena  otra 
vez,  con  más  relieve,  el  nombre  de  don  Carlos  Meléndez.  Por 
los  hombres  honrados  y  unionistas  de  corazón,  se  trataba 
de  evitar  el  derrumbe  de  la  República  Mayor  de  Centro-A- 
mérica, y  las  miradas  de  todos  convergieron  a  él  para  pro- 
clamarlo Jefe  del  Estado  de  El  Salvador.  El  no  pudo  ne- 
garse al  llamamiento  franco  y  unánime  de  sus  conciudadanos 
y  aceptó  la  candidatura,  con  su  ideal  bien  alto  de  afirmar 
la  futura  grande  Nacionalidad  Centroamerieana.  La  fatalidad 
quiso  que  surgiera  la  traición  y  con  ella  el  eclipse  de  aquel 


10 


DON  RAFAEL  MELENDEZ,  padre  del  señor  Presidente  de  la  República 
y  uno  de  los  ciudadanos  cultos  y  honrados  de  la  sodedu 
salvadoreña,  que  a  fuerza  de  tesonero  trabajo 
logró  fomv  una  modesta  fortuna. 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Blanca,  que  entonces  servia  de  Mansión  Presidencial,  para 
conferenciar  con  el  doctor  Rafael  Zaldivar  acerca  de  los 
medios  de  realizar  la  defensa  de  la  República  ante  la  insó- 
lita y  audaz  amenaza  del  General  Justo  Rufint)  Barrios, 
quien  por  decreto  de  28  de  febrero  de  ese  año,  habla  lan- 
zado su  reto,  a  la  faz  del  mundo,  a  los  demás  Estados 
centroamericanos.  El  señor  Meléndez,  como  queda  dicho, 
fue  de  los  primeros  que  ardiendo  en  santo  patriotismo 
deseaba  estudiar  los  medios  más  a  propósito  de  llevar 
adelante  una  guerra  defensiva  que  con  buen  éxito  contra- 
rrestáse  la  temeraria  jornada  del  General  Barrios.  En  esa 
conferencia  prestó  su  cooperación  eficacisima  al  entónces 
Ministro  de  la  Guerra  General  Adán  Mora,  habiéndole  a- 
compañado  el  pueblo  en  masa  recorriendo  las  calles  de  la 
Capital,  para  enardecer  el  sentimiento  patrio  herido  tan 
ferozmente. 

Pasados  los  acontecimientos  en  que  se  cubrió  de  gloria 
ei  pabellón  Salvadoreño,  porque  se  defendió  la  sagrada 
autonomía  Nacional,  vino  la  Administración  del  General 
Menéndez,  y  fué  en  esta  época  que  el  ciudadano  don  Car- 
los Meléndez  tuvo  otra  oportunidad  de  servir  a  su  patria 
con  sincero  amor.  En  efecto,  un  gran  servicio  prestó  yendo 
al  reino  de  Inglaterra  a  conseguir  un  empréstito,  el  que  en 
mejores  condiciones  se  ha  tenido  hasta  hoy,  sin  devengar 
ni  un  centavo  por  tan  delicado  cargo. 

En  1890  estuvo  don  Carlos  Meléndez,  unido  con  ente- 
reza, a  los  patriotas  que  anhelaban  con  toda  fe  el  restable- 
cimiento del  orden  constitucional  para  derribar  de  la  Presi- 
dencia a  los  terribles  usurpadores  del  22  de  junio,  habién- 
dole tocado  desempeñar  en  los  días  más  aciagos  de  aquel 
nefasto  episodio,  la  Gobernación  del  Departamento  de  San 
Salvador,  en  el  mes  de  julio. 

Pasan  ocho  años,  y  en  1898,  tenemos  en  escena  otra 
vez,  con  más  relieve,  el  nombre  de  don  Carlos  Meléndez.  Por 
los  hombres  honrados  y  unionistas  de  corazón,  se  trataba 
de  evitar  el  derrumbe  de  la  República  Mayor  de  Centro-A- 
mérica, y  las  miradas  de  todos  convergieron  a  él  para  pro- 
clamarlo Jefe  del  Estado  de  El  Salvador.  El  no  pudo  ne- 
garse al  llamamiento  franco  y  unánime  de  sus  conciudadanos 
y  aceptó  la  candidatura,  con  su  ideal  bien  alto  de  afirmar 
la  futura  grande  Nacionalidad  Centroamerieana.  La  fatalidad 
quiso  que  surgiera  la  traición  y  con  ella  el  eclipse  de  aquel 


10 


DON  RAFAEL  MELENDEZ,  padre  del  señor  Presidente  de  la  República 
y  uno  de  los  ciudadanos  cultos  y  honrados  de  la  sociedad 
salvadoreña,  que  a  fuerza  de  tesonero  trabajo 
logró  formar  una  modesta  fortana. 


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Dr.  Alfonso  Quiñónez  M. 

Vicepresidente  de  la  República 


J 


Dolía  Leonor  Mdéndez  de  Quifiónez, 
distb^ida  matroaa  salvadoreña,  esposa  del  ScAor  Vicepretideate 

de  la  República. 


E)oña  Leonor  Meléndez  de  Quiñónez. 

distinguida  matrona  salvadoreña,  esposa  del  Señor  Vicepresidente 

de  la  República. 


ALBUM  PATRIÓTICO 


hermoso  sueflo.  La  República  Mayor,  que  era  un  gran  paso 
hacia  la  cumbre,  fue  rota  y  escarnecida;  y  el  que  iba  a  ser 
su  porta  estandarte  sintió  honda  congoja  en  su  corazón. 

No  está  demás  consignar  que  ya  en  las  noches  tristes 

de  la  Patria,  o  en  días  tranquilos,  ha  sido  firme  y  sereno, 
y  ha  demostrado  su  elevado  altruismo.  Nada  menos  en  1894, 
después  de  la  fuga  de  los  hermanos  Ezeta,  cuando  San 
Salvador  era  un  vasto  campamento  y  se  presagiaba  una 
espantosa  y  sin  igual  hecatombe  de  sangre,  en  unión  del 
caballero  don  Pablo  Orellana,  evitó  la  efusión  de  sangre 
en  el  Cuartel  de  Artillería  y  el  irastorno  consiguiente  en  la 
Capital. 

Tales  hechos»  haciendo  a  un  lado  otros,  que  no  por  lo 
aislados  dejan  de  tener  importancia  al  trazar  el  proceso 
histórico  de  un  hombre,  demuestran  bien  claro  que  en  don 
Carlos  MeléndeZy  existe  la  contextura  de  un  hombre  enér- 
gico y  severo,  que  no  vacila  ni  teme,  llamado  a  las  cimas 
del  Poder,  para  hacer  el  bien  y  cubrir  de  gloria  no  sólo 
a  su  Patria,  sino  a  Centro  América.  No  se  ha  levantado  él 
en  los  campos  de  batalla,  pero  tiene  la  férrea  voluntad  de 
un  experto  Comandante  en  Jefe  de  un  Ejército.  No  ha  vi- 
vido en  las  asonadas  pero  sabe  clasificarlas  y  las  considera 
como  la  muerte  de  los  pueblos.  No  ha  vivido  en  los  gabi- 
netes de  estudio,  pero  es  un  clarividente,  y  sabe  que  el 
país  necesita  de  educación.  Su  vida  ha  sido  de  trabajo  y 
de  orden;  y  por  esto,  desde  que  llegó  a  dar  la  mano  a  la 
República,  cuando  ^ta  caía  en  el  abismo  de  la  anarquía, 
no  le  imprime  otro  norte  que  paz  y  trabajo,  dentro  de  los 
límites  de  la  libertad  y  la  Justicia. 

Desde  la  noche  que  ocurrió  presuroso  a  levantar  la 
bandera  que  habían  desgajado  los  sicarios,  lo  hemos  visto, 
día  por  día,  hora  por  hora,  minuto  a  minuto,  en  su  gabine- 
te presidencial,  multiplicándose,  como  si  su  vida  hubiese 
sido  así  toda,  tal  es  su  expedición  y  su  fuerza  de  acción. 
Es  el  salvador  justo  y  sabio  de  la  Patria,  que  nos  lleva  a 
la  tierra  prometida. 

Antes  de  concluir  este  breve  estudio,  queremos  recor- 
dar nuestra  adhesión  previsora.  En  1898  residíamos  en  la 
poética  ciudad  de  Sonsonate,  y  redactábamos  allá  EL  ECO  DE 
Occidente,  que  abogaba  exclusivamente  por  la  candida- 
tura del  ciudadano  Meléndez,  para  Gobernador  del  Estado. 
Y  fue  en  octubre  de  ese  año  que  decíamos  así:  "  Compar 


13 


ALBUM  PATRIÓTICO 


triotas,  cumplimos  con  nuestro  deber,  con  nuestro  programa. 
Amamos  la  Unión  Centroamericana;  he  aquí  nuestro  can- 
didato para  Gobernador  del  Estado,  el  ciudadano  don  Car- 
los Meléndez.  Ansiamos  ta  felicidad  de  El  Salvador,  de  este 
país  tan  querido  para  nosotros  ..." 

He  aqui  el  hombre,  si  no  el  mejor  del  pais,  el  más  apa- 
rente en  las  actuales  circunstancias  para  formar  un  Gobier- 
no sano,  respetuoso  a  las  instituciones  que  nos  rigen.  Es 
el  señor  Meléndez  un  patriota  digno,  de  sano  criterio,  sin 
ambiciones  bastardas;  desinteresado  y  consecuente  se  le  ha 
visto  siempre. 

La  Divina  Providencia  ha  querido  que  tengamos  la 
dicha  de  ver  confirmadas  nuestras  palabras,  y  que  podamos 
rendirle  esta  apoteosis  que  es  la  que  le  rinde  todo  un  pue- 
blo que  le  llama  al  ejercicio  de  la  Presidencia,  para  lograr 
el  desiderátum  que  los  buenos  patriotas  perseguimos:  la 
felicidad  Nacional. 

F.  J,  RiVAS. 


DOCUMENTOS  IMPORTANTES 


San  Salvador,  ^  de  junio  de  1914. 

—  Señores  Secretarios:  Cuando  el  9  de  febrero  del  año 
próximo  pasado  me  hice  cargo  interinamente  de  la  Presiden- 
cia de  la  República,  por  el  lapso  que  faltaba  para  con- 
cluir su  periodo  al  malogrado  Presidente  doctor  don  Manuel 
Enrique  Araujo,  según  Decretos  de  la  Asamblea  Nacional 
de  9  y  24  del  mismo  mes  de  febrero,  me  propuse  única- 
mente cumplir  con  un  deber  de  patriotismo,  para  conservar 
el  orden  y  la  paz,  gravemente  amenazados  en  aquellos  di- 
fíciles momentos. 

Para  completa  realización  de  tan  nobles  fines,  tuve, 
necesariamente,  que  apelar  al  patriotismo  de  todos  los  sal- 
vadoreños y,  especialmente,  al  de  aquel  grupo  de  mis  ami- 
gos y  correligionarios  con  quienes  me  vinculan  lazos  de 
comunidad  de  ideas,  y  que  no  sólo  me  han  prestado  su  leal 
y  desinteresado  concurso  en  todos  los  órdenes  de  actividad  de 


14 


Doctor  Don  Francisco  G.  cíe  MacKón 

Presidente  del  Congreso  Nacional 


ALBUM  PATRIÓTICO 


triotas,  cumplimos  con  nuestro  deber,  con  nuestro  programa. 
Amamos  la  Unión  Centroamericana;  he  aquí  nuestro  can- 
didalo  para  Gobernador  del  Estado,  el  ciudadano  don  Car- 
los Meléndez.  Ansiamos  la  felicidad  de  El  Salvador,  de  este 
país  tan  querido  para  nosotros  ..." 

He  aquí  el  hombre,  si  no  el  mejor  del  país,  el  más  apa- 
rente en  las  actuales  circunstancias  para  formar  un  Gobier- 
no sano,  respetuoso  a  las  instituciones  que  nos  rigen.  Es 
el  señor  Meléndez  un  patriota  digno,  de  sano  criterio,  sin 
ambiciones  bastardas;  desinteresado  y  consecuente  se  le  ha 
visto  siempre. 

La  Divina  Providencia  ha  querido  que  tengamos  la 
dicha  de  ver  confirmadas  nuestras  palabras,  y  que  podamos 
rendirle  esta  apoteosis  que  es  la  que  le  rinde  todo  un  pue- 
blo que  le  llama  al  ejercicio  de  la  Presidencia,  para  lograr 
el  desiderátum  que  los  buenos  patriotas  perseguimos:  la 
felicidad  Nacional. 

F.  J.  RiVAS. 


DOCUMENTOS  IMPORTANTES 


San  Salvador,  25  de  junio  de  1914. 

—  Señores  Secretarios:  Cuando  el  9  de  febrero  del  año 
próximo  pasado  me  hice  cargo  interinamente  de  la  Presiden- 
cia de  la  República,  por  el  lapso  que  faltaba  para  con- 
cluir su  periodo  al  malogrado  Presidente  doctor  don  Manuel 
Enrique  Araujo,  según  Decretos  de  la  Asamblea  Nacional 
de  9  y  24  del  mismo  mes  de  febrero^  me  propuse  única- 
mente cumplir  con  un  deber  de  patriotismo,  para  conservar 
el  orden  y  la  paz,  gravemente  amenazados  en  aquellos  di- 
fíciles momentos. 

Para  completa  realización  de  tan  nobles  fines,  tuve, 
necesariamente,  que  apelar  al  patriotismo  de  todos  los  sal- 
vadoreños y,  especialmente,  al  de  aquel  grupo  de  mis  ami- 
gos y  correligionarios  con  quienes  me  vinculan  lazos  de 
comunidad  de  ideas,  y  que  no  sólo  me  han  prestado  su  leal 
y  desinteresado  concurso  en  todos  los  órdenes  de  actividad  de 


14 


General  don  J.  Miguel  Batres, 
Vicepresidente  de  la  Asamblea  Nacional. 


■ 


ALBUM  PA-nadnco 

la  política  militante,  sino  que  también  se  han  empeñado  en 
organizar  trabajos  que  propendan  a  consolidar  el  orden,  el  pro- 
greso y  bienestar  de  que  hoy  disfruta  la  República,  creyendo 
que  mi  nombre,  como  candidato  a  la  Presidencia,  podría  ser 
un  punto  de  concentración  de  las  fuerzas  vivas  y  sanas  del 
país,  en  el  sentido  que  dejo  indicado. 

Muchas  observaciones  hube,  naturalmente,  de  oponer  a 
las  múltiples  agrupaciones  que  de  diferentes  puntos  del  país 
a  mí  se  dirigieron,  haciéndome  tal  excitativa,  desde  hace 
algunos  meses.  Mas,  en  vez  de  aceptar  mis  objeciones,  esos 
trabajos  se  han  multiplicado  de  día  en  día,  llegando  a  ad- 
quirir una  extensión  considerable  y  a  constituir  un  verda- 
dero partido  político  con  tendencias  bien  definidas  y  mar-' 
cadas  por  el  bienestar  del  pueblo  salvadoreño,  tendencias 
que  están  en  un  todo  de  acuerdo  con  mi  modo  de  sentir. 

Los  actos  de  esa  agrupación  política  son  de  todos  co- 
nocidos; y  en  vista  del  reiterado  empeño  con  que  continúan 
sus  trabajos  en  favor  de  mi  candidatura,  me  he  visto  en  la 
necesidad  de  aceptar  ésta,  porque  creo  de  mi  deber  no  des- 
airar la  excitativa  de  un  partido  nacional,  ya  bastante  nu- 
meroso y  cuyos  fines  políticos,  como  antes  dejo  dicho, 
conducen  a  encaminar  a  la  República  por  el  sendero  de  la 
paz  y  del  progreso. 

Aparte  del  deber  de  solidaridad  que  me  liga  con  el 
partido  o  agrupación  política  que  postula  mi  candidatura, 
existe  también  la  natural  consideración  de  que  yo  no  pue- 
do, en  el  estado  a  que  las  cosas  han  llegado,  dejar  burla- 
das sus  aspiraciones,  máxime  si  se  toma  en  cuenta  que, 
al  hacer  lo  contrario,  resentiría  al  gran  número  de  ciudada- 
nos honrados  que  han  aceptado  absolutamente  la  responsa- 
bilidad de  organizar  el  movimiento  electoral  que  en  todo  el 
país  se  ha  despertado  al  rededor  de  mi  nombre. 

Por  estas  graves  circunstancias  que  pesan  sobre  mi 
conciencia  y  que  mueven  mi  patriotismo,  después  de  ma- 
dura meditación,  he  resuelto  aceptar  de  una  manera  franca 
el  puesto  de  combate  que  mis  conciudadanos  me  han  asig- 
nado en  la  próxima  lucha  eleccionaria. 

Y,  como  el  ejercicio  de  la  Presidencia  de  la  República 
en  los  últimos  seis  meses  del  periodo  que  debo  llenar  por 
designación  de  la  ley  y  de  la  Honorable  Asamblea  Nacional, 
es  incompatible  con  la  aceptación  de  mi  candidatura,  he  creí- 
do que  este  impedimento  de  orden  político  y  moral  tan  elevado. 


2 


17 


ALBUM  PATRIÓTICO 

me  impondrá  en  su  debida  oportunidad  el  deber  imprescin- 
dible de  depositar  el  alto  cargo  que  estoy  desempeñando,  en  la 
persona  designada  por  la  Constitución. 

Para  ese  efecto  legal,  vengo  a  suplicar  a  la  Honorable 
Representación  Nacional,  que  se  digne  concederme  licencia  por 
el  término  de  siete  meses,  con  facultad  de  poder  hacer  uso  de 
ella  en  tiempo  oportuno;  todo  de  acuerdo  con  lo  dispuesto 
en  la  fracción  4a.  del  Art.  68  y  Art.  81  de  nuestra  Constitución 
Política. 

Con  especiales  protestas  de  mi  elevada  consideración, 
reitero  a  los  seffores  Secretarios  el  homenaje  de  mis  respetos. 

C.  MELÉNDEZ. 


A  los  señores  Secretarios  de  la  Honorable  Asamblea  Nacio- 
nal.—Présente. 


HONORABLE  ASAMBLEA  NACIONAL : 

Por  razones  de  elevado  carácter  moral  y  por  respeto  a  las 
leyes  que  garantizan  nuestra  . vida  republicana»  al  ser  conse- 
cuente con  la  opinión  de  la  inmensa  mayoría  de  sus  conciuda- 
danos que  lo  postulan  como  candidato  a  la  Primera  Magistratu- 
ra del  Estado,  en  el  próximo  período  constitucional,  el  Jefe  del 
Supremo  Poder  Ejecutivo  se  ha  visto  en  el  caso  de  solicitar 
ante  esta  Soberana  Asamblea  Nacional,  permiso  para  separar- 
se del  ejercicio  de  su  cargo  por  el  término  de  siete  meses;  per- 
miso del  que  hará  uso  cuando  lo  crea  conveniente.  La  Comisión 
de  Poderes  y  Excusas,  tomando  muy  en  cuéntalas  poderosas 
y  justas  razones  expuestas  por  el  Excelentísimo  señor  Presiden- 
te en  apoyo  de  su  solicitud,  es  de  opinión  que  le  sea  con- 
cedido el  permiso  solicitado,  llamando  a  desempeñar  la 
Presidencia  de  la  República,  mientras  dure  la  licencia  con- 
cedida, al  Primer  Designado  constitucionaknente  electo. 

Permita  la  Honorable  Asamblea  Nacional  hacer  constar 
a  los  miembros  de  la  Comisión  de  Poderes  y  Excusas,  su 
satisfacción  plena  al  observar  que  una  era  digna  y  respe- 
tuosa a  las  leyes,  se  desarrolla  en  la  actualidad.  Como  bue- 


18 


ALBUM  PATRiÓTiCO 


nos  salvadoreños  se  congratulan  y  se  sienten  orgullosos 
por  ello;  augurando  para  el  porvenir  de  la  patria  bienan- 
danzas y  libertades. 

Sala  de  Comisiones  del  Poder  Legislativo.  Palacio  Na- 
cional: San  Salvador,  veintiséis  de  junio  de  mil  novecientos 
czioxct.— Miguel  A.  Montalvo.—José  León  Narváez.~Juan  Mi- 
gael  González,— M.  Rubio  Somoza.—J.  H.  ViUac(»ta.—RafQd 
A.  OreUana. 


San  Salvador,  90  de  julio  de  1914 


Excelentísimo  señor  : 

Vuestro  no  desmentido  patriotismo,  asi  como  el  pro- 
fundo respeto  que  en  vuestros  actos  de  hombre  público 
habéis  demostrado  por  la  Constitución  y  demás  leyes  del 
país,  os  hizo  dirigiros  a  la  Representación  Nacional  solici- 
tando permiso  para  cesar  en  el  ejercicio  de  la  Primera  Ma- 
gistratura de  la  República,  por  el  término  de  siete  meses. 

Al  resolver  el  Honorable  Congreso  vuestra  solicitud 
favorablemente,  no  pudo  menos  que  aplaudir  la  sinceridad 
de  vuestros  actos,  nobleza  de  aspiraciones  e  inquebrantable 
resolución  de  guardar  y  hacer  guardar  los  preceptos  constitu- 
cionales. 

El  Decreto  por  el  cual  se  os  concede  el  permiso  que 
solicitáis,  será  puesto  en  vuestras  manos  por  una  comisión 
de  esta  Augusta  Asamblea,  compuesta  dé  los  muy  Honora- 
bles Representantes  doctores  Francisco  G.  de  Machón  y 
don  Fidel  Antonio  Novo^,  Presidente  y  Vicepresidente,  en 
su  orden,  de  este  Alto  Cuerpo. 

Con  la  más  alta  consideración  y  respeto  tenemos  el  ho- 
nor de  su^ríbirnos  del  señor  Presidente,  muy  atentos  y 
seguros  servidores. — Salvador  Flamettaf^  ler.  Secretario. — 
Miguel  Angel  Montalvo,  2o.  Secretario. 

Al  Excmo.  sefior  Presidente  de  la  República  don  Carlos 
Meléndez,— Presente. 


19 


ALBUM  PATRIÓTICO 


La  Asamblea  Nacional  Legislativa  de  la  República  de  El 
Salvador, 

Por  CUANTO:  El  Excelentísimo  señor  Presidente  de  la 
República,  don  Carlos  Meléndez,  fundándose  en  altos  y  po- 
derosos motivos  que  la  Ley  Constitucional  le  señala,  se  ha 
dirigido  a  la  Soberana  Representación  Nacional,  solicitando 
permiso  para  separarse,  durante  el  término  de  siete  meses, 
de  la  Primera  Magistratura,  en  virtud  de  que  los  pueblos 
lo  proclaman,  por  inmensa  mayoría,  para  el  ejercicio  del 
Supremo  Poder  en  el  cuatrienio  de  1915  a  1919. 

CONSIDERANDO: 

Que  el  articulo  82  de  la  Carta  Fundamental,  en  su  se* 
gundo  inciso,  previene  que  no  podrá  ser  electo  Presidente 

para  el  siguiente  período,  el  ciudadano  que  hubiere  ejercido 
la  Presidencia  Constitucional  dentro  de  los  últimos  seis  me- 
ses del  periodo  anterior. 

POR  TANTO: 

En  uso  de  sus  facultades  constitucionales, 

DECRETA: 

Art.  lo. — Concédese  licencia  al  señcir  Presidente  de  la 
República  don  Carlos  Meléndez,  por  el  término  de  siete 
meses;  debiendo  hacer  uso  de  ella  cuando  lo  estime  conve- 
niente. 

Art.  2o. — Llámese  al  Primer  Designado  doctor  don  Al- 
fonso Quiñónez  Molina,  para  que  ejerza  la  Presidencia  de 
la  República,  por  el  tiempo  que  se  hiciere  uso  de  la  licen- 
cia mencionada,  previa  la  protesta  Constitucional  que  ren- 
dirá ante  la  Mesa  Directiva  del  Supremo  Congreso,  en  quien 
ha  delegado  sus  facultades  la  Honorable  Asamblea  para  el 
caso  de  no  encontrarse  reunida  en  la  fecha  del  depósito. 

Art.  3o.— El  presente  Decreto  tendrá  fuerza  de  ley  des- 
de el  día  de  su  publicación. 

Dado  en  el  Salón  de  Sesiones  del  Poder  Legislativo, 
Palacio  Nacional:  San  Salvador,  a  los  treinta  días  del  mes 


20 


ALBUM  PATRIÓTICO 

de  junio  de  mil  novecientos  catorce. — Francisco  G.  de  Ma- 
chón, Presidente.  —  Salvador  Flamenco,  ler.  Secretario.  — 
Ai.  A.  Montalvo,  2o.  Secretario. 

Palacio  Nacionah  San  Salvador»  2  de  julio  de  1914. 
Ejecútese. 

C.  MELÉNDEZ. 

B  Mtaistro  de  QoberMdóa. 

Samuel  Luna. 


San  Salvador,  30  de  junio  de  1914. 

Señor : 

Nos  damos  la  honra  de  comunicar  a  Ud.  que  se  ha 
concedido  permiso  al  señor  Presidente  de  la  República  para 
separarse  de  la  Primera  Magistratura  del  pafs,  por  el  tér- 
mino de  siete  meses,  permiso  de  que  hará  uso  cuando  lo 
estime  conveniente. 

En  cumplimiento  del  precepto  constitucional,  esta  Ho- 
norable Asamblea  acordó  llamar  a  Ud.,  en  su  carácter  de 
Primer  Designado,  para  desempeñar  la  Presidencia  de  la 
República  en  tanto  dure  el  permiso  concedido  al  señor  Pre- 
sidente. 

Con  muestras  de  nuestra  atta  consideración,  nos  sus- 
cribimos de  Ud.,  señor  Ministro,  muy  atentos  seguros  ser- 
vidores.—5a/vGí/or  Fhmeneo,  ler.  S^retarío.— A.  Man- 
talvOt  2o.  Secretario. 

Sr.  Designado  doctor  don  Alfonso  Quifiónez  M.— Presente. 


21 


Doctor  Pío  Romero  Bosque 

Presidente  de  la  Corte  Suprema  de  Justicia 


Doctor  Pío  Romero  Bosque 

Pteíiidenle  de  la  Corte   Supiotna  do  Justicia 


EL  DOCTOR  ALFONSO  QUINONEZ  M. 


Vamos  a  presentar  a  la  consideración  del  pueblo  Sal- 
vadoreño, la  figura  importante  del  señor  Dr.  don  Alfonso 
Quiflónez  Molina,  electo  Vicepresidente  de  la  República, 
por  el  voto  unánime  del  pueblo.  Bien  merece  ser  cono- 
cida, de  propios  y  extraños,  esta  joven  personalidad  de  la 
Democracia  Nacional. 

El  Dr.  Quiñónez  Molina  nació  el  11  de  enero  de 
1873  en  la  ciudad  de  Suchitoto,  cuna  gloriosa  de  los 
Palomo,  Avalos,  Guevara  Valdés,  Gallardo,  Ruiz  Araujo, 
Bosque,  Vaquero,  Revelo,  Aguilar,  Parker,  García  de  Ma- 
chón  y  otros  muchos  que  han  descollado  como  médicos, 
poetas,  politices,  escritores,  filántropos  etc.  etc. 

Sus  padres  son  los  señores  don  Lucio  Quiñónez  y  dofia 
Aurelia  Molina  de  Quiñónez,  oriundos  de  la  misma  localidad, 
ciudadanos  honrados  que  a  fueiza  de  tesonero  trabajo  for- 
maron una  regular  fortuna  que  permitiera  ver  a  sus  descen- 
dientes conveitídos  en  hombres  útiles  a  la  Sociedad  y  a  la 
Patria. 

El  Padre  del  Dr.  Quñónez  ya  falleció,  pero  sobrevive 
su  señora  madre,  como  ángel  bondadoso  que  bendice  a  cada 
instante  a  sus  hijos. 

La  vida  del  Dr.  Quiñónez  ha  sido  fecunda  y  laboriosa 
en  todos  los  órdenes,  ocupando  desde  los  más  humildes  pues^ 
tos  a  los  más  elevados.  Y  la  recompensa  de  esa  vida  in- 
tensa es  el  hecho  de  que  la  Nación  lo  aclame  para  ser  la 
salvaguardia  de  la  ley,  mientras  en  las  urnas  electorales 
se  consagre  la  elección  del  no  menos  integérrimo  ciudadano 
don  Carlos  Meléndez,  como  Presidente  de  la  República, 
en  el  periodo  de  1915-1919. 


25 


ALBUM  PATRIÓTICO 


A  grandes  rasgos  vamos  a  delinear  la  escala  ascen- 
dente de  nuestro  biografiado  amigo. 

El  19  de  julio  de  1897  fué  nombrado  médico  suplente 
del  Hospital  General  de  San  Salvador. 

El   18  de  enero  de  1898  fué  nombrado  tercer  vocal 
suplente  de  la  Junta  Directiva  del  Manicomio. 

El  3  de  febrero  del  mismo  año  se  le  concedió  la  cátedra 
de  Higiene  y  Terapéutica  de  la  Universidad  Nacional. 

El  15  de  febrero  del  afio  siguiente  1899,  fué  nombrado 
Consejero  suplente  de  la  Facultad  de  Medicina,  y  el  día  17 
se  le  concedió  también  el  puesto  de  segundo  vocal  de  la 
Directiva  de  la  Facultad. 

El  4  de  septiembre  de  1900  entró  a  desempeñar  el  car- 
go de  Director  de  la  Profiláxis  Venérea. 

En  1903  el  voto  popular  lo  llevó  al  puesto  de  quinto 
regidor  para  la  Municipalidad  de  1904  de  esta  Capital. 

A  mediados  de  octubre  de  1904  llegó  a  la  Dirección 
del  Manicomio  y  Asilo  Sara,  en  donde  aún  todavía  con  aplau- 
so general  se  deja  sentir  su  mano  bienhechora  y  sus  sen- 
timientos altruistas. 

El  4  de  marzo  de  1905  San  Salvador  presenció  la  rea- 
lización de  un  ensueño,  una  boda  de  amor:  el  Dn  Quifiónez 
daba  su  mano  al  pie  de  los  altares  a  la  gentil  señorita 

Leonor  Meléndez.  ,  ,   ,  t- 

El  28  de  agosto  de  1905  se  encargó  de  la  primera  clí- 
nica quirúrgica  del  Hospital  Rosales. 

El  15  de  julio  de  1906  se  le  confirió  el  nombramiento 
de  Médico  activo  del  Honorable  Consejo  de  la  Cruz  Roja 

de  El  Salvador.  .    .   ^  . 

El  5  de  junio  de  1908  asistió  como  representante  del 
Hospital  Rosales  al  quinto  Congreso  Médico  Panamericano 
que  se  reunió  en  la  Capital  de  la  hermana  República  de 
Guatemala.   No  pudo  entonces  haber  llenado  allá  mejor  su 

misión.  ^  ^  „  .  . 

El  14  de  diciembre  de  1909,  el  Supremo  Gobierno, 
reconociendo  la  sabia  labor  del  Dr.  Quiñónez,  lo  invistió 
de  las  credenciales  de  Delegado  en  la  Cuarta  Conferencia 
Sanitaria  Internacional  que  tuvo  su  asiento  en  San  José  de 
Costa  Rica,  con  asistencia  de  eminencias  científicas  de  todo 

el  Continente.  .  . 

El  31  de  marzo  de  1910  se  acordó  que  a  nombre  de 
El  Salvador  asistiese  a  la  Conferencia  Diplomática  sobre 


26 


ALBUM  PATRIÓTICO 


la  unificación  del  Derecho  relativo  a  la  letra  de  cambio,  y 
que  tuvo  verificativo  en  La  Haya  el  21  de  junio  siguiente. 
Y  al  mismo  tiempo,  aprovechando  su  viaje  a  Holanda,  y  en 
la  misma  fecha,  se  le  extendieron  credenciales  para  integrar 
el  Primer  Congreso  Internacional  de  Agronomía  Tropical, 
que  se  efectuó  en  Bruselas,  Bélgica,  del  20  al  23  de  mayo 
'  de  ese  año.  También  se  le  confirió  la  Delegación  salva- 
doreña ante  el  tercer  Congreso  Internacional  de  Higiene 
Escolar,  que  se  reunió  en  París,  del  2  al  7  de  agosto  del 
citado  año.  Y  por  último,  en  esa  gira  al  través  de  Europa, 
fué  Delegado  al  Congreso  Internacional  de  Tul)ercuIosos 
que  se  celebró  en  Barcelona,  del  16  al  22  de  octubre  de 

Electo  Alcalde  Municipal  y  Jefe  del  Distrito  de  San  Sal- 
vador, en  ese  mismo  afto,  fué  segundo  vocal  del  Partido 

Nacional  Unionista. 

El  28  de  marzo  de  1912,  se  le  nombró  Subsecretario 
de  Estado  en  los  Despachos  de  Relaciones  Exteriores,  Jus- 
ticia y  Beneficencia.  Ese  mismo  año  había  sido  electo  Di- 
putado Suplente  por  el  Departamento  de  San  Salvador. 

El  25  de  julio  del  mismo  1912  el  Presidente  Araujo 
tuvo  a  bien  encomendarle  la  Subsecretaría  de  Fomento.  Y 
el  26  de  octubre  siguiente  la  importante  Sociedad  "Porve- 
nir de  Obreros",  de  Santa  Tecla,  lo  aclamó  Socio  Honorario, 

El  19  de  febrero  de  1912  fué  nombrado  Secretario  de 
la  Legación  Salvadoreña  en  Francia,  España  e  Italia. 

El  7  de  julio  de  1913,  durante  la  Presidencia  del  Excmo. 
señor  Meléndez,  fué  llamado  al  desempeño  del  Ministerio 
de  Guerra,  Marina  y  Fomento,  como  prueba  de  la  alta 
confianza  que  despertó  por  su  obra  en  bien  de  la  paz  y 
del  progreso  nacional. 

Finalmente,  el  4  de  marzo  del  corriente  año  de  1914,  la 
Asamblea  Nacional  Legislativa,  interpretando  el  anhelo  ^del 
pueblo  salvadoreño  para  asegurar  la  paz  y  la  Constitución, 
lo  aclamó  Primer  Designado  a  la  Presidencia  de  la  República. 

El  Dr.  Quiñónez  es  de  los  tipos  de  hombres  perfectos, 
j  reparados  por  la  naturaleza  para  gobernar  pueblos  y 
orientar  las  Democracias  hacia  su  destino  manifiesto.  Eñ 
su  mismo  temperamento  lleva  el  alma  de  las  grandes  cosas 
y  las  realiza  sencillamente  como  la  función  más  fácil.  He 
aqui,  pues,  explicado,  el  por  qué  el  importante  Ramo  de 
Fomento  de  la  República,  tiene  en  el  Dr.  Quiñónez  su  más 


27 


ALBUM  PATRIÓTICO 

esforzado  paladín.  Sin  grandes  reclamos,  porque  nuestro 
amigo  es  modesto  hasta  la  exageración,  ha  impulsado  la 
nave  de  la  nación,  secundando  al  ilustre  don  Carlos  Me- 
léndez,  ya  creando  oficinas  necesarias  que  desparramen  sus 
mejores  frutos,  ya  estableciendo  estadísticas  departamen- 
tales tan  útiles  para  marcar  los  adelantos  de  cada  región. 
La  fundación  de  la  Escuela  de  Artes  Gráficas  es  algo  que  va 
a  cristalizarse  en  el  triunfo  del  obrero  salvadoreño,  debido 
al  esfuerzo,  dirección  y  apoyo  personal  del  Dr.  Quiñónez 
Él  que  ha  tomado  ejemplo  en  las  grandes  capitales  del 
mundo  civilizado,  ha  marcado  esa  luminosa  huella  en  el  te- 
rruño salvadoreño.  En  los  Departamentos  se  ejecutaron  tra- 
bajos a  granel  en  las  Juntas  de  Fomento  y  de  aguas,  y  en 
ningún  momento  las  descuidó.  Aquí  mismo,  en  la  Capital, 
diariamente  se  le  vió  inspeccionar  la  Oficina  de  Estadística 

V  de  Ingenieros  Oficiales,  como  si  solo  esa  hubiera  sido  su 
labor  Es  el  Dr.  Quiñónez  a  manera  de  artífice  que  anhela 
ver  levantarse  de  sus  manos  un  enjambre  de  progresos. 

Y  si  pasamos  a  apreciar  detalladamente  la  obra  múltiple 

V  sabia  del  Dr.  Quiñónez,  en  el  Ramo  de  la  Guerra,  ten- 
dríamos para  llenar  muchas  columnas  en  un  detenido  estudio. 
La  instrucción  militar,  que  es  la  salvaguardia  del  honor 
nacional,  se  encuentra  satisfecha  de  los  adelantos  positivos, 
en  lo  moral  y  material  que  ha  recibido  de  su  Ministro.  To- 
dos los  Jefes  de  las  grandes  dependencias  del  Ejecutivo, 
desde  el  conspicuo  Estado  Mayor  Central,  hasta  la  Coman- 
dancia Departamental,  se  mueve  matemática  y  ordenadamente 
a  impulsos  del  reformador  de  tan  noble  carrera.  El  Dr. 
Quiñónez  ha  hecho  sentir  su  benéfica  actuación  en  todo  el 
gremio  y  en  todos  los  centros  militares,  a  tal  grado  que  el 
Excmo.  señor  Comandante  General  del  Ejército,  don  Carlos 
Meléndez,  no  tuvo  sino  aplausos  para  su  esforzado  colabo- 
rador. Hoy  es  cuando  coii  justicia  se  puede  decir  que  hay 
milicia  con  cultura  en  todos  los  órdenes.  El  Cuartel  es  Es- 
cuela y  está  formando  ciudadanos  viriles  para  el  mañana. 
iLoor  al  factor  del  progreso  del  Ejecutivo  salvadoreño! 

Las  hermosas  tradiciones  salvadoreñas  no  se  desmien- 
ten- de  los  hogares  modestos,  de  los  pueblos  humildes, 
surgen  los  hombres  que  vienen  a  irradiar  claridades  en  las 
alturas  del  Poder.  La  virtud,  el  patriotismo  y  el  progreso, 
se  encarnan  en  estos  mimados  de  la  Divina  Providencia 
para  el  bienestar  general.  '       ^  ^  ^^^^ 

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ALBUM  PATRIÓTICO 


esforzado  paladín.  Sin  grandes  reclamos,  porque  nuestro 
amigo  es  modesto  hasta  la  exageración,  ha  impulsado  la 
nave  de  la  nación,  secundando  al  ilustre  don  Carlos  Me- 
léndez,  ya  creando  oficinas  necesarias  que  desparramen  sus 
mejores  frutos,  ya  estableciendo  estadísticas  departamen- 
tales tan  útiles  para  marcar  los  adelantos  de  cada  región. 
La  fundación  de  la  Escuela  de  Artes  Gráficas  es  algo  que  va 
a  cristalizarse  en  el  triunfo  del  obrero  salvadoreño,  debido 
al  esfuerzo,  dirección  y  apoyo  personal  del  Dr.  Quiflónez. 
Él  que  ha  tomado  ejemplo  en  las  grandes  capitales  del 
mundo  civilizado,  ha  marcado  esa  luminosa  huella  en  el  te- 
rruño salvadoreño.  En  los  Departamentos  se  ejecutaron  tra- 
bajos a  granel  en  las  Juntas  de  Fomento  y  de  aguas,  y  en 
ningún  momento  las  descuidó.  Aquí  mismo,  en  la  Capital, 
diariamente  se  le  vió  inspeccionar  la  Oficina  de  Estadística 
y  de  Ingenieros  Oficiales,  como  si  solo  esa  hubiera  sido  su 
labor  Es  el  Dr.  Quiñónez  a  manera  de  artífice  que  anhela 
ver  levantarse  de  sus  manos  un  enjambre  de  progresos. 

Y  si  pasamos  a  apreciar  detalladamente  la  obra  múltiple 
y  sabia  del  Dr.  Quiñónez,  en  el  Ramo  de  la  Guerra,  ten- 
dríamos para  llenar  muchas  columnas  en  un  detenido  estudio. 
La  instrucción  militar,  que  es  la  salvaguardia  del  honor 
nacional,  se  encuentra  satisfecha  de  los  adelantos  positivos, 
en  lo  moral  y  material  que  ha  recibido  de  su  Ministro.  To- 
dos los  Jefes  de  las  grandes  dependencias  del  Ejecutivo, 
desde  el  conspicuo  Estado  Mayor  Central,  hasta  la  Coman- 
dancia Departamental,  se  mueve  matemática  y  ordenadamente 
a  impulsos  del  reformador  de  tan  noble  carrera.  El  ür 
Quiñónez  ha  hecho  sentir  su  benéfica  actuación  en  todo  e 
gremio  y  en  todos  los  centros  militares,  a  tal  grado  que  el 
Excmo  señor  Comandante  General  del  Ejército,  don  Carlos 
Meléndez  no  tuvo  sino  aplausos  para  su  esforzado  colabo- 
rador Hoy  es  cuando  con  justicia  st  puede  decir  que  hay 
milicia  con  cultura  en  todos  los  órdenes.  El  Cuartel  es  Es- 
cuela y  está  formando  ciudadanos  viriles  para  el  mañana. 
iLoor  al  factor  del  progreso  del  Ejecutivo  salvadoreño! 

Las  hermosas  tradiciones  salvadoreñas  no  se  desmien- 
ten- de  los  hogares  modestos,  de  los  pueblos  humildes, 
surgen  los  hombres  que  vienen  a  irradiar  claridades  en  las 
alturas  del  Poder.  La  virtud,  el  patriotismo  y  el  progreso, 
se  encarnan  en  estos  mimados  de  la  Divina  Providencia 
para  el  bienestar  general.  ^  ^  ^^^^^ 

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DR.  MANUEIL  CASTRO  RAMIREIZ 
Magistrado  de  El  Salvador  en  la  Corte  de  Justicia  Centroamericana 


ALBUM  PATOIÓTICO 

ricana,  surgió  la  candidatura  del  eximio  ciudadano  Meléndez, 
para  Presidente  del  Estado  de  El  Salvador,  y  si  no  se 
hubiera  frustrado  esa  tan  soñada  idea  de  unión,  de  seguro 
que  el  señor  Meléndez,  hubiera  salido  triunfante,  y  hoy  fi- 
gmaría  como  uno  de  4os  fundadores  de  la  República  Mayor 
de  CentTO-Am&ica.  Tal  es  a  grandes  rasgos  la  persona- 
lidad del  muy  honrado  y  distinguido  ciudadimo  don  Carlos 
Meléndez. 

II 

El  doctor  don  Alfonso  Quiñónez  Molina,  candidato  a  la 
Vicepresidencia  de  la  República,  en  el  próximo  período  consti- 
tucional, es  una  de  las  figuras  más  culminantes  del  país. 
En  atención  a  sus  revelantes  méritos  morales  e  intelectuales, 
y  en  vista  del  permiso  solicitado  por  el  Presidente  don 
Carlos  Meléndez,  la  Asamblea  Nacional  acordó:  designar  al 
doctor  don  Alfonso  Quiñónez  Molina,  para  que  desempeñara 
tan  alto,  como  honorifico  puesto,  durante  el  tiempo  de  siete 
meses. 

El  doctor  Quiñónez  M.  es  uno  de  los  médicos  más  notables 
de  El  Salvador,  y  en  diferentes  ocasiones  ha  sido  enviado 
como  representante  a  muchos  congresos  y  conferencias  ve- 
rificados en  las  Repúblicas  hermanas  y  en  importantes  na- 
ciones europeas,  donde  ha  puesto  de  manifiesto  la  gran 
potencia  de  su  mentalidad,  lo  mismo  que  sus  numerosos 
conocimientos  en  distintos  ramos  de  la  ciencia.  El  doctor 
Quiñónez  Molina,  es  joven  aun,  e  indudablemente  tendrá 
que  ir  aumentando  de  día  en  día  el  tesoro  de  sus  hetero- 
géneos y  profundos  conocimientos,  para  legarlos  como  sa- 
grada ofrenda  a  su  querida  Patria. 

En  lo  particular  el  doctor  Quiñónez  es  un  cumplido 
caballero,  un  excelente  amigo,  un  padre  cariñoso,  un  buen 
esposo  y  un  hijo  modelo. 

Rafael  García  Escobar. 


San  Salvador,  1°  de  octubre  de  1914. 


32 


Dr.  Ramón  García  GonzAlbz 

ler.  DciliEiuido  ft  U  PmMcoda  de  la  Rciiábttca 


3 


ALBUM  PATRIÓTICO 


ricana,  surgió  la  candidatura  del  eximio  ciudadano  Meléndez, 
para  Presidente  del  Estado  de  El  Salvador,  y  si  no  se 
hubiera  frustrado  esa  tan  soñada  idea  de  unión,  de  seguro 
que  el  señor  Meléndez.  hubiera  salido  triunfante,  y  hoy  fi- 
guraría como  uno  de  los  fundadores  de  la  República  Mayor 
de  Centro-América.  Tal  es  a  grandes  rasgos  la  persona- 
lidad del  muy  honrado  y  distinguido  ciudadano  don  Carlos 
Meléndez. 

II 

El  doctor  don  Alfonso  Quiñónez  Molina,  candidato  a  la 
Vicepresidencia  de  la  República,  en  el  próximo  periodo  consti- 
tucional, es  una  de  las  figuras  más  culminantes  del  pais. 
En  atención  a  sus  revelantes  méritos  morales  e  intelectuales, 
y  en  vista  de!  permiso  solicitado  pur  el  Presidente  don 
Carlos  Meléndez.  la  Asamblea  Nacional  acordó:  designar  al 
doctor  don  Alfonso  Quiñónez  Molina,  para  que  desempeñara 
tan  alto,  como  honorífico  puesto,  durante  el  tiempo  de  siete 
meses. 

El  doctor  Quiñónez  M,  es  uno  de  los  médicos  más  notables 
de  El  Salvador,  y  en  diferentes  ocasiones  ha  sido  enviado 
como  representante  a  muchos  congresos  y  conferencias  ve- 
rificados en  las  Repúblicas  hermanas  y  en  importantes  na- 
ciones europeas,  donde  ha  puesto  de  manifiesto  la  gran 
potencia  de  su  mentalidad,  lo  mismo  que  sus  numerosos 
conocimientos  en  distintos  ramos  de  la  ciencia.  El  doctor 
Quiñónez  Molina,  os  joven  aun,  e  indudablemente  tendrá 
que  ir  aumentando  de  día  tn  día  el  tesoro  de  sus  hetero- 
géneos y  profundos  conocimientos,  para  legarlos  como  sa- 
grada ofrenda  a  su  querida  Patria. 

En  lo  particular  el  doctor  Quiñónez  es  un  cumplido 
caballero,  un  excelente  amigo,  un  padre  cariñoso,  un  buen 
esposo  y  un  hijo  modelo. 

RAFAEL  GARCÍA  ESCOBAR. 


San  Salvador,  1«  de  octubre  de  1914. 


32 


Dr.  Ramón  García  González 

ler.  Designado  a  la  Presidencia  de  la  República 


3 


LA  ACCION  BENEFICA  DE  DOS  INTEKINATOS 


(Para  el  ''Album  Patriótico:'} 

"Nada  existe  tan  difícil  como 
mantenerse  dentro  del  limite 
de  lo  justo,  hablando  de  las 
virtndcs  de  los  mandatarios" 

PUNIO. 

No  obstante  que  los  interinatos  son  épocas  transitivas 
en  que  la  voluntad  personal  y  el  pensamiento  de  evolución, 
se  estrechan  ante  la  acción  conciliadora  de  una  política  que 
no  se  quiere  truncar,  nuestro  pais  ha  tenido  la  suerte  de 
cosechar  por  la  acción,  ha  sido  unánime  en  dos  patriotas, 
los  beneficios  positivos  de  ambos  interinatos. 

El  señor  don  Garios  Meléndez,  primero,  y  el  Dr.  Alfon- 
so Quifiónez  Molina,  después,  han  sido  los  dos  patriotas 
que  llenaron  este  lapso  político,  que  si  bien  se  examina,  fué 
pródigo  en  circunstancias  especiales  que  pusieron  de  mani- 
fiesto la  cordura,  preparación  y  patriotismo  que  estos  dos 
hombres  de  estado  tienen. 

Cuando  el  4  de  febrero  de  1913,  la  República  ensan- 
grentada, bamboleaban  sus  instituciones  en  un  espanto  de 
anarquía,  el  interinato  del  señor  don  Carlos  Meléndez,  fue 
motivo  de  absoluta  precisión  para  cimentar  la  paz  y  la 
concordia  que  en  aquellos  momentos  amenazaran  perderse. 
Y  fue  el  prestigio  de  este  ciudadano,  a  los  altos  timbres  de 
su  vida,  a  lo  que  se  debió  en  aquella  hora  el  mantenimiento 
de  esa  amable  paz  que  tanto  necesitábamos. 

Las  llaves  de  las  libertades  y  de  los  derechos  republi- 
canos, estaban  en  las  manos  del  hombre  probo  que  supo 
siempre  tenderlas  a  la  amistad,  al  aplauso  cívico  y  a  la 
dádiva  pecuniaria,  en  los  momentos  en  que  estas  tres  cosas 
fuesen  necesarias. 


35 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Y  así,  para  el  corazón  del  pueblo  que  ama  y  espera 
ciegamente,  bastaba  tener  la  esperanza  del  porvenir,  sobre 
el  pasado  del  hombre  que  supo  siempre  ser  ciudadano  de 
veras. 

Dejando  consignada  la  acción  conciliadora  que  fuera 
resultado  de  su  exponente  individual,  y  penetrando  su  acti- 
vidad gubernativa  en  el  periodo  provisorio  de  su  presiden- 
cia, puntualizaremos  los  acontecimientos  más  sobresalientes, 
que  dieran  margen  al  aplauso  de  la  nación  entera,  ante  to- 
do, entre  las  clases  conscientes  y  bien  intencionadas,  que 
no  piensan  bajo  el  influjo  del  color  de  las  banderías  parti- 
darias o  el  convencionalismo  egoísta. 

La  política  internacional  tuvo  en  este  período  un  mo- 
mento de  crítica  espectación  para  los  salvadoreños,  al  sentir 
el  paso  acerado  del  conquistador  que,  basándose  en  la 
«conveniencia  suya»,  en  la  «necesidad  de  su  propio  interés», 
pretendía,  sin  más  argumento  que  sus  deseos,  obtener  en 
un  recodo  de  nuestro  litoral  del  Pacífico,  ciertas  concesiones 
que  favoreciendo  planes  de  seguridad  posterior,  fuesen  para 
El  Salvador  en  menoscabo  de  su  integridad  nacional. 

Y  el  alma  del  pais  vibrante  y  viril,  encauzada  como  el 
afluente  de  todas  las  energías  patrióticas  en  el  alma  del 
Presidente  Meléndez,  exteriorizó  la  más  noble,  franca  y 
patriótica  protesta  diplomática  que  conviniera  a  los  intereses 
lesionados  del  país. 

La  digna  actitud  del  gobierno  de  don  Carlos  Meléndez 
ha  sido  fecunda,  pues  aunque  la  pretensión  no  ha  desapa- 
recido, el  golpe  furtivamente  certero  que  se  premeditaba,  se 
conjuró  por  el  momento,  dando  moti/o  a  que  el  Senado  de 
la  nación  pretendiente,  juiciosamente  comprendiera  la  justicia 
de  la  causa  salvadoreña.  Y  este  problema  queda  en  pie, 
con  la  mudez  elocuente  de  la  estatua  <|el  desierto  que  mira 
la  lejanía  como  si  esperase   / 

El  problema  queda  en  pie;  pero  también  el  hombre  está 

de  la  misma  manera.  / 

La  acción  gubernativa  no  termina  aquí  y  sigue  desen- 
volviéndose prudencial  y  sabiamente  cuando  se  trata  de  la 
anormalidad  de  las  finanzas  del  país  que  un  Banco  fraudu- 
lento puso  de  relieve.  La  energía  conciliadora  con  que 
entonces  se  tratara  el  desquiciamiento  financiero  y  la  apre- 
miante situación  de  las  instituciones  bancarias,  bastó  para 


36 


Doctor  Femancío  López 
2o.  Designado  a  la  Presidencia  de  la  República 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Y  así,  para  el  corazón  del  pueblo  que  ama  y  espera 
ciegamente,  bastaba  tener  la  esperanza  del  porvenir,  sobre 
el  pasado  del  hombre  que  supo  siempre  ser  ciudadano  de 
veras. 

Dejando  consignada  la  acción  conciliadora  que  fuera 
resultado  de  su  exponente  individual,  y  penetrando  su  acti- 
vidad gubernativa  en  el  período  provisorio  de  su  presiden- 
cia, puntualizaremos  los  acontecimientos  más  sobresalientes, 
que  dieran  margen  al  aplauso  de  la  nación  entera,  ante  to- 
do, entre  las  clases  conscientes  y  bien  intencionadas,  que 
no  piensan  bajo  el  influjo  del  color  de  las  banderías  parti- 
darias o  el  convencionalismo  egoísta. 

La  política  internacional  tuvo  en  este  periodo  un  mo- 
mento de  crítica  espectación  para  los  salvadoreños,  al  sentir 
el  paso  acerado  del  conquistador  que,  basándose  en  la 
«conveniencia  suya- ,  en  la  '<necesidad  de  su  propio  interés>>, 
pretendía,  sin  más  argumento  que  sus  deseos,  obtener  en 
un  recodo  de  nuestro  litoral  del  Pacifico,  ciertas  concesiones 
que  favoreciendo  planes  de  seguridad  posterior,  fuesen  para 
El  Salvador  en  menoscabo  de  su  integridad  nacional. 

Y  el  alma  del  país  vibrante  y  viril,  encauzada  como  el 
afluente  de  todas  las  energías  patrióticas  en  el  alma  del 
Presidente  Meléndez,  exteriorizó  la  más  noble,  franca  y 
patriótica  protesta  diplomática  que  conviniera  a  los  intereses 
lesionados  del  país. 

La  digna  actitud  del  gobierno  de  don  Carlos  Meléndez 
ha  sido  fecunda,  pues  aunque  la  pretensión  no  ha  desapa- 
recido, el  golpe  furtivamente  certero  que  se  premeditaba,  se 
conjuró  por  el  momento,  dando  moti/o  a  que  el  Senado  de 
la  nación  pretendiente,  juiciosamente  comprendiera  la  justicia 
de  la  causa  salvadoreña.  Y  este  problema  queda  en  pie, 
con  la  mudez  elocuente  de  la  estatua  del  desierto  que  mira 
la  lejanía  como  si  esperase  

El  problema  queda  en  pie;  pero  también  el  hombre  está 
de  la  misma  manera. 

La  acción  gubernativa  no  termina  aquí  y  sigue  desen- 
volviéndose prudencial  y  sabiamente  cuando  se  trata  de  la 
anormalidad  de  las  finanzas  del  país  que  un  Banco  fraudu- 
lento puso  de  relieve.  La  energía  conciliadora  con  que 
entonces  se  tratara  el  desquiciamiento  financiero  y  la  apre- 
miante situación  de  las  instituciones  bancarías,  bastó  para 


36 


Doctor  Femando  López 
2o.  Designado  a  la  Prasidencia  de  la  RepAbiica 


ALBUM  PATRIÓTICO 


que  la  nación  emprendiera  de  nuevo  el  fácil  camino  de  su 
progreso  espontáneo.  De  esta  manera  se  omitió  una  crisis 
violenta  que  pudo  perjudicar  hondamente  al  país. 

No  es  nuestro  objeto  hacer  un  inventario  detallado  de 
las  obras  que  la  voluntad  del  mandatario  materializara  para 
el  desarrollo  y  progreso  de  la  nación. 

Quédese  eso  para  más  tarde  cuando  el  lustro  deslinde 
sus  contornos  históricos  y  pueda  apreciarse  determinadamente, 
lo  que  fuera  su  obra  presidencial,  mejor  dicho,  la  acción  de 
su  iniciativa  en  el  interinato  gubernativo. 

En  la  base  de  su  pedestal  de  ciudadano  honesto,  la 
patria  ha  sembrado  su  mejor  rama  de  laurel;  la  nación  es- 
pera de  su  austeridad  y  honradez  catonianas,  la  salud  de 
la  moral  política,  y  de  sus  principios  republicanos,  acentua- 
damente demócratas,  la  vida  de  la  patria,  ilesa,  autónoma 
y  grande. 

Gustavo  A.  Ruiz. 


DON  CARLOS  MELENDEZ 


He  sido  enemigo  toda  mi  vida  de  quemar  incienso  ante 
los  poderosos,  bien  sabido  de  que  es  la  adulación  un  vene- 
no fatal;  pero,  entre  adulación  y  estímulo,  la  diferencia  es 
notoria.  Se  adula  exagerando  los  buenos  hechos  de  los 
hombres,  por  más  que  esto  les  halague.  Se  estimula,  po- 
niéndose de  relieve  tal  y  como  son,  con  el  fin  de  animaries 
en  la  prosecución  de  sus  fines. 

La  labor  política  y  administrativa  del  señor  Melendez, 
durante  el  tiempo  que,  por  mandato  de  la  ley,  empuñara  las 
riendas  del  gobierno,  fue  lenta  pero  juiciosa,  encarnándose 
en  ella  el  tino,  sin  sobresalientes  hechos  de  relumbrón  que 
solo  producen  ruido  efímero,  sin  resultados  benéficos  y  prác- 

^*^^^En  las  cuestiones  internacionales,  de  suyo  delicadas, 
que  durante  su  gobierno  surgieron,  supo  mantener  la  dig- 
nidad del  país  sin  comprometerle.  En  las  económicas,  puso 
un  sello  de  tranquilidad  y  de  confianza  en  el  público,  man- 
teniendo el  crédito  de  la  República  a  la  misma  altura  en 
que  le  dejara  su  antecesor  señor  Araujo. 


39 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Las  relaciones  amistosas  con  los  demás  países  de  Cen- 
tro-América fueron,  durante  su  gobierno,  perfectamente  sa- 
tisfactorias, asegurando  una  paz  duradera,  de  la  que  tanto 
necesitamos  nosotros  los  centroamericanos  (que  hemos  gas- 
tado en  injustas  guerras  mucho  oro  y  mucha  sangre:  san- 
gre de  hermanos)  para  cumplir  los  altos  fines  a  que  esta- 
mos llamados. 

Un  gobierno  asi,  es  pues,  ejemplar. 

Julio  SolIs  Luna. 

San  Salvador» 


PRO  ^PATRIA 


(Para  el  ''Attmm  Patriótico.") 

De  cuantas  candidaturas  se  han  proclamado  en  el  pais — 
para  Presidente  de  la  República — ninguna  ha  tenido  más 

aceptación,  ni  es  tan  a  propósito  para  fomentar  el  progreso 
de  la  patria,  como  la  del  ilustre  hombre  público  don  Carlos 
Meléndez.  Y  no  podía  ser  de  otro  modo.  El  señor  Meléndez 
reúne  a  su  honradez  acrisolada,  un  criterio  limpio  y  sereno, 
que  lo  coloca  dignamente  en  la  más  alta  cumbre  de  la  vida 
nacional:  la  elevación  de  sus  pensamientos,  el  intenso  amor 
que  profesa  a  su  patria,  la  solidez  de  su  posición  social  y 
pecuniaria,  todo  ese  cúmulo,  en  fin,  de  excelencias  que  dis- 
tinguen su  personalidad  honorable,  son  las  más  brillantes 
ejecutorías  de  que  su  Gobierno  dará  óptimos  frutos  de 
prosperidad,  tal  como  los  dió  el  del  eximio  patricio  don 
Francisco  Menéndez,  de  grátísima  memoria  para  los  salva- 
doreños. 

Realizar  en  la  tierra  la  ley  moral,  que  tanto  encomió 
Cicerón  en  su  tratado  de  República,  es  el  destino  de  la 
democracia,  ha  dicho  el  más  elocuente  de  los  pensadores 
modernos.  Pues  bien,  el  más  grande  intérprete  de  esa  verdad 
profundísima,  es  el  señor  Meléndez.  Todo  concurre  en  su 
inmenso  radio  político.  El  ilustrado  criterio  de  estadista  que 
posee,  el  enlace  de  sus  principios  y  la  prudente  reserva  con 


40 


Don  Samuel  Luna 

3er.  Designado  a  la  Presidencia  de  la  República 


ALBUM  PATRIOTICO 


Las  relaciones  amistosas  con  los  demás  países  de  Cen- 
tro-América fueron,  durante  su  gobierno,  perfectamente  sa- 
tisfactorias, asegurando  una  paz  duradera,  de  la  que  tanto 
necesitamos  nosotros  los  centroamericanos  (que  hemos  gas- 
tado en  injustas  guerras  mucho  oro  y  mucha  sangre:  san- 
gre de  hermanos)  para  cumplir  los  altos  fines  a  que  esta- 
mos llamados. 

Un  gobierno  asi,  es  pues,  ejemplar. 

Julio  Solís  Luna. 

San  Salvador. 


PRO  ^PATRIA 


(Para  el  ''Album  Patriótico.'') 

De  cuantas  candidaturas  se  han  proclamado  en  el  país — 
para  f^resideníe  de  la  República — ninguna  ha  tenido  más 
aceptación,  ni  es  tan  a  propósito  para  fomentar  el  progreso 
de  la  patria,  como  la  del  ilustre  hombre  público  don  Carlos 
Meléndez.  Y  no  podía  ser  de  otro  modo.  El  señor  Meléndez 
reúne  a  su  honradez  acrisolada,  un  criterio  limpio  y  sereno, 
que  lo  coloca  dignamente  en  la  más  alta  cumbre  de  la  vida 
nacional:  la  elevación  de  sus  pensamientos,  el  intenso  amor 
que  profesa  a  su  patria,  la  solidez  de  su  posición  social  y 
pecuniaria,  todo  ese  cúmulo,  en  fin,  de  excelencias  que  dis- 
tinguen su  personalidad  honorable,  son  las  más  brillantes 
ejecutorias  de  que  su  Gobierno  dará  óptimos  frutt)S  de 
prosperidad,  tal  como  los  dió  el  del  eximio  patricio  don 
Francisco  Menéndez,  de  gratísima  memoria  para  los  salva- 
doreños. 

Realizar  en  la  tierra  la  ley  moral,  que  tanto  encomió 
Cicerón  en  su  tratado  de  República,  es  el  destino  de  la 
democracia,  ha  dicho  el  más  elocuente  de  los  pensadores 
modernos.  Pues  bien,  el  más  grande  intérprete  de  esa  verdad 
profundísima,  es  el  señor  Meléndez.  Todo  concurre  en  su 
inmenso  radio  político.  El  ilustrado  criterio  de  estadista  que 
posee,  el  enlace  de  sus  principios  y  la  prudente  reserva  con 


40 


Don  Samuel  Luna 

3er.  Designado  a  la  Presidencia  de  la  República 


ALBUM  PATRkynCO 

que  maneja  sus  propios  intereses,  son  la  mejor  garantía  de 
que,  al  ser  investido  del  alto  cargo  de  Primer  Magistrado 
de  la  República,  sabrá  marcar  el  rumbo  de  los  más  gran- 
des ideales  de  progreso  y  libertad. 

La  patria  necesita  hoy,  más  que  nunca,  de  la  colabora- 
ción de  sus  grandes  hombres.  Es  por  esto  que  el  país,  sin 
distinción  de  colores  políticos,  aclama  por  unanimidad,  para 
Presidente  de  la  República,  a  don  Carlos  Meléndez  y,  para 
Vicepresidente  al  eminente  profesor  Dr.  don  Alfonso  Qui- 
ñónez  Molina,  quien  con  su  ilustración  y  tacto  politico  sa- 
brá prestar  al  señor  Meléndez  su  valiosa  colaboración,  a  fin 
de  colocar  a  nuestra  adorada  patria  a  la  vanguardia  de  los 
países  civilizados  y  cultos. 

El  que  esto  escribe  tiene  fe  absoluta  en  esos  dos  gran- 
des hombres,  quienes  sintetizan  en  este  momento  histórico 
el  ideal  más  grande  del  derecho  y  la  justicia.  Les  conoce 
personalmente  y  desde  el  afio  de  1896,  en  que  El  Salvador 
sufría  estremecimientos  horribles  y  estaba  al  vórtice  de  su 
decadencia  y  de  su  ruina,  el  señor  Meléndez  era  una  per- 
sonalidad en  quien  el  país  había  Ajado  ya  su  más  grande 
y  hermosa  esperanza. 

En  aquella  época  memorable,  tuve  el  honor  de  afiliarme 
al  grupo  de  amigos  del  señor  Meléndez,  al  lado  del  ilustra- 
do doctor  don  Luis  Alonso  Barahona,  y  desde  entonces,  he 
seguido  con  mis  simpatías  al  esclarecido  ciudadano  don 
Carlos  Meléndez,  en  todos  los  trabajos  que  sus  numerosos 
partidarios,  dentro  y  fuera  de  la  República,  iniciaron  en  pro 
de  su  candidatura. 

Es  por  esta  razón  que  hoy,  lleno  de  entusiasmo  patrió- 
tico, vengo  a  colocar  mi  humilde  grano  de  arena  en. el 
grandioso  edificio  de  la  restauración  nacional. 

C.  BARRIOS  Castro. 


EL  PRESTIGIO  DE  LA  HONRADEZ 


(Para  el  **Allmm  Patríotíco") 

Cuando  en  Europa  se  tuvo  noticia  de  la  sangrienta  tra- 
gedia del  4  de  febrero,  consumada  en  el  Parque  Bolívar  de 
la  capital  salvadoreña,  los  amigos  de  nuestro  pais  pensaron 


43 


ALBUM  PATRIÓTICO 


con  sobrada  razón  que  éste  iba  a  caer  en  una  tremenda 
anarquía,  precursora  de  un  protectorado  extranjero:  tan  gra- 
ve era  el  hecho  y  tan  profundamente  impresionó  la  opinión 
europea.  Y  como  allá,  para  el  buen  nombre  de  nuestras 
repúblicas  latinas,  solo  se  toman  en  cuenta  sus  largos  pe- 
ríodos de  orden  y  trabajo,  aquella  inmoralidad  política  hizo 
temer  que  el  mal  tuviera  raices  en  el  pueblo  y  que  ningu- 
na fuerza  sería  capaz  de  mantener  el  orden  sobre  las  olas 
del  caudillaje  en  lucha  y  de  desviar  el  país  de  la  trágica 
pendiente  en  que  se  había  colocado. 

Para  salvarlo  de  la  ruina  segura  no  se  necesitaba  de 
una  energía  intransigente  y  sostenida  en  el  Gobierno,  que 
despertara  rivalidades  de  partido,  sino  la  acción  conciliado- 
ra de  un  ciudadano  justo,  que  por  los  prestigios  de  su  hon- 
radez y  patriotismo,  por  su  prudencia  y  ecuanimidad,  se 
colocara  en  el  fiel  de  la  balanza  y  pudiera  encauzar  la  opi- 
nión pública,  teniendo  a  raya  a  los  pocos  pero  audaces  ele- 
mentos disociadores  que  habían  preparado  el  atentado  y  de- 
bían estar  listos  para  lanzarse  a  la  revuelta  y  contener  al 
mismo  tiempo  los  impulsos  de  la  indignación  impaciente  que 
pudieran  empujar  al  Gobierno  a  la  antigua  y  funesta  políti- 
ca de  represalias.  El  problema  era  difícil  y  requería  toda  la 
serenidad  de  un  verdadero  patriota. 

Y  he  aquí  que  apareció  a  la  cabeza  del  Gobierno  una 
personalidad  limpia  y  prestigiosa  que  unificó  rápidamente  la 
opinión  sensata  en  favor  del  orden  y  de  la  justicia  y  man- 
tuvo a  flote  la  nave  del  Estado  cuando  parecía  que  iba  a 
zozobrar.  Esa  personalidad  fue  el  ciudadano  don  Caríos 
Meléndez.  Su  historia  de  patriota  sin  mancha  llevó  al  país 
la  confianza  que  necesitaba  en  aquel  momento  crítico,  y  las 
pasiones  políticas  sólo  pudieron  producir  espasmos  fugitivos 
sin  conmover  el  fondo  del  sentimiento  popular,  que  se  com- 
pactó en  derredor  del  nuevo  Jefe  de  la  República.  El  país 
le  debe  tan  importante  servicio,  prestado  en  momentos  difí- 
ciles, con  peligro  de  su  tranquilidad  y  aún  de  su  misma 
vida. 

Para  tales  casos  excepcionales  sirve  el  esfuerzo  soste- 
nido de  una  vida  consagrada  íntegramente  al  bien,  e  impreg- 
nada del  sentimiento  de  la  justicia;  la  atracción  irresistible 
de  un  nombre. 

La  continuación  de  ese  orden,  a  pesar  de  las  dificulta- 
des creadas  por  las  crisis  económicas  local  y  universal,  que 


44 


ALBUM  PATRIÓTICO 


con  sobrada  razón  que  éste  iba  a  caer  en  una  tremenda 
anarquía,  precursora  de  un  protectorado  extranjero:  tan  gra- 
ve era  el  hecho  y  tan  profundamente  impresionó  la  opinión 
europea.  Y  como  allá,  para  el  buen  nombre  de  nuestras 
repúblicas  latinas,  solo  se  toman  en  cuenta  sus  largos  pe- 
riodos de  orden  y  trabajo,  aquella  inmoralidad  politica  hizo 
temer  que  el  mal  tuviera  raíces  en  el  puebU)  y  que  nini^u- 
na  fuerza  sería  capaz  de  mantener  el  orden  sobre  las  i)las 
del  caudillaje  en  lucha  y  de  desviar  el  país  de  la  trágica 
pendiente  en  que  se  había  colocado. 

Para  salvarlo  de  la  ruina  segura  no  se  necesitaba  de 
una  energía  intransigente  y  sostenida  en  el  Gobierno,  que 
despertara  rivalidades  de  partido,  sino  la  acción  conciliado- 
ra de  un  ciudadano  justo,  que  por  los  prestigios  de  su  hon- 
radez y  patriotismo,  por  su  prudencia  y  ecuanimidad,  se 
colocara  en  el  fiel  de  la  balanza  y  pudiera  encauzar  la  opi- 
nión pública,  teniendo  a  raya  a  los  pocos  pero  audaces  ele- 
mentos disociadores  que  habían  preparado  el  atentado  y  de- 
bían estar  listos  para  lanzarse  a  la  revuelta  y  contener  al 
mismo  tiempo  los  impulsos  de  la  indignación  impaciente  que 
pudieian  empujar  al  Gobierno  a  la  antigua  y  funesta  politi- 
ca de  represalias.  El  problema  era  difícil  y  requería  toda  la 
serenidad  de  ini  verdadero  patriota. 

Y  he  aquí  que  apareció  a  la  cabeza  del  Gobierno  una 
personalidad  limpia  y  prestigiosa  que  unificó  rápidamente  la 
opinión  sensata  en  favor  del  orden  y  déla  justicia  y  man- 
tuvo a  flote  la  nave  del  Estado  cuando  parecía  que  iba  a 
zozobrar.  Esa  personalidad  fue  el  ciudadano  don  Carlos 
Meléndez.  Su  historia  de  patriota  sin  mancha  llevó  al  país 
la  confianza  que  necesitaba  en  aquel  momento  crítico,  y  las 
pasiones  políticas  sólo  pudieron  producir  espasmos  fugitivos 
sin  conmover  el  fondo  del  sentimiento  popular,  que  se  com- 
pactó en  derredor  del  nuevo  Jefe  de  la  República.  El  país 
le  debe  tan  importante  servicio,  prestado  en  momentos  difí- 
ciles, con  peligro  de  su  tranquilidad  y  aún  de  su  misma 
vida. 

Para  tales  casos  excepcionales  sirve  el  esfuerzo  soste- 
nido de  una  vida  consagrada  íntegramente  al  bien,  e  impreg- 
nada del  sentimiento  de  la  justicia;  la  atracción  irresistible 

de  un  nombre. 

La  continuación  de  ese  orden,  a  pesar  de  las  dificulta- 
des creadas  por  las  crisis  económicas  local  y  universal»  que 


44 


ALBUM  PATRIÓTICO 


han  afectado  hondamente  nuestra  vida  propia,  ha  sido  tam- 
bién obra  meritoria  de  su  sucesor  en  el  Gobierno  provisio- 
nal doctor  Quiñónez  Molina.  .  ^   .    xt  - 

Ambos  han  merecido  por  ello  la  gratitud  de  la  Nación, 
que  ahora,  encarrilada  en  el  sendero  de  la  ley,  solo  necesi- 
ta de  paz,  honradez  y  justicia  para  desarrollar  sus  abun- 
dantes fuentes  de  riqueza  y  realizar  el  bienestar  de  sus  ha- 
bitantes. . ,  .      ,    ,  , 

Y  es  de  esperar,  que  la  actividad  patriótica  de  los  bue- 
nos salvadoreños  estará  con  el  Gobierno,  para  evitarle  obs- 
táculos en  su  reorganización  administrativa  y  dar  a  su  ta- 
rea regeneradora  un  impulso  nacional. 

Así  El  Salvador  será  lo  que  está  llamado  a  ser. 

R.  Rivera. 

Sonsonate,  marzo  de  1915. 


TEMPESTAD  Y  BONANZA 


(Para  el  *ÁUmm  Patriótico*) 

El  9  de  febrero  de  1913,  el  alma  nacional  se  conmovió 
hondamente.  Una  inmensa  catástrofe  hizo  vibrar  dolorosa- 
mente  las  fibras  más  sensibles  de  la  Madre  Patria;  día  luc- 
tuoso en  que  el  insigne  Patricio  doctor  Manuel  Enrique 
Araujo,  rindió  la  jornada  de  la  vida  para  remontarse  a  la 
mansión  de  los  predestinados. 

El  eclipse  de  ese  astro  de  primera  magnitud,  ensom- 
breció el  suelo  Centroamericano. 

La  Patria  Cuscatleca,  como  huérfana  desamparada,  es- 
tremecióse de  dolor  y  de  zozobra. 

Empero,  providencialmente,  disipáronse  las  negras  bru- 
mas del  horizonte  político,  surgiendo  de  pronto  una  figura 
prominente;  él  digno  sucesor  del  ilustre  desaparecido  doc- 
tor Arauio,  que,  así  como  Noé,  el  elegido,  salvó  a  su  des- 
cendencia, así  el  conspicuo  y  prestigioso  ciudadano  don 
Carlos  Meléndez,  el  Designado,  salvó  a  la  Patria. 

En  la  conciencia  nacional  está  la  benéfica  labor  admi- 


46 


Dr.  Cecilio  Bustamante 
Ministro  de  Gobernación,  Fomento  y  Agricultura 


ALBUM  PATRIÓTICO 


han  afectado  hondamente  nuestra  vida  propia,  ha  sido  tam- 
bién obra  meritoria  de  su  sucesor  en  el  Gobierno  provisio- 
nal doctor  Quiñónez  Molina,  ^    .    xt  - 

Ambos  han  merecido  por  ello  la  gratitud  de  la  Nación, 
que  ahora,  encarrilada  en  el  sendero  de  la  ley,  solo  necesi- 
ta de  paz,  honradez  y  justicia  para  desarrollar  sus  abun- 
dantes fuentes  de  riqueza  y  realizar  el  bienestar  de  sus  ha- 
bitantes. 

Y  es  de  esperar,  que  la  actividad  patriótica  de  los  bue- 
nos salvadoreños  estará  con  el  Gobierno,  para  evitarle  obs- 
táculos en  su  reorganización  administrativa  y  dar  a  su  ta- 
rea regeneradora  un  impulso  nacional. 

Asi  El  Salvador  será  lo  que  está  llamado  a  ser. 

R.  Rivera. 

Sonsonate,  marzo  de  1915. 


TEMPESTAD  Y  BONANZA 


(Para  el  •Aibum  Patriótico*) 

El  9  de  febrero  de  1913,  el  alma  nacional  se  conmovió 
hondamente.  Una  inmensa  catástrofe  hizo  vibrar  dolorosa- 
mente  las  fibras  más  sensibles  de  la  Madre  Patria;  día  luc- 
tuoso en  que  el  insigne  Patricio  doctor  Manuel  Enrique 
Araujo,  rindió  la  jornada  de  la  vida  para  remontarse  a  la 
mansión  de  los  predestinados. 

El  eclipse  de  ese  astro  de  primera  magnitud,  ensom- 
breció el  suelo  Centroamericanv). 

La  Patria  Cuscatleca,  como  huérfana  desamparada,  es- 
tremecióse de  dolor  y  de  zozobra. 

Empero,  providencialmente,  disipáronse  las  negras  bru- 
mas del  horizonte  político,  surgiendo  de  pronto  una  figura 
prominente;  el  digno  sucesor  del  ilustre  desaparecido  doc- 
tor Araujo,  que,  así  como  Noé,  el  elegido,  salvó  a  su  des- 
cendencia, así  el  conspicuo  y  prestigioso  ciudadano  don 
Carlos  Meléndez,  el  Designado,  salvó  a  la  Patria  ^ 

En  la  conciencia  nacional  está  la  benéfica  labor  admi- 


46 


Dr.  Cecilio  Bustamante 
Ministro  de  Gobernación,  Fomento  y  Agricultura 


ALBUM  PATRIÓTICO 


nistrativa  del  señor  Meléndez,  durante  los  diecinueve  meses 
de  su  interinato  en  el  Poder,  lo  mismo  que  la  actuación  de 
su  predecesor,  doctor  Alfonso  Quiñónez  Molina:  almas  ge- 
melas que  han  sabido  inspirarse  en  el  mismo  ideal  patrió- 
tico y  Programa  de  Gobierno,  que  garantiza  prácticamente 
el  progreso  y  engrandecimiento  del  pueblo  salvadoreño. 

Los  cortos  i^odos  de  mando,  que  acertadamente  ejer- 
cieron los  señores  Meléndez  y  Quiñónez  M.,  han  servido 
para  agrandar  más  aún,  la  talla  moral  de  tan  distinguidos 
patriotas.  De  ahí,  la  simpatía,  el  prestigio  y  el  voto  unáni- 
me y  espontáneo  del  pueblo,  que  en  esta  vez,  con  admira- 
ble cordura,  ha  sabido  dar  al  César,  lo  que  es  del  César. 

La  Libertad,  1?  de  marzo  de  1915. 

Luis  H.  Guillen. 


DON  CARLOS  MELENDEZ 


(Para  el  *Atímm  Patriótico») 

Había  pasado  la  noche  trágica.  Flotaba  en  los  espíritus 
algo  indefinible,  algo  tenebroso,  que  infundía  miedo  y  zozo- 
bra. La  muerte,  al  cerrar  con  mano  airada  los  ojos  de  un 
gobernante,  parecía  blandir  su  guadaña  sobre  las  institucio- 
nes del  pueblo.  Había  silencio,  había  mutismo,  pero  ese 
mutismo  anunciador  de  la  tormenta.  Las  ideas  aherrojadas, 
el  derecho  abatido,  la  palabra  amordazada,  la  lealtad  cu- 
bierta de  vilipendio,  la  honradez  victima  de  la  calumnia  en 
administraciones  anteriores,  todo  esto,  creyendo  llegado  el 
momento  de  su  reivindicación,  pensó  unirse,  en  infame  con- 
tuvernio,  con  las  pasiones  comprimidas  que  luchaban  por 
dominar  a  las  pasiones  vencedoras  y  dueñas  del  poder  des- 
de luengos  años.  Vióse,  en  medio  de  la  sombra,  ¡cosa  inau- 
dita! a  la  honradez  dando  la  mano  al  crimen,  al  derecho 
aplaudiendo  el  hecho,  a  la  razón  justificando  el  error,  al 
amor  ensalzando  el  odio,  a  la  nobleza  fraternizando  con  la 
indignidad.  Era  preciso  que  en  medio  de  ese  caos  aparecie- 
ra la  luz  y  disipara  las  tinieblas;  que  la  verdad  deslindara 
responsabilidades  y  que  los  buenos  buscaran  a  los  buenos 
y  Iqs  malos  a  los  malos. 


48 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Como  todos  esos  ideales  y  pasiones  conglomerados  se 
movían  a  impulsos  de  una  esperanza,  cuya  realización  era 
el  general  deseo,  al  aparecer  sobre  la  cumbre  el  hombre  en 
quien  convergían  los  anhclop  populares  desde  hacía  muchos 
años,  se  disiparon  las  pasiones  tormentosas  de  la  concien- 
cia, de  la  misma  manera  que  se  disipa  la  tormenta  en  la 
atmósfera  a  los  besos  ardientes  de  los  rayos  del  sol. 

La  situación  estaba  salvada;  las  instituciones  aparecie- 
ron sostenidas  con  mano  firme;  las  pasiones  de  arriba  y  las 
pasiones  de  abajo  desaparecieron;  la  razón,  que  es  justicia 
y  equidad,  flameó  su  enseña  redentora  y  la  República  apa- 
reció radiando  en  su  faz  los  fulgores  del  derecho. 

Tales  fueron  los  acontecimientos;  tal  fué  el  hombre  que 
evitó  la  catástrofe  y  dio  nuevas  orientaciones  a  la  vida  pro- 
gresiva y  libre  de  la  patria.  ¿Que  esto  fue  providencial? 
sea;  todos  los  hombres  que  han  dejado  páginas  gloriosas 
en  el  libro  de  la  historia,  han  sido  providenciales,  sin  que 
esto  mengüe  sus  merecimientos;  al  contrario,  al  aplaudir  su 
obra,  se  aplaude  y  venera  la  Providencia. 

I  Bastaría  lo  dicho  para  rendir  á  tal  hombre  el  debido 
homenaje  de  respeto  y  de  cariño,  si  los  hechos  posteriores 
no  estuvieran  ratificando  el  concepto  de  patriota  que  adqui- 
rió desde  antes  de  su  exaltación  al  poder;  y  no  quiero  re- 
ferirme al  progreso  material  que  se  realiza,  a  pesar  del  pe- 
culado y  derroches  anteriores  y  de  la  anormalidad  económi- 
ca del  mundo,  sino  al  hecho  elocuente  que  hoy  precisamen- 
te se  manifiesta  al  iniciarse  el  nuevo  periodo  presidencial: 
la  compatibilidad  de  la  opinión  pública,  la  unificación  de 
todas  las  tendencias,  la  convergencia  de  todas  las  aspira- 
ciones y  el  llamamiento  de  todas  las  voluntades  a  la  reali- 
zación de  estos  fines:  la  libertad,  el  respeto  al  derecho,  el 
impulso  al  progreso,  el  bien  y  el  engrandecimiento  de  la 
patria.  ¿Qué  la  compatibilidad  es  imposible?  Losé:  las 
pasiones  vencidas  y  las  que  aspiran  a  ser  vencedoras  bre- 
garán siempre  por  el  éxito;  pero  yo  me  refiero  a  la  com- 
patibilidad de  las  tendencias,  aspiraciones  e  ideales  gene- 
rosos y  patrióticos,  mientras  el  jefe  del  Estado  sea  el  por- 
ta estandarte  de  la  honradez  y  del  derecho- 
He  ahí,  en  síntesis,  la  obra  de  don  Garios  Meléndez. 
Que  no  decaiga;  que  el  error  no  tuerza  la  rectitud  de  sus 
ideas  y  la  bondad  de  sus  sentimientos;  que  la  norma  re- 
gular, conecta  y  justa  de  sus  actos,  aniquile  para  siempre 


4 


49 


ALBUM  PATRIÓTICO 


el  espíritu  de  revuelta  y  caudillaje;  que  logre  ahogar  todas 
las  mezquinas  pasiones  y  personales  intereses  y  sobre  las 
ruinas  de  la  iniquidad  levantar  y  sostener  el  edificio  de  la 
República,  colocando  bajo  su  bandera,  como  los  polluelos 
bajo  el  ala,  a  todos  los  hombres  de  buena  voluntad  que 
quieran  laborar  por  la  gloria  y  engrandecimiento  de  la  pa- 
tria, sin  distinción  de  credos  ni  colores  y  sin  pensar  que 
los  que  discrepan,  de  buena  fe  y  honradamente,  son  enemi- 
gos sistemáticos,  pues  quizás  las  discrepancias  se  refieren 
únicamente  a  los  procedimientos,  encaminándose  todos  a  la 
realización  del  mismo  ideal.  De  esta  manera  los  hijos  y 
amantes  de  la  patria,  serán,  en  su  tiempo,  los  glorificadores 
del  nombre  del  gobernante  y  continuadores  de  su  obra  me- 
ritoria y  de  su  noble  ejemplo,  tal  como  hoy— adictos  y  con- 
trarios en  su  época— tan  admiradores  y  propagandistas  de 
las  enseñanzas  que  dejó  aquel  probo  mandatario,— el  gene- 
ral Menéndez  —  que,  teniendo  la  presencia  del  bien,  indi- 
có a  la  conciencia  nacional,  como  una  esperanza  y  una  ban- 
dera redentora,  este  nombre:  Carlos  Meléndez. 

Miguel  A.  fortín. 

San  Salvador,  Marzo  de  1915. 


LA  PAZ 


El  pueblo  salvadoreño,  trabajador,  hospitalario  y  celo- 
so de  su  integridad,  ha  gozado  de  completa  Paz  durante  los 
dos  interinatos  que  por  ministerio  de  la  ley  han  desempeñado 
la  primera  magistratura  de  la  Nación  los  señores  don  Car- 
los Meléndez  y  Dr.  Alfonso  Quiñónez  Molina. 

Estas  dos  personalidades  han  sabido  captarse  el  apre- 
cio y  estimación  de  sus  gobernados,  porque  durante  su  ad- 
ministración se  ha  gozado  de  libertad,  progreso  y  paz,  no 
obstante  las  mil  dificultades  monetarias  por  que  ha  cruzado 
el  País;  por  eso  el  pueblo  entero  los  ha  aclamado  para  que 
continúen  al  frente  de  los  destinos  públicos,  y  es  de  augu- 
rarse una  era  de  paz  completa,  pues  nadie  ignora  que  la 
paz,  como  quiera  que  se  le  considere,  y  fuera  dd  caso  de 


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ALBUM  PATRIÓTICO 


el  espíritu  de  revuelta  y  caudillaje;  que  logre  ahogar  todas 
las  mezquinas  pasiones  v  personales  intereses  y  sobre  las 
ruinas  de  la  iniquidad  levantar  y  sostener  el  edificio  de  la 
República,  colocando  bajo  su  bandera,  como  los  polluelos 
bajo  el  ala,  a  todos  los  hombres  de  buena  voluntad  que 
quieran  laborar  por  la  gloria  y  engrandecimiento  de  la  pa- 
tria, sin  distinción  de  credos  ni  colores  y  sin  pensar  que 
los  que  discrepan,  de  buena  fe  y  honradamente,  son  enemi- 
gos sistemáticos,  pues  quizás  las  discrepancias  se  refieren 
únicamente  a  los  procedimientos,  encaminándose  todos  a  la 
realización  del  mismo  ideal.  De  esta  manera  los  hijos  y 
amantes  de  la  patria,  serán,  en  su  tiempo,  los  glorifícadores 
del  nombre  del  gobernante  y  continuadores  de  su  obra  me- 
ritoria y  de  su  noble  ejemplo,  tal  como  hoy— adictos  y  con- 
trarios en  su  época— tan  admiradores  y  propagandistas  dt 
las  enseñanzas  que  dejó  aquel  probo  mandatario,— el  gene- 
ral Menéndez— que,  teniendo  la  presencia  del  bien,  indi- 
có a  la  conciencia  nacional,  como  una  esperanza  y  una  ban- 
dera redentora,  este  nombre:  Carlos  Meléndez. 

MIGUEL  A.  FORTÍN. 

San  Salvador,  Marzo  de  1915. 


LA  PAZ 


El  pueblo  salvadoreño,  trabajador,  hospitalario  y  celo- 
so de  su  integridad,  ha  gozado  de  completa  Paz  durante  los 
dos  interinatos  que  por  ministerio  de  la  ley  han  desempeñado 
la  primera  magistratura  de  la  Nación  los  señores  don  Car- 
los Meléndez  y  Dr.  Alfonso  Quiñónez  Molina. 

Estas  dos  personalidades  han  sabido  captarse  el  apre- 
cio y  estimación  de  sus  gobernados,  porque  durante  su  ad- 
ministración se  ha  gozado  de  libertad,  progreso  y  paz,  no 
obstante  las  mil  dificultades  monetarias  por  que  ha  cruzado 
el  País;  por  eso  el  pueblo  entero  los  ha  aclamado  para  que 
continúen  al  frente  de  los  destinos  públicos,  y  es  de  augu- 
rarse una  era  de  paz  completa,  pues  nadie  ignora  que  la 
paz,  como  quiera  que  se  le  considere,  y  fuera  del  caso  de 


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4* 


ALBUM  PATRIÓTICO 

conseguirla  con  sangre,  es  el  más  rico  presente  que  los  go- 
biernos pueden  dar  a  sus  pueblos,  porque  la  paz  es  el  fin 
a  que  se  encaminan  las  leyes  y  a  que  se  dirige  la  misma 
guerra,  cuando  una  fatal  necesidad,  conduce  a  los  hombres 
al  campó  del  honor,  rompiendo  todos  aquellos  vínculos  de 
confraternidad  y  concordia  que  sólo  en  la  paz  pueden  man- 
tenerse; porque  es  verdad,  que  aunque  una  nación  alcance 
a  estar  bajo  una  Ley  que  es  todo  respeto  y  garantía  y  a  la 
sombra  de  Instituciones  bienhechoras,  desde  que  la  paz  es 
perturbada  y  los  campos  se  cubren  de  sangre  y  de  cadáve- 
res por  la  guerra,  se  confunden  los  límites,  se  violan  los 
derechos  y  se  extingue  todo  aquello  que  puede  llamarse  fe- 
licidad. 

Debemos,  pues,  los  salvadoreños,  poner  nuestro  contm- 
gente,  a  fin  de  conservar  la  paz,  ya  que  contamos  con  ciu- 
dadanos honrados  y  de  reconocido  patriotismo,  en  el  Poder 
Supremo,  como  son  los  señores  Meléndez  y  Quiñónez  Molina. 


José  a.  mazorra. 


Chalatenango,  marzo  de  1915. 


EL  PUEBLO  Y  SU  MANDATARIO 


(Para  el  •Albm  Patriótico.») 

El  mandatario  que  se  apoya  en  el  pueblo  y  en  la  ley, 
nada  tiene  que  temer,  porque  él  es  la  opinión  y  ésta  es  la 
fuerza. 

El  pueblo  es  la  ley  en  todas  las  naciones  y  al  pueblo 
se  le  debe  la  redención  del  género  humano  y  la  libertad 
universal,  porque  de  su  seno  salen  los  derechos  del  hom- 
bre que  son  el  decágolo  político  de  las  sociedades  mo- 
dernas. 

El  pueblo  siguió  a  Jesucristo  con  entusiasmo  en  su 
peregrinación  desde  su  cuna  de  Belén,  hasta  el  altar  del 
sacrificio  en  el  Calvario,  sin  abandonarlo  en  esa  vía  do- 
lorosa. 

52 


Dr-  tomas  G.  Palomo 
Ministro  de  Hacienda  y  Crédito  Público 


ALBUM  PATRIÓTICO 


conseguirla  con  sangre,  es  el  más  rico  presente  que  los  go- 
biernos pueden  dar  a  sus  pueblos,  porque  la  paz  es  el  fin 
a  que  se  encaminan  las  leyes  y  a  que  se  dirige  la  misma 
guerra,  cuando  una  fatal  necesidad,  conduce  a  los  hombres 
al  campo  del  honor,  rompiendo  todos  aquellos  vínculos  de 
confraternidad  y  concordia  que  sólo  en  la  paz  pueden  man- 
tenerse; porque  es  verdad,  que  aunque  una  nación  alcance 
a  estar  bajo  una  Ley  que  es  todo  respeto  y  garantía  y  a  la 
sombra  de  instituciones  bienhechoras,  desde  que  la  paz  es 
perturbada  y  los  campos  se  cubren  de  sangre  y  de  cadáve- 
res por  la  guerra,  se  confunden  los  limites,  se  violan  los 
derechos  y  se  extingue  todo  aquello  que  puede  llamarse  fe- 
licidad. 

Debemos,  pues,  los  salvadoreños,  poner  nuestro  contin- 
gente, a  fin  de  conservar  la  paz,  ya  que  contamos  con  ciu- 
dadanos honrados  y  de  reconocido  patriotismo,  en  el  Poder 
Supremo,  como  son  los  señores  Meléndez  y  Quiñónez  Molina. 

JOSÉ  A.  MAZORRA. 
Chalatenango,  marzo  de  1915. 


EL  PUEBLO  Y  SU  MANDATARIO 


(Para  el  ^Atímn  Patriótico.  *) 

El  mandatario  que  se  apoya  en  el  pueblo  y  en  la  ley, 
nada  tiene  que  temer,  porque  él  es  la  opinión  y  ésta  es  la 
fuerza. 

El  pueblo  es  la  ley  en  todas  las  naciones  y  al  pueblo 
se  le  debe  la  redención  del  género  humano  y  la  libertad 
universal,  porque  de  su  seno  salen  los  derechos  del  hom- 
bre que  son  el  decágolo  político  de  las  sociedades  mo- 
dernas. 

El  pueblo  siguió  a  Jesucristo  con  entusiasmo  en  su 
peregrinación  desde  su  cuna  de  Belén,  hasta  el  altar  del 
sacrificio  en  el  Calvario,  sin  abandonarlo  en  esa  vía  do- 
lorosa. 


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ALBUM  PATRIÓTICO 


Tras  aquel  hombre,  divino,  pero  humilde,  no  iban  los 
grandes  de  la  tierra,  ni  los  poderosos;  le  seguían  los  labrie- 
gos, los  obreros,  los  que  buscan  en  las  fuerzas  superiores, 
aliento  para  la  vida,  consuelo  para  sus  aflicciones,  promesas 
y  esperanzas  para  el  porvenir. 

Sí,  porque  las  clases  humildes  y  obreras  tienen  instin- 
tos irresistibles  de  libertad,  y  cuando  se  unen  y  se  compactan 
en  un  anhelo  común  con  fuerza  vigorosa  y  propósitos  sanos, 
son  invencibles  en  la  lucha. 

El  pueblo  nace,  como  el  Mártir  del  Gólgota,  en  la 
pobreza,  se  forma  en  el  combate,  se  aquilata  en  el  trabajo, 
y  se  levanta  glorioso  en  el  sacrificio. 

Él  inoculó  su  sangre  en  las  arterias  de  la  revolución 
civilizadora  del  mundo;  apoyó  las  titánicas  empresas,  ha 
roto  las  cadenas  de  los  esclavos,  los  cetros  de  los  sobera- 
nos, y  ha  derribado  al  despotismo. 

El  pueblo  con  su  natural  instinto  jamás  pone  su  culto 
en  falsos  Idolos,  él  sabe  quién  le  ama  deveras,  quién  se 
desvive  por  engrandecerio,  quién  lucha  por  salvado. 

Las  clases  altas  son  por  lo  común  egoístas,  retraídas 
e  indolentes,  y  odian  a  los  gobiernos  porque  dicen  que  las 
explota. 

El  pueblo  que  se  une  siempre  a  las  grandes  ideas  es 
valiente,  abnegado  y  desprendido,  y  su  apoyo  es  la  única 
sólida  base  de  los  gobiernos. 

Los  poderosos,  los  sibaritas,  los  dioses  de  la  Banca, 
tienen  su  sangre  dispuesta  para  ...  las  congestiones.  Los 
hijos  del  pueblo  la  tienen  para  derramarla  por  una  cau- 
sa noble  y  en  defensa  de  la  patria. 

De  sus  manos  ha  surgido,  como  de  las  de  Dios,  todo 
un  mundo  de  progreso,  y  de  su  seno  han  salido  los  gran- 
des inventos,  las  maravillosas  obras  de  arte,  la  civilización 
humana  en  todas  sus  manifestaciones. 

Dá  sin  reserva  alguna  sus  hijos  a  la  Patria  y  su  vi- 
da al  trabajo;  va  a  los  combates  a  defender  la  integridad 
nacional;  embellece  la  ciudad  haciendo  que  progresen  las 
artes;  derriba  con  sus  manos  la  montaña  virgen  y  hace 
surgir  la  agricultura;  construye  edificios,  abre  vías  de  co- 
municación; explota  la  riqueza  mineral,  y  dá,  finalmente,  las 
gotas  de  sudor  al  progreso  de  la  patria  y  las  gotas  de  su 
sangre  a  su  defensa. 


54 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Tras  aquel  hombre  divino,  pero  humilde,  no  iban  los 
grandes  de  la  tierra,  ni  los  poderosos;  le  seguían  los  labrie- 
gos, los  obreros,  los  que  buscan  en  las  fuerzas  superiores, 
aliento  para  la  vida,  consuelo  para  sus  aflicciones,  promesas 
y  esperanzas  para  el  porvenir. 

Si,  porque  las  clases  humildes  y  obreras  tienen  instin- 
tos irresistibles  de  libertad,  y  cuando  se  unen  y  se  compactan 
en  un  anhelo  común  con  fuerza  vigorosa  y  propósitos  sanos, 
son  invencibles  en  la  lucha. 

El  pueblo  nace,  como  el  Mártir  del  Gólgota,  en  la 
pobreza,  se  forma  en  el  combate,  se  aquilata  en  el  trabajo, 
y  se  levanta  glorioso  en  el  sacrificio. 

Él  inoculó  su  sangre  en  las  arterias  de  la  revolución 
civilizadora  del  mundo;  apoyó  las  titánicas  empresas,  ha 
roto  las  cadenas  de  los  esclavos,  los  cetros  de  los  sobera- 
nos, y  ha  derribado  al  despotismo. 

El  pueblo  con  su  natural  instinto  jamás  pt»ne  su  culto 
en  falsos  Ídolos,  él  sabe  quién  le  ama  deveras,  quién  se 
desvive  por  enurandecerlo,  quién  lucha  por  salvarlo. 

Las  clases  altas  son  por  lo  común  egoístas,  retraídas 
e  indolentes,  y  odian  a  los  gobiernos  porque  dicen  que  las 
explota. 

El  pueblo  que  se  une  siempre  a  las  grandes  ideas  es 
valiente,  abnegado  y  desprendido,  y  su  apoyo  es  la  única 
sólida  base  de  los  gobiernos. 

Los  poderosos,  los  sibaritas,  los  dioses  de  la  Banca, 
tienen  su  sangre  dispuesta  para  ...  las  congestiones.  Los 
hijos  del  pueblo  la  tienen  para  derramarla  por  una  cau- 
sa noble  y  en  defensa  de  la  patria. 

De  sus  manos  ha  surgido,  como  de  las  de  Dios,  todo 
un  mundo  de  progreso,  v  de  su  seno  han  salido  los  gran- 
des inventos,  las  maravillosas  obras  de  arte,  la  civilización 
humana  en  todas  sus  manifestaciones. 

Dá  sin  reserva  alguna  sus  hijos  a  la  Patria  y  su  vi- 
da al  trabajo;  va  a  los  combates  a  defender  la  integridad 
nacional;  embellece  la  ciudad  haciendo  que  progresen  las 
artes;  derriba  con  sus  manos  la  montaña  virgen  y  hace 
surgir  la  agricultura;  construye  edificios,  abre  vías  de  co- 
municación; explota  la  riqueza  mineral,  y  dá,  finalmente,  las 
gotas  de  sudor  al  progreso  de  la  patria  y  las  gotas  de  su 
sangre  a  su  defensa. 


54 


Doctor  Reyes  Arrieta  Rossi, 

Sithu  t:rc 'arto  f!(-   Rt-lntuf^v  E>:<fitai,  Ir*.- 
in.(xicn  PúL.lic.';  1-  Jui-tit  .a 


ALBUM  PATRiÓTICO 


Nunca  se  deja  engañar,  y  cuando  se  abusa  de  él  y  se 
le  desconocen  y  vulneran  sus  derechos  y  sus  libertades,  sa- 
len de  su  hirviente  seno  de  volcán  las  olas  de  fuego  de 
las  revoluciones  que  son  la  expresión  genuina  de  sus  có- 
leras. 

Carlos  Qüehl. 


DISCURSO 

pronunciado  por  s\i  autor  frente  a  la  residencia  del  ciudadano 
don  Carlos  Meléndez.  el  13  d«  dictmüm  d»  1913. 


Excelentísimo  señor  don  Carlos  Meléndez: 

Señores: 

Los  Clubs  de  esta  ciudad,  y  especialmente  el  Club  Calva- 
reño  «General  Cabanas»,  me  han  comisionado  para  que  os 
dirija  la  palabra  en  este  solemne  acto,  en  que  el  pueblo 
lleno  de  regocijo  viene  a  presentaros  un  cariñoso  saludo  y 
a  ofreceros,  a  la  vez,  su  incondicional  adhesión,  para  que 
sigáis  dirigiendo  los  altos  y  delicados  destinos  de  la  patria, 
en  el  próximo  periodo  de  1915  a  1919;  y  es  que  ha  visto 
en  vos,  señor,  al  ciudadano  probo,  amante  respetuoso  de 
la  ley,  que  sabrá  hacer  la  felicidad  de  este  desventurado 
pueblo,  que  siempre  ha  sido  víctima  del  más  odioso  y  de- 
testable despotismo.  Con  el  Gobierno  del  Dr.  Araujo  se  ini- 
ció una  era  de  paz,  de  libertad  y  de  progreso,  cuya  ful- 
gente aurora  ya  empezaba  a  iluminar  hasta  las  crestas  más 
altas  de  nuestras  seculares  y  feraces  montañas,  tantas  ve- 
ces oscurecidas  con  el  humo  de  combate  fratricida!  Y  a  vos, 
señor,  os  ha  cabido  la  gloria  de  continuar  laborando  en  esa 
magna  obra,  digna  solo  de  espíritus  superiores,  como  el  de 
aquel  y  como  el  vuestro. 

¡Dejad  a  la  prensa  independiente  que  lance  sus  candentes 
dardos,  contra  tí,  que  no  serán  capaces  de  herir  vuestro  pecho, 
pues  está  cubierto  con  la  fuerte  coraza  del  más  acendrado 
patriotismo!  ¡Dejad  al  encrespado  mar  de  las  pasiones  poli- 
ticas  que  lance  sus  gigantes  y  rugientes  olas  en  señal  de 
amenaza,  que  al  llegar  a  vuestros  pies,  se  tornarán  en  co- 
pos de  blanquísima  espuma! 


56 


Doctor  Francisco  A..  Lima, 

Subsecretario  de  Gobernación 


ALBUM  PATRIÓTICO 

Nunca  se  deja  engañar,  y  cuando  se  abusa  de  él  y  se 
le  desconocen  y  vulneran  sus  derechos  y  sus  libertades,  sa- 
len de  su  hirviente  seno  de  volcán  las  olas  de  fuego  de 
las  revoluciones  que  son  la  expresión  genuina  de  sus  có- 
leras- 

Carlos  Qüehl. 


DISCURSO 

pronunciacío  por  svi  autor  frente  a  la  residencia  del  ci\adadaiK> 
don  Carlos  Meléndez.  el  13  de  dictemt>re  de  1913. 


Excelentísimo  señor  don  Carlos  Meléndez: 

Señores : 

Los  Clubs  de  esta  ciudad,  y  especialmente  el  Club  Calva- 
reño  «General  CabcMiis  .  nie  han  c(»misionado  para  que  os 
dirija  la  palabra  en  este  st^lemne  acto,  en  que  el  pueblo 
lleno  de  re^íocijo  viene  a  presentaros  un  cariñoso  saludo  y 
a  ofreceros',  a  la  vez,  su  incondicional  adhesión,  para  que 
si^ráis  dirigiendo  los  altos  y  delicados  destinos  de  la  patria, 
en  el  próximo  período  de  1915  a  1919;  y  es  que  ha  visto 
en  vos,  señor,  al  ciudadano  probo,  amante  respetuoso  de 
la  lev,  que  sabrá  hacer  la  felicidad  de  este  desventurado 
pueblo,  que  siempre  ha  sido  victima  del  más  odioso  y  de- 
testable despotismo.  Con  el  Gobierno  del  Dr.  Araujo  se  ini- 
ció una  era  de  paz,  de  libertad  y  de  progreso,  cuya  tul- 
gente  aurora  ya  empezaba  a  iluminar  hasta  las  crestas  más 
altas  de  nuestras  seculares  y  feraces  montañas,  tantas  ve- 
ces oscurecidas  con  el  luimo  de  combale  fratricida!  Y  a  vos, 
señor,  os  ha  cabido  la  gloria  de  continuar  laborando  en  esa 
magna  obra,  digna  solo  de  espíritus  superiores,  como  el  de 
aquel  y  como  el  vuestro, 

¡Dejad  a  la  prensa  independiente  que  lance  sus  candentes 
dardos,  contra  ti,  que  no  serán  capaces  de  herir  vuestro  pecho, 
pues  está  cubierto  con  la  fuerte  coraza  del  más  acendrado 
patriotismo!  ¡Dejad  al  encrespado  mar  de  las  pasiones  poli- 
ticas  que  lance  sus  gigantes  y  rugientes  olas  en  señal  de 
amenaza,  que  al  llegar  a  vuestros  pies,  se  tornarán  en  co- 
pos de  blanquísima  espuma! 


56 


ALBUM  PATRIÓTICO 


¡La  gloria  del  triunfo  está  en  la  lucha  y  para  triunfar 
es  necesario  luchar! 

¿Qué  importa  al  águila  caudal  que  se  remonta  en  su 

atrevido  vuelo  hasta  las  más  empinadas  cumbres  de  los 
Andes,  los  ladridos  de  los  perros  famélicos  que  desean  de- 
vorarle, cuando  ella  fía  en  la  potencia  de  sus  alas? 

Y  a  vos,  señor,  qué  os  incumbe  que  unos  cuatro  des- 
contentos os  quieran  aturdir  con  sus  estiidentes  y  destem- 
plados gritos  desde  las  columnas  de  la  prensa  opositora,  si 
el  pueblo  entero,  de  un  confín  a  otro  de  la  República,  os 
aclama? 

Las  personas  sensatas  han  calificado  ya  de  antipatrió- 
tica esa  campaña  emprendida  por  ciertos  individuos  que 
desean  ver  anarquizado  el  país  para,  lograr  sus  bastardas 
y  nefandas  ambiciones!  ... 

Pueblo: 

En  estos  difíciles  y  críticos  momentos  porque  atraviesa 
el  país,  la  única  persona  que  puede  salvarlo  de  la  miseria, 
la  esclavitud  y  la  anarquía,  es  el  honrado  ciudadano  don 
Garios  Meléndez,  y  es  por  esto,  que  todos  los  patriotas  bien 
intencionados,  lo  aclaman  unánimemente. 

Rafael  García  Escobar. 


LA  OPINION 


Desde  el  más  lejano  rincón  de  esta  amada  República 
salvadoreña  llegan  los  patrióticos  ecos,  las  altísimas  notas 
de  la  fundación  de  clubs  melendistas,  que  se  proponen 
trabajar  con  fervor  y  ':on  tesón,  por  la  victoria  del  insigne 
estadista,  gloria  inmarcesible  de  la  tierra  centroamericana. 

Este  como  resurgimiento  de  la  conciencia  nacional,  que 
se  alista,  entusiasta,  para  entrar  con  bríos  en  la  próxima 
contienda  electoral,  nos  coloca  en  la  gloriosa  cima  de  la 
cordura  y  sensatez,  que  son  los  bellos  caracteres  de  los 
países  cultos  y  los  hermosos  senderos  que  conducen  a  una 
paz  estable,  fundamento  y  base  para  el  adelanto  de  la  clase 
proletaria:  ese  humilde  pero  potente  ejército  de  los  laboriosos... 


58 


ALBUM  PATRIÓTICO 


¡La  ghtria  del  triunfo  está  en  la  lucha  y  para  triunfal- 
es necesario  luchar! 

¿Qué  importa  al  águila  caudal  que  se  remonta  en  su 
atrevido  vuelo  hasta  las  más  empinadas  cumbres  de  los 
Andes,  los  ladridos  de  los  perros  famélicos  que  desean  de- 
vorarle, cuando  ella  fia  en  la  potencia  de  sus  alas? 

Y  a  vos,  señor,  qué  os  incumbe  que  unos  cuatro  des- 
contentos os  quieran  aturdir  con  sus  estiidentes  y  destem- 
plados gritos  desde  las  columnas  de  la  prensa  opositora,  si 
el  pueblo  entero,  de  un  confín  a  otro  de  la  República,  os 
aclama  ? 

Las  personas  sensatas  han  calificado  ya  de  antipatrió- 
tica esa  campaña  emprendida  por  ciertos  individuos  que 
desean  ver  anarquizado  el  país  para,  lograr  sus  bastardas 
y  nefandas  ambiciones!  .  .  . 

Pueblo: 

En  estos  dificiles  y  críticos  momentos  porque  atraviesa 
el  pais,  la  única  persona  que  puede  salvarlo  de  la  miseria, 
la  esclavitud  y  la  anarquía,  es  el  honrado  ciudadano  don 
Carlos  Meléndez,  y  es  por  esto,  que  todos  los  patriotas  bien 
intencionados,  lo  aclaman  unánimemente. 

Rafael  García  Escobar. 


LA  OPINION 


Desde  el  más  lejano  rincón  de  esta  amada  República 
salvadoreña  llegan  K»s  patrióticos  ecos,  las  altísimas  notas 
de  la  fundación  de  clubs  melendistas,  que  se  propf.nen 
trabajar  con  fervor  y  •  on  test'm,  por  la  victoria  del  insii^Mie 
estadista,   i^loria  inn'iarcesible  de  la  tierra  centntamericana. 

Este  como  resurgimient(i  de  la  conciencia  nacit)naL  que 
se  alista,  entusiasta/ para  entrar  con  bríos  en  la  próxima 
contienda  electoral,  nos  coloca  en  la  gloriosa  cima  de  la 
cordura  y  sensatez,  que  son  los  bellos  caracteres  de  los 
países  cultos  y  los  hermosos  senderos  que  conducen  a  una 
paz  estable,  fundamento  y  base  para  el  adelanto  de  la  clase 
proletaria:  ese  humilde  pero  potente  ejército  de  los  laboriosos... 


58 


ALBUM  PATRÓITICO 


Y  a  través  de  ese  prisma,  ante  ese  gesto  digno  de  un 
pueblo  que  adora  en  don  Carlos  Meléndez  a  un  patriarca, 
se  observa,  se  trasluce  la  ola  arroUadora,  el  deseo  único,  el 
pensamiento  unánime  que  mueve  la  corriente  de  la  opinión 
pública;  la  más  grande  aspiración  del  ciudadano  y  del  pa- 
triota: entregar  la  difícil  nave  del  Estado  en  manos  de  un 
hombre  que  piense  en  los  destinos  de  El  Salvador,  con  la 
mano  puesta  sobre  el  corazón,  como  símbolo  del  religioso 
respeto  que  debemos  a  la  Patria  y  de  la  lealtad  a  que  es 
acreedora  la  divina  madre  de  nuestra  madre. 

Y  el  pueblo  trabajador,  el  pueblo  honrado  que  reconoce 
en  el  integérrimo  ciudadano  señor  Meléndez,  al  virtuoso,  al 
intachable,  al  hombre  de  talla,  dispuesto  a  ofrendarlo  todo 
por  sus  compatriotas,  lo  aclama,  y  dándole  pruebas  inequí- 
vocas de  su  cariño,  lo  señala  y  se  resuelve  a  elegirlo  para 
el  próximo  periodo  constitucional  de  la  República.  Por  eso, 
y  ante  ese  aspecto  halagador;  ante  ese  dichoso  despertar  del 
espíritu  nacional  por  medio  de  sus  clubs,  es  lógico  que  crea- 
mos en  la  victoria  de  don  Carlos  Meléndez,  que  resuena  en 
el  corazón  del  Pueblo  como  nombre  sublime,  augurio  santo 
de  bienestar  y  de  felicidad  suprema  para  la  querida  tierra 
cuscatleca. 


ALKED£DOPv  DE  UN  HOMBRE 


(Para  el  "AUmm  Patriótico") 

Vida  agitada  y  tempestuosa  la  vida  del  Poder;  agitar- 
se en  las  esferas  de  la  política  y  ser  sereno  ante  los  pro- 
blemas nacionales,  es  cosa  bien  difícil.  Es  en  este  campo  de 
acción  que  debe  verse  al  señor  don  Carlos  Meléndez. 

Sin  ambiciones  rastreras,  sin  huellas  de  crimenes,  con 
enorme  caudal  de  honradez,  con  energías  potentes  y  cumplien- 
do la  Ley,  llegará  a  la  Presidencia  el  señor  Meléndez.  No  as- 
cenderá a  ella,  como  muchos,  por  lineas  quebradas;  sigue  la 
línea  recta,  ama  la  sencillez  republicana  y  se  mantiene  fir- 
me con  su  antiguo  prestigio,  con  el  cariño  y  respeto  de 
todos  sus  conciudadanos  y  creyendo  siempre  que  la  sereni- 
dad es  una  de  las  grandes  virtudes  que  acompañan  en  todo 
momento  a  los  hombres  superiores. 


eo 


ALBUM  PATRÓITICO 


Y  a  través  de  ese  prisma,  ante  ese  gesto  digno  de  un 
pueblo  que  adora  en  don  Carlos  Meléndez  a  un  patriarca, 
se  observa,  se  trasluce  !a  o\a  arrolladora.  el  deseo  único,  ei 
pensamiento  unánime  que  mueve  la  ct)rriente  de  la  opinión 
pública;  la  más  grande  aspiraci('»n  del  ciudadano  y  del  pa- 
triota: entreí^ar  ia  difícil  nave  del  Estado  en  manos  de  un 
hombre  que  piense  en  los  destinos  de  1:1  Salvador,  con  la 
mano  puesta  sobre  el  corazón,  como  símbolo  del  religioso 
respeto  que  debemos  a  la  Patria  y  de  la  lealtad  a  que  es 
acreedora  la  divina  madre  de  nuestra  madre. 

Y  el  pueblo  trabajador,  el  pueblo  honrado  que  reconoce 
en  el  integérrimo  ciudadano  señor  Meléndez,  al  virtuoso,  al 
intachable,  al  hombre  de  talla,  dispuesto  a  ofrendarlo  todo 
por  sus  compatriotas,  lo  aclama,  y  dándole  pruebas  inequí- 
vocas de  su  cariño,  \n  señala  y  se  resuelve  a  elegirlo  para 
el  pn'ixímo  período  constitucional  de  la  República.  Por  eso, 
V  ante  ese  aspecto  halagador;  ante  ese  dichoso  despertar  del 
espíritu  nacional  por  medio  de  sus  clubs,  es  lógico  que  crea- 
mos en  la  victoria  de  don  Carlos  Meléndez,  que  resuena  en 
el  corazón  del  Pueblo  como  nombre  sublime,  augurio  santo 
de  bienestar  y  de  felicidad  suprema  para  la  querida  tierra 
cuscatleca. 


ALKEDEDOPv  DE  UN  HOMBRE 


(Pura  el  ''Album  Patriótico") 

Vida  ai^iiada  y  tempestuosa  la  vida  del  Poder;  agitar- 
se en  las  esferas  de  la  política  y  ser  sereno  ante  los  pro- 
blemas nacionales,  es  cosa  bien  difícil.  Es  en  este  campo  de 
accí('»n  que  debe  verse  al  señor  don  Carlos  Meléndez. 

Sin  ambiciones  rastreras,  sin  huellas  de  crimenes,  con 
enorme  caudal  de  honradez,  con  energías  potentes  y  cumplien- 
do la  Ley,  llegará  a  la  Presidencia  el  señor  Meléndez,  No  as- 
cenderá a  ella,  como  muchos,  por  líneas  quebradas;  sigue  la 
linea  recta,  ama  la  sencillez  republicana  y  se  mantiene  fir- 
me con  su  antiguo  prestigio,  con  el  cariño  y  respeto  de 
todos  sus  conciudadanos  y  creyendo  siempre  que  la  serení- 
dad  es  una  de  las  grandes  virtudes  que  acompañan  en  todo 
momento  a  los  hombres  superiores. 


eo 


Doctor  David  Rosales  K. 


Doctor  David  Rosales  K. 

Subsecretario  de  Instrucción  Pública 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Don  Carlos  Meléndez  atrae  por  sus  virtudes  cívicas; 
atrae  por  el  fiel  cumplimiento  de  la  Constitución;  atrae  por 
su  fisonomía  amable  y  austera  a  un  tiempo  mismo:  lleva 
en  si  el  imán  que  hace  de  los  hombres  la  voluntad  que 
manda  obedecer  y  el  corazón  que  ordena  amar. 

No  es  un  fermento  de  anarquía  ni  por  su  posición  po- 
lítica, ni  por  su  posición  social,  ni  monetaria:  he  ahí  la  su- 
prema virtud  que  le  mantiene  en  pie  sin  ser  tocada  su  ca- 
beza por  tempestades  que  casi  siempre  rodean  a  los  polití' 
eos  que  surgen  por  casualidades  del  destino. 

Siempre  será  un  timbre  de  orgullo  para  el  señor  don 
Carlos  Meléndez  su  gesto  altivo  defendiendo  la  soberanía 
nacional  y  laborando  por  la  concordia  y  acercamiento  fra- 
ternal de  los  pueblos  centroamericanos.  Es  por  todo  esto 
que  tiene  derecho  a  vivir  perennemente  dentro  del  espíritu 
nacional  que  sabe  encarnar  y  defender. 

S.  MARTINEZ  FlOUEROA 


LA  OBRA  ADMINISTRATIVA  DEL 

SEÑOR  MELENDEZ 


Muy  a  despecho  de  los  prejuicios  y  de  la  dañada  in- 
tención que  en  un  principio  sentó  una  pequeña  fracción  de 
individuos  desafectos  al  señor  Meléndez,  en  el  corto  perio- 
do de  tiempo  que  este  modesto  ciudadano  ha  desempeñado 
la  primera  magistratura  del  Estado,  su  actuación  adminis- 
trativa ha  sido  altamente  honrada  y  beneficiosa  a  los  inte- 
reses de  la  comunidad  nacional. 

Muy  ajeno  el  señor  Meléndez,  a  todo  sentimiento  de 
ambición,  ha  impreso,  en  todos  sus  actos  administrativos, 
una  conducta  que  es  la  verdadera  similitud  de  la  que  ob- 
servó su  ilustre  antecesor.  Todos  los  problemas  económi- 
cos que  ante  él  se  han  presentado,  han  tenido  acertada  so- 
lución:— nadie  ignora  que  la  crítica  situación  de  los  Ban- 
cos por  su  escasez  de  numerario,  pudo  envolver  al  país 
en  una  dilatada  crisis  monetaria ;  —  pero  el  Gobierno  del 
señor  Meléndez,  con  la  fe  y  el  convencimiento  del  que  lu- 
cha por  salvar  los  intereses  de  su  patria,  conjuró  aquel 

62 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Don  Carlos  Meléndez  atrae  por  sus  virtudes  cívicas; 
atrae  por  el  fiel  cumplimiento  de  la  Constitución;  atrae  por 
su  fisonomía  amable  y  austera  a  un  tiempo  mismo:  lleva 
en  si  el  imán  que  hace  de  los  hombres  la  voluntad  que 
manda  obedecer  y  el  corazón  que  ordena  amar. 

No  es  un  fermento  de  anarquía  ni  por  su  posición  po- 
lítica, ni  por  su  posición  social,  ni  monetaria:  he  ahí  la  su- 
prema virtud  que  le  mantiene  en  pie  sin  ser  tocada  su  ca- 
beza por  tempestades  que  casi  siempre  rodean  a  los  políti- 
cos que  surgen  por  casualidades  del  destino. 

Siempre  será  un  timbre  de  orgullo  para  el  señor  don 
Carlos  Meléndez  su  gesto  altivo  defendiendo  la  soberanía 
nacional  y  laborando  por  la  concordia  y  acercamiento  fra- 
ternal de  los  pueblos  centroamericanos.  Es  por  todo  esto 
que  tiene  derecho  a  vivir  perennemente  dentro  del  espíritu 
nacional  que  sabe  encarnar  y  defender. 

S.  Martínez  Figueroa 


LA  OBRA  ADMINISTRATIVA  DEL 

SEÑOR  MELENDEZ 


Muy  a  despecho  de  los  prejuicios  y  de  la  dañada  in- 
tención que  en  un  principio  sentó  una  pequeña  fracción  de 
individuos  desafectos  al  señor  Meléndez,  en  el  corto  perío- 
do de  tiempo  que  este  modesto  ciudadano  ha  desempeñado 
la  primera  magistratura  del  Estado,  su  actuación  adminis- 
trativa ha  sido  altamente  honrada  y  beneficiosa  a  los  inte- 
reses de  la  comunidad  nacional. 

Muy  ajeno  el  señor  Meléndez,  a  todo  sentimiento  de 
ambición,  ha  impreso,  en  todos  sus  actos  administrativos, 
una  conducta  que  es  la  verdadera  similitud  de  la  que  ob- 
servó su  ilustre  antecesor.  Todos  los  problemas  econ()mi- 
cos  que  ante  él  se  han  presentado,  han  tenido  acertada  so- 
luciónnadie  ignora  que  la  critica  situación  de  los  Ban- 
cos por  su  escasez  de  numerario,  pudo  envolver  al  país 
en  una  dilatada  crisis  monetaria ;  —  pero  el  Gobierno  del 
señor  Meléndez,  con  la  fe  y  el  convencimiento  del  que  lu- 
cha por  salvar  los  intereses  de  su  patria,  conjuró  aquel 


62 


Exmo.  Sr.  Dr.  Adulfo  Pérez  y  Aguiiar, 


ALBUM  PATRIÓTICO 


desastre,  con  el  Decreto  del  7  de  noviembre.  El  desborde 
de  una  insana  pasión  política,  se  apoderó  de  los  elementos 
adversos  a  la  obra  del  señor  Meléndez,  >  de  aquí  la  acre  cen- 
sura de  que  fue  objeto  aquel  Decreto,  calificándolo  de  in- 
constitucional y  de  un  espíritu  de  parcialidad,  tributada  iini- 
camente  a  los  Bancos.  El  Gobierno  obró  como  lo  exigían 
las  circunstancias;  desgraciadamente  hay  leyes  que  en  su 
faz  externa,  aparentan  ser  despóticas,  injustas  y  contrarias 
a  los  fines  beneficiosos  que  tuvo  en  mira  el  legislador;  pe- 
ro en  su  aplicación  práctica,  producen  ópimos  resultados. 
Tal  sucedió  con  el  Decreto  aludido,  el  que,  no  solo  garan- 
tizó a  los  tenedores  de  billetes,  sino  que  exigió  de  los 
Bancos,  la  obligación  estricta  de  acuñar  cada  uno  de  ellos 
la  suma  de  quinientos  mil  pesos  plata,  dentro  del  término 
de  seis  meses.  Merced  a  ese  Decreto,  pudieron  equilibrarse 
los  intereses  de  la  nación  y  los  de  la  Banca.  Hoy,  como  es 
del  dominio  público,  la  perspectiva  de  aquella  crisis,  ha 
desaparecido;  todos  los  Bancos  subsistentes,  pidieron  opor- 
tunamente las  cantidades  de  plata  que  les  exigia  el  Decre- 
to; ya  el  Agrícola  Comercial  recibió,  el  9  del  corriente,  la 
cantidad  de  quinientos  mil  colones  que  ingresaron  a  sus 
arcas;  y  en  breve,  el  Occidental  y  Salvadoreño,  recibirán 
las  cantidades  obligatorias  y  mucho  más.  Actualmente  la 
situación  bancaria  es  bonancible,  pues  ya  se  hacen,  en  me- 
tálico, pequeñas  transacciones. 

El  Erario  Nacional  fluctúa  en  buenas  condicones,  que 
se  deducen  elocuentemente  de  la  puntualidad  con  que  se 
pagan  todos  los  gastos  que  exige  la  administración  públi- 
ca. Todos  los  Ramos  de  ésta  no  han  interrumpido  la  mar- 
cha progresiva  a  que  fueron  impulsados  por  el  ilustre  doc- 
tor Ar^ujo. 

La  dolorosa  tragedia  que  segó  la  vida  de  aquel  exi- 
mio ciudadano,  habría  sido  el  negro  prólogo  de  una  horri- 
ble hecatombe;  y  hoy  la  familia  salvadoreña,  estaría  pro- 
fundamente lesionada,  y  envuelta  en  la  más  espantosa  anar- 
quía, porque  el  espíritu  revolucionario,  adormecido  por  al- 
gún tiempo,  hubiera  enarbolado  el  pabellón  fratricida,  para 
convertir  al  país  en  un  campo  de  agramante. 

Felizmente  la  suerte  dispuso  otra  cosa,  y  surgió  la  fi- 
gura del  señor  Meléndez,  donde  se  encarnan  todas  las  ideas 
y  los  principios  de  la  democracia  pura.  Su  aversión  por  el 


5 


65 


ALBUM  PATRIÓTICO 

mando  supremo,  manifestada  en  diversas  ocasiones,  pugnó 
con  sus  sentimientos  de  buen  patriota,  y  fue  asi  como 
abandonó  su  bienestar  personal,  para  dirigir  los  destinos 
de  la  nación. 

Su  presencia  en  el  Poder,  en  los  momentos  delicados 
de  una  situación  anormal,  apagó  la  eftrvecencia  de  ambi- 
ciones sustentadas  largo  tiempo  por  elementos  de  caudi- 
llaje. 

El  señor  Meléndez,  mantiene  ho>  la  paz  y  el  progreso 
del  país,  por  esto  el  pueblo  salvadoreño,  cada  día  siente 
por  él  y  su  gobierno,  fidelidad  y  entrañable  simpatía. 


LA  VOLUNTAD 

A  propósito  del  movimiento  aléccionario 


1 


No  solamente  triunfan  los  magnates,  los  opulentos; 
también  los  humildes  llevan  en  su  ser  un  talismán  invisible 
y  poderoso:  la  voluntad. 

I! 

En  la  espesura  del  bosque  hay  monstruos  que  atravie- 
san su  corazón  y  agitan  sus  densos  penachos  de  ceniciento 
humo  como  gallardos  pendones  del  progreso;  en  los  ma- 
res, colosos  de  acero  que  devoran  las  distancias  con  la 
febril  inquietud  délos  deseos;  en  el  aire,  ligeras  naves  que 
compiten  con  la  bravura  y  rapidez  de  los  cóndores  andinos. 

Y  esos  monstruos  de  la  selva,  y  esos  gigantes  de  las  on- 
das y  esos  cóndores  de  acero,  ¿qué  son  sino  la  férrea  vi- 
bración del  alma  voluntad? 

III 

La  estatua  surge  bella  como  la  concepción  excelsa  del 
artista,  los  versos  se  desatan  cual  magnifico  collar  de  niveas 
y  azuladas  perias,  el  laurel  ciñe  la  frente  del  heroico  militar. 

Y  la  estatua  que  surge,  y  los  versos  que  se  desatan  y  el 
laurel  del  vencedor,  ¿qué  son  sino  la  voluntad? 


Doctor  Federico  Penado 

Rector  de  la    Universidad  Nacional 


66 


1 


ALBUM  PATRIOTICO 


mando  supremo,  manifestada  en  diversas  ocasiones,  pugnó 
con  sus  sentimientos  de  buen  patriota,  y  fue  así  como 
abandonó  su  bienestar  personal,  para  dirigir  los  destinos 
de  la  nación. 

Su  presencia  en  el  Poder,  en  los  nK-mentos  delicados 
de  una  situacitui  annrmal,  apagó  la  efervecencia  de  anihi- 
cuMies  sustentadas  largo  tiempo  por  elementos  de  caudi- 
llaje. 

Ei  señor  Aleléndez,  mantiene  ho>  la  paz  y  el  progreso 
del  pais,  por  esto  el  pueblo  salvadoreño,  cada  día  siente 
por  él  y  su  gobierno,  fidelidad  y  entrañable  simpatía. 


LA  VOLUNTAD 

A  prepósito  del  movimiento  eleccionario 

I 

No  solamente  triunfan  los  magnates,  los  opulentos ; 
también  los  humildes  llevan  en  su  ser  un  talismán  invisible 
y  poderoso:  la  voluntad. 

li 

En  la  espesura  del  bosque  hay  monstruos  que  atravie- 
san su  corazón  y  agitan  sus  densos  penachos  de  ceniciento 
humo  como  gallardos  pendones  del  progreso;  en  los  ma- 
res, colosos  de  acero  que  devoran  las  distancias  con  la 
febril  inquietud  délos  deseos;  en  el  aire,  ligeras  naves  que 
compiten  con  la  bravura  y  rapidez  de  los  cóndores  andinos. 

Y  esos  monstruos  de  la  selva,  y  esos  gii^antes  de  las  on- 
das y  esos  cóndores  de  acero,  ¿qué  son  sino  la  férrea  vi- 
bración del  alma  voluntad? 

III 

La  estatua  surge  bella  como  la  concepción  excelsa  del 
artista,  los  versos  se  desatan  cual  magnifico  collar  de  niveas 
y  azuladas  perlas,  el  laurel  ciñe  la  frente  del  heroico  militar. 

Y  la  estatua  que  surge,  y  los  versos  que  se  desatan  y  el 
laurel  del  vencedor,  ¿qué  son  sino  la  voluntad 


66 


Doctor  Federico  Penado 

Rrcirí   ck'   la    Uri'vtTMor-id  Naccna 


ALBUM  PATRIÓTICO 
IV 

El  pálido  fulgor  de  las  estrellas,  el  hálito  aromado  de 
las  flores,  la  nota  que  solloza  en  el  ramaje,  la  cascada  que 
se  despeña  en  irisada  espuma;  todo  loque  vive  y  palpita; 
todo  lo  que  vibra  a  impulsos  del  artífice  Creador:  |todo 
es  voluntad! 

M.  A.  Santillana. 


ALBORES  DE  LIBERTAD 


{Para  eí  •Album  Patriótico*) 

Ante  el  espectro  lívido  del  Dr.  Araujo,  pasa  un  desfile 

de  sombras  al  abismo.  .  .  . 

Fulge  una  ténue  claridad  inicial  como  precursora  de 
otra  época  radiante,  cuyos  albores  de  magníficos  augurios 
se  extienden  sobre  el  horizonte  de  la  Patria. 

¡Aparece  el  Sol  de  la  Libertad! 

Bajo  los  auspicios  de  fueros,  derechos  y  garantías 
individuales,  vibra  unánime  y  compacta,  a  los  cuatro  vientos, 
la  candidatura  popular,  para  las  altas  funciones  de  un  go- 
bierno sin  precedentes  por  la  manifestación  espontánea  de 
las  ya  conscientes  masas. 

La  figura  conspicua  de  don  Carlos  Meléndez  resurge 
triunfadora  entre  los  ciudadanos  salvadoreños,  que  le  re- 
claman para  el  próximo  período  presidencial. 

Eco  de  esperanza  es  su  nombre,  que  va  de  boca  en 
boca  como  precursor  factible  de  realidad  deseada,  cuya 
evidencia  se  resuelva  en  una  era  bonancible. 

Hermosa  perspectiva  es  la  promesa  que  hoy  el  tiempo 
nos  anuncia,  preconizando  con  hechos  palpables  el  bienestar 
supremo. 

Seis  meses  bastaron  para  prestigiar  al  candidato  en  la 
politica  nacional,  cuando  providencialmente  y  en  circuns- 
tancias difíciles  asumió  por  ley  y  voluntad  del  pueblo  la 
representación  de  ta  Primera  Magistratura:  bien  sabido  de 
todos  es-  el  terror  que  la  hecatombe  del  4  de  febrero  de 


68 


ALBUM  PATRIÓTICO 


1913  produjo  en  el  país;  y  bien  sabido  es  también,  que, 
ante  la  incertidumbre  del  suceso,  súpose  mantener  firme  e 
inconmovible;  reconocida  ya  por  la  sanción  pública,  esta 
demostrada  su  enteza  de  carácter  noble,  activa  e  inflexible 
en  presencia  de  cualquier  situación. 

Su  cuna  humilde  lo  hizo  demócrata;  su  riqueza,  aristó- 
crata; y  su  acción  constante  de  trabajo,  formó  su  espíritu 
socialista. 

Cultura,  talento  y  buena  voluntad  son  condiciones  ad- 
herentes  al  ciudadano  digno;  y  trilogía  es  ésta  de  su  norma 
en  la  conducta,  tacto  y  cumplimiento  del  deber. 

Que  es  hombre  de  finanzas,  crédito  y  confianza,  probado 
está  con  su  corta  administración  pasada. 

Y  la  designación  del  segundo  Poder  en  las  labores 
futuras  de  su  mando,  clarividencia  su  Gabinete  de  porvenir. 

Cuanto  al  Dr.  Quiñónez  Molina,  hay  que  decir,  previsto 
y  manifiesto  está:  el  limitado  periodo  en  que  ha  fungido, 
constitucionalmente,  pone  de  relieve  sus  dotes  y  anhelos 
por  el  bien  común. 

El  círculo  que  ha  precedido  al  señor  Meléndez,  como 
base  fundamental  para  su  próximo  Gobierno,  ha  sido  for 
mado  por  lo  más  selecto  de  ciudadanos  de  honradez  limpia 
y  acrisolada  en  el  buen  nombre  de  la  causa. 

Las  congregaciones  todas  que  le  proclaman  y  sostienen, 
han  dado  crédito  a  sus  trabajos,  por  la  buena  armonía, 
orden  y  disciplina,  tanto  en  la  aceptación  para  la  Vicepre- 
sidencia  del  connotado  hombre  público  Dr.  Quiñónez,  como 
en  el  triunfo  en  los  comicios  electorales  para  Municipalidades. 

Digna  de  mejor  suerte  es  esta  desgraciada  fracción  de 
Centro  América;  y  lo  será,  pues  ya  respira  aires  de  libertad, 
mediante  la  evolución  progresiva .  con  que  la  paz  le  ha 
marcado  nuevos  derroteros. 

Los  detractores  del  ideal  moderno  van  en  derrota  .  •  . 

[Paso  a  las  nuevas  instituciones! 

(La  República  de  El  Salvador  está  de  plácemes  1 

M.  Alvarez  Magaña. 


69 


NUESTRA  CLASE  DE  GOBIERNO 
Y  NUESTRO  GOBERNANTE 


{Para  el  *  Album  Patriótico.») 

En  las  masas  populares  que  forman  los  pueblos,  se 
encuentran  unos  que  odian  toda  clase  de  gobierno;  no  quie- 
ren tener  otra  autoridad  más  que  el  yo  de  cada  unidad  de 
ese  compuesto;  el  gobierno  es  para  ellos,  la  presión  más 
infame  que  pudo  concebir  el  hombre  para  la  misma  huma- 
nidad: es  el  cruel  verdugo  que  no  deja  a  sus  conciencias  la 
libre  acción  de  sus  movimientos,  porque  cuando  quiere  disten- 
derse por  cierta  linea  de  hechos,  tropieza  con  alguna  ley, 
con  algún  reglamento  que  les  detiene  y  se  sienten  cohibidos 
en  todos  sus  actos,  desde  los  más  frivolos  hasta  los  más 
formales  de  su  vida. 

En  toda  acción  encuentran  un  obstáculo. 

A  cada  hecho,  la  ley  le  marca  su  camino. 

Todo  acto  humano  tiene  su  limitación  en  la  ley,  y,  odian 
a  esa  ley,  pero  odian  más  a  sus  autores. 

El  gobierno  es  para  ellos  el  ente  más  despreciable  que 
debia  desaparecer  de  la  tierra. 

El  anarquismo,  siembra  a  cada  paso  depósitos  de  di- 
namita para  desarraigario  y  esfumarlo,— como  vapor  de  agua 
de  la  atmósfera,— de  todo  horizonte  de  la  historia. 

Pero  otros  de  la  misma  masa  de  un  pueblo,  consideran 
al  gobierno,  como  el  ser  indispensable  a  la  vida  individual 
y  colectiva;  y,  a  las  leyes,  como  la  mano  omnipotente  de 
un  ser  sobrehumano,  cuya  conciencia  es  toda  justicia. 

Inconcebible  les  es  un  pueblo  en  donde  cada  conciencia 
se  gobierne  y  gobierne  a  las  demás;  porque  cada  conciencia 


70 


Don  PomRio  Qascu  S. 

Administrador  de  la  Aduana  de  Sonsonate,  quien  con  inteligencia 
y  honradez  ha  desempeñado  por  dos  veces,  interinamente,  la 
Subaccfenrfa  de  fladeÍMla  y  CfMto  PMéco. 


NUESTRA  CLASE  DE  GOBIERNO 

\  SLEóJRO  GOBERNANTE 


(Pura  ci  ^  Aük:/u  Paírióííco .  -) 

En  las  masas  popularos  que  forman  jos  puebios.  se 
encuentran  unos  que  odian  toda  ciase  de  L:;obierno;  no  quie- 
ren tener  otra  autoriuatl  más  que  ei  re  de  cada  unidad  de 
ese  C( 'Hipuesli > :  e!  nobiern* >  es  para  elins.  la  ¡iresiiMi  más 
infame  que  pudo  cnncei)ir  el  lionibre  par.i  la  nusma  huma- 
nidad: es  el  cruel  verdui;n  que  no  deja  a  sus  conciencias  la 
libre  acción  de  sus  movimientos,  porque  cuando  quiere  disten- 
derse por  cierta  linea  de  hechos,  tropieza  con  alguna  ley, 
ct)n  algún  reglamento  que  les  detiene  y  se  sienten  cohibidos 
en  todos  sus  actos,  desde  los  más  frivolos  hasta  los  más 
formales  de  su  vida. 

En  toda  acci'tn  encuentran  un  obstáculo. 

A  cada  hecho,  la  ley  ie  marca  su  camiu". 

Todo  acto  human*»  tiene  su  limitación  en  la  ley,  y,  odian 
a  esa  ley,  pen>  odian  m  is  a  sus  autores. 

El  lijobierno  es  para  ellos  el  ente  más  despreciable  cjue 
debía  desaparecer  de  la  tierra. 

El  anarquisiU".  siembra  a  cada  paso  dep''>sitos  de  di- 
namita para  desarraÍL^arlo  y  esfumarlo. — como  vapor  de  agua 
de  la  atnu')sfera,  — de  todo  h(»rizonte  de  la  historia. 

Pero  otros  de  la  misma  masa  de  un  pueblo,  consideran 
al  gobierno,  como  el  ser  indispensable  a  la  vida  individual 
y  colectiva;  y,  a  las  leyes,  como  la  mano  omnipotente  de 
un  ser  sobrehumano,  cuya  conciencia  es  toda  justicia. 

Inconcebible  les  es  un  pueblo  en  donde  cada  conciencia 
se  gobierne  y  gobierne  a  las  demás;  porque  cada  conciencia 


70 


Don  Manuel  J.  IraHeta 

ex -Suhsecrctarin        Hacienda  y  Crédito  Público 
actuaíintnlc  Adir.inislraiirtT  de  la  Adiiarm  i;e  I  :f  (.ib'"-t 


ALBUM  PATRIÓTICO 


en  sí  tiene  su  especial  criterio  de  moralidad,  y,  aunque 
existan  leyes  morales  universalmente  aceptadas,  hay  con- 
ciencias inadaptadas  a  esa  moral  y  cada  hombre,  dueño 
de  muchas  pasiones,  haría  imponer  su  criterio  de  moralidad 
a  sus  actos,  pisoteando  la  moral  colectiva  e  individual. 

Ese  cruzamiento  de  fuerzas  que  producen  en  la  sociedad 
las  varias  y  múltiples  acciones  de  cada  individuo,  distendidas 
en  trayectorias  ilimitadas,  pasarían,  sin  hacer  estación  en 
ninguna  otra  conciencia,  y  su  línea  de  movimiento  rompería 
la  moral  media  de  la  conciencia  colectiva  e  individual. 

Lo  que  es  muy  moral  para  mí,  es  altamente  inmoral 
para  otros. 

Lo  que  es  moral  para  un  pueblo,  es  mmorai  para  otra 
colectividad. 

Un  acto  humano,  de  conciencia  para  el  ejecutante,  puede 
ser  un  ataque  para  la  conciencia  colectiva  o  a  la  moral  de 
cada  individuo. 

Ese  ataque  a  la  moralidad  media  e  individual,  consti- 
tuye, según  la  definición  de  Ferri  y  otros  autores,  el  Crimen; 
y  tenemos  que  en  esos  pueblos  en  donde  el  anarquismo 
triunfe,  los  actos  de  las  conciencias  individuales,  surcando 
el  «Superorganismo»  en  una  línea,  libre  de  la  resistencia 
limitatoria  de  una  ley,  dejaría  a  su  paso  por  cada  miembro 
del  «Espíritu  Cuerpo»,  los  estragos  del  Crimen;  y,  si  hace- 
mos una  síntesis  de  todos  los  actos  humanos  que  se  efectúan 
en  la  estructura  de  los  pueblos,  veríamos  al  seguir  a  cada 
uno,  en  su  línea  de  acción,  que,  a  cada  choque  con  la  mo- 
ral de  cada  individuo  que  hiera,  brotar,  como  una  chis- 
pa al  choque  de  dos  corrientes  eléctricas,  algún  crimen 
que  tendrá  que  manifestarse  con  una  acción  cuyo  movimien- 
to, engendrará  otra  serie  de  crímenes. 

El  crimen  es  el  microbio  de  la  tuberculosis  social. 

La  sociedad  infestada  de  ese  microbio,  ve  pronto  su 
ocaso.  ■ 

Así  como  un  organismo,  consuntivamente  va  a  la  tum- 
ba cuando  le  invade  el  cok,  así  tendrá  que  llegar  al  fracaso 
todo  pueblo  que  no  tenga  leyes  ni  gobierno;  por  el  crimen, 
a  ese  Super- organismo,  tendrá  la  historia  que  cancelarle  la 
estricta  cuenta  de  sus  relatos. 

De  ahí,  que  los  creyentes  en  los  buenos  efectos  que 
producen  las  leyes  y  el  gobierno  en  todo  compuesto  social. 


72 


ALBUM  PATRIÓTICO 


se  esfuerzan  en  su  sostenimiento,  de  la  manera  que  diera 
lugar  su  defensa. 

La  teoría  Gobiernista  es  la  que  priva  en  la  mayona 
absoluta  de  los  pueblos. 

Pero,  esos  pueblos,  cuya  concisa  voluntad  la  refleja  su 
ley  primitiva  o  Carta  Fundamental,  manifiestan  la  existencia 
de  diferentes  criterios  acerca  de  las  formas  de  gobierno;  lar- 
go me  sería  someterlas  al  análisis,  sin  embargo,  haré,  para 
el  propósito  que  me  propongo,  una  simple  relación  entre 
las  dos  clases  principales. 

El  Gobierno  Monárquico  Absoluto,  que  degenerada- 
mente creyó  tener  el  poder  por  unción  divina,  fue  el  primer 
criterio  que  privó;  pero  viendo  los  pueblos  los  solemnes  y 
muy  repetidos  abusos  que  cometían  esos  mandatarios,  so- 
pretexto  de  representar  en  la  tierra  el  poder  de  Dios,  cam- 
biaron su  voluntad,  muchos  de  ellos,  los  viriles,  los  de  mo- 
ral más  culta,  los  que  han  tenido  la  gloria  de  pisotear  el 
servilismo  e  imponer  la  moral  política! 

La  autocracia  que  concede  privilegios,  títulos,  clases, 
para  los  allegados  al  poder,  y  desprecios  y  cárceles  para 
el  pueblo,  para  la  plebe;  la  autocracia  que  hacía  al  gobier- 
no omnipotente  en  lo  omnipresente;  la  autocracia,  que  ha- 
cía de  la  nación  su  predio,  y  de  los  habitantes,  semovientes 
de  su  predio,  ha  sido  la  peor  bofetada  que  se  ha  lanzado 
al  rostro  de  la  humanidad. 

Algunos  pueblos  compredieron  que  la  autocracia  era 
para  el  autócrata,  un  título  de  vileza,  porque  su  orgullo, 
su  vanidad,  rayaba  en  lo  soez  y  en  lo  villano,  creyéndose 
el  único,  la  única  conciencia  activa  y  necesaria  cuyos  man- 
datos debían  ser  venerados,  y,  a  cuya  voz  se  esclavizaba 
el  pueblo  sin  modular  palabra  de  protesta;  y,  también  com- 
prendió que  para  el  mismo  pueblo  era  un  título  de  vileza, 
de  cobardía,  de  imbecilidad  y,  trató  de  limitarla. 

Las  hordasrevolucionarias;  turbulentos  oleajes  de  guerra; 
y  una  serie  de  fenómenos  político-sociales,  vino  poco  a 
poco  a  cambiar  el  orden  de  cosas,  surgiendo  el  gobierno 
popular  que  puso  sus  plantas  sobre  varias  dinastías  des- 
póticas. ^       .  . 

Las  juntas  populares  de  gobierno,  trataban  de  regla- 
mentar ciertas  necesidades  de  la  plebe,  haciendo  juramentar 
al  rey,  el  exacto  cumplimiento  de  ese  reglamento  o  dispo- 
sición; esas  juntas  populares,  se  imponían  a  la  corona;  y. 


73 


ALBUM  PAfTRIÓTlCO 


los  monarcas  comprendieron  la  necesidad  de  neutralizar  las 
tendencias  monárquicas  con  las  del  pueblo,  y,  surgió  la 
representación  del  pueblo  como  regenteador  del  poder. 

El  pueblo  debía  gobernar  para  sí;  nadie  puede  ordenar 
mejor  sus  actos  que  uno  mismo. 

El  sistema  representativo  que  estaba  maleado  en  algu- 
nos países  por  la  monarquía,  al  empuje  patriótico  de  las 
Juntas  populares  de  gobierno  que  minaban  de  continuo  a 
la  corona,  lograron  la  completa  bancarrota  del  trono,  y,  el 
establecimiento  de  un  gobierno  cuyo  poder,  es  el  poder 
del  pueblo;  cuya  voluntad,  la  voluntad  del  pueblo. 

Ese  gobierno  emanado  del  seno  popular;  refractario  de 
todo  poder  legado  como  patrimonio  o  heredado  como  in- 
mueble, es  el  gobierno  Republicano. 

El  ideal  gobierno  de  la  democracia,  de  la  igualdad,  de 
la  justicia  y  del  progreso  es  el  que  tiene  nuestra  patria  y 
sus  hermanas. 

El  Salvador  como  ellas,  en  los  tristes  tiempos  del  co- 
loniaje, fué  una  miserable  víctima  de  los  azotes  que  el  cetro 
de  la  monarquía  española  diera  a  nuestra  raza;  pero  nues- 
tra raza  que  conservaba  en  sus  venas  la  sangre  pujante, 
soberbia  y  aguerrida  de  los  héroes  habidos  en  el  alba  de 
nuestra  historia,  no  pudo  soportar  los  vejámenes  y  el  cruel 
despotismo  de  la  monarquía. 

Los  descendientes  de  Urraca  y  Lempira  conservaban 
su  genio. 

La  altivez  del  carácter  de  ellos,  encarnó,  con  el  vigor 
de  una  fuerza  suprema,  en  las  ilustres,  nobles  y  monumen- 
tales figuras  de  nuestros  Proceres,  autores  de  la  democracia, 
acérrima  enemiga  de  la  monarquía  que  derribó;  padres  de 
la  democracia  más  pura  y  vigorizada  que  ha  estrechado  las 
manos  a  nuestra  historia;  esa  democracia  que  despuntó  ea 
1811,  que  se  manifestó  en  1821,  que  se  acentuó  el  22,  para 
tomar  hondas  raíces  el  23,  es  la  gloria  de  nuestra  historia 
y  la  gloria  de  nuestros  Proceres. 

Los  Proceres  que  imprimieron  más  la  democracia  en 
nuestro  pueblo,  trazaron  en  nuestra  patria  su  derrotero; 

Pero  desde  aquellas  gloriosas  fechas  a  la  presente,  han 
habido  gobiernos  que  han  pisoteado  los  sagrados  ideales 
de  nuestros  Próceres. 

La  democracia  la  han  simulado  11 


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1 


í 


f. 


ALBUM  PATRIÓTICO 


los  monarcas  comprendieron  la  necesidad  de  neutralizar  las 
tendencias  nioncárqnicas  con  las  del  pueblo,  y,  surgió  la 
representaci»')n  del  pueblo  como  regenteador  del  poder. 

F,l  pueblo  debía  gobernar  para  si;  nadie  puede  ordenar 
mejor  sus  actos  que  uno  mismo. 

El  sistema  representativo  que  estaba  maleado  en  algu- 
nos países  por  la  monarquía,  al  empuje  patriótico  de  las 
juntas  populares  de  gobierno  que  minaban  de  continuo  a 
la  corona,  lograron  la  completa  bancarrota  del  trono,  y,  el 
establecimiento  de  un  i^obierno  cuyo  poder,  es  el  poder 
del  pueblo;  cuya  voluntad,  la  voluntad  del  pueblo. 

Ese  gobierno  emanado  del  seno  popular;  refractario  de 
todo  poder  lei^ado  como  patrimonio  o  heredado  como  in- 
mueble, es  el  gobierno  Republicano. 

El  ideal  i^obierno  de  la  democracia,  de  la  igualdad,  de 
la  justicia  y  del  progreso  es  el  que  tiene  nuestra  patria  y 
sus  hermanas. 

El  Salvador  como  ellas,  en  los  tristes  tiempos  del  co- 
loniaje, fué  una  miserable  victima  de  los  azotes  que  el  cetro 
de  la  monarquía  española  diera  a  nuestra  raza;  pero  nues- 
tra raza  que  conservaba  en  sus  venas  la  sangre  pujante, 
soberbia  y  ai^uerrida  de  los  héroes  habidos  en  el  alba  de 
nuestra  historia,  no  pudo  soportar  los  vejámenes  y  el  cruel 
despotismo  de  la  monarquía. 

Los  descendientes  de  Urraca  y  Lempira  conservaban 
su  genio. 

'  La  altivez  del  carácter  de  ellos,  encarnó,  con  el  vigor 
de  una  fuerza  suprema,  en  las  ilustres,  nobles  y  monumen- 
tales figuras  de  nuestros  Proceres,  autores  de  la  democracia, 
acérrima  enemiga  de  la  monarquía  que  derrib(>;  padres  de 
la  democracia  más  pura  y  vigorizada  que  ha  estrechado  las 
manos  a  nuestra  historia;  esa  democracia  que  despuntó  en 
1811,  que  se  manifestó  en  1821,  que  se  acentuó  el  22,  para 
tomar  hondas  raices  el  23,  es  la  gloria  de  nuestra  historia 
y  la  gloria  de  nuestros  Proceres. 

Los  Proceres  que  imprimieron  más  la  democracia  en 
nuestro  pueblo,  trazaron  en  nuestra  patria  su  derrotero; 

Pero  desde  aquellas  gloriosas  fechas  a  la  presente,  han 
habido  gobiernos  que  han  pisoteado  los  sagrados  ideales 
de  nuestros  Próceres. 

La  democracia  la  han  simulado  II 


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ALBUM  PATRI6TKX> 

La  democracia  que  hace  al  gobierno  de  todos  y  para- 
todos  sin  escudriñar  origen  ni  titulo  o  fortuna  de  los  ciu- 
dadanos, ha  sido  no  más  que  una  quimera  política  I! 

Se  ha  disimulado  la  Autocracial! 

Tal  vez  haya  pasado  ese  tiempo  que  ha  burlado  la 
pureza  de  nuestros  Próceres;  tal  vez  ya  descansen  en  su 
tumba  bajo  la  sombra  Roñosa  que  les  prodiga  nuestra  his- 
toria. 

La  ascensión  de  DON  CARLOS  MELÉNDEZ  a  la  primera 
silla  de  nuestro  Capitolio,  será  para  ellos  y  nosotros,  el 
sostenimiento  de  nuestra  gloriosa  institución  democrática; 

Él,  que  comprende  los  nobles  esfuerzos  y  cruentos  sa- 
crificios de  nuestros  Próceres,  en  pro  de  nuestra  felicidad, 
es  un  fiel  sacerdote  de  la  democracia  pura,  y  hará  manifes- 
tar su  gobierno  con  los  más  luminosos  destellos  que  pueda 
dar  el  venturoso  sol  de  la  democracia. 

Él,  hará  de  nuestro  pueblo,  el  pueblo  más  libre  de 
Centro  América. 

Él,  hará  que  no  solo  cierta  casta  de  individuos  sean 
los  dignos  de  los  puestos  públicos:  en  nuestras  Asambleas, 
hará  ver  una  gran  manifestación  de  democracia,  cuando  no 
solo  llenen  una  serie  de  titulados  o  tinterillos  las  sillas  del 
«Salón  Azul»,  sino  también  artesanos,  que  en  nuestra  clase 
obrera,  hay  agrupaciones  muy  dignificadas,  capaces  de  re- 
presentar la  voluntad  de  un  puebloll 

La  igualdad  ante  la  ley. 

La  justicia  para  todos. 

Los  puestos  públicos  para  todo  aquel  que  sea  apto, 
sea  cual  fuere  su  clase. 

La  libertad,  en  latitudes  que  abrace  el  pleno  uso  de 
totalidad  de  derechos,  es  la  seimiologia  de  una  democracia 
pura. 

Pura,  como  a  la  que  dieron  vida  en  El  Salvador  nues- 
tros Próceres  en  los  momentos  históricos  que  limitaron  los 
aflos  de  1811  al  23,  será  la  de  don  Carlos  Meléndez. 

Democracia,  autora  de  la  paz  y  del  progreso,  según 
seas,  será  la  gloria  del  señor  Meléndez,  de  su  Administra- 
ción y  de  nuestra  Patria!! 

Porfirio  A.  valencia  R.  l. 


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PRO  ^PUEBLO 


Nuestro  carácter  exigente;  nuestra  falta  absoluta  de 
serenidad;  nuestro  apasionamiento  político  y  muchas  veces, 
nuestra  falta  de  criterio,  de  comprensión  y  de  lógica,  nos 
conducen  al  error,  a  un  error  desastroso  tanto  para  la 
Patria  como  para  nosotros  mismos. 

En  el  ambiente  saturado  de  raquitismo  que  envuelve 
a  nuestras  enclenques  nacionalidades,  no  es  posible  que 
fructifiquen  y  alcancen  envidiables  proporciones,  sistemas 
gubernativos  tal  como  los  admiramos  en  países  que  han 
avanzado  hasta  colocarse  en  un  estado  de  perfectibilidad  tal, 
que  todos  los  resortes  del  Estado  marchan  al  unisono  en 
la  prosecución  del  bienestar  nacional. 

Las  unidades  individuales  del  pueblo,  son,  sin  discusión, 
los  elementos  más  eficaces  para  el  buen  gobierno  del  mismo 
pueblo. 

No  es  posible  esperar,  ni  tampoco  se  puede  exigir,  que 
en  donde  los  individuos  carecen  de  las  dotes  del  verdadero 
ciudadano,  en  donde  el  analfabetismo  hace  que  los  hombres 
sean  manejables  por  unos  pocos,  en  donde  se  carece  de 
partidos  políticos  bien  organizados  y  con  ideales  bien  defi- 
nidos, en  donde  la  opinión  pública  es  una  ilusión,  una  mentira, 
no  es  posible  esperar  ni  üimpoco  se  puede  exigir,  que  se 
implanten  sistemas  que  por  su  perfección,  deslumbran  a  los 
que  ansian  algo  bueno  para  la  Patria  que  los  vio  nacer. 

Para  que  El  Salvador  alcance  el  puesto  aspirado  por 
los  buenos  patriotas,  preciso  es  que  realice  una  portentosa 
evolución  concienzuda,  cuya  base  es  la  instrucción  de  las 
masas  populares.  Pero  esta  obra  no  es  obra  de  un  dia,  sino 
que  es  el  producto  de  una  labor  paciente  y  dilatada  para 
que  fructifique  de  una  manera  subyugadora. 


77 


ALBUM  PATRIÓTICO 

El  Gobierno  del  doctor  Quiflónez  M.  ha  iniciado  ya  la 
construcción  del  grandioso  edificio  del  porvenir,  estableciendo 
la  Escuela  Normal  de  Varones,  y  tocará  al  del  señor  don 
Carlos  Meléndez,  la  coronación  de  ese  ideal,  al  que  deben  su 
grandiosidad  las  naciones  del  viejo  continente. 

Es  así  la  única  manera  por  la  que  llegan  los  pueblos  a 

la  ansiada  meta. 

«Luz!  luz!  más  luz!»,  clama  en  este  momento  la  genera- 
ción que  se  levanta,  y  los  salvadoreños  honrados,  se  preparan 
para  hacer  ascender  el  lo.  de  marzo  venidero,  las  gradas 
del  Capitolio,  al  ciudadano  que  llevará  a  esa  niñez  a  los 
umbrales  del  templo  de  Minerva,  para  que  sacie  su  sed  en 
las  fecundantes  aguas  del  saber  humano. 


CONFERENCIA  POPULAR 

Leída  por  su  autor,      car&cter  de  Delegado  ELspecial 
del  Comité  Central  Directivo,  a  los  Clute 
M^encKstas  de  esta  ciudad 


El  carácter  individua!  es  el  modo  de  ser  de  cada  uno, 
la  norma  de  todos  nuestros  actos  y  principios,  el  termóme- 
tro que  marca  la  educación  y  la  personalidad  moral  que 
nos  hace  apreciables  y  dignos   de  nuestros  semejantes. 

Un  hombre  sin  carácter  es  despreciable;  es  un  ente 
inútil  y  peligroso  en  la  sociedad,  incapaz  de  dar  cima  a 
sus  ideas;  pues  cambia  de  opinión  con  tanta  frecuencia 
como  el  sol  de  dirección;  es  semejante  a  la  veleta  que  está 
a  merced  de  los  vientos;  es  como  la  nave  sin  brújula  que 
vaga  a  voluntad  de  las  encrespadas  y  turbulentas  olas  del 
proceloso  mar! 

¡Ah,  si  todos  tuvieran  nociones,  aún  cuando  fueran 
muy  rudimentarias,  de  lo  que  es  el  carácter,  el  porvenir  de 
nuestros  pueblos  sería  otro  y  reinaría  la  tranquilidad  y  la 
paz,  la  cordura  y  la  fraternidad  entre  todos  los  ciudadanos; 
desgraciadamente  nosotros  no  conocemos  el  verdadero  ca- 
rácter; pues  hoy  decimos  una  cosa  y  mañana  otra;  mas  hay 
que  deponer  todos  esos  defectos  que  nos  degradan  y  em- 
pequeñecen. 


78 


La  Trasmisión  del  IWer.— Arco  triunfal  levantado  en  honor  del  seftor 
Presidente  Meléndez  y  del  Dr.  Quíñónez  M. 


La  Trasmidón  dtí  /Mer.— Don  Carlos  Meléndez  llegando  al  Palacio  Nacional 


ALBUM  PATRIÓTICO 


El  Gobierno  del  doctor  Quiñónez  M,  ha  iniciado  ya  la 
construcción  del  grandioso  edificio  del  porvenir,  estableciendo 
la  Escuela  Normal  de  Varones,  y  tocará  al  del  señor  don 
Carlos  Meléndez,  la  coronación  de  ese  ideal,  al  que  deben  su 
grandiosidad  las  naciones  del  viejo  continente. 

Es  asi  la  única  manera  por  la  que  llegan  los  pueblos  a 
la  ansiada  meta. 

«Luz!  luz!  más  luz!  >,  clama  en  este  momento  la  genera- 
ción que  se  levanta,  y  los  salvadoreños  iionrados,  se  preparan 
para  hacer  ascender  el  lo.  de  marzo  venidero,  las  gradas 
del  Capitolio,  al  ciudadano  que  llevará  a  esa  niñez  a  los 
umbrales  del  templo  de  Minerva,  para  que  sacie  su  sed  en 
las  fecundantes  aguas  del  saber  humano. 


CONFERENCIA  POPULAR 

L^da  por  su  autor,  en  carácter  de  Delegado  E^special 

del  Comité  Central  Directivo,  a  los  Clubs 
Melendistas  de  esta  ciudad 


Seíígres: 

El  carácter  individual  es  el  modo  de  ser  de  cada  uno, 
la  norma  de  todos  nuestros  actos  y  principios,  el  termóme- 
tro que  marca  la  educación  y  la  personalidad  moral  que 
nos  hace  apreciables  y  dignos  de  nuestros  semejantes. 

Un  hombre  sin  carácter  es  despreciable;  es  un  ente 
inútil  y  peligroso  en  la  sociedad,  incapaz  de  dar  cima  a 
sus  ideas;  pues  cambia  de  opinión  con  tanta  frecuencia 
como  el  sol  de  dirección;  es  semejante  a  la  veleta  que  está 
a  merced  de  los  vientt^s;  es  como  la  nave  sin  brújula  que 
vaga  a  voluntad  de  las  encrespadas  y  turbulentas  olas  del 
proceloso  mar ! 

¡Ali,  si  todos  tuvieran  nociones,  aún  cuando  fueran 
muy  rudimentarias,  de  lo  que  es  el  carácter,  el  porvenir  de 
nuestros  pueblos  seria  otro  y  reinaría  la  tranquilidad  y  la 
paz,  la  cordura  y  la  fraternidad  entre  todos  los  ciudadanos; 
desgraciadamente  nosotros  no  conocemos  el  verdadero  ca- 
rácter; pues  hoy  decimos  una  cosa  y  mañana  otra;  mas  hay 
que  deponer  todos  esos  defectos  que  nos  degradan  y  em- 
pequeñecen. 


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ím  Trasmisión  del  Poder.— Arco  triunfal  levantado  en  honor  del  señor 
Presidente  Meléndez  y  del  Dr.  Quiñónez  M. 


La  Trasmisión  del  Poder.^Don  Carlos  Meiéndez  llegando  al  Palacio  Nacional 


ALBUM  PATRIÓTICO 


En  todas  las  agrupaciones  debe  reinar  la  armonía,  la 
fraternidad  y  la  unidad  de  ideas;  si  esto  nos  falta,  nunca 
podremos  llegar  a  la  meta  de  nuestras  aspiraciones  todo 
esfuerzo  tendrá  que  ser  siempre  fallido. 

La  fe,  la  unión  y  el  carácter,  es  el  lema  de  los  grandes 
luchadores;  con  estas  tres  simbólicas  palabras  basta  para 
triunfar,  para  levantarse  del  polvo  en  alas  de  la  prosperi- 
dad y  remontar  el  vuelo,  como  águila  caudal,  hacia  las  más 
empinadas  cumbres  de  las  aspiraciones  y  de  los  más  no- 
bles ideales. 

Seamos  firmes  en  nuestros  compromisos  morales,  so- 
ciales y  políticos,  si  queremos  hacer  la  felicidad  de  la  Pa- 
tria y  merecer  el  aprecio  general  de  todos. 

Si  nos  afiliamos  a  una  causa,  cualquiera  que  sea,  de- 
bemos ser  disciplinados,  acatando  debidamente  las  dispo- 
siciones del  Jefe  Supremo  del  Partido;  éste  cuando  dic- 
ta alguna  medida,  es  porque  está  ya  ampliamente  discu- 
tida y  aprobada  por  la  mayoría,  y  porque,  indudablemente, 
redunda  en  beneficio  de  los  miembros  que  lo  integran; 
adelantarse,  en  tal  o  cual  sentido,  sólo  porque  conviene  a 
nuestros  intereses  personales,  aunque  ésto  vaya  en  perjuicio 
de  la  comunidad,  es  altamente  inmoral;  los  que  tal  cosa 
hacen  son  huérfanos  de  toda  noción  de  civismo  y  de 
lealtad. 

Ante  todo  hay  que  seguir  y  atender  la  opinión  de  la 
mayoría  consciente  y  no  dejarse  sorprender  de  los  ambi- 
ciosos, que  con  vanas  pramesas^  quieren  torcer  nuestros 
pasos  por  caminos  extraviados  y  remotos. 

Oigamos  primero  la  opinión  de  las  clases  directoras, 
la  de  aquellos  a  quienes  hemos  prometido  lealtad  y  adhesión. 

No  nos  dejemos  arrastrar  por  esa  fuerza  impulsora  de 
la  ignorancia;  tratemos  de  la  unificación  de  las  masas  y 
seamos  subordinados: 

«Habéis  visto  pasar  un  batallón  de  soldados;  el  tam- 
«bor  toca  un  paso  redoblado  y  todos  los  fusiles  están  ar- 
«mados  de  bayonetas.  ¡  Qué  exactitud  y  precisión  en  la 
«marcha!  Hay  centenares  de  piernas  y  parece  que  no  hay 
«más  que  dos.  Los  piés  hieren  a  un  mismo  tiempo  la  tierra; 
«los  pantalones  de  color  van  y  vienen  con  regularidad.» 

«AI  ofr  una  voz  de  mando  de  los  Jefes,  la  tropa  se 
«para  y  da  vueltas  a  la  izquierda  o  a  la  derecha;  las  filas 
«se  extienden  o  se  encogen.  Esos  hombres  maniobran  como 


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ALBUM  PATRIOTICO 


«si  fueran  uno  solo.  ¿Por  qué?  Porque  obedecen  una  mis- 
«ma  orden,  porque  en  ese  Regimiento  existe  una  disciplina 
«que  somete  a  todos  los  soldados  a  la  misma  ley.» 

Lo  mismo  ocurre  en  un  partido  bien  organizado,  to- 
dos los  adeptos  trabajan  unidos  y  las  órdenes  del  Jefe 
son  cumplidas  unánimemente  por  los  miembros  que  lo  com- 
ponen, sin  que  entre  ellos  haya  diferencias  de  ninguna 
naturaleza. 

Nosotros  nos  hemos  unido  para  trabajar  por  la  candi- 
datura de  los  eximios  ciudadanos  don  Carlos  Meléndez  y 
Dr.  Alfonso  Quiñónez  Molina,  para  Presidente  y  Vicepre- 
sidente de  la  República,  respectivamente,  en  el  próximo 
periodo  Constitucional,  y  formamos  una  masa  compacta  y 
sólida,  al  menos  este  ha  sido  el  fin  que  nos  hemos  pfb- 
puesto,  y  ningún  obstáculo  del>e  ser  superior  a  nuestra 
voluntad;  debemos  ser  fuertes  para  salvar  las  altas  barreras 
que  la  ambición  ponga  a  nuestro  paso;  los  que  se  aparten 
de  este  hermoso  deber,  que  unidos  nos  hemos  propuesto 
cumplir,  es  que  no  pertenecen  de  corazón  a  nuestra  causa, 
porque  en  lugar  de  laborar  por  su  engrandecimiento,  traba- 
jan por  la  desmoralización,  dividiendo  el  partido,  engen- 
drando la  desconfianza  y  exhibiéndonos  de  la  manera  más 
lamentable  ante  las  personas  sensatas. 

La  Historia  es  la  más  sabia  maestra,  para  todos  aque- 
llos que  van  en  pos  de  la  perfección.  En  ella  se  encuentra 
condensada  la  experiencia  de  muchos  siglos,  la  cual  cuesta 
a  la  humanidad  muchas  .victimas  e  infinitos  sinsabores; 
sin  embargo,  nosotros  no  queremos  beber  la  luz  de  la  ver- 
dad en  las  fuentes  inagotables  de  sus  blanquísimas  páginas; 
somos  como  los  irracionales  que  a  fuerza  de  golpes  llegan 
a  escarmentar.  ¡Qué  dolorosa  experiencia!  ¡Qué  caro  nos 
cuesta!  El  hombre  despierto  todo  lo  examina,  lo  palpa  y 
estudia;  sigue  los  acontecimientos,  los  triunfos,  las  caídas, 
las  alegrías  y  los  cruentos  dolores  de  las  pretéritas  genera- 
ciones; de  este  modo  se  forma  un  gran  caudal  de  expe- 
riencia, de  conocimientos  que  le  evitan  muchos  dolores  y 
le  ahorran  tiempo  en  el  camino  de  la  vida. 

Dirijamos  una  escrutadora  mirada  hacia  el  pasado  y 
meditemos  en  todos  nuestros  errores;  de  este  modo,  dara- 
mente  veremos  cuán  caro  nos  cuesta  la  falta  de  esa  expe- 
riencia de  que  os  he  hablado  en  el  párrafo  anterior. 

No  estamos  lejos,  allí  tenemos  un  ejemplo  práctico:  el 


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ALBUM  PATRIÓTICO 


año  pasado  nuestro  partido  estuvo  dividido  por  esas  mis- 
mas causas,  y  ya  vieron  cuánto  costó  esa  división;  de  mo- 
do, pues,  que  si  hoy  seguimos  por  el  mismo  sendero,  el 
fracaso  será  un  hecho  y  la  culpa  nuestra  por  la  falta  de 
cordura,  de  unión  y  de  patriotismo. 

Olvidémonos  de  nuestros  propios  intereses,  dejemos  a 
un  lado  las  rencillas,  las  fütiles  y  rastreras  ambiciones; 
trabajemos  unidos  en  la  causa  que  sustentamos,  la  cual 
estamos  obligados  a  defender  con  la  pluma,  la  espada  o  la 
palabra;  pues  es  sabido  que  si  triunfamos  gozaremos  de 
los  privilegios  que  la  paz  ofrece  a  los  ciudadanos,  y  si 
perdemos,  nos  queda  la  gloria  de  haber  luchado  por  una 
causa  noble:  el  que  cae  luchando  cae  con  gloria,  con  un 
gesto  de  triunfo  en  los  pálidos  labios,  empuñando  en  su 
diestra  el  estandarte  de  la  fe  y  del  más  acendrado  patrio- 
tismo. 

Antes  de  terminar  esta  pequeña  conferencia,  hago  for- 
mal protesta  contra  todos  aquellos  correligionarios  que  han 
hecho  derroche  de  frases  huecas  e  insultantes,  contra  per- 
sonas honorables  del  mismo  partido,  sin  que  para  ello 
exista  motivo  justificable,  y  les  excito  amigablemente  para 
que  depongan  esas  armas,  de  que  sólo  se  valen  los  que 
están  vencidos;  es  altamente  inmoral  que  en  los  miem- 
bros del  mismo  pariido  se  susciten  discordias  de  tal  natu- 
raleza, por  triviales  motivos  que  más  bien  debían  arreglarse 
en  el  seno  de  la  fraternidad  y  la  cordura. 

RAFAEL  García  Escobar. 

San  Salvador.— 1914. 


JUVENTUD 


Jóvenes:  ved  aquí  la  carrera  grande  de  la  gloria.  Los 
cuerpos  políticos  necesitan  almas,  y  las  almas  de  estos 
cuerpos  deben  ser  sabias.  El  patriotismo  ilustrado  avanza 
la  causa  de  la  Patria:  el  patriotismo  que  no  lo  es,  la  atra- 
sa y  la  entorpece.  Cultivad  las  ciencias:  trabajad  para  ha- 
cer sabios.  P^ro  no  esperéis  serlo  sin  alejaros  de  lo  que 
distrae  o  embaraza  el  pensamiento.  La  sobriedad  en  todo 


82 


ALBUM  PATRIÓTICO 

año  pasado  nuestro  partido  estuvo  dividido  por  esas  mis- 
mas causas,  y  ya  vieron  cuánto  costó  esa  división;  de  mo- 
do, pues,  que  si  hoy  seguinuts  por  el  mismo  sendero,  el 
fracaso  será  un  hecho  y^  la  culpa  nuestra  por  la  falta  de 
cordura,  de  unión  y  de  patriotismo. 

Olvidémonos  de  nuestros  propios  intereses,  dejemos  a 
un  lado  las  rencillas,  las  fútiles  y  rastreras  ambiciones; 
trabajemos  unidos  en  la  causa  que  sustentamos,  la  cual 
estamos  obligados  a  defender  con  la  pluma,  la  espada  o  la 
palabra;  pues  es  sabido  que  si  triunfamos  gozaremos  de 
los  privilegios  que  la  paz  ofrece  a  los  ciudadanos,  y  si 
perdemos,  nos  queda  la  gloria  de  haber  luchado  por  una 
causa  noble:  el  que  cae  luchando  cae  con  gloria,  con  un 
gesto  de  triunfo  en  los  pálidos  labios,  empuñando  en  su 
diestra  el  estandarte  de  la  fe  y  del  más  acendrado  patrio- 
tismo. 

Antes  de  terminar  esta  pequeña  conferencia,  hago  for- 
mal protesta  contra  todos  aquellos  correligionarios  que  han 
hecho  derroche  de  frases  huecas  e  insultantes,  contra  per- 
sonas honorables  del  mismo  partido,  sin  que  para  ello 
exista  motivo  justificable,  y  les  excito  amigablemente  para 
que  depongan  esas  armas,  de  que  sólo  se  valen  los  que 
están  vencidos :  es  altamente  inmoral  que  en  ios  mieni- 
br<»s  del  mismo  parlidt)  se  susciten  discordias  de  tal  natu- 
raleza, por  triviales  motivos  que  más  bien  debían  arreglarse 
en  el  seno  de  la  fraternidad  y  la  cordura. 

RAFAEL  GARCIA  ESCOBAR. 

San  Salvador.— 1914. 


JUVENTUD 


jóvenes:  ved  aquí  la  carrera  grande  de  la  gloria.  Los 
cuerpos  políticos  necesitan  almas,  y  las  almas  de  estos 
cuerpos  deben  ser  sabias.  El  patriotismo  ilustrado  avanza 
la  causa  de  la  Patria:  el  patriotismo  que  no  lo  es,  la  atra- 
sa y  la  entorpece.  Cultivad  las  ciencias:  trabajad  para  ha- 
cer sabios.  P^ro  no  esperéis  serlo  sin  alejaros  de  lo  que 
d¡str?.e  o  embaraza  el  pensamiento.  La  sobriedad  en  todo 


82 


ALBUM  PATRIÓTICO 


es  el  primer  elemento  de  la  sabiduría.  Un  obeso  no  puede 
pensar:  una  sibaríta  es  incapaz  de  meditaciones  profundas. 
No  hay  vicio  que  no  arrebate  el  tiempo  a  sus  víctimas:  no 
hay  pasión  que  no  turbe  el  reposo.  En  el  seno  de  la  tem- 
plaza,  en  la  tranquilidad  de  la  virtud,  es  donde  se  forma 
el  pensador  profundo,  el  sabio  grande  y  sublime.  Si  bus- 
cáis placeres,  las  ciencias  son  las  fuentes  más  ínogotables. 
César  viendo  a  Cleopatra.  Creso  acumulando  riquezas,  no 
probaron  jamás  el  placer  que  se  goza  leyendo  el  libro  de 
un  sabio,  observando  la  naturaleza  o  pensando  en  las  so- 
ciedades. Si  en  la  misma  meditación  se  ve  de  repente  ilu- 
minado lo  que  antes  era  tenebroso:  si  contemplando  un 
objeto  se  descubren  teorías  nuevas,  o  pensamientos  origi- 
nales, entonces  ...  ¡oh  jóvenes!  no  es  posible  explicar 
estos  momentos  de  delicias.  Afectan  todo  el  ser.  Newton 
queda  arrobado;  Arquimedes  sale  por  las  calles  publicando 
su  descubrimiento.  Las  ciencias  os  llaman,  jóvenes:  sed 
dignos  de  ellas:  sed  sabios:  sed  justos:  observad  prímero: 
reunid:  meditad  después:  escribid  al  fin,  y  presentad  a  la 
Patria  las  luces  a  que  tiene  derecho. 


REFLEXIONES 


(Especial  para  el  ''Album  Patriótico'*) 

Es  una  verdad  indiscutible  que  cada  hombre  tiene  el 
deber  de  practicar  el  bien,  en  beneficio  de  sus  congéneres. 
Que  algunos,  cegados  por  la  crasa  ignorancia,  o  por  un  pro- 
fundo egoísmo,  no  cumplen  este  deber,  no  quiero  decir  que 
no  se  debe  hacer  el  bien.  Cualquier  hombre  de  conciencia 
himaculada  y  de  despejada  inteligencia,  siente  deseo— o  más 
bien  necesidad—de  llevar  a  la  práctica  el  bien,  ya  en  una 
o  en  otra  forma.  Y  más  cuando  este  recae  directamente  en 
la  colectividad  del  pueblo. 

Por  eso  los  gobiernos  tienen  el  deber  de  desarrollar 
en  las  naciones  que  rigen,  todos  los  ramos  del  saber  y  de 
la  actividad  humanas,  porque  esto  precisamente  es  un  bien. 
Y  aqueüos  que  no  cumplen  con  él,  desobedeciendo  asi  una 
ley  de  la  Naturaleza,  contraen  una  responsabilidad  enorme 


84 


JLa  Trasmisión  del  Poder.— E\  Presidente  Meléndez  y  el  Vicepresidente 
Quiñónez  M.  saliendo  del  Palacio  Nacional 


ÍM  Trasmisión  del  Poder.  —El  Estado  Mayor  del  Sr.  Presidente  Meléndez 


ALBUM  PATRÍÓTICO 


es  el  primer  elemento  de  la  sabiduría.  Un  obeso  no  puede 
pensar:  una  sibarita  es  incapaz  de  meditaciones  profundas. 
No  hay  vicio  que  no  arrebate  el  tiempo  a  sus  víctimas:  no 
hay  pasión  que  no  turbe  el  reposo.  En  el  seno  de  la  tem- 
plaza,  en  la  tranquilidad  de  la  virtud,  es  donde  se  forma 
el  pensador  profundo,  el  sabio  grande  y  sublime.  Si  bus- 
cáis placeres,  las  ciencias  son  las  fuentes  más  inogotables. 
César  viendo  a  Cleopatra.  Creso  acumulando  riquezas,  no 
probaron  jamás  el  placer  que  se  goza  leyendo  el  libro  de 
un  sabio,  observando  la  naturaleza  o  pensando  en  las  so- 
ciedades. Si  en  la  misma  meditaci(3n  se  ve  de  repente  ilu- 
minado lo  que  antes  era  tenebroso:  si  contemplando  un 
objeto  se  descubren  teorías  nuevas,  o  pensamientos  origi- 
nales, entonces  .  .  .  ¡(th  jóvenes!  no  es  posible  explicar 
estos  momentos  de  delicias.  Afectan  todo  el  ser.  Newton 
queda  arrobado;  Arquimedes  sale  por  las  calles  publicando 
su  descubrimiento.  Las  ciencias  os  llaman,  jóvenes:  sed 
dignos  de  ellas:  sed  sabios:  sed  justos:  observad  primero: 
reunid:  meditad  después:  escribid  al  fin,  y  presentad  a  la 
Patria  las  luces  a  que  tiene  derecho. 


REFLEXIONES 


(Especial  para  el  ''Album  Patriótico") 

Es  una  verdad  indiscutible  que  cada  hombre  tiene  el 
deber  de  practicar  el  bien,  en  beneficio  de  sus  congéneres. 
Que  algunos,  cegados  por  la  crasa  ignorancia,  o  por  un  pro- 
fundo egoísmo,  no  cumplen  este  deber,  no  quiero  decir  que 
no  se  debe  hacer  el  bien.  Cualquier  hombre  de  conciencia 
inmaculada  y  de  despejada  inteligencia,  siente  deseo— o  más 
bien  necesidad— de  llevar  a  la  práctica  el  bien,  ya  en  una 
o  en  otra  forma.  Y  más  cuando  este  recae  directamente  en 
la  colectividad  del  pueblo. 

Por  es(^  los  gobiernos  tienen  el  deber  de  desarrollar 
en  las  naciones  que  rigen,  todos  los  ramos  del  saber  y  de 
la  actividad  humanas,  porque  esto  precisamente  es  un  bien. 
Y  aquci'os  que  no  cumplen  con  él,  desobedeciendo  así  una 
ley  de  la  Naturaleza,  contraen  una  responsabilidad  enorme 


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La  Trasmisión  del  Poder.— E\  Presidente  Meléndez  y  el  Vicepresidente 
Quiñónez  M.  saliendo  del  Palacio  Nacional 


£m  Trasndsión  del  Poder.  —El  Estado  Mayor  del  Sr.  Presidente  Meléndez 


ALBUM  PATRIÓTICO 


ante  sus  mismas  conciencias  y  ante  los  pueblos  que  en  ellos 
han  depositado  su  confianza. 

Innúmeros  son  los  cánceres  que  han  minado  poco  a 
poco  nuestras  sociedades;  innúmeros  los  males  que  nos  han 
enervado.  Mas  cortio  seria  prolijo  enumerarios  todos,  nos 
concretaremos  únicamente  a  señalar  aquellos  que,— como 
capitales,— han  contribuido  a  la  decadencia  que  aun  se  no- 
ta en  nuestras  colectividades.  Al  hacerlo,  renunciamos  a  to- 
da pasión  que  pudiera  desviar  nuestro  criterio;  —con  me- 
noscabo de  nuestros  propósitos— a  fin  de  poder  juzgar,  con 
la  debida  imparciahdad  que  el  caso  requiere,  nuestra  situa- 
ción actual.  .       XX    •  1 

Pondremos,  entre  nuestros  males,  en  primer  término,  el 
inrremento  que  ha  tomado  el  militarismo  y  la  ignorancia 
del  pueblo;  y  en  segundo,  el  alcoholismo  y  la  prostitución. 
Aquí  solo  trataremos  de  los  primeros.  Empezaremos  por 
convenir  en  que  el  ejército  es  necesario  no  sólo  para  ga- 
rantía de  los  poderes  constituidos,  si:- o  que  también  para  la 
seguridad  de  la  nación  entera.  La  fuerza,  pues,  es  necesa- 
ria. Pero  por  atender  esta  fuerza,  descuidamos  y  hasta  me- 
noscabamos otros  intereses  colectivos,,  que  raclaman  espe- 
cial atención. 

Se  forman  grandes  ejército?,  para  los  cuales  se  presu- 
puesta cerca  de  la  mitad  de  las  rentas  nacionales;  y  en 
tanto  permanecen  casi  en  pasividad—  con  existencia  raquí- 
tica—las industrias,  las  artes,  la  agricultura  y  la  instrucción 

pública.  .  , 

El  cerebro  es  el  que  dirije  las  facultades  humanas; 
atrofiad  una  'circunvolución  y  se  perderá  la  facultad  del  oí- 
do, o  la  de' la  vista,  o  la  del  movimiento,  etc.  Pues  bien: 
el  pueblo  es  el  cerebro  de  las  naciones. 

Dejar  en  la  ignorancia  al  pueblo,  es  algo  así  como 
atrofiar  el  cerebro  del  Estado;  mantenerlo  en  el  obscuran- 
tismo, es  como  eliminar  la  idea  que  debe  marcar  el  derro- 
tero a  la  nación.  Tal  ocurre  con  nosotros.  Le  han  formado 
grandes  organismos  militares,  y  se  ha  descuidado  la  ense- 
ñanza pública;  se  ha  armado  el  brazo,  pero  falta  la  idea 
que  ha  de  dirigir  la  acción. 

Si  al  par  que  al  ejército  se  protegieran  las  industrias 
y  la  agricultura,  fuentes  de  inestimable  riqueza,  podría  con 
holgura  el  gobierno  sostener  las  demás  instituciones  del 
Estado,  y  desarrollar  entre  los  habitantes  de  esta  tierra  to- 


86 


ALBUM  PATRIÓTICO 


dos  los  ramos  de  la  actividad  y  del  saber  humanos.  Y  sin 
deprimir  otros  intereses,  se  podría  sostener  el  ejército,  las 
escuelas;  se  emprenderían  obras  de  verdadera  utilidad  para 
el  país,  etc.  Y  sobre  todo,  se  fundarían  más  escuelas  de 
educación  pública  para  combatir  el  analfabetismo,  y  para 
formar  hombres  conscientes  de  sus  deberes  morales  y  cívi- 
cos Se  nos  dirá  que  no  hay  maestros.  Si  se  refieren  en 
cuanto  a  la  cantidad,  tal  vez  sea  cierto;  pero  en  cuanto  a 
la  calidad,  nosotros  afirmamos  que  si  los  hay  muy  buenos* 
Quién  niega  que  hay  maestros  en  esta  última  acepción,  o 
desconoce  por  completo  el  asunto,  o  lo  hace  por  egoísmo, 
persiguiendo  entonces  un  objeto  que  no  escapará  a  la  pe- 
netración de  un  criterio  bien  dirigido.  Muchos  creen  que 
por  el  hecho  de  no  existir  una  Escuela  Normal  desde  hace 
algún  tiempo,  no  hay  maestios;  que  porque  la  mayoría  de 
los  profesores  actuales  carecen  de  un  diploma  que  acredite 
su  competencia,  éstos  no  son  maestros.  Entonces  también 
se  dirá  que  no  hay  poetas  ni  literatos  por  no  haber  una 
escuela  de  Literatura;  ni  músicos  porque  no  hay  un  Con- 
servatorio de  Música;  ni  pintores,  ni  arqueólogos,  ni  geó- 
grafos, ni  historiadores,  etc.,  porque  cada  uno  de  estos  ra- 
mos carece  de  su  escuela  respectiva!  Sin  embargo,  hay 

todo  eso.  Y  maestros  también.  Y  es  que  cada  cual,  por  sí 
solo,  ha  cultivado— mediante  el  estudio— sus  disposiciones 
para  tal  o  cual  arte  o  ciencia;  y  con  dedicación  y  trabajo, 
ha  llegado  a  adquirir,  en  mayor  o  menor  grado—  según  su 
capacidad— lo  que  en  sus  aspiraciones  se  proponía.  Así  te- 
mos maestros  aquí,  que,  aunque  se  han  formado  solos,  son 
tan  competentes  como  los  que  tienen  diploma. 

Al  tomar  posesión  de  la  Jefatura  del  Poder  Ejecutivo, 
don  Carlos  Meléndez,  cumplió  con  algo  de  lo  que  en  estas 
lineas  indicamos,  fundando  la  Escuela  de  Artes  Gráficas, 
que  además  de  ser  un  centro  de  cultura,  prepara  para  la 
lucha  por  la  existencia.  El  Dr.  don  Alfonso  Qutñónez  Molina, 
ha  cumplido  con  algo  más,  protegiendo  la  Instrucción  Públi- 
ca y  fundando  el  Instituto  Normal  de  Maestros.  Esto  era 
de  esperarse  dada  la  inteligencia  y  el  buen  criterio  de  estos 
dos  distinguidos  ciudadanos. 

Al  descender  del  poder  el  Dr.  Quiñónez,  le  enviamos 
nuestra  felicitación  muy  sincera,  por  todo  cuanto  de  bueno 
ha  hecho  al  país.  Y  hacemos  votos  porque  don  Carlos  Me- 
léndez, que  hoy  va  a  ocupar  la  primera  Magistratura  de  la 


87 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Nación,  continúe  esta  obra  fecunda  de  regeneración,  que 
será  el  mejor  precedente  que,  al  descender  del  Poder,  pue- 
de dejar  en  la  Historia  de  la  Patria. 

Alberto  V.  Montiel. 
San  Salvador,       de  marzo  de  1915. 


UNA  PAGINA 


(Para  el  ^  Album  Pútríótko») 

Todas  las  naciones  del  Orbe  han  recorrido  su  vfa-cru- 
sis  doloroso,  como  también  han  sido  iluminadas  por  los 
resplandores  de  su  grandeza.  , 

Estas  diversas  etapas  que  constituyen  la  vida  orgánica 
de  los  pueblos,  son  la  resultante  de  leyes  evolutivas,  cuyo 
legislador  no  es  la  humanidad  sino  Ii  naturaleza. 

—¿Quién  puede  acallar  la  voz  del  océano?  Quién  pue- 
de detener  el  curso  del  tiempo  ? 

El  cerebro  humano  es  bien  pequeño:  el  campo  donde 
l^ran  sus  ideas  y  concepciones  es  tan  limitado,  que  apenas 
puede  adquirir  la  noción  de  cosas  tan  extraordinarias. 

Pero  la  misma  natura,  madre  sapientísima  del  hombre, 
fortifica  las  facultades  de  éste,  .para  convertirle  en  el  factor 
de  grandes  obras. 

He  aquí  por  qué  aparecen  en  raras  ocasiones,  esos  per- 
sonajes de  alma  apocalíptica,  cuya  savia  de  virtudes,  han 
derramado  en  el  corazón  de  su  patria  para  salvarla  de  gran- 
des naufragios. 

Si  particularizamos  estos  casos  extraordinarios,  ¿quien 
ignora  que  el  ilustre  Dr.  Araujo,  fue  una  dádiva  de  gran 
valor,  que  el  destino  generoso  dió  a  El  Salvador  para  sa- 
cario  del  triste  enervamiento  en  que  lo  había  postrado  su 
debilidad  orgánica. 

Toda  la  colectividad  nacional  vio  con  los  ojos  de  su 
alma,  cómo  aquel  varón  de  gran  entereza  y  de  poder  tan 
fecundo,  pudo,  de  la  noche  al  dia,  hacer  cambiar  la  faz  de 
la  República,  levantando  su  crédito,  azotando  duramente  las 


88 


ALBUM  PATRIÓTICO 


especulaciones,  el  agio  y  la  usura,  y  dictando  enérgicas  me- 
didas contra  los  vicios  y  los  criminales  negociantes  de  estos. 

jNo  transcurrieron  dos  años  completos,  y  la  obra  de 
aquel  varón  ya  brillaba  en  todo  Centro- América! 

Pero  cual  un  inmenso  faro  que  fuese  apagado  por  una 
descarga  eléctrica,  asi  fue  su  vida  segada  por  manos  crimi- 
nales. Gran  conmoción  causó  aquella  triste  tragedia,  en  to- 
dos los  ámbitos  de  la  República,  y  ésta  enluteció  su  cora- 
zón buscando  conturbada,  un  patricio  que,  a  semejanza  del 
ilustre  muerto,  la  pudiese  salvar  de  una  horrorosa  hecatom- 
be, porque  las  pasiones  políticas  se  habían  despertado  de 
su  pavoroso  sueño,  y  amenazaban  al  país  con  una  hoguera 

revolucionaría.  ,  , 

Acaso  por  un  acto  compasivo  de  la  providencia,  esta 
hizo  surgir  la  modesta  pero  sugestiva  figura  de  don  Carlos 
Meléndez,  quien  llenó  el  vacio  de  aquel  ilustre  gobernante, 
terminando  su  periodo  gubernativo  en  el  que  ha  dejado  una 
estela  luminosa,  no  solo  por  su  acertada  actuación,  smo, 
por  el  modelo  acabado  de  sus  virtudes  cívicas,  que  le  han 
colocado  en  el  alto  peldaño  de  los  gobernantes  mentísimos 
a  quienes  la  patria  siempre  tributará  el  homenaje  de  su 

gratitud^.  pueblo  salvadoreño  se  inclina  reverente 

ante  el  señor  Meléndez,  y  con  voz  unisona,  con  un  afecto 
palpitante  en  todas  las  masas  populares,  lo  aclama  y  lo 
elige  su  gobernante  para  el  próximo  período, 
i  Brillante  triunfo  1 

NAPOi^óN  D.  Cañas, 


Dr.  PIO  ROMERO  BOSQUE 

Ex-Vicepresidente  del  Comité  Central  Directivo  «Carlos  Meléndez» 


Este  importante  hombre  público  nació  en  la  ciudad  de 
Suchitoto  (*)  el  13  de  enero  de  1863.  Hizo  sus  primeros  estu- 
dios en  el  Uceo  de  San  Luis  Gonzaga,  que  dirigió  en  San- 
ta Tecla  el  ¡lustre  Pedagogo  don  Daniel  Hernández;  su  ca- 
rácter suave,  su  amor  al  estudio  y  su  aiterio  firme  y  des- 


f*)  Nombre  iadigeiu  que  sisaifica  «Psn^  Florkio». 


89 


ALBUM  PATRIOTICO 


pejado,  lo  hicieron  distinguirse  muy  pronto  entre  sus  com- 
pañeros, mereciendo  por  lo  tanto  el  aprecio  de  éstos  y  el 
de  sus  profesores. 

Tanto  en  sus  estudios  de  CC.  y  LL.,  como  universita- 
rios, dió  muestras  de  una  vigorosa  inteligencia  y  de  un  es- 
píritu altamente  clarividente. 

El  Dr.  Pío  Romero  Bosque  ha  vivido  apartado  de  las 
frecuentes  revueltas  de  la  política  militante  y  consagrado 
únicamente  a  las  causas  nobles,  donde  ha  colaborado  con 
denuedo  y  patriotismo,  teniendo  por  norma  el  bien  de  la 
comunidad;  y  a  esto  indudablemente  se  debe  su  rápida  as- 
censión en  su  brillante  carrera  politica,  la  cual  ha  sido  del 
beneplácito  del  Gobierno  y  del  pueblo  en  general,  lo  que 
le  ha  valido  el  aprecio  con  que  le  distinguen  las  diferentes 
clases  sociales,  acreditándolo  como  elemento  sano,  útil  y 
benéfico  en  las  difíciles  tareas  gubernativas. 

En  1889,  d'^^spués  de  un  notable  examen,  optó  el  titulo 
de  abogado  en  la  Universidad  Nacional.  Más  tarde  la  Su- 
prema Corte  de  Justicia  lo  nombró  Juez  2^.,  suplente,  del 
Departamento  de  San  Salvador;  y  pocos  meses  después,  Juez 
de  la.  Instancia,  propietario,  del  Distrito  de  Zacatecoluca, 
empleo  que  sirvió  durante  dos  años.  En  1892  fue  electo 
diputado  a  la  Asamblea  Nacional,  y  en  el  seno  de  la  mis- 
ma se  le  nombró  2°.  Secretario.  Terminadas  las  sesiones, 
la  Suprema  Corte  de  Justicia  lo  designó  para  que  desem- 
peñara la  judicatura  de  Olocuilta,  con  residencia  en  Zaca- 
tecoluca;  estando  en  el  ejercicio  de  este  cargo  fue  electo' 
nuevamente  diputado  a  la  Asamblea  Nacional  Legislativa 
de  1893,  puerto  que  renunció  por  haber  sido  electo  4°. 
Magistrado  de  la  Suprema  Corte  de  Justicia.  De-  1895  a 
1899  estuvo  desempeñando  por  tercera  vez  la  judicatura  de 
Zacatecüluca.  La  Asamblea  de  este  último  año  lo  djgió3er. 
Magistra  Jo  de  la  referida  Corte.  Terminado  el  priiwr  perío- 
do fue  electo  para  el  segundo,  que  debía  de  terminar  el  14 
de  abril  de  1903;  pero  habiendo  sido  llamado  a  desempe- 
ñar e'  alto  puesto  de  Subsecretario  de  Estado,  en  los  Des- 
pachos de  Gobernación  y  Fomento,  renunció  del  empleo  en 
referencia  y  con  fecha  12  de  marzo,  del  mismo  año,  se  hir 
zo  cargo  de  la  Subsecretaría  de  los  Ramos  indicados. 

Durante  la  administración  de  don  Pedro  José  Escalón, 
fue  Ministro  de  Gobernación,  Fomento  e  Instrucción  Públi- 


90 


ALBUM  PATRIOTICO 

pejado.  lo  hicieron  distinguirse  muy  pronto  entre  sus  com- 
pañeros, mereciendo  por  lo  tanto  el  aprecio  de  éstos  y  el 
de  sus  profesores. 

Tanto  en  sus  estudios  de  CC.  y  LL.,  como  universita- 
rios, dió  muestras  de  una  vigorosa  inteligencia  y  de  un  es- 
píritu altamente  clarividente. 

El  Dr.  Pió  Romero  Bosque  ha  vivido  apartado  de  las 
frecuentes  revueltas  de  la  política  militante  y  consagrado 
únicamente  a  las  causas  nobles,  donde  ha  colaborado  con 
denuedo  y  patriotismo,  teniendo  por  norma  el  bien  de  la 
comunidad;  y  a  esto  indudablemente  se  debe  su  rápida  as- 
censión en  su  brillante  carrera  política,  la  cual  ha  sido  del 
beneplácito  del  Gobierno  y  del  pueblo  en  general,  lo  que 
le  ha  valido  el  aprecio  con  que  le  distinguen  las  diferentes 
clases  sociales,  acreditándolo  como  elemento  sano,  útil  y 
benéfico  en  las  difíciles  tareas  gubernativas. 

En  1889,  d'^spués  de  un  notable  examen,  optó  el  titulo 
de  abogado  en  la  Universidad  Nacional.  Más  tarde  la  Su- 
prema Corte  de  Justicia  lo   nombró  Juez         suplente,  del 
Departamento  de  San  Salvador;  y  pocos  meses  después,  |uez 
de  la.  Instancia,   propietario,  del   Distrito  de  Zacatecoluca, 
empleo  que  sirvió  durante  dos  años.  En  1892  fue  electo 
diputado  a  la  Asamblea  Nacional,  y  en  el  seno  de  la  mis- 
ma se  le  nombró  2°.  Secretario.  Terminadas  las  sesiones, 
la  Suprema  Corte  de  Justicia  lo  designó  para  que  desem- 
peñara la  judicatura  de  Olocuilta,  con  residencia  en  Zaca- 
tecoluca; estando  en  el  ejercicio  de  este  cargo  fue  electo 
nuevamente  diputado  a  la  Asamblea  Nacional  Legislativa 
de   1893,  pue^^to  que  renunció  por  haber  sido  electo  4^. 
Magistrado  de  la   Suprema  Corte  de  Justicia.  De  1895  a 
1899  estuvo  desempeñando  por  tercera  vez  la  judicatura  de 
Zacatecoluca.  La  Asamblea  de  este  último  año  lo  eligió  3er. 
Magistrado  de  la  referida  Corte.  Terminado  el  primer  perio- 
do hie  electo  para  el  segundo,  que  debía  de  terminar  el  14 
de  abril  de  1903;  pero  habiendo  sido  llamado  a  desempe- 
ñar e'  alto  puesto  de  Subsecretario  de  Estado,  en  los  Des- 
pachos de  Gobernación  y  Fomento,  renunció  del  empleo  en 
referencia  y  con  fecha  12  de  marzo,  del  mismo  año,  se  hi- 
zo cargo  de  la  Subsecretaría  de  los  Ramos  indicados. 

Durante  la  administración  de  don  Pedro  José  Escalón, 
fue  Ministro  de  Gobernación,  Fomento  e  Instrucción  Públi- 


90 


ALBUM  PATRIÓTICO 


ca,  y  durante  el  interinato  del  Dr.  Quifiónez,  Ministro  de 
Guerra  y  Marina. 

El  Dr.  Pío  Romero  Bosque  es  uno  de  los  abogados 
que  honran  el  Foro  Salvadoreño.  Ha  sido  Profesor  de  la 
Universidad  Nacional,  Secretario  de  la  Escuela  de  Derecho 
y  actualmente  es  Presidente  de  la  Suprema  Corte  de  Jus- 
ticia. Tiene,  verdadera  vocación  por  los  estudios  litera- 
rios y  filológicos;  mas  sus  múltiples  y  arduas  labores,  a 
que  se  ha  visto  obligado  desde  el  coronamiento  de  su  no- 
table carrera  de  Abogado,  le  han  impedido  dedicarse  de 
lleno  a  tales  estudios,  donde  hubiera  podido  conquistar 
muchos  laureles  y  aplausos,  dado  su  claro  talento  y  su 
sólida  y  esmerada  ilustración;  pero  es  imposible  que  un 
hombre  que  está  consagrado  al  continuo  trabajo,  para  lle- 
nar sus  imperiosas  necesidades,  pueda  dedicarse  de  lleno 
al  estudio;  indudablemente  tiene  que  sacrificar  sus  más  no- 
bles aspiraciones,  sus  más  grandes  ideales,  para  atender 
debidamente  a  sus  obligaciones. 

Tal  es  a  grandes  rasgos  la  personalidad  del  distingui- 
do y  honrado  Dr.  don  Pió  Romero  Bosque,  miembro  de  las 
principales  familias  de  la  ciudad  de  Suchitoto. 

Rafael  García  escobar. 


EVOLUCION 

EN  LA  INSTRUCCION  PUBLICA 


(Especial  para  el  ^ Album  Patriótico») 

Hay  un  problema  en  la  presente  época  que  todos  los 
Gobiernos  de  las  Naciones  civilizadas  miran  con  especial 
predilección,  y  es  porque  a  él  se  debe  el  engrandecimiento 
de  un  pueblo,  y  es  el  de  la  Educación. 

El  Salvador,  pequeño  en  territorio,  pero  grande  en  pobla- 
ción, ha  ido  encarrilándose  poco  a  poco  en  el  rol  de  las  nació* 
nes  cultas,  desde  hace  algún  tiempo  y  parece  que  su  primera 
evolución  viene  de  aquella  época  en  que,  de  modo  provi- 
dencial, alumbró  el  más  puro  patriotismo,  cuando  el  honra* 


92 


ALBUM  PATRiÓnCO 


do  Gobernante  Oral.  Menéndez,  tomara  a  su  cargo  el  Poder 
Público. 

Fué  la  primera  etapa,  porque  El  Salvador  ha  pasado 
de  gloriosos  dias  en  que  la  Instrucción  Pública  floreció  de 
lleno  y  se  vió  al  maestro  de  escuela  elevarse  y  llevar  un 
soplo  de  luz  hasta  allá  en  los  más  apartados  caseríos. 

Vino  el  Dr.  Araujo,  y  el  maestro  que  antes  rezagárase- 
le  su  sueldo,  y  que  vivía  hambriento  y  necesitado,  encontró- 
se ya  asegurado,  apto  para  mantener  su  dignidad  y  decoro, 
con  lo  cual,  la  enseñanza  dió  un  paso  gigantesco,  porque, 
para  tener  buenos  maestros  que  cumplan  con  sus  deberes, 
es  preciso  estimularles  y  pagarles  bien,  de  lo  contrario,  no 
habrá  adelantos  posibles. 

La  segunda  etapa,  o  más  bien  dicho,  el  segundo  flore- 
cimiento de  la  enseñanza,  tiene  lugar  en  la  actualidad.  Dos 
son  lo?  Gobernantes  que  le  imprimen  nuevo  empuje  y  son: 
El  modesto  ciudadano  don  Carlos  Meléndez  y  el  no  menos 
ilustre  Dr.  Alfonso  Quiñónez  Molina.  El  primero  en  carác- 
ter de  Presidente  Sucesor  del  Dr.  Manuel  Enrique  Araujo, 
y  el  segundo  con  igual  cargo,  designado  por  la  Ley.  Am- 
bos han  hecho  demasiado,  si  se  toma  en  cuenta  el  corto 
lapso  de  tiempo  que  han  estado,  respectivamente,  en  sus 
puestos. 

El  que  negare  esta  verdad,  es  porque  tiene  muy  poco 
sentido  cómún;  la  Nación  entera  está  al  corriente  de  las 
sabias  disposiciones  que,  tanto  el  Ministerio  de  Instrucción 
Pública,  como  la  Dirección  General,  ha  dictado  durante  es- 
tos dos  últimos  años  en  que  ha  sido  presidido  el  Gobierno 
por  los  dos  expresados  gobernantes. 

Todas  esas  leyes  y  disposiciones,  están  de  acuerdo  con 
los  modernos  sistemas  de  enseñanza  y  que  nuestro  país, 
rico  y  floreciente,  ya  las  reclamaba. 

Una  de  las  leyes  decretadas,  es  aquella  en  que  se  es- 
tablece la  escuela  de  avance;  asi  ya  no  será  posible  que 
tantos  niños  hábiles  para  el  estudio  se  queden  a  medias  y 
vayan  al  taller  sin  haber  cursado  los  ocho  años  que  manda 
el  nuevo  reglamento. 

Créanse— además— las  escuelas  superiores,  que,  aunque 
nos  pese,  no  han  existido  en  El  Salvador.  Como  por  via 
de  ensayo,  se  establece  la  primera  en  esta  Capital  y  luego 
se  fundarán  en  las  principales  ciudades  de  la  Kepüblica. 


93 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Sería  largo  enumerar  la  meritísima  labor  que  el  Minis- 
terio del  Ramo  ha  tenido  en  estos  dos  últimos  años,  y  pa- 
ra terminar  diré:  que  lo  más  enaltecedor  para  nuestro  Go- 
bierno, es  la  creación  de  la  Escuela  Normal,  de  donde  se 
esperan  nuevos  maestros  que  llevarán  la  luz  a  la  nueva  si- 
miente, de  donde  saldrán  los  hombres  más  fuertes  y  más 
limpios,  para  combatir  esa  llaga  funesta  de  los  vicios  que 
hoy  minan  y  corroen  a  nuestro  pueblo. 

El  primer  paso  está  dado.  Esperamos  otros  tantos  que 
están  en  la  mente  de  nuestro  futuro  Presidente,  el  eximio 
ciúdadano  don  Carlos  Meléndez.  Estos  serán  siempre  enca- 
minados a  atender  y  levantar  muy  alto  la  Instrucción  Pu- 
blica, para  que  nuestro  pais  alcance  el  buen  nombre  que 
merece  por  su  rápido  avance  en  población  y  su  riqueza  pú- 
blica, agrícola  y  comercial. 

JOSÉ  Angel  Zelaya. 

S-  S.,  L-IK  1915. 


PROMINENTE  FIGUKA  POLITICA 
CENTROAMERICANA 


DON  CARLOS  MELENDEZ 


"Los  Gobiernos  verdaderamente 
buenos  son  aquellos  que  difunden 
el  bien  y  ie  propagan  en  el  pueblo. 

Fenelon. 

La  mirada  de  los  pueblos  centroamericanos,  en  estos 
históricos  momentos,  está  puesta  sobre  la  prominente  figura 
política  del  ciudadano  don  Caries  Meléndez. 

Y  obedece  el  asombro  de  estos  pueblos  libres  y  sobe- 
ranos en  su  vida  autónoma,  a  que  han  podido  aquilatar  la 
actuación  pública  del  señor  Meléndez  durante  los  meses  que 
ha  regido  la  Presidencia  de  la  República  de  El  Salvador. 

En  ese  elevado  puesto,  en  los  dias  más  difíciles  porque 
ha  atravesado  este  viril  país,  su  conducta  fue  el  antemural 
para  contener  la  ola  de  la  anarquía.  Providencialmente  surgió 


94 


ALBLIM  PATRIÓTICO 

Sería  largo  enumerar  la  meritisima  labor  que  el  Minis- 
terio del  Ramo  ha  tenido  en  estos  dos  últimos  años,  y  pa- 
ra terminar  diré:  que  lo  más  enalteced(  r  para  nuestro  Go- 
bierno, es  la  creación  de  la  Escuela  Noimal  de  donde  se 
esperan  nuevos  maestros  que  llevarán  la  luz  a  la  nueva  si- 
miente, de  donde  saldrán  k*s  hombres  más  fuertes  y  más 
limpies,  para  combatir  esa  llaga  funesta  de  los  vicios  que 
hoy  minan  v  corroen  a  nuestro  pueblo. 

El  primer  paso  está  dado.  Esperamos  otros  tantos  que 
están  en  la  mente  de  nuestro  futuro  Presidente,  el  eximio 
ciudadano  don  Carlos  Meléndez.  Estos  serán  siempre  enca- 
minados a  atender  y  levantar  muy  alto  la  Instrucción  Pu- 
blica, para  que  nuestro  país  alcance  el  buen  nombre  que 
merece  p' r  su  rápido  avance  en  población  y  su  riqueza  pú- 
blica, agricola  y  comercial. 

José  Angel  zelaya. 

S.  S.,  l.-U.  1915. 


PROMINENTE  FlGUPsA  POLITICA 
CENTROAMERICANA 

DON  CARLOS  MELENDEZ 

"Los  Gobiernos  verdaderamente 
hiK'iii  s  sun  aquellos  que  difunde  i 
el  bien  y  le  propagan  en  el  pueblo. 

FENELON. 

La  mirada  de  los  pueblos  centroamericanos,  en  estos 
históricos  momentos,  está  puesta  sobre  la  prominente  figura 
política  del  ciudadano  don  Carlos  Meléndez. 

Y  obedece  el  asombro  de  estos  pueblos  libres  y  sobe- 
ranos en  su  vida  autónoma,  a  que  han  podido  aquilatar  la 
actuación  pública  del  señor  Meléndez  durante  los  meses  que 
ha  regido  la  Presidencia  de  la  República  de  El  Salvador. 

En  ese  elevado  puesto,  en  los  días  más  difíciles  p(»rqu  í 
ha  atravesado  este  viril  pais,  su  conducta  fue  el  antemural 
para  contener  la  ola  de  la  anarquía.  Providencialmente  surgió 


94 


ALBUM  PATIUÓTICO 


el  señor  Meléndez  para  ser  el  honrado  y  leal  centinela  de  la 
Nación,  el  ejecutor  fiel  de  la  Ley,  el  árbitro  de  la  Paz  y  el 
Director  de  los  nuevos  derroteros  de  El  Salvador  hacia  la 
conquista  de  su  porvenir  glorioso. 

Asi  fue  como  hizo  efectiva  su  política  de  conciliación 
en  la  familia  salvadoreña,  sin  distinciones  de  clases  sociales 
ni  colores  políticos.  De  esta  manera  imperó  la  justicia  y  se 
salvó  la  Constitución,  enalteciendo  el  propio  nombre  de  él 
como  patriota  integérrimo  y  honrando  al  país,  dentro  y  fuera 
del  territorio. 

Un  hecho  sencillo  y  elocuente  acaba  de  presenciar 
Centro- América,  de  los  pocos  hechos  que  ve  la  América 
Latina.  Proclamado  por  la  unanimidad  de  los  salvadoreños, 
dejó  el  Poder  para  aceptar  su  candidatura,  entregándolo  a 
otro  ciudadano  ilustre  legalmente  designado  por  la  Ley,  Esta 
muestra  de  civismo  y  respeto  no  habla  sido  presenciada  aún 
por  la  presente  generación. 

Es  una  personalidad  bien  rara  la  del  señor  Meléndez, 
se  puede  decir,  llamado  a  regir  una  Nación  más  grande  y 
más  civilizada  del  mundo.  Es  el  hombre  puro  y  bien  equi- 
librado en  todas  partes,  en  su  hogar,  en  su  vida  pública,  en 
el  palacio,  etc.  El  brillo  de  la  PresideuLia  y  los  honores  no 
le  ofuscan  en  lo  más  mínimo.  Hoy  como  ayer,  y  como  será 
mañana,  elegido  Corstitucionalmente,  es  el  ciudadano  demo- 
crático, sin  ambiciones  de  ningún  género  y  con  su  corazón 
lleno  de  dulzura  sin  igual. 

Un  distinguido  observador  salvadoreño,  amigo  íntimo 
del  señor  Meléndez,  ha  dicho  muy  certeramente:  "Su  vuelta 
al  Solio  Presidencial  significa  Paz,  Orden  y  Progreso,  no 
solamente  para  El  Salvador,  sino  que  también  para  todas  las 
hermanas  Repúblicas,  que  ven  en  el  señor  Meléndez  el 
baluarte  de  las  Patrias  Instituciones  y  la  segura  garantía  de 
las  fronteras  vecinas.'' 

Mejor  opinión,  mejor  juicio,  en  tan  pocas  palabras,  en 
lo  que  atañe  a  la  vida  centroamericana,  no  se  ha  escrito  ni 
se  escribirá  seguramente  de  ningún  otro  hombre  público. 
Los  que  hemos  seguido  paso  a  paso  su  labor  en  su  Despacho 
Presidencial,  al  través  de  los  diversos  y  complicados  asun- 
tos de  la  familia  ¡stmeña,  nos  sentimos  orgullosos  de  que 
haya  un  escritor  y  pensador  más  que,  sintetice  el  desiderá- 
tum político  del  sefk>r  Meléndez. 

Yo  siento  legítima  ufanía,  más  y  más»  de  ser  antiguo  y 


96 


iOBUM  PATRIÓTICO 


leal  correligionario  de  la  prestigiosa  candidatura,  que  como- 
un  himno  de  triunfo  se  extiende,  de  uno  a  otro  extremo  de- 
la  República,  candidatura  a  la  cual,  con  toda  la  valentía  de- 
que somos  capaces,  de  nuestro  ardor  patno,  venimos  afilia- 
dos desde  el  año  de  1898. 

Y  tiene  su  perfecta  explicación  nuestro  partidansmo, 
porque  por  las  buenas  causas  de  la  Patria  somos  fanáti- 
cos admiradores,  y  creemos  con  fe  en  que  haber  sacado 
avante  la  Candidatura  Meléndez,  significa  hacer  florecer  y 
engrandecer  los  ricos  y  fértiles  terrenos  de  El  Salvador 
entero.  Experto  agricultor  como  es  él,  la  riqueza  nacional 
será  una  realidad  porque  aplicará  en  el  Estado  su  aenaa,.. 

en  el  campo  y  en  el  taller.  u^ix^^o. 
Espíritu  emprendedor  como  pocos,  el  señor  Meienaez 
no  reposa  jamás,  porque  en  las  horas  que  se  le  supone  de - 
descanso,  su  imaginación  portentosa  trabaja  entonces  tan 
frescamente,  como  si  sus  fuerzas  hubieran  estado  sm  movi-^ 
miento  por  un  largo  periodo. 

Y  al  publicar,  en  este  magno  día,  esta  modesta  silueta 
con  el  último  retrato  del  señor  Meléndez,  hemos  querido 
consignar,  con  sinceridad  y  convencimiento,  una  pagina  mas 
en  el  Libro  de  Oro  que  El  Salvador  debe  guardar  en  valio- 
so relicario,  para  ofrecer  a  la  posteridad  joyas  de  valor 
inmenso,  que  anotarán  indeleblemente  los  nobles  méritos 
del  señor  Presidente  don  Garios  Meléndez. 

Contemplando  la  figura  excelsa  de  nuestro  amigo  sefior 
Meléndez,  le  deseamos,  en  conclusión,  acierto  como  el  que 
ha  tenido  hasta  hoy  en  su  actuación  de  Gobernante  y  de 
inmaculado  ciudadano.- iQue  la  Providencia,  pues,  conserve 
en  puesto  de  honor,  jamás  pinchado  por  alguna  espina,  la. 
personalidad  pátricia  e  inmaculada  del  sincero  amigol 

F.  J.  RiVAS. 

San  Salvador,  lo.  de  marzo  de  1915. 


LA  ACCION  BENEFICA  DE  DOS  INTEWNATOS^ 

DEL  DR.  ALFONSO  QUiftOMEZ  »^14NA. 


Viene  de  la  pág.  37. 

Para  el  mantenimiento  de  las  institudoncs  de  la  Repú-^ 
blica  y  la  estabilidad  de  la  Paz  y  el  Orden  como  el  vellocino- 


7 


97 


ALBUM  PATRIÓTICO 


-de  oro  que  la  codicia  audaz  de  un  jasón  pudiese  arrebatar 
•el  Congreso  nacional  eligió  al  Dr.  Alfonso  Quiñónez  Molina, 
Primer  Designado  a  la  Presidencia,  para  que  se  hiciera  cargo 
de  la  acción  ejecutiva,  durante  la  ausencia  de  don  Car- 
los Meléndez,  que  se  presentaba  constitucionalmente  ante 
los  comicios  populares  a  disputarse  el  sufragio  de  sus  con- 
ciudadanos. 

La  Primera  Magistratura  no  pudo  estar  más  acertada. 
El  joven  médico  que  había  adquirido  la  prudencia  de  la 
ciencia  profesional,  demostró  desde  el  principio  de  su  actua- 
ción, una  intituiva  pericia  en  los  asuntos  de  Estado,  carácter 
rectiltíneo,  dones  de  mando,  especialísimos  y  ante  todo,  una 
voluntad  sana  y  enérgica. 

La  nación  tuvo  asegurada  por  aquellos  dias,  la  más 
perfecta  orientación  y  el  curso  de  su  desenvolvimiento  social 
y  económico. 

Las  vicisitudes  de  la  guerra  europea,  fatales  para  el 
comercio  del  mundo  entero,  encontraron  en  nuestro  país 
campo  propicio  para  injertarse  en  la  convaleciente  situación 
económica;  pero  he  aquí,  que  decretos  sabiamente  premedi- 
tados, conjuraron  aquella  manera  de  cosas  anormales.  Y  este 
fue  un  positivo  triunfo  del  interinato  del  Presidente  Quiñónez 
Molina. 

En  seis  meses  de  administración  pública,  pocas  circuns- 
tancias de  exaltado  relieve  pueden  enfermizar  los  días;  pero 
registrando  la  actuación  anterior  del  Dr.  Quiñónez  Molina, 
que  por  estar  íntimamente  vinculada  con  la  del  Presidente 
Meléndez,  se  unifica  como  resultado  de  positivo  bien  nacio- 
nal. 

Dejaremos  para  otra  ocasión  en  que  el  detalle  se  precisa, 
el  relato  de  los  bienes  que  a  El  Salvador  hiciera  este  colabo- 
rador infatigable,  y  solo  haremos  una  exclusión  para  decir 
algo  de  perseverante  ideal  de  dotar  al  país  de  un  Manicomio 
que,  reuniendo  condiciones  de  higiene,  elegancia  y  comodi- 
dad, fuese  al  mismo  tiempo,  al  igual  del  open  rfoor  moderno, 
el  lugar  señalado  para  la  curación  de  los  desventurados 
que  han  perdido  la  razón. 

Fue  antes  de  tener  ingerencia  directa  en  los  asuntos 
del  Estado,  cuando  solo  era  el  Dr.  Quiñónez  el  Jefe  de  una 
clínica,  que  este  generoso  empeño  empezó  a  germinar  en 
su  voluntad,  y  será  pronto,  porque  el  ideal  ha  tomado  forma 


98 


Casa  Blanca.— San  Salvador 


ALBUM  PATRIÓTICO 


de  oro  que  la  codicia  audaz  de  un  Jasón  pudiese  arrebatar 
el  Congreso  nacional  eligió  al  Dr.  Alfonso  Quiñónez  Molina, 
Primer  Designado  a  la  Presidencia,  para  que  se  hiciera  cargo 
de  la  acción  ejecutiva,  durante  la  ausencia  de  don  Car- 
los Meléndez,  que  se  presentaba  constitucionalmente  ante 
los  comicios  populares  a  disputarse  el  sufragio  de  sus  con- 
ciudadanos. 

La  Primera  Magistratura  no  pudo  estar  más  acertada. 
El  joven  médico  que  había  adquirido  la  prudencia  de  la 
ciencia  profesional,  demostró  desde  el  principio  de  su  actua- 
ción, una  intituiva  pericia  en  los  asuntos  de  Estado,  carácter 
rectiltineo,  dones  de  mando  especialisimos  y  ante  todo,  una 
voluntad  sana  y  enérgica. 

La  nación  tuvo  asegurada  por  aquellos  días,  la  más 
perfecta  orientación  y  el  curso  de  su  desenvolvimiento  social 
y  económico. 

Las  vicisitudes  de  la  guerra  europea,  fatales  para  el 
comercio  del  mundo  entero,  encontraron  en  nuestro  país 
campo  propicio  para  injertarse  en  la  convaleciente  situación 
económica;  pero  he  aqui,  que  decretos  sabiamente  premedi- 
tados, conjuraron  aquella  manera  de  cosas  anormales.  Y  este 
fue  un  positivo  triunfo  del  interinato  del  Presidente  Quiñónez 
Molina. 

En  seis  meses  de  administración  pública,  pocas  circuns- 
tancias de  exaltado  relieve  pueden  enfermizar  los  días;  pero 
registrando  la  actuación  anterior  del  Dr.  Quiñónez  Molina, 
que  por  estar  intimamente  vinculada  con  la  del  Presidente 
Meléndez,  se  unifica  como  resultado  de  positivo  bien  nacio- 
nal. 

Dejaremos  para  otra  ocasión  en  que  el  detalle  se  precisa, 
el  relato  de  los  bienes  que  a  El  Salvador  hiciera  este  colabo- 
rador infatigable,  y  solo  haremos  una  exclusión  para  decir 
algo  de  perseverante  ideal  de  dotar  al  país  de  un  Manicomio 
que,  reuniendo  condiciones  de  higiene,  elegancia  y  comodi- 
dad, fuese  al  mismo  tiempo,  al  igual  del  open  door  moderno, 
el  lugar  señalado  para  la  curación  de  los  desventurados 
que  han  perdido  la  razón. 

Fue  antes  de  tener  ingerencia  directa  en  los  asuntos 
del  Estado,  cuando  solo  era  el  Dr.  QuifuMiez  el  Jefe  de  una 
clínica,  que  este  generoso  empeño  empezó  a  germinar  en 
su  voluntad,  y  será  pronto,  porque  el  ideal  ha  tomado  forma 


98 


ALBUM  PATRIÓTICO 

real,  cuando  se  abran  sus  puertas  al  servicio  de  la  humanidad 
doliente. 

Otros  muchos  actos  dignos  de  aplauso  lleva  ya  el  Dr. 
Quiñónez  en  su  carrera  política,  que  aunque  corta,  tienea 
como  las  auroras  el  futuro  de  lo  que  serán  los  días  

Gustavo  A.  Ruiz. 

(Concluye) 


100 


» 


i. 

ALBUM  PATRIÓTICO 

real,  cuando  se  abran  sus  puertas  al  servicio  de  la  humanidad 
doliente. 

Otros  muchos  actos  dignos  de  aplauso  lleva  ya  el  Dr. 
Quiñónez  en  su  carrera  política,  que  aunque  corta,  tienea 
como  las  auroras  el  futuro  de  lo  que  serán  los  días  

Gustavo  A.  Ruiz. 

(Concluye) 


< 


100 


ONOMASTICO  DE  NUESTRO  CANDDATO 


:^ION  EXTRAORDINARIA 


Como  fue  anunciado  por  las  invitaciones  que  oportuna- 
:inente  circularon,  hoy,  a  las  9  a.  m.,  se  verificó  en  los 
salones  que  ocupa  el  Comité  Central  Directivo,  una  sesión 
extraordinario,  en  honor  de  nuestro  Candidato  señor  don 
darlos  Meléndez,  con  el  objeto  de  felicitarle  en  su  onomás- 
tico de  la  manera  más  elocuente  y  significativa. 

El  acto  fue  presidido  por  el  Presidente  del  Centro  Di- 
::Tectivo  Dr.  don  F.  Guillermo  Cano. 

Además,  el  Sr.  Meléndez,  objeto  de  la  manifestación, ' 
y  de  los  miembros  que  integran  dicho  Centro,  asistieron 
todos  los  presidentes  de  los  clubs  departamentales,  las 
directivas  de  los  clubs  capitalinos,  delegaciones  de  los  es- 
tablecidos en  toda  la  República,  distinguidos  miembros  de 
elevada  posición  social,  represetantes  de  la  Prensa  y  un 
considerable  número  de  personas  de  gremios  diversos. 

No  pudo  haberse  manifestado  más  intenso  y  expresivo, 
el  sentimiento  de  adhesión  y  alta  estima  que  todos  sus 
correligionarios  tributan  al  señor  Meléndez. 

Puede  decirse  que  aquel  acto  solemne,  fue  una  conden- 
-sación  del  voto  firme  y  general,  que  el  partido  melendista, 
-consagra  a  su  Candidato;  voto  que  integra  el  patriotismo, 
el  efecto  y  la  sinceridad. 

Todos  los  Delegados  de  los  Comités  y  clubs  departa- 
.mentales,  en  breves  y  conceptuosos  discursos,  felicitaron  a 
nuestro  Candidato,  ofreciéndole  así  mismo,  a  nombre  de  las 
^agrupaciones  representadas,  todo  el  concurso  de  su  patrio- 
4tsmo  y  la  energía  de  sus  esfuerzos,  para  ver  realizado  el 


104 


AUNIM  PATRIÓTICO 

triunfo  de  nuestra  causa.  El  señor  Meléndez  correspondió 
con  exquisita  amabilidad  a  todas  las  finas  atenciones  que  le 
prodigaron  los  felicitantes. 

El  acto  terminó  con  la  brillante  nota  de  la  cordialidad 

y  el  afecto.  .  ^ 

Después  de  esto,  el  señor  Meléndez  se  retiró  a  su  re- 
sidencia, acompañado  de  los  miembros  del  Centro  Directivo 
y  de  todas  las  del^^aciottes. 


'      LOS  FESTEJOS  Da  DIA  CUATRO 


El  Comité  Central  «Carlos  Meléndez%  invitó  para  una 
reunión  patriótica  que  tuvo  lugar  el  miércoles  en  la  mañana, 
en  el  edificio  que  ocupa  aquel  Centro. 

Los  salones  habían  sido  decorados  con  elegantes  corh- 
najes  de  terciopelo  y  punto,  exornando  sus  esquinas  plantas 
exóticas,  proporcionados  por  el  conocido  rqjostero  puto 
Armas,  encargado  del  servicio. 

/  Poco  después  de  las  9  a.  m.,  presente  nuestro  candidato 
t  festejado  don  Carlos  Meléndez,  con  asistencia  de  los 
í^rincipales  miembros  del  Comité,  representante  de  los  clubs 
todos  de  la  República  y  de  gran  número  de  particulares, 
dió  principio  la  solemne  sesión  inaugurándola  el  Presidente 
del  Comité  Dr.  Fidel  A.  Novoa,  con  el  siguiente  discurso: 

«Señor:  En  estos  momentos  en  que  vuestros  amigos, 
correligionarios  y  partidarios  políticos  nos  unimos  para  sa- 
ludaros con  el  feliz  motivo  de  vuestro  onomástico,  permitidme 
sea  el  vocero  del  Comité  Central  para  expresaros  sus  efu- 
sivas congratulaciones. 

En  vos  vemos,  señor,  no  solo  a  nuestro  caudillo  y  jefe 
en  la  lucha  política,  sino  también  al  caballero  noble  y  sin 
tacha,  amigo  sincero,  de  corazón  sano  en  el  cual  no  se  al- 
beldan ni  odios  ni  rencores. 

Ofendería  vuestra  genial  modestia  si  me  refiriera  a  los 
méritos  personales  que  os  adornan,  e  incurriría  en  un  defecto 
de  repetición,  puesto  que  son  muy  conocidos  de  cuantos  han 
tenido  la  honra  de  trataros. 

Debo  concretarme,  por  lo  tanto,  a  deciros,  en  mi  nom- 
bre, en  el  del  Comité  Central  que  represento  y  «i  el  de  los 


105 


JOJBUM  PATRIÓTICO 


amigos  que  os  rodean,  que  todos  los  votos  de  nuestros 
corazones  se  encaminan  a  desearos  completa  bienandanza 
al  lado  de  vuestra  amante  esposa  y  a  la  sombra  protectora 
de  esa  venerable  matrona,  espejo  de  virtudes:  vuestra  madre. 

Que  la  Providencia  tienda  siempre  sobre  vos  su  mano 
protectora.» 

A  continuación,  el  doctor  Alejandro  Hernández,  prendió 
en  el  pecho  del  señor  Meléndez  una  medalla  conmemorativa, 
de  oro,  obsequio  del  mismo  Comité. 

Nuestro  candidato  contestó  en  estos  términos: 
Señores: 

He  escuchado  con  vivísima  complacencia  las  expresiones 
de  simpatía  y  adhesión  que  me  habéis  dirigido  en  esta  oca- 
sión solemne,  con  motivo  de  la  reunión  cívica  que  noble  y 
patrióticamente  celebráis  en  este  día, 

En  el  honroso  carácter  de  Delegados  de  Comités  de- 
partamentales de  que  venís  investidos,  sois  para  mí  los 
portadores  de  las  tendencias  y  anhelos  de  la  opinión  de  las 
distintas  secciones  del  país  y  tengo  el  placer  de  aseguraros 
que  nada  hay  para  mí  más  grato  que  ponerme  en  íntimo 
contacto  con  vosotros  para  penetrar  las  intenciones  del  es- 
píritu público  y  conocer  la  orientación  legal  que  ha  seguidq 
la  propaganda  eleccionaria. 

Bien  lo  sobéis  vosotros  y  debo  repetíroslo  aquí:  sólo 
cediendo  a  las  continuas  reiteraciones  de  mis  numerosos 
partidarios  de  todos  los  departamentos,  a  las  repetidas  ma- 
nifestaciones de  los  pueblos  y  a  los  impulsos  del  más  puro 
patriotismo,  hube  de  decidirme  a  aceptar  la  candidatura  de 
la  Presidencia  de  la  República,  después  de  cerciorarme  con 
testimonios  irrecusables,  de  que  ella  ha  sido  preconizada  y 
proclamada  libre,  consciente  y  espontáneamente  por  la  mayo- 
ría de  todos  los  salvadoreíios,  sin  distinción  de  colores 
políticos  ni  de  gerarquias  sociales. 

Después  de  que  accidentalmente,  por  circunstancias  de 
todos  conocidas,  hube  de  regir  por  algún  tiempo  los  destinos 
de  mi  patria,  mis  principios  netamente  democráticos  y  mis 
ideas  acerca  de  la  Administración  Pública,  están  en  la  con- 
ciencia de  las  masas  que  se  hallan,  como  yo,  penetradas 
de  que  la  conciliación  de  la  familia  salvadoreña,  la  pureza 
de  la  gestión  administrativa,  el  impulso  decidido  a  la  agri- 
cultura y  a  la  industria,  las  reformas  sociales  en  favor  de 
los  obreros,  la  difusión  intensa  de  la  instrucción  popular,  el 


106 


Interior  dd  Cuartel  de  ArtOlerfa  en  Santa  Ana  (B  Salvador 


ALBUM  PATRIÓTICO 

amigos  que  os  rodean,  que  todos  los  votos  de  nuestros 
ct>razones  se  encaminan  a  desearos  completa  bienandanza 
al  lado  de  vuestra  amante  esposa  y  a  la  sombra  protectora 
de  esa  venerable  matrona,  espejo  de  virtudes:  vuestra  madre. 

Que  la  Providencia  tienda  siempre  sobre  vos  su  mano 
protectora.» 

A  continuación,  el  doctor  Alejandro  Hernández,  prendió 
en  el  pecho  del  sefu^r  Meléndez  una  medalla  conmemorativa, 
de  oro,  obsequien  del  misino  Comité. 

Nuestro  candidato  contestó  en  estos  términos: 
Señores: 

He  escuchado  con  vivísima  complacencia  las  expresiones 
de  simpatia  y  adhesión  que  me  habéis  dirigido  en  esta  oca- 
sión solemne,  con  motivo  de  la  reunión  cívica  que  noble  y 
patrióticamente  celebráis  en  este  dia. 

En  el  honroso  carácter  de  Delegados  de  Comités  de- 
partamentales de  que  venis  investidos,  sois  para  mí  los 
portadores  de  las  tendencias  y  anhelos  de  la  opinión  de  las 
distintas  secciones  del  país  y  tengo  el  placer  de  aseguraros 
que  nada  hay  para  mi  más  grato  que  ponerme  en  intimo 
contacto  con  vosotros  para  penetrar  las  intenciones  del  es- 
píritu público  y  conocer  la  orientación  legal  que  ha  seguido 
la  propaganda  eleccionaria. 

Bien^  lo  sobéis  vosotros  y  debo  repetíroslo  aquí:  sólo 
cediendo  a  las  continuas  reiteraciones  de  mis  numerosos 
partidarios  de  todos  los  departamentos,  a  las  repetidas  ma- 
nifestaciones de  los  pueblos  y  a  los  impulsos  del  más  puro 
patriotismo,  hube  de  decidirme  a  aceptar  la  candidatura  de 
la  Presidencia  de  la  República,  después  de  cerciorarme  con 
testimonios  irrecusables,  de  que  ella  ha  sido  preconizada  y 
proclamada  libre,  consciente  y  espontáneamente  por  la  mayo- 
ría de  todos  los  salvadoreños,  sin  distinción  de  colores 
políticos  ni  de  gerarquías  sociales. 

Después  de  que  accidentalmente,  por  circunstancias  de 
todos  conocidas,  hube  de  regir  por  algún  tiempi>  los  destin(>s 
de  mi  patria,  mis  principios  netamente  democráticos  y  mis 
ideas  acerca  de  la  Administración  í^ública,  están  en  la  con- 
ciencia de  las  masas  que  se  hallan,  como  yo,  penetradas 
de  que  la  conciliación  de  la  familia  salvadoreña,  la  pureza 
de  la  gestión  administrativa,  el  impulso  decidido  a  la  agri- 
cultura y  a  la  industria,  las  reformas  sociales  en  favor  de 
los  obreros,  la  difusión  intensa  de  la  instrucción  popular,  el 


106 


interior  dd  Cuartel  de  Artillería  en  Santa  Ana  (£1  Salvador 


Banquete  ofu-diio  p..r  d  Oobicmo  dd  Dr   Quiñóncz  ;i  los  scflore» 
DtputaUus  en  la  Finca  Model),  el  28  de  lebrero  de  l'JU 


ALBUM  PATRIÓTICO 


ejercicio  de  todas  las  libertades  ordenadas  y  la  conservación 
del  orden  y  de  la  paz  con  el  concurso  de  nuestro  brillante 
ejército,  son  condiciones  indispensables  para  que  impere 
la  justicia  en  nuestro  suelo,  y  para  que  alcancemos  la  gran- 
deza moral  y  la  prosperidad  material  a  que  tenemos  derecho 
por  la  laboriosidad  y  espíritu  pacífico  de  nuestros  pueblos 
y  por  la  privilegiada  posición  que  ocupamos  en  el  planeta. 

Para  el  logro  de  aquellas  altas  finalidades  espero  contar 
—si  soy  favorecido  con  la  mayoría  dé  los  sufragios  de  los 
pueblos— con  el  leal  valiosísimo  concurso  de  todos  y  cada 
uno  de  vosotros  y  con  la  cooperación  decidida  y  patriótica 
de  todos  los  salvadoreños  idóneos  y  capaces  de  servir  a  la 
República,  porque  conceptúo,  que  cualesquiera  que  sean  las 
tendencias  de  un  Gobierno,  no  deben  supeditar  la  vida  de 
la  Nación  a  los  sectarismos  de  un  partido,  sino  que  su 
obligación  es  orientarse  en  el  sentido  que  le  marcan  los 
dictados  indubitables  de  la  opinión  nacional,  haciendo^  ab- 
soluta prescindencia  de  esos  egoísmos  malsanos  que  deprimen 
los  méritos  y  virtudes  de  los  ciudadanos. 

Mas,  para  alcanzar  el  noble  propósito  que  perseguís, 
de  que  surja  de  las  urnas  electo  ra  le  •  • 

y  estable,  debemos  dar  a  los  pueblos  el  moralizador  ejem- 
plo de  guardar  la  disciplina,  el  respeto  a  las  leyes,  a  las 
diversas  opiniones  y  a  las  autoridades  constituidas,  para  el 
mantenimiento  del  orden,  principio  fundamental  de  las  socie- 
dades. 

Sefior  Presidente  del  Comité  Central: 

Las  expresiones  de  sincera  adhesión  que  me  habéis 
dirigido,  al  hacerme  ofrenda  de  la  medalla  que  me  habéis 
impuesto  en  este  instante,  en  nombré  del  partido  melendista, 
las  conservaré  grabadas  en  mi  memoria  como  el  recuerdo 
más  grato  de  mi  vida  pútrtica. 

Esta  insignia  de  honor  que  por  el  honorable  medio  de 
Ud.  me  confieren  las  agrupaciones  melendistas  de  todo  e 
país,  me  comunica  alientos  para  continuar  la  tarea  difícil 
de  procurar,  con  todas  mis  fuerzas,  el  bienestar  y  la  honra 
de  nuestra  Patria  y  la  felicidad  de  todos  los  ciudadanos;  y 
he  de  conservaria,  con  profunda  e  inmemorable  gratitud, 
como  testimonio  vivo  de  los  patrióticos  esfuerzos  de  mis 
correligionarios,  por  sacar  triunfante  mi  candidatura  nacional. 

106 


ALBUM  PATRIÓTICO 

iQue  lazos  que  por  virtud  de  esta  reunión  altamente  cí- 
vica se  robustezcan  con  entusiasmo  patriótico  para  luchar  en  la 
liza  eleccionaria,  hagan  indisoluble  la  unión  que  vincula  a  las 
agrupaciones  melendistas,  para  que  alcancemos  las  legítimas 
aspiraciones  délos  pueblos,  que  sintetizan  en  loshermosos  prin- 
cipios de  C.  Meléndez  Paz,  Orden,  Progreso  y  Libertad. 

También  hicieron  uso  de  la  palabra  representantes  de 
varias  agrupaciones  melendistas. 

El  Sr,  don  Rafael  García  Escobar,  Presidente  de  la  Con- 
vención de  los  Clubs  Melendistas  de  la  Capital,  Vicepresiden- 
te del  Club  Calvarefio  «General  Cabanas»  y  Delegado  Espe- 
cial del  Comité  Central  Directivo,  recitó  unos  preciosos  ver- 
sos que  a  continuación  se  insertam 

AL  CIUDADANO  DON  CARLOS  MELENDEZ 
EN  EL  DIA  DE  SU  SANTO 


Y  la  felicidad  tiende,  hoy,  sus  alas 
sobre  tu  hc^r  de  ciudadano  honrado, 
y^_como  complemento,— agasajado 
te  miras  por  el  pueblo  que  te  aclama. 

Del  patriotismo  la  fulgente  llama 
arde  en  tu  corazón  con  embeleso, 
y  por  doquiera  el  pueblo  te  proclama 
en  nombre  de  la  Patria  y  del  Progreso! 

Tú  luchas  con  denuedo  y  energía 
por  conquistar  para  tu  patria  gloria, 
riqueza,  paz,  honor  y  alegría; 
en  premio  de  tu  afán  y  tu  hidalguía 
te  ofrece  sus  páginas  la  Historia 
y  sus  alas  de  nácar  la  Poesía  1 

Rafael  GarcIa  Escobar. 
San  Salvador,  4  de  .noviembre  de  1914. 

,  La  sesión  clausuró  con  d  siguiente  discurso  del  doctor 
Guillermo  Cano. 

«Señores: 

Vais  a  presenciar  uno  de  los  actos  más  significativos, 
más  hermosos  en  la  vida  histórica  de  un  hombre,  esto  es, 


109 


I 


ALBUM  PATRIÓTICO 

el  de  condecorar  con  la  medalla  de  HONOR  AL  MÉRITO, 
al  eximio  hijo  de  El  Salvador,  al  patriota  distinguido,  Exce- 
lentísimo don  Carlos  Meléndez,  Jefe  y  Candidato  del  Partido 
Melendista,  a  la  Presidencia  de  la  República  en  el  próximo 
periodo  constitucional,  y  aclamado  con  verdadero  entusiasmo 
por  el  pueblo  salvadoreño;  al  condecorarle,  hoy  día  de  su 
onomástico,  en  nombre  del  Partido  Melendista,  lo  hacemos 
como  una  manifestación  sincera  y  digna  de  sus  revelantes 
virtudes  cívicas,  como  la  expresión  del  cariño  verdadero,  de 
profundo  respeto,  adhesión  y  simpatía,  al  amigo,  al  Jefe,  al 
meritisimo  ciudadano. 

Señores:  he  aquí  la  insignia  de  honor,  la  condecoración 
que  simboliza  con  caracteres  imborrables  e  imperecederos, 
las  bellas  cualidades  a  que  es  acreedor  nuestro  Jefe  y  amigo. 

Señor  don  Carlos  Meléndez:  permitid  que  se  os  coloque 
esta  MEDALLA,  en  nombre  de  vuestros  correligionarios  y 
amigos  de  todo  el  país;  ostentadla  con  orgullo  legitimo. 
{La  merecéis! 

m 

F.  G.  Cano.» 


Al  caer  la  noche,  un  gran  número  de  ciudadanos  hicieron 
una  patriótica  demostración  de  simpatía,  frente  a  la  casa  de 
habitación  de  nuestro  candidato. 

Las  manifestaciones  todas  verificadas  el  día  cuatro, 
dieron  una  idea  completa  de  la  inmensa  popularidad  de 
que  goza  nuestro  candidato,  y  de  lo  compacta  que  está  la 
opinión  en  favor  suyo;  fue  el  alma  popular  la  que  allí  se 
reveló  intensa  y  espontáneamente. 

En  la  inposibilidad  de  publicar  la  numerosa  cantidad  de 
manifestaciones  que  por  diversos  conductos  se  han  recibido 
para  cumplimentar  al  eximio  (:iudadano  don  Carlos  Melén- 
dez, con  ocasión  del  dia  de  su  santo,  no  damos  cabida  a 
las  múltiples  felicitaciones,  que  patentizan  el  acertó  de 
nuestro  dicho,  esto  es,  el  júbilo  general  que  ha  reinado 
por  doquiera  en  un  dia  de  tanta  remembranza  como  lo  fue 
el  pasado  4  del  corriente  noviembre. 


111 


DOCTOR  F.  Guillermo  Cano, 

quien  hizo  funciones  de  Presidente  del  Comité  Central  Directivo  durante  algunos  meses 


ALBUM  PATRIÓTICO 

el  de  condecorar  con  la  MEDALLA  DE  HONOR  AL  MÉRITO, 
al  eximio  hijo  de  El  Salvador,  al  patriota  distinguido,  Exce- 
lentísimo don  Carlos  Meléndez,  Jefe  y  Candidato  del  Partido 
Melendista,  a  la  Presidencia  de  la  República  en  el  próximo 
período  constitucional,  y  aclamado  con  verdadero  entusiasmo 
por  el  pueblo  salvadoreño;  al  condecorarle,  hoy  dia  de  su 
onomástico,  en  nombre  del  Partido  Melendista,  lo  hacemos 
como  una  manifestación  sincera  y  digna  de  sus  revelantes 
virtudes  cívicas,  como  la  expresión  del  cariño  verdadero,  de 
profundo  respeto,  adhesión  y  simpatía,  al  amigo,  al  Jefe,  al 
meritísimo  ciudadano. 

Señores:  he  aquí  la  insignia  de  honor,  la  condecoración 
que  simboliza  con  caracteres  imborrables  e  imperecederos, 
las  bellas  cualidades  a  que  es  acreedor  nuestro  Jefe  y  amigo. 

Señor  don  Carlos  Meléndez:  permitid  que  se  os  coloque 
esta  MEDALLA,  en  nombre  de  vuestros  correligionarios  y 
amigos  de  todo  el  país;  ostentadla  con  orgullo  legitimo. 
iLa  merecéis! 

F.  G.  Cano.» 


Al  caer  la  noche,  un  gran  número  de  ciudadanos  hicieron 
una  patriótica  demostración  de  simpatía,  frente  a  la  casa  de 
habitación  de  nuestro  candidato. 

Las  manifestaciones  todas  verificadas  el  día  cuatro, 
dieron  Mna  idea  completa  de  la  inmensa  popularidad  de 
que  goza  nuestro  candidato,  y  de  lo  compacta  que  está  la 
opinión  en  favor  suyo;  fue  el  alma  popular  la  que  allí  se 
reveló  intensa  y  espontánerimente. 

En  la  inposibilidad  de  publicar  la  numerosa  cantidad  de 
manifestaciones  que  por  diversos  conductos  se  han  recibido 
para  cumplimentar  al  eximio  ciudadano  don  Carlos  Melén^ 
deZy  con  ocasión  del  dia  de  su  santo,  no  damos  cabida  a 
las  múltiples  felicitaciones,  que  patentizan  el  acertó  de 
nuestro  dicho,  esto  es,  el  júbilo  general  que  ha  reinado 
por  doquiera  en  un  día  de  tanta  remembranza  como  lo  fue 
el  pasado  4  del  corriente  noviembre. 


111 


¡FEUZ,  DICHOSO  DIA! 


Al  despuntar  la  primera  luz  de  la  aurora,  abriéronse 
mis  ojos  al  impulso  de  no  se  qué  de  candoroso  y  de  an- 
ticuado que  me  complacía. 

Contemplé  un  instante  el  fuego  caprichoso  de  sombras 
y  luces  que  en  el  obscuro  laberinto  de  mi  alcoba  se  pre- 
sentaban; me  embargaban  todavía  las  vaguedades  del  en- 
sueño, cuando  advertí,  desde  mi  lecho,  la  luz  esplendoro» 
que  radiaba  en  la  celeste  esfera,  y  que  en  las  densas  nieblas 
del  amanecer  circundaban  a  mi  humilde  morada. 

Nada  es  más  dulce  y  grato  para  el  hombre  en  esta  vi- 
da, como  verse  sumergido  en  el  más  profundo  silencio— me 
dije— haciendo  flotar  mi  pensamiento  en  las  brumas  que 
se  enganchan  en  el  infinito  espacio  de  la  bóveda  celeste. 

En  estas  profundas  meditaciones  me  encontraba»  cuan- 
do súbitamente  vínose  a  mi  mente  el  recuerdo  del  4  de 
noviembre,  y  sentí  que  en  mi  pecho  palpitaba  la  al^a. 

Este  recuerdo  llenó  a  mi  alma  de  imiescriptible  entu- 
siasmo, y  me  apresuré  a  salir  at  the  door  of  my  room  para 
contemplar  las  brisas  susurrantes  que  se  mecían  al  impulso 
de  suaves  aleteos. 

El  cielo  sonreía  .  .  . 

En  esa  grandexa  toda  luz  y  vida. 

En  el  magestuoso  silencio  que  de  ese  ancho  espacio  des- 
cendía, estaba  la  Precursora  del  dia  próxima  a  trocarse  en 
Sol  y  poesía,  y  con  todos  los  fulgores  del  iris  enviaba— co- 
mo palcmia  mensajera— al  Rey  del  firmamento  para  cubrir 
la  frente  del  culto  ciudadano  don  Carlos  Meléndez  con  el 
laurel  de  la  virtud,  la  dicha  y  el  placer  en  este  venturoso 
dfai,  en  que  el  pu^lo  cuscatieco  se  siente  regocijado  y 


112 


ALBUM  PATRIÓTICO 


lleno  de  júbilo  por  ser  el  onomástico  de  su  ilustre  candidato 
a  la  Presidencia  en  el  próximo  cuatrienio. 
I Feliz,  dichoso  día! 

Sf,  feliz  y  lleno  de  ventura  es  este  hermoso  dia  para 
€l  pueblo  entero,  que  celebra  el  aniversario  del  nacimiento 
de  don  Carlos  Meléndez,  y  al  par  que  lo  felicita  por  haber 
llegado  a  los  51  abriles  con  salud  y  felicidad  completas, 
sin  llevar  en  su  erguida  frente  la  mancha  de  la  deshonra 
ni  el  anatema  de  la  tropelía. 

I Feliz,  dichoso  dia! 

En  que  el  pueblo  se  complace  en  felicitar  a  un  hombre, 
pulcro. 

Don  Garios  Meléndez,  envuelto  en  el  nimbo  protector, 
avanza  sonriente,  magestuoso  y  confiando  en  el  buen  éxito 
-de  su  Gran  Partido  que  lo  sacará  triunfante  en  las  próximas 
alecciones. 

Sí,  lo  sacaremos  triunfante,  porque  es  el  hombre  que 
goza  de  más  prestigios  en  toda  la  República  para  ocupar  el 
Solio  Presidencial,  y  nos  complacemos  en  manifestar  públi- 
camente a  nuestro  connotado  Candidato  que  no  está  él  solo, 
y  que  sus  adeptos  luchan  por  las  vías  legales  para  alcan- 
izar  el  triunfo  verdadero  de  la  honrada  causa  melendista. 

Reciba  nuestras  más  fervientes  felicitaciones  el  preclaro 
ciudadano  don  Carlos  Meléndez,  y  deseamos,  al  mismo 
tiempo,  que  tenga  mil.  años  de  vida  y  que  en  lo  futuro, 
sea  honra  y  orgullo  de  su  Patria  y  gobernante  modelo  de 
<:entro  América,  ya  que  goza  de  la  admiración  y  simpatía 
de  la  misma,  por  sus  indiscutible  m^tos  de  ciudadano 
lionrado  y  culto. 

GONZALO  GALVEZ  OSEOJEDA 
San  Salvador,  4  de  noviembre  de  1914. 


113 


AL  SEÑOR  DON  CARLOS  MELENDEZ, 
EN  SU  DIA  ONOMASTICO 


Apoyada  en  la  enseña  Nacional 
La  joven  Patria  rozagante,  altiva, 
Os  brinda  en  este  fausto  festival 
La  doble  rama  de  laurel  y  oliva. 

Porque  cerrastéis  con  prudente  mano- 
(Dándole  al  porvenir  brillante  ejemplo,) 
El  bélico  santuario  del  dios  Jano 

Y  a  la  Patria  erigisteis  firme  templo. 

Porque  al  mirar  rugiente  la  tormenta 
Que  iracunda  avanzaba  amenazante, 
Cual  nauta  que  en  la  proa  se  presenta 

Y  salva  a  su  madero  zozobrante. 

Tal  así,  conjurastéis  esforzado 
La  tromba  que  amagaba  en  lontananza, 
Al  pueblo  que  afligido,  acongojado, 
No  más  que  en  vos,  cifrada  su  esperanza. 

Quiera  el  Dios  de  los  pueblos  protegeros- 
Contra  la  Hidra  de  múltiples  cabezas, 

Y  en  dulce  paz  mañana  concederte 
El  premio  a  tan  pacificas  proezas. 

¿Y  qué  más  mérito  que  haber  salvada 
Del  cataclismo  a  la  Nación  entera? 
De  gloria  al  nimbo  gualda,  arrebolado, 
Que  a  vuestro  nombre  se  une,  reverbera. 


114 


AL  SEÑOR  DON  CARLOS  MELENDEZ, 

EN  SU  DIA  ONOMASTICO 


Apoyada  en  la  enseña  Nacional 
La  joven  Patria  rozagante,  altiva, 
Os  brinda  en  este  fausto  festival 
La  doble  rama  de  laurel  y  oliva. 

Porque  cerrasteis  con  prudente  mano 
(Dándole  al  porvenir  brillante  ejemplo,) 
El  bélico  santuario  del  dios  Jano 

Y  a  la  Patria  erigisteis  firme  templo. 

Porque  al  mirar  rugiente  la  tormenta 
Que  iracunda  avanzaba  amenazante, 

Cual  nauta  que  en  la  proa  se  presenta 

Y  salva  a  su  madero  zozobrante. 

Tal  así,  conjurastéis  esforzado 
La  tromba  que  amainaba  en  lontananza, 
Al  pueblo  que  afligido,  acongojado, 
No  más  que  en  vos,  cifrada  su  esperanza. 

Quiera  el  Dios  de  los  pueblos  protegeros 
Contra  la  Hidra  de  múltiples  cabezas, 

Y  en  dulce  paz  mañana  concederle 
El  premio  a  tan  pacilicas  proezas. 

¿Y  qué  más  mérito  que  haber  salvado 
Del  cataclismo  a  la  Nación  entera  ? 
De  gloría  al  nimbo  gualda,  arrebolado, 
Que  a  vuestro  nombre  se  une,  reverbera. 


114 


ALBUM  PATRIÓTICO 


El  mérito  eminente  es  de  tal  precio. 
Que  se  abre  paso  a  través  de  nubarrones, 
Que  rompen  el  silencio  del  desprecio 
Del  fanal  de  las  ígneas  vibraciones 
Que  ser  vencido  es  gloría  para  el  necio. 

La  Historia  al  mundo  marcará  los  hechos, 
Que  menora  la  patria  fantasía, 
Porque  están  esculpidos  en  los  pechos 
Do  se  albergan  nobleza  e  hidalguía. 

Que  el  que  en  su  esfera  procuró  cumplir 
Con  elevado  espíritu  su  empeño, 
Puede  aguardar  el  sempiterno  sueño 
Sin  el  fallo  temer  del  porvenir. 

Doroteo  J.  Guerrero. 

San  Salvador,  4  de  noviembre  de  1914. 


AL  SEÑOR  DON  CARLOS  MELENDEZ 

EN  SU  DIA  DE  DIAS 


Nacer,  crecer  y  morir,  es  el  destino  del  hombre,  lo 
mismo  que  el  de  los  demás  seres  vivientes  animados  e  ina- 
nimados. Pero  en  el  orden  moral,  nacer  crecer  y  vivir  es 
el  destino  de  las  almas  buenas.  Así  viven  en  el  corazón  de 
los  pueblos  aquellos  grandes  hombres  que  han  sido  los 
benefactores  de  la  humanidad;  y  viven  también  cerca  de 
Dios  en  los  cielos,  según  la  fe,  las  almas  de  todos  los 
justos  que  no  vieron  con  indiferencia  la  suerte  de  sus 
hermanos. 

Así  deseo  que  vivas  tú,  oh  señor!  como  Washington  en 
la  memoria  del  pueblo  americano  y  como  Bolívar  en  la  de 
Sur  América,  y  [ojalíl  también  en  ese  cielo  misterioso  re- 
servado a  los  justos  en  el  día  de  las  cuentas,  porque  veis 
hambrientos  y  les  dais  de  comer,  desnudos  y  los  vestís  y 
veis  a  la  Patria  moribunda  y  remedios  le  buscáis. 

San  Salvador,  4  de  noviembre  de  1914. 

A.  MONCHES. 


116 


ALBUM  PATRIÓTICO 

El  mérito  eminente  es  de  tal  precio, 
Que  se  abre  paso  a  través  de  nubarrones. 
Que  rompen  el  silencio  del  desprecio 
Del  fanal  de  las  ígneas  vibraciones 
Que  ser  vencido  es  gloria  para  el  necio. 

La  Historia  al  mundo  marcará  los  heclios, 
Que  menora  la  patria  fantasía, 
Porque  están  esculpidos  en  los  pechos 
Do  se  albergan  nobleza  e  hidalguía. 

Que  el  que  en  su  esfera  procuró  cumplir 
Con  elevado  espíritu  su  empeño, 
Puede  aguardar  el  sempiterno  sueño 
Sin  el  fallo  temer  del  porvenir. 

Doroteo  J.  Guerrero. 

San  Salvador,  4  de  noviembre  de  1914. 


AL  SEÑOR  DON  CARLOS  MELENDEZ 
EN  SU  DIA  DE  DIAS 

Nacer,  crecer  y  morir,  es  el  destino  del  hombre,  lo 
mismo  que  el  de  los  demás  seres  vivientes  animados  e  ina- 
nimados. Pero  en  el  orden  moral,  nacer  crecer  y  vivir  es 
el  destino  de  las  almas  buenas.  Así  viven  en  el  corazón  de 

los  pueblos  aquellos  grandes  hombres  que  han  sido  los 
benefactores  de  la  humanidad;  y  viven  también  cerca  de 
Dios  en  los  cielos,  según  la  fe,  las  almas  de  todos  los 
justos  que  no  vieron  con  indiferencia  la  suerte  de  sus 

hermanos. 

Así  deseo  que  vivas  tú,  oh  señor!  como  Washington  en 
la  memoria  del  pueblo  americano  y  como  Bolívar  en  la  de 
Sur  América,  y  ¡ojalá!  también  en  ese  cielo  misterioso  re- 
servado a  los  justos  en  el  día  de  las  cuentas,  porque  veis 
hambrientos  y  les  dais  de  comer,  desnudos  y  los  vestís  y 
veis  a  la  Patria  moribunda  y  remedios  le  buscáis. 

San  Salvador,  4  de  noviembre  de  1914. 

A.  MONCHES. 


116 


MEDALU  DE  ORO 

Al  ciuciadano  don  Carlos  Meldndoz,  an  ai  acto  da 

«u  condacoradón 


Estrella  acrisolada,  sideral  esterlina, 
esclarecido  emblema  de  condecoración, 
esta  medalla  irradia,  en  cada  faz  aurina, 
el  lúcido  prestigio  de  vuestro  noble  don. 

En  ella  se  aquilata,  más  que  el  de  la  áurea  mina, 
el  oro  del  afecto  y  de  la  admiración, 
ese  oro  preciosísimo,  de  pureza  argentina, 

bruñido  en  ios  crisoles  de  nuestro  corazón. 

•«1. 

Y  porque  habéis  raído  vuestro  manto  sagrado 
para  mostrar  al  pueblo  vuestro  pecho  inflamado 
en  amor  patrio,  ardiente  de  fe  y  sinceridad; 

Brillará  más  excelso  este  blasón  de  oro, 
timbre  de  honor  preclaro,  trofeo  del  decoro, 
exiguo  sol  de  gloria  y  de  inmortalidad. 

Carlos  Bustamante. 


ONOMASTICO  DEL  CIUDADANO 

DQN  CARLOS  MELENDE^  , 


Ha  venido  a  sorprendemos  el  dia  grandioso  del  ono- 
tnástico  del  ciudadano  don  Carlos  Meléndez,  que  aún  me 
encuentro  ^xtasiado  y  mudo  para  felicitarlo  hoy  este  dia. 


118 


ABLUM  PAUtlÓnCO 


Aún  me  parece  que  hasta  las  aves  con  su  tierno  y  melifluo 
<;anto,  lo  despertarán  al  despuntar  la  aurora,  sin  cesar  con 
su  revoloteo  en  los  pórticos  de  su  mansión.  Y  yo  con 
mi  pensamiento  no  hago  más  que  despertar,  recordar  al 
lelicitante  cuando  era  niño,  adormecido  en  la  cuna  más 
sagrada,  los  brazos  de  su  adorada  madre. 

{Ahí  feliz,  orgullosa  encuéntrase  ella,  contemplando 
todavía  a  ese  ser,  y  más  orgulloso  él,  contemplándola  a  ella. 
Vástago  que  con  todo  el  jugo  fertilizante  vino  a  este  mundo, 
como  otros  seres  que  vienen  solamente  para  la  corrupción 
de  la  humanidad. 

Orgullosa  sí,  haciendo  los  recuerdos  cuando  lo  tenia 
en  sus  brazos;  haciendo  los  recuerdos  cuando  valbuceaba 
sus  primeras  palabras.  Y  hoy  con  el  goce  más  inexplicable 
vé  su  obra  concluida  contemplándola  extasiada,  como  cuan- 
do Dios  hizo  a  la  Naturaleza,  que  el  mismo  Dios  se  sor- 
prendió de  cuanto  había  hecho. 

Así  doña  Mercedes,  ve  a  su  adorado  hijo,  hijo  modelo 
de  los  demás  hijos.  He  ahí  los  buenos  sentimientos  que 
iecundó  al  que  cumple  sus  dichosos  y  felices  abriles. 

Arturo  Inés  Juárez. 


AL  EXIMIO  CIUDADANO  DON  CARLOS  MELENDEZ 


Sé  como  el  roble,  fuerte.  La  tormenta 
ha  de  rugir,  mas  la  mirada  viva 
levantarás  para  observar  arriba 
los  colores  del  iris  que  se  ostenta. 

Que  cuando  el  hombre  algún  ideal  alienta 
de  redención,  objeto  es  de  diatriba; 
pero  las  almas  que  la  fe  cautiva, 
^n  la  lucha  el  valor  las  alimenta. 

-Que  corone  tu  frente  en.  buena  hora 
la  gloria  conquistada  en  el  civismo, 
-en  ese  ideal  hermwo  qm  ae  dora 


119 


ALBUM  PATRIÓTICO 


en  la  faz  de  un  bellísimo  espejismo, 

y,  apóstol  devoto,  oficia  y  ora 

en  el  Templo  de  luz  del  Patriotismo. 

JOSÉ  Fernando  ChAvez. 


AL  EXCELENTISIMO  CIUDADANO  DON 
CARLOS  MELENDEZ 


Hoy  el  pueblo  te  rinde  homenaje 
y  pronuncia  tu  nombre  doquiera; 
porque  tiene  el  verdor  del  paisaje 
de  tu  Credo  la  heroica  bandera  :  .  . 

Goza,  pues,  del  amor  que  te  ofrenda, 

este  pueblo  gentil  y  valiente 

y  haced  que  entusiasta  comprenda 

el  amor  que  en  tu  pecho  se  ostenta. 

Fernando  García  Escobar. 


CUATRO  DE  NOVIEIMBRE 
A  DON  CARLOS  MELENDEZ 


Cábeme  la  satisfacción  de  felicitar  a  Ud.  en  este  dia  de 
júbilo  para  sus  numerosos  amigos;  y  son  mis  votos  que 

siga  mereciendo,  como  hasta  hoy,  el  cincero  cariño  de  la 
generalidad  de  los  obreros  que  comprenden  el  entrañable 
amor  que  U.  siente  por  la  Patria  y  que  conocen  los  sen- 
timientos democráticos  que  abriga  en  su  generoso  corazón. 

Sírvase  aceptar  de  este  su  atento  servidor,  un  afectuosa 
y  cordial  saludo  en  este  día  glorioso  de  su  onomástico^ 
deseándole  largos  y  felices  años  de  vida. 

Que  Dios  le  colme  de  bendiciones  desde  lo  infinito. 

Ismael  Agosta. 
San  Salvador,  4  de  noviembre  de  1914« 


120 


ALBUM  PATRIÓTICO 


en  la  faz  de  un  bellísimo  espejismo, 

y,  apóstol  devoto,  oficia  y  ora 

en  el  Templo  de  luz  del  Patriotismo. 

José  Fernando  Chávez. 


AL  EXCELENTlSinO  CIUDADANO  DON 
CARLOS  naENDEZ 


Hoy  el  pueblo  te  rinde  homenaje 
y  pronuncia  tu  nombre  doquiera ; 
porque  tiene  el  verdor  del  paisaje 
de  tu  Credo  la  heroica  bandera  .  .  , 

Goza,  pues,  del  amor  que  te  ofrenda, 
este  pueblo  gentil  y  valiente 
y  haced  que  entusiasta  comprenda 
el  amor  que  en  tu  pecho  se  ostenta. 

Fernando  García  Escobar. 


CUATRO  DE  N0VIE:MBRE 
A  DON  CARLOS  MELENDEZ 


Cábeme  la  satisfacción  de  felicitar  a  Ud.  en  este  día  de 
júbilo  para  sus  numerosos  amigos;  y  son  mis  votos  que 
siga  mereciendo,  como  hasta  hoy,  el  cincero  cariño  de  la 
generalidad  de  los  obreros  que  comprenden  el  entrañable 

amor  que  U.  siente  por  la  Patria  y  que  conocen  los  sen- 
timientos democráticos  que  abriga  en  su  generoso  corazón. 

Sírvase  aceptar  de  este  su  atento  servidor,  un  afectuoso 
y  cordial  saludo  en  este  día  glorioso  de  su  onomástico^ 
deseándole  largos  y  felices  años  de  vida. 

Que  Dios  le  colme  de  bendiciones  desde  lo  infinito. 

Ismael  Acosta. 

San  Salvador,  4  de  noviembre  de  1914. 


120 


DISCURSO 

Pronunctado  el  4  de  noviembre  de  1914,  con  motivo 
€M  onomóstíco  de  Don  Carlos  Meléndez 


Excemo.  Sr.  Meléndez: 

Héme  aqui  en  esta  tribuna,  investido  por  la  represen- 
tación del  Club  Melendista  «General  Cabafias»,  para  traer 
a  vuestra  ilustre  presencia,  el  saludo  más  cordial  de  estos 
miembros,  quienes  por  mi  medio,  han  querido  — con  el  entu- 
siasmo más  ardiente  que  les  caracteriza  — protestar  ante  vos 
las  frasese  más  sagradas  de  su  decálogo:  «Lealtad,»  noble 
como  la  del  hijo  al  padre,  y  «Valor,»  como  el  de  los  héroes 
que  sacrifican  en  pro  de  la  Patria,  o  a  favor  de  alguien  que 
procura  el  engrandecimiento  de  ella. 

Ninguna  otra  oportunidad  mejor  que  la  de  vuestro 
onomástico,  haya  logrado  este  Club,  para  que  a  la  par  de 
felicitaros,  os  den  un  voto  de  aliento  y,  un  empuje  más  a 
vuestro  ánimo,  para  que  con  mayor  ahinco,  aceleréis  vues- 
tros trabajos  politicos.  Vuestra  persona  en  el  critico  período 
porque  atraviesan  las  naciones  del  mundo,  se  hace  indis- 
pensable en  nuestra  Patria;  vuestro  tacto  político,  vuestra 
prudencia  en  los  asuntos  de  la  administración  pública,  la 
firmeza  de  vuestro  carácter  y  la  magnanimidad  de  vuestros 
sentimientos,  condiciones  indispensables  en  todo  hombre 
de  estado,  la  reanudáis  cautivando  la  simpatía  de  la  opinión 
pública  y  la  admiración  de  los  ciudadanos,  quienes  te  pro- 
claman para  que  representéis  en  el  próximo  período  presi- 
dencial, nuestra  soberanía,  ante  nosotros  mismos  y  ante  el 
mundo  entero,  como  Jefe  Supremo  de  la  Nación. 

Vuestra  ilustre  persona,  dará  honra  a  nuestra  Patria  y 
dado  vuestro  espíritu,  la  hará  sobresalir  entre  los  países 
4e  Centro -América,  como  sobresalen  en  las  costas  del  Pa- 
cifico, las  crestas  ígneas  del  «Izalco.» 

  Porfirio  A.  Valencia  L.  R. 


122 


DON  CARLOS 


Tal  es  la  expresión  cariñosa  con  que  todos  designan 
al  personaje  más  culminante  del  país. 

Don  Carlos,  simplemente  a  secas,  a  cualquiera  le  pa- 
recería un  tratamiento  demasiado  conciso  para  lo  que  él  es. 

Y  sin  embargo,  es  como  más  nos  place  nombrarle. 
¿Por  qué? 

Porque  don  Carlos  es  la  genuina  representación  de  la 
democracia. 

Porque  don  Carlos  no  ha  soñado,  como  tantos,  ser 
príncipe  del  dollar. 

Porque  don  Garios,  a  pesar  de  ser  una  gran  fígura,  le 
gusta  que  esa  su  figura  esté  al  alcance  de  todos  sus  con- 
ciudadanos para  beneficiarlos,  ya  con  el  consejo  prudente, 
ya  con  su  munificente  mano. 

Y  para  el  más  alto  personaje  hasta  el  más  humilde 
labrador,  es  siempre  don  Carlos  el  compañero,  el  igual. 

Por  eso  nos  suena  también  ese  cariñoso  trat  imiento, 
que  evidencia  su  popularidad,  demostrada  en  el  Poder  y  en 
su  carácter  particular. 

A.  don  Carlos  se  le  puede  juzgar  cuantitativa  y  cuali- 
tativamente. 

En  los  dos  términos  es  igual. 

Su  fortuna  es  el  producto  de  una  labor  constante  y  su 
virtud  el  de  una  buena  educación  y  de  una  voluntad  firme. 

Como  patriota? 

Basta  decir  que  siendo  capitalista,  y  en  épocas  en  que 
se  derrumbaba  la  Nación  bajo  el  peso  de  las  tiranías,  él, 
teniendo  prestigio  y  valor,  no  quiso  que  por  algo  que  tu- 
viese visos  de  ambición,  se  ensangrentara  la  Patria;  y  des- 
pués, cuando  se  le  reclamó  su  presencia  como  garantía  de 
paz,  presto  voló  a  su  puesto,  sacrificando  su  tranquilidad 
«n  aras  del  patriótico. 


123 


ALBUM  PATRIÓTICO 

¿A  qué  proseguir  cuando  todos  le  conocemos  bien? 

Y  esto  no  es  un  elogio;  sencillamente  es  la  verdad. 

Como  no  tengo  necesidad  de  una  miga  del  Presupuesto, 
j)ues  sé  trabajar,  no  dirán  que  son  flores  para  el  futuro. 

áiboca  ^  ^  imooiástico  le  tiago  la  mejor  justicia  di- 
ciendo: don  Carlos  es  hombre  de  bien. 

Mañana  cuando  esté  en  el  Poder  quiero  decirle:  «don 
Carlos  Ud.  es  justo»  y  con  eso  estará  satisfecho;  aunque 
Platón  dijo  que  ese  plato  de  la  justicia  es  el  más  difícil  de 
digerir. 

Pero,  en  cambio»  ser  justo  es  lo  más  sublime. 

Yanko. 


A  PROPOSITO  DE  ESTA  FECHA 


Es  innegable  que  todos  los  actos  que  nacen  de  nues- 
tra propia  voluntad  encierran  en  si  una  satisfacción,  no  su- 
cediendo lo  mismo  con  aquellos  que  de  una  u  otra  manera 
traen  consigo  una  obligación  impuesta;  por  eso  es  que  aho- 
ra, por  primera  vez,  el  pueblo  salvadoreño  debe  sentirse 
orgulloso  de  sus  propios  actos. 

La  celebración  del  onomástico  de  nuestro  candidato  a 
la  Presidencia  señor  don  Carlos  Meléndez,  ha  nacido  de  la 
exclusiva  expontaneidad  de  sus  partidarios,  celebración  que 
ha  sido  estensiva  en  todos  los  departamentos;  estas  mues- 
tras de  verdadera  simpatía  por  el  señor  Meléndez,  vienen  a 
demostrarle  cuanto  se  le  aprecia ;  estos  actos  nos  dicen  de 
una  manera  terminante,  que  de  hoy  en  adelante  dejará  de 
ser  mercancía  el  voto  eleccionario,  pues  no  imperará  más 
que  la  verdadera  libertad. 

Pecaríamos  de  egoístas  si  no  encomiáramos  la  noble  y 
meritoria  conducta  observada  por  el  actual  Presidente  de  la 
República  doctor  don  Alfonso  Quiñónez  Molina,  quien  in- 
terpretando los  verdaderos  sentimientos  de  sus  conciuda- 
danos, y  fiel  intérprete  de  nuestra  Constitución,  ha  querido 
sellar  con  un  timbre  de  honra  el  corto  periodo  de  su  ad- 
ministración, dejando  al  pueblo  enteramente  libre  para  que 
él  mismo  decida  de  sus  destinos  {cuán  hermosa  es  la  Iw 
bertad  y  qué  odiosa  la  tiranía  I 

Gonzalo  Hernández, 


124 


La  TRASMI^ÓN  del  Poder.-  E1  Sr.  Presidente  Meléndez  acompañado  del  Hon*  Mr.  Long, 

Ministro  Americano,  saliendo  del  Palacio  NacionaL 


ALBUM  PATRIÓTICO 

¿A  qué  proseguir  cuando  todos  le  conocemos  bien? 

Y  esto  no  es  un  elogio;  sencillamente  es  la  verdad. 

Como  no  tengo  necesidad  de  una  miga  del  Presupuesto, 
pues  sé  trabajar,  no  dirán  que  son  flores  para  el  futuro. 

Ahora  en  su  onomástico  le  hago  la  mejor  justicia  di- 
ciendo: don  Carlos  es  hombre  de  bien. 

Mañana  cuando  esté  en  el  Poder  quiero  decirle:  «don 
Carlos  Ud.  es  justo»  y  con  eso  estará  satisfecho;  aunque 
Platón  dijo  que  ese  plato  de  la  justicia  es  el  más  difícil  de 
digerir. 

Pero,  en  cambio,  ser  justo  es  lo  más  sublime. 

YANKO. 


A  PROPOSITO  DE  ESTA  FECHA 

Es  innegable  que  todos  los  actos  que  nacen  de  nues- 
tra propia  voluntad  encierran  en  sí  una  satisfacción,  no  su- 
cediendo lo  mismo  con  aquellos  que  de  una  u  otra  manera 
traen  consigo  una  obligación  impuesta;  por  eso  es  que  aho- 
ra, por  primera  vez,  el  pueblo  salvadoreño  debe  sentirse 
orgulloso  de  sus  propios  actos. 

La  celebración  del  onomástico  de  nuestro  candidato  a 
la  Presidencia  señor  don  Carlos  Meléndez,  ha  nacido  de  la 
exclusiva  expontaneidad  de  sus  partidarios,  celebración  que 
ha  sido  estensiva  en  todos  los  departamentos;  estas  mues- 
tras de  verdadera  simpatía  por  el  señor  Meléndez,  vienen  a 
demostrarle  cuanto  se  le  aprecia  ;  estos  actos  nos  dicen  de 
una  manera  terminante,  que  de  hoy  en  adelante  dejará  de 
ser  mercancía  el  voto  eleccionario,  pues  no  imperará  más 
que  la  verdadera  libertad. 

Pecaríamos  de  egoístas  si  no  encomiáramos  la  noble  y 
meritoria  conducta  observada  por  el  actual  Presidente  de  la 
República  doctor  don  Alfonso  Quiñónez  Molina,  quien  in- 
terpretando los  verdaderos  sentimientos  de  sus  conciuda- 
danos, y  fiel  intérprete  de  nuestra  Constitución,  ha  querido 
sellar  con  un  timbre  de  honra  el  corto  período  de  su  ad- 
ministración, dejando  al  pueblo  enteramente  libre  para  que 
él  mismo  decida  de  sus  destinos  ¡cuán  hermosa  es  la  li- 
bertad y  qué  odiosa  la  tiranía  1 

Gonzalo  Hernández. 

124 


La  Trasmisión   del  Poder.- El  Sr.  Presidente  Meléndez  acompañado  del  Hon.  Mr.  Long, 

Ministro  Americano,  saliendo  del  Palacio  Nacional. 


TERGI&RA  PARTD 


COHSlQERñClQnES 


(Aira  el  ''Aibam  ROnático**) 

Quisiera  escribir  con  perfección  para  expresar  con  estilo 
elevado  lo  que  pienso,  lo  que  creo^y  lo  que  siento. 

Tendré  que  conformarme  con  mis  aptitudes,  escribo 
sencilla  e  ingenuamente,  pero  si,  aseguro  a  mis  lectores  que 
mis  frases  tendrán  por  norma  la  verdad. 

Voy  a  dedicar  algunos  pensamientos  a  nuestros  honora- 
bles, Presidente  don  Carlos  Meléndez  y  Vicepresidente  Dr. 
Quiñónez  M. 

Ambos  son  una  esperanza  parala  Patria,  tan  lastimada 
en  años  anteriores;  pero  creemos  que  con  sus  nuevos  gobernan- 
tes, sus  hondas  heridas  cicatrizarán  y  podrá  levantarse  fuerte, 
altiva  para  caminar  por  una  nueva  vía...  la  vía  del  progreso, 
de  la  moralidad  política  y  de  la  verdadera  regeneración. 
Creemos  que  habrá  un  cambio  verdadero,  que  la  nación 
s^irá  progresando  como  en  los  dos  afios  que.  estuvo  rí* 
giendo  el  ilustre  Dr.  Araujo,  por  el  cual  aun  sufre  la  patria 
dolorida  y  con  justa  razón,  porque  aquel  varón  fuerte,  la 
amaba  infinitamente,  y  por  ese  amor  fué  sacrificado  con 
crueldad  inaudita;  en  la  Historia  esta  página  sangrienta  ten- 
drá que  conmover  hondamente  e  inspirar  siempre  verdadero 
respeto  por  el  nombre  del  salvadoreño  mártir,  que  cayó  al 
impulso  de  las  pasiones  políticas,  asi  como  caen  los  robles 
en  el  bosque  arrastrados  por  la  furia  de  terrible  huracán. 

Comenzamos  ya  a  entrever  la  futura  felicidad  de  la 
querida  Patria.  Todas  las  clases  sociales  comprendiendo  el 
buen  gobierno  del  meritisimo  ciudadano  don  Carlos  Me- 
Itedez,  se  han  unido  para  proclamarlo,  y  él  ha  sido  el  primer 
Presidente  de  El  Salvador  que  estando  en  el  poder  ha  au- 
nmitado  sus  prestigios  uniendo  los  circuios  políticos. 


128 


ALBUM  PATJUÓtia> 

Algunos  de  sus  antecesores  al  estar  en  ese  elevada 
puesto,  han  perdido  paulatinamente  a  sus  partidarios  aun 
cuando  hubiesen  cumplido  con  su  deber  y  con  sus  pnm^ 
sas. 

No  ha  sucedido  ahora  asi;  por  lo  contrario,  se  ha  notada 
el  afecto  hacia  el  honorable  got)emante  y  esta  popularidad 
es  el  termómetro  que  marca  la  justicia  a  su  gcÁiemo  y  bt 

nobleza  de  su  corazón. 

El  gobierno  del  Dr.  Quiñónez  M.,  parece  que  ha  cum- 
plido con  la  ley,  que  ha  sido  tolerante  y  caritativo,  además 
se  ha  interesado  decididamente  por  la  instrucción  popular. 
La  fundación  de  la  Escuela  Normal  de  Varones  es  un  laurel 
envidiable. 

El  ejército,  lleno  de  satísfocctón,  ha  visto  en  ei  Dr.  Qui- 
fíónez  M*  un  protector. 

Su  gobierno  fué,  el  que  comprmdiendo  que  es  de  abso- 
luta necesidad  un  Hospital  Militar,  trató  de  fundario  y  ya 
fué  colocada  la  primera  piedra  de  un  edifício  que  perpetuará 
en  El  Salvador  el  nombre  de  su  fundador. 

¡Caballeros  ilustres!  Salvadoreños  patriotas!  Yo  os  feli- 
cito por  la  obra  comenzada.  La  Patria  agradecida  os  colmará 
de  bendiciones.  La  Historia  abrirá  sus  páginas  para  colocar 
en  ellas  unidos  vuestros  nombres,  y  yo,  que  soy  centroame- 
ricana, os  saludo  respetuosamente  y  siempre  os  repetiré: 

¡Adelante!...  Ahora  aún  estáis  al  pie  de  la  montaña. 

M.  Lina. 

S.  S.  abril  de  1915. 


NUEJTRO  PORVENIR 


(Para  el  *Aibum  Patriótica») 

Ya  raya  en  el  horizonte  de  nuestra  Patria  la  alborada 
colorida  y  deslumbradora  de  un  porvenir  mejor;  despunta 
en  los  límites  de  su  futuro,  una  fuerza  bienhechora  que 
trae  en  sí  la  felicidad  de  nuestros  pueblos;  y  los  ciudada- 
nos salvadoreños  la  esperan  como  a  la  venida  de  un  Me- 
sías, para  que  la  salve  del  fracaso  que,  errados  gobierna, 
le  han  marcado  en  (Uversos  momaitos  históricos. 


9 


129 


ALBUM  PATRIÓTICO 


La  conciencia  de  nuestro  pueblo  está  ansiosa  y  palpi- 
iadora  por  ver  a  nuestra  terruño  que,  fecundo  por  el  rocío 
de  la  paz,  marque  muy  alto  su  grado  de  progreso  y  lo 
anuncie  al  mundo,  como  la  poética  arcada  del  iris,  anuncia 
la  agonía  del  tempestuoso  vendaval,  cuando  en  el  extremo 
opuesto  el  sol  hiere  y  se  quiebra  entre  la  continuada  caida 
de  las  gotas  del  rocío;  desde  hace  largo^tiempo,  densa  nu- 
be desatada  en  furiosas  tempestades,  ha  Venido  oprimiendo 
la  atmósfera  de  nuest'-a  patria;  la  atrofiada  conciencia  de 
nuestros  mandatarios,  llenos  de  ambiciones,  esquilmaban  el 
tesoro  patrio,  como  Rómulo  y  Remo,  las  ubres  de  la  loba, 
y  cargaban  al  pueblo  de  fuertes  impuestos,  como  aquella, 
buscaba  ambríenta  los  pastos  que  le  produjeran  la  leche 
para  sus  amamantadores  presumidos  por  la  historia;  dés- 
potas, robaban  al  pueblo  sus  más  sagradas  libertades  que 
la  fuerza  creadora  adjuntara  a  la  misma  naturaleza  del 
hombre,  la  del  «pensamiento»,  exteriorizado,  verbal  o  grá- 
ficamente, y  lo  encerraba  en  un  círculo  tan  estrecho,  como 
a  las  fieras  de  las  selvas,  en  una  verja  de  hierro,  sin  po- 
der alegar  sus  derechos  de  libertad,  con  hambre  y  sin  po- 
der devorar,  oyendo  la  buria  de  su  domador,  y  sjn  medio 
de  romper  la  jaula  para  desgarrarlo. 

Cansadas  de  esa  vida  opresiva  están  las  unidades  del 
compuesto  étnico  de  nuestra  patria,  que.  se  avalancha  en 
regocijado  oleaje,  buscando  el  hombre  que  la  represente  y 
que  la  dirija  a  la  paz,  al  progreso,  y  al  bienestar  que  no 
se  puede  obtener  sin  el  uso  plenario  de  la  libertad  indivi- 
dual y  colectiva,  inscrita  en  el  círculo  del  derecho  natural  y 
político  que  rige  al  individuo  como  parte  alícuota  unida  con 
relación  directa  al  Estado;  la  suma  de  propiedades  de  la 
libertad  en  el  uso  del  derecho,  de  las  conciencias  individua- 
les, forma  la  conciencia  de  la  Patria,  por  eso  el  pueblo 
salvadoreño  formula  su  esperanza  de  salvación  en  el  blan- 
co de  sus  miradas,  que  se  estrellan  en  la  personalidad  de 
don  Garios  Meléndez;  y  la  opinión  pública,  y  la  conciencia 
de  este  pueblo,  le  pioclama  y  le  exalta  a  la  Administración 
del  Estado,  sin  la  menor  presunción  de  errar  en  su  cálculo, 
dado  el  atinado  criterio,  la  actividad  política  y  la  pureza 
de  alma  del  señor  Meléndez. 

PORFIRIO  A.  VALENCIA.  R.  L. 


San  Salvador,  11  de  noviembre  de  1914 

130 


Sanatorio  de  Tuberculosos  de  San  Salvador 


Una  vista  en  la  Escuela  de  Agroflomia. 


ALBUM  PATRIÓTICO 


La  conciencia  de  nuestro  pueblo  está  ansiosa  y  palpi- 
tadora  por  ver  a  nuestro  terruño  que,  fecundo  por  el  rocío 
de  la  paz,  marque  muy  alto  su  grado  de  progreso  y  lo 
anuncie  al  mundo,  como  la  poética  arcada  del  iris,  anuncia 
la  agonia  del  tempestuoso  vendaval,  cuando  en  el  extremo 
opuesto  el  sol  hiere  y  se  quiebra  entre  la  continuada  caída 
de  las  gotas  del  rocío;  desde  hace  largo^tiempo,  densa  nu- 
be desatada  en  furiosas  tempestades,  ha  venido  oprimiendo 
la  atmósfera  de  nuestra  patria;  la  atrofiada  conciencia  de 
nuestros  mandatarios,  llenos  de  ambiciones,  esquilmaban  el 
tesoro  patrio,  como  R*')muIo  y  Remo,  las  ubres  de  la  loba, 
y  carL;al)an  al  pueblo  de  fuertes  impuestos,  como  aquella, 
buscaba  ambrienta  los  pastos  que  le  produjeran  la  leche- 
para  sus  amamantadores  presumidos  por  la  historia;  dés- 
potas, robaban  al  pueblo  sus  más  sagradas  libertades  que 
la  fuerza  creadora  adjuntara  a  la  misma  naturaleza  del 
hombre,  la  del  «pensamiento»,  exteriorizado,  verbal  o  grá- 
ficamente, y  lo  encerraba  en  un  círculo  tan  estrecho,  como 
a  las  fieras  de  ias  selvas,  en  una  verja  de  hierro,  sin  po- 
der alegar  sus  derechos  de  libertad,  con  hambre  y  sin  po- 
der devorar,  oyendo  la  burla  de  su  domador,  y  sin  medio 
de  romper  la  jaula  para  desgarrarlo. 

Cansadas  de  esa  vida  opresiva  estcán  las  unidades  del 
compuesto  étnico  de  r.uestra  patria,  que  se  avalancha  en 
regocijado  oleaje,  buscando  el  hombre  que  la  represente  y 
qiie  la  dirija  a  la  paz,  al  progreso,  y  al  bienestar  que  no 
se  puede  obtener  sin  el  uso  plenario  de  la  libertad  indivi- 
dual y  colectiva,  inscrita  en  el  círculo  del  derecho  natural  y 
político  que  rige  al  individuo  como  parte  alícuota  unida  con 
relación  directa  al  Estado;  la  suma  de  propiedades  de  la 
libertad  en  el  uso  del  derecho,  de  las  conciencias  individua- 
les, forma  la  conciencia  de  la  Patria,  por  eso  el  pueblo 
salvadoreño  formula  su  esperanza  de  salvación  en  el  blan- 
co de  sus  miradas,  que  se  estrellan  en  la  personalidad  de 
don  Carlos  Meléndez;  y  la  opinión  pública,  y  la  conciencia 
de  este  pueblo,  le  pioclama  y  le  exalta  a  la  Administración 
del  Estado,  sin  la  menor  presunción  de  errar  en  su  cálculo, 
dado  el  atinado  criterio,  la  actividad  política  y  la  pureza 
de  alma  del  señor  Meléndez. 

Porfirio  A.  Vali^cia.  R.  L. 

San  Salvador,  11  de  noviembre  de  1914. 


130 


Sanatorio  de  Tuberculosos  de  San  Salvador 


EL  CENTRO  DIRECTIVO 

Todas  las  agrupaciones  eleccionarias  de  la  República, 
que  integran  el  partido  Melendista,  apreciadoras  de  los  mé- 
ritos que  asisten  al  Dr.  don  Alfonso  Quiftónez  Molina,  ac- 
tual Jefe  del  Ejecutivo,  le  han  proclamado  como  candidato 
para  la  Vicepresidencia  de  la  República,  en  el  periodo  de 
1915  a  1919. 

El  concurso  que  este  notable  ciudadano  ha  prestado  al 
bien  de  la  Nación,  se  manifiesta  con  brillantez  en  todos  los 
cargos  públicos  encomendados  a  él.  Su  actuación  en  los 
Ramos  de  Guerra  y  Beneficencia,  fué  meritísima,  especial- 
mente en  el  segundo,  donde  dejó  una  estela  de  Progreso. 

A  su  erudición  de  médico  notable,  van  unidos  un  crite- 
rio sano,  y  un  carácter  incorruptible  y  benévolo.  Su  perso- 
nalidad política,  forma  una  similitud  con  la  de  nuestro 
Candidato,  porque,  como  éste,  está  bautizado  con  las  mis- 
mas doctrinas  democráticas,  tan  necesarias  para  manten^ 
la  paz  y  el  progreso  de  nuestro  pais. 

En  síntesis  podemos  afirmar,  que  en  el  Dr.  Quiñónez, 
están  encarnados  los  mismos  principios  que  sustenta  el  se- 
ñor Meléndez. 

Esta  vinculación  de  caracteres  entre  ambos  personajes, 
ha  creado  al  doctor  Quiñónez,  el  alto  aprecio  que  hoy  le 
tributan  nuestros  conciudadanos. 

Además,  él,  como  nuestro  Candidato,  está  dando,  en  las 
elevadas  funciones  que  desempeña,  una  prueba  inequívoca 
de  las  prendas  que  posee,  para  merecer  el  título  de  buen 
gobernante. 

Por  estos  indisputables  prestigios,  la  generalidad  de 
nuestros  compatriotas,  representados  por  los  clubs  melen- 
distas,  ha  postulado  la  Candidatura  del  Dr.  Quiñón^  paia 
Vicepresidente  de  la  República. 


132 


ALBUM  PATRIÓTICO 

El  Centro  Directivo  del  Partido,  fiel  representante  de  los 
intereses  de  la  Causa,  se  ha  inspirado  también  en  la  mis- 
ma idea  de  nuestros  correligionarios,  convencido  así  mismo, 
de  que  el  Dr.  Quiñónez,  por  sus  reales  prestigios  y  capaci- 
dades, es  merecedor  de  tan  brillante  estimulo. 

Aquel  Centro,  pues,  investido  de  todas  las  facultades 
que  nuestra  Causa  le  confiere,  proclama  hoy  al  Dr.  don 
Alfonso  Quiftónez  Molina,  como  Candidato  para  la  Vice- 
presidencia de  la  República,  en  el  periodo  de  1915  a  1919. 

Esa  proclama  surgida  del  mencionado  Centro,  representa 
la  viva  manifestación  del  sentimiento  general,  y  un  triunfo 
más  para  los  intereses  del  partido. 

''El  País"  se  complace  en  enviar  al  Dr.  Quiñónez,  a 
nombre  del  Comité  Central,  y  de  las  agrupaciones  melendis- 
tas,  su  más  sincera  felicitación,  por  el  nuevo  blansón  que 
hoy  exorna  sus  méritos  personales 

NAPOLEÓN  D.  Cañas, 


EL  PRESIDENTE  MELENDEZ 

Y  EL  VICEPRESIDENTE  QUIÑONEZ  M. 


(fím  a  ''A»ttm  PaMótícQ.") 

En  este  dia  grato  para  la  Patria,  todos  los  corazones 
honrados  palpitan  de  júbilo.  Los  anhelos  del  pueblo  salva- 
doreño se  han  cumplido  con  la  elección  de  las  dos  dignísimas 
personas  a  quienes  encomienda  sus  destinos. 

Ellas  tienen  su  origen  de  honorables  progenitores,  cuyas 
recomendables  cualidades  heredaron;  en  su  vida  privada  y 
en  la  pública  su  actuación  es  altamente  meritoria  para  que 
el  país  entero  esté  de  ellos  satisfecho. 

En  las  difíciles  circunstancias  por  que  ha  atravesado  la 
República,  desde  que  se  consumó  el  nefando  crimen  en  el 
ilustre  patriota  doctor  Araujo,  crimen  que  es  un  borrón  en 
nuestra  historia  política,  se  ve  a  los  señores  Meléndez  y 
Quiñónez  M.,  encariñados  con  su  pueblo,  afanarse  plausible- 
mente por  su  bienestar  y  su  prosperidad.  Sus  ideales 


133 


ALBUM  PATRIÓTICO 


democráticos  se  realizan  con  el  general  contento  de  los 
salvadoreños. 

Atendidos  de  preferencia  por  ellos,  la  Instrucción  Pública 
y  las  rentas  nacionales,  que  no  se  derrochan  como  en  épocas 
anteriores,  es  lógico  deducir,  que  un  pueblo  laborioso  como 
el  salvadoreño,  tiene  necesariamente  que  ser  feliz,  toda  vez  de 
que  la  instrucción  fomenta  su  moralización  y  que  las  rentas 
referidas  le  sirven  en  gran  parte  para  subvenir  a  sus  nece- 
sidades. 

La  vida  de  un  pueblo  culto  y  amante  de  la  moral,  se 
desliza  en  el  trabajo  ennoblecedor,  y  este  acarrea  de  consi- 
guiente, el  engrandecimiento  del  país.  ^  .  -  - 
*  Veamos  a  los  señores  Meléndez  y  Quiflónez,  solucionando 
con  tesonero  afán  los  graves  problemas  económicos  de 
actualidad,  en  favor  de  su  amado  pueblo;  veámosles  siempre 
respetuosos  a  la  ley  y  dando  garantías  a  los  ciudadanos 
honrados;  veámosles  no  inmiscuirse  en  la  esfera  de  acción  de 
los  otros  Poderes,  y  fomentar  la  riqueza  pública,  favoreciendo 
la  agricultura  y  las  industrias  nacionales,  fuentes  de  inagotable 
prosperidad,  y  exclamaremos  jubilosos  y  con  razón:  "El 
pueblo  salvadoreño  ha  obrado  con  acierto  al  confiar  sus  des- 
tinos a  las  dignísimas  personas  de  los  señores  Meléndez  y 
Quiñónez  M.,  por  lo  que  el  país  entero  está  de  plácemes." 

Y  nosotros,  que  amamos  el  bien  de  la  Patria,  en  sus 
diferentes  manifestaciones,  nos  unimos  al  entusiasta  clamor 
general,  y  victoriamos  a  los  ilustres  delegados  del  pueblo. 

Juan  Gomar, 

.  San  Salvado,  lo.  de  mayo  de  1915. 


LOS  INTERINATOS  DE  1913  A  1915. 


DON  CARLOS  MELENDEZ  Y  EL  DOCTOR 
ALFONSO  QUlNONEZ  MOUNA. 


I 

De  antemano  hago  presente  al  lector,  que  hasta  hoy  no 
Conozco  personalmente  a  don  Carlos  Meléndez,  y  que  al  Dr. 
don  Alfonso  Quiñónez  Molina,  apenas  si  lo  he  tratado  lige- 
ramente antes  de  que  fuera  electo  Designado  a  la  Presidencia 


134 


ALBUM  PATRIÓTICO 


democráticos  se  realizan  con  el  general  contento  de  los 

salvadoreños. 

Atendidos  de  preferencia  por  ellos,  la  Instrucción  Pública 
y  las  rentas  nacionales,  que  no  se  derrochan  como  en  épocas 
anteriores,  es  lógico  deducir,  que  un  pueblo  laborioso  como 
el  salvadoreño,  tiene  necesariamente  que  ser  feliz,  toda  vez  de 
que  la  instrucción  fomenta  su  moralización  y  que  las  rentas 
referidas  le  sirven  en  gran  parte  para  subvenir  a  sus  nece- 
sidades. 

La  vida  de  un  pueblo  culto  y  amante  de  la  moral,  se 
desliza  en  el  trabajo  ennoblecedor,  y  este  acarrea  de  consi- 
guiente, el  engrandecimiento  del  país. 

Veamos  a  los  señores  Meléndez  y  Quiñónez,  solucionando 
con  tesonero  afán  los  graves  problemas  económicos  de 
actualidad,  en  favor  de  su  amado  pueblo;  veámosles  siempre 
respetuosos  a  la  ley  y  dando  garantías  a  los  ciudadanos 
honrados;  veámosles  no  inmiscuirse  en  la  esfera  de  acción  de 
los  otros  Poderes,  y  fomentar  la  riqueza  pública,  favoreciendo 
la  agricultura  y  las  industrias  nacionales,  fuentes  de  inagotable 
prosperidad,  y  exclamaremos  jubilosos  y  con  razón:  "El 
pueblo  salvadoreño  ha  obrado  con  acierto  al  confiar  sus  des- 
tinos a  las  dignísimas  personas  de  los  señores  Meléndez  y 
Quiñónez  M.,  por  lo  que  el  país  entero  está  de  plácemes." 

Y  nosotros,  que  amauK)S  el  bien  de  la  Patria,  en  sus 
diferentes  manifestaciones,  nos  unimos  al  entusiasta  clamor 
general,  y  victoriamos  a  los  ilustres  delegados  del  pueblo. 

Juan  Gomar. 

San  Salvado,  lo.  de  mayo  de  1915. 


LOS  INTERINATOS  DE  1913  A 


DON  CARLOS  MELENDEZ  Y  EL  DOCTOR 
ALFONSO  QUIÑONEZ  MOLINA. 

I 

De  antemano  hago  presente  al  lector,  que  hasta  hoy  no 
conozco  personalmente  a  don  Carlos  Meléndez,  y  que  al  Dr. 
don  Alfonso  Quiñónez  Molina,  apenas  si  lo  he  tratado  lige- 
ramente antes  de  que  fuera  electo  Designado  a  la  Presidencia 


134 


ALBUM  PATRIÓTICO 


de  la  República.  Hago  esta  advertencia  para  que  mis  palabras 
no  sean  interpretadas  de  manera  aviesa,  ya  que  quiero  expre- 
sar mi  admiración  por  la  labor  altamente  patriótica  de  es- 
tos emimentes  ciudadanos. 

Cuando  ascendió  al  poder  don  Carlos  Meléndez,  el  país 
hallábase  al  borde  de  la  anarquía.  La  máquina  del  gobierno 
había  recibido  un  golpe  fatal  que  interrumpía  su  marcha.  Un 
grito,  una  pequeña  manifestación  en  contra  del  parecer  de 
los  hombres  que  en  esos  momentos  manejaban  los  asuntos 
públicos,  y  la  yesca  hubiera  encendido  y  El  Salvador  habriase 
lanzado  al  abismo.  La  nerviosidad  era  general,  el  país  entero 
estaba  anonadado  ante  el  espantoso  drama  del  Parque  Bolívar» 
y  sabido  es  que  el  pueblo  es  sugestionable  en  ciertos  mo^ 
mentos  psicológicos. 

Pero  fué  llamado  al  ejercicio  de  la  Presidencia  don 
Carlos  Meléndez  cuyo  solo  nombre  nuncio  era  de  paz,  y  la 
calma  renació»  la  República  recobró  su  estado  ordinario  y 
muy  pronto  se  afianzó  la  normalidad  política.  Es  más,  desa- 
parecieron las  persecuciones  que  se  hacían  poco  antes,  de 
manera  que  la  reconciliación  de  la  familia  salvadoreña  llegó 
en  seguida  de  manera  efectiva.  Primer  paso  fué  ese  que  reci- 
bió el  país  con  muestras  de  aprobación. 

Poco  a  poco  fué  revelándose  el  señor  Meléndez  como 
un  consumado  estadista,  perito  en  el  arte  de  gobernar  pueblos; 
arte  difícil,  sobre  todo  tratándose  de  pueblos  como  los  nues- 
tros, tan  amigos  de  llevaile  la  contra  al  gobierno,  asi  sea  el 
mismo  por  el  que  abogaran  la  víspera.. 

Don  Carlos  Meléndez  encaminó  su  actuación  por  un 
rombo  completamente  nuevo.  Su  honradez  tradicional,  la 
limfña  liistoria  de  su  nombre,  su  situación  independiente  y 
la  circunstancia  de  haber  ascendido  al  poder  sin  el  menor 
compromiso  político,  lo  colocaron  en  condiciones  de  proceder 
con  entera  imparcialidad,  sin  obodecer  más  que  a  los  dicta- 
dos de  su  conciencia  y  de  su  elevado  criterio,  y  ya  sabemos 
que  la  conciencia  de  un  hombre  honrado  no  puede  tener 
inspiraciones  malévolas,  pues  atiende  sólo  a  la  justicia  y  a 
la  razón.  Y  fue  entonces  cuando  El  Salvador  despertó  de  su 
letargo  y  tuvo  la  satisfacdón  de  darse  cuenta  de  que  habla 
encontrado  al  hombre  que  buscaba  para  regir  sus  destinos. 

Genuina  encamación  del  ciudadano  que  se  ha  trazado 
como  norma  de  los  actos  de  su  vida  el  respeto  al  derecho 
agem>,  d  culto  a  la  bmradez  y  el  amor  a  la  patria  en  su 


136 


ALBUM  PATRIÓTICO 

más  rigurosa  acepción,  don  Carlos  Meléndez  marcó  nuevos 
derroteros  a  la  Administración  Pública.  Durante  su  gobierno 
hubo  efectivas  garantías  para  quienes  supieron  hacer  uso 
de  la  libertad  ciudadana,  el  más  escrupuloso  manejo  de  jos 
caudales  de  la  Nación,  verdadero  celo  por  la  integridad 
nacional,  etc. 

Precisamente  en  los  albores  de  su  gobierno  ocurrió  un 
Inddente  diplomático  con  Estados  Unidos  de  Norte- Ame- 
rica que  le  valió  los  aplausos  de  la  opinión  sensata  de 
Hispano- América.  Cuando  el  gobierno  de  Nicaragua  cele- 
bró un  tratado  con  el  de  Estados  Unidos,  por  el  cual  con- 
cede a  éste  el  derecho  a  opción  al  canal  por  territorio  de 
aquel  país  y  una  estación  naval  en  el  Golfo  de  Fonseca,  el 
gobierno  salvadoreño,  presidido  por  el  señor  Meléndez,  fue 
el  primero  en  elevar  su  protesta  al  Departamento  de  Esta- 
do de  Washington,  oponiéndose  a  que  se  consumara  tama- 
ño atentado,  lesivo  a  la  integridad  centroamericana  y 
Roscábante  de  la  soberanía  de  El  Salvador,  el  cual  tiene 
legítimos  derechos  sobre  el  Golfo  como  país  ribereflp.  La 
protesta  del  gobierno  del  sefior  Meléndez  se  ha  mantenido 
latente  y  es  seguro  que  ella  ha  contribuido  a  que  el  Sena- 
do norteamericano  no  haya  sancionado  aún  aquel  tratado. 

Después  de  esto  se  presentó  una  ocasión  que  pone  de 
relieve  los  altos  quilates  de  la  honorabilidad  de  este  ciu- 
dadano. La  Asamblea  Nacional  autorizó  al  Poder  Ejecutivo 
para  que  contratase  un  empréstito  en  el  exterior.  La  pre- 
sencia del  señor  Meléndez  en  la  Presidencia  le  facilitaba 
su  inmediata  realización,  pues  como  hombre  de  negocios 
está  al  habla  con  los  potentados  del  dinero  en  Europa. 
Es  más,  se  le  ofrecieron  oportunidades  para  colocario  en 
condiciones  favorables. 

Pero  el  señor  Meléndez,  oyendo  la  voz  de  wi  conaen* 
cia,  declinó  todas  las  ofertas  y  se  negó  a  negociar  el  em- 
préstito, seguro  de  que  el  momento  no  era  oportuno.  El 
pais  después  ha  visto  que  tenía  razón  el  gobernante,  pues 
a  pesar  de  la  crisis  mundial  no  ha  habido  gran  urgencia,  y, 
por  el  contrario,  si  se  hubiese  realizado,  hoy  estaríamos 
mucho  más  comprx)met¡dos  y  siempre  sin  dinero,  porque 

habría  emigrado. 

Seguros  estamos  de  que  si  mañana  necesita  realmente 
«1  país  un  empréstito  estando  el  señor  Meléndez  a  la  ca- 
beza del  gobierno,  no  obstante  lo  difícil  de  la  situadóq. 


137 


ALBUM  PATRIÓTICO 


financiera  en  el  exterior  se  le  facilitaría  encontrarlo,  porque 
su  nombre  es  una  garantía. 

Otro  paso— y  por  el  estilo  se  pueden  citar  muchos— 
muy  acertado  de  don  Carlos  Meléndez,  fué  su  retirada  dei^ 
poder  en  acatamiento  de  lo  que  establece  la  Constitución. 

El  país  entero  comprendió  que  seria  un  gobernante 
honrado  y  digno  mantenedor  de  su  prestigio  de  antaño  ad- 
quirido; que  si  en  año  y  medio  de  interinato  había  labo- 
rado mucho  en  favor  de  la  Patria,  más  haría  en  un  período 
administrativo,  y  de  ahí  nació  su  candidatura,  mejor  dicho, 
su  aclamación  para  Presidente  de  la  República.  Jamás  se 
había  visto  la  opinión  pública  tan  compacta  alrededor  de 
un  ciudadano  como  se  vió  entonces.  Puede  decirse  que  El 
Salvador  entero  formó  un  núcleo  a  su  lado. 

Y  entonces  don  Carlos  Meléndez  cerró  su  interinato- 
con  broche  de  oro:  pidió  permiso  a  la  Asamblea  Nacional 
para  separarse  de  su  alto  piiesto  en  observancia  de  lo  que 
estatuye  la  Carta  Fundamental,  que  ninguna  persona  podrá 
ejercer  en  propiedad  la  Presidencia,  si  no  se  ha  separado- 
d^  ella  durante  los  seis  meses  anteriores  a  la  fecha  en  que 
comienza  el  período  constitucional. 

^Esa  hermosa  demostración  de  respeto  a  la  ley  mereció 
calurosos  elogios  al  señor  Meléndez,  quien  descendió  de  su 
alto  puesto  con  la  satisfacción  del  débér  cumplido  y  ante  la 
complacencia  del  pueblo  salvadoreño'  que  vió  en  ella  la  con- 
firmación de  sus  esperanzas.  * 

La  virtud  tiene  su  premio.  Y  la  virtud  de  este  distin- 
guido ciudadano  fué  premiada  ampjiameníe  en  las  elecciones 
con  134,429  votos  para  Presidente  de  la  República. 

¿Se  puede  obtener  más  elocuente  priieba  de  aprobación- 
de  la  conducta  de  un  gobernante? 

II 

Cupo  en  suerte  al  doctor  don  Alfonso  Quiñónez  Molina 
asumir  la  Presidencia  de  la  República  en  una  época  de  prue- 
ba, cuando  el  cataclismo  más  espantoso  de  la  historia,  como 
es  la  guerra  europea,  conmovía  al  mundo. 

En  esos  momentos  precisamente  era  general  la  nervio- 
sidad financiera.  En  El  Salvador  todos  los  negocios  hallá- 
banse paralizados:  la  agricultura,  el  comercio,  las  fábricas  ]r 


138 


ALBUM  PATRIÓTICO 


financiera  en  el  exterior  se  le  facilitaría  encontrarlo,  porque 
su  nombre  es  una  garantía. 

Otro  paso— y  por  el  estilo  se  pueden  citar  muchos— 
muy  acertado  de  don  Carlos  Meléndez,  fué  su  retirada  del 
poder  en  acatamiento  de  lo  que  establece  ia  Constitución. 

El  país  entero  comprendió  que  serla  un  gobernante 
honrado  y  digno  mantenedor  de  su  prestigio  de  antaño  ad- 
quirido; que  si  en  año  y  medio  de  interinato  había  labo- 
rado mucho  en  favor  de  la  Patria,  más  haría  en  un  periodo 
administrativ(\  y  de  alii  nació  su  candidatura,  mejor  dicho, 
su  aclamación  para  F^residente  de  la  Re[niblica.  Jamás  se 
había  visto  la  opinión  pública  tan  compacta  alrededor  de 
un  ciudadano  como  se  vi()  entonces.  Puede  decirse  que  El 
Salvador  entero  formó  un  núcle*)  a  su  lado. 

Y  entonces  don  Carlos  Meléndez  cerró  su  interinato 
con  broche  de  oro:  pidió  permiso  a  la  Asamblea  Nacional 
para  separarse  de  su  alto  puesto  en  observancia  de  lo  que 
estatuye  la  Carta  Fundamental,  que  ninguna  persona  podrá 
ejercer  en  propiedad  la  Presidencia,  si  no  se  ha  separado 
de  ella  durante  los  seis  meses  anteriores  a  la  fecha  en  que 
comienza  el  período  constitucional. 

Esa  hermosa  demostración  de  respeto  a  la  ley  mereció 
calurosos  elogios  al  señor  Meléndez.  quien  descendió  de  su 
alto  puesto  con  la  satisfacci(Vn  del  deber  ciunplido  y  ante  la 
complacencia  del  pueblo  salvadoreño  que  vio  en  ella  la  con- 
firmación de  sus  esperanzas. 

La  virtud  íiene  su  premio.  Y  la  virtud  de  este  distin- 
iíuido  ciudadano  fué  premiada  ampliamente  en  las  elecciones 
atn  134.429  votos  para  Presidente  de  la  República. 

¿Se  puede  obtener  más  elocuente  priieba  de  aprobación 
de  la  conducta  de  un  gobernante? 

il 

Cupo  en  suerte  al  doctor  don  Alfonso  Quiñónez  Molina 
asumir  la  Presidencia  de  la  República  en  una  época  de  prue- 
ba, cuando  el  cataclismo  más  espantoso  de  la  historia,  como 
es  la  guerra  europea,  conmovía  al  mundo. 

En  esos  momentos  precisamente  era  general  la  nervio- 
sidad financiera.  En  El  Salvador  todos  los  nei^ocios  hallá- 
banse paralizados:  la  agricultura,  el  comercio,  las  fábricas  y 


138 


Escuela  de  Agroiiomia.  (Sonsuiiate  en  Ei  Salvador) 


ALBUM  PATRIÓTICO 

ialleres,  cuanto  significa  movimiento  de  vida  nacional,  pade- 
cía hondo  quebranto. 

Cualquier  otro  mandatario  novicio  en  achaques  de  go- 
l)ernar  pueblos,  al  encontrarse  en  tan  difícil  situación  en  los 
•comienzos  de  su  gobierno,  habríase  atolondrado  y  partici- 
pando de  la  nerviosidad  universal  se  hubiera  contagiado  de 
la  desconfianza  reinante;  pero  el  doctor  Quiñónez  Molina, 
poseedor  de  un  carácter  fundido  en  el  crisol  del  trabajo,  que 
•es  el  que  educa  la  voluntad  y  conduce  a  la  serenidad  para 
luchar  con  calma  y  confiar  en  el  éxito,  enfrentó  la  bonasca 
y  se  aprestó  a  la  lucha,  llevando  por  lema  el  bien  del  pais 
•cuyos  destinos  acababan  de  confiársele. 

Y  así  lo  vimos  interesarse  en  los  asuntos  económicos  y 
conjurar  una  crisis  que  ya  se  cemia  sobre  El  Salvador  con 
todas  sus  funestas  consecuencias. 

Puede  decirse  que  la  República  disfruta  de  una  situación 
jelativamente  holgada,  de  manera  providencial,  pues  gracias 
a  que  el  Presidente  Quiñónez  Molina  tuvo  la  serenidad  que 
a  todo  el  mundo  faltaba,  logró  hacer  renacer  la  confianza  en 
el  público  y  éste  comprendió  que  no  debía  desfallecer  a  la 
primera  impresión.  Hizo  frente  a  la  tempestad  hasta  vencerla, 
y  lo  más  digno  de  admirar  fué  que  consiguió  su  objeto  sin 
•contar  con  otra  cosa  que  con  su  buena  voluntad,  pues  por 
Jo  demás  el  Tesoro  Nacional  atravesaba  por  una  situación 
asaz  precaria* 

Gracias  a  sus  medidas  encaminadas  a  favorecer  al  pais, 
:se  ha  logrado  mantener  la  situación  manetaria  en  buen  pie, 
vigilando  los  establecimientos  bancarios  para  que  pre^n  la 
garantía  debida. 

El  dinero  es  la  fuerza  propulsora  de  todos  los  resortes 
de  la  vida  nacional.  Sin  él,  por  más  buena  voluntad  que  haya 
nada  puede  hacerse. 

Pues  bien:  las  sabias  medidas  del  doctor  Quiñónez  Mo- 
lina para  allanar  la  crisis  que  nos  amenazaba  tuvieron  sus 
resultados  benéficos.  Verdad  es  que  las  rentas  nacionales 
disminuyercHi  de  una  manera  sensible,  pero  así  y  todo  ningún 
ramo  de  la  Administración  Pública  dejó  de  ser  atendido. 
Desde  el  cupón  de  la  deuda  exterior  hasta  los  sueldos  más 
inferiores  fueron  cubiertos  y  Jas  obras  públicas  continuadas, 
sin  olvidar  iniciar  cuantas  reclama  con  urgencia  el  progreso 
del  país.  Respecto  al  público,  tales  medidas  contribuyeron 
eficazmente  a  que  se  normalizaran  los  n^ocios;  la  Agricultura 


140 


ALBUM  PATRIÓTICO 


obtuvo  los  recursos  necesarios  para  levantar  sus  cosechas; 
el  comercio  está  en  una  situación  que,  si  no  del  todo  normal 
por  causas  fáciles  de  explicar,  por  lo  menos  se  encuentra 
en  buen  pie  y  tiende  a  regularizarse.  El  pueblo  en  general 
no  se  queja  ya  por  falta  de  trabajo,  pues  lo  encuentra  hasta 

donde  es  posible. 

Otra  dificultad  que  surgió  durante  el  interinato  del  doctor 
Quiñónez  Molina,  fué  la  de  los  granos  alimenticios,  empeo- 
rada por  la  plaga  chapulinera. 

Un  mal  invierno  perdió  las  primeras  cosechas,  y  cuando 
todos  se  aprestaban  a  reponer  las  primeras  siembras,  pre- 
sentóse el  chapulín  devastando  los  campos  de  labranza  y 
dejando  su  funesta  larva.  Meses  después  se  repitió  la  inva- 
sión, que  todavía  causa  estragos. 

El  Gobierno  no  estuvo  inactivo;  con  solicitud  vela  por 
el  pueblo  a  fin  de  que  la  carestía  no  alcance  a  privarlo  de 
los  alimentos  necesarios.  Al  efecto  ha  comprado  maíz  y  fri- 
joles y  ha  intervenido  a  efecto  de  que  la  harina  se  mantenga 
a  un  precio  razonable.  En  cuanto  al  chapulín,  primeramente 
recomendó  su  exterminio  y  luego  lo  ordenó  terminantemente, 
lo  cual  dió  satisfactorios  resultados,  pues  se  logró  destruirlo 
en  gran  parte.  Y  mientras  tanto,  buscaba  la  manera  de  ex- 
terminarlo científicamente,  hasta  obtener  buen  éxito,  pues 
últimamente  se  hicieron  los  primeros  ensayos,  de  manera 
que  no  tardaremos  en  ver  desaparecer  tan  terrible  azote,, 
gracias  a  las  gestiones  del  doctor  Quifiónez  Molina. 

Uno  de  los  acontecimientos  felices  del  gobierno  de  este 
ciudadano  fué  el  de  las  elecciones  de  Altos  Poderes.  El  país 
dió  Jin  alto  ejemplo  de  moralidad  y  de  buen  sentido  al 
hacer  uso  del  derecho  del  sufragio,  eligiendo  al  honorable 
caballero  don  Carlos  Meléndez  para  Presidente  de  la  Repú- 
blica y  al  propio  doctor  Quiñónez  para  Vicepresidente,  y 
las  elecciones  se  efectuaron  en  el  mayor  orden,  el  cual  fué 
la  nota  predominante  durante  los  dos  años  transcurridos. 

• 

En  resumen,  pues,  los  gobiernos  interinos  de  don  Carlos- 
Meléndez  y  del  doctor  don  Alfonso  Quiñónez  Molina  fueron 
presididos  por  la  honradez  y  por  el  patriotismo,  y  de  ahí 
que  el  pais  no  ha  sufrido  interrupción  en  su  marcha  pro- 


141 


AlSUm  PATRIÓTICO 


gresiva,  a  pesar  de  la  insólita  guerra  europea  que  tantos  ma- 
les ha  causado  al  mundo  entero  y  de. las  demás  calamidades 
que  nos  han  visitado. 

He  querido  recordar  unos  pocos  actos  de  tan  preclaros 
gobernantes,  de  los  muchos  que  pudieran  escribirse,  para 
sacar  la  deducción  de  que  si  tantos  bienes  hicieron  a  El  Sal- 
vador durante  su  permanencia  incidental  en  el  poder  y  en 
tan  difíciles  circunstancias,  mucho  bueno  tiene  que  esperar 
de  su  actuación  durante  el  periodo  constitucional  que  co- 
mienza, en  cuyo  transcurso  el  país  se  complacerá  al  palpar 
los  resultados  de  su  elección  de  Presidente  y  Vicepresidente 
de  la  República. 

R.  Díaz  Galiano. 

Santa  Ana,  lo.  de  marzo  de  1915. 


DON  CARLOS  MELENDEZ 
Y  EL  DH  ALFONSO  QUlííONEZ  M. 


(Para  el  *  Album  Patriótico») 

-  >  El  talento  se  forma  en  el  silencio 

de  la  viiJa  privada,  y  el  carácter 
eneljkorbeUinode  la  vida  pública. 

,  GOETHE. 

Los  hombres  que  se  levantan  por  si  solos,  los  hombres 
que  llevan  hasta  en  lo  más  recóndito  del  alma  sentimientos 
nobles  y  enaltecedores,  aquellos  que  mantienen  latentes  las 
ideas  concebidas  en  el  silencio,  aquellos  que  al  escalar  sin 
quererlo  las  gradas  del  poder,  dan  demostraciones  de  ver- 
dadero talento  y  de  carácter  altivo  y  laborioso,  llenan  debida- 
mente el  hermoso  pensamiento  del  notable  escritor  alemán. 

Don  Carlos  Meléndez  y  el  doctor  don  Alfonso  Quiñónez 
Molina,  durante  el  tiempo  que  sirvieron  interinamente  la 
Presidencia  de  la  República,  lo  hicieron  de  manera  brillante, 
dando  demostraciones  de  su  probidad  y  acendrado  amor 
patrio,  de  sus  ideas  progresistas  y  conciliadoras,  por  lo  que 
se  han  captado  las  simpatías  de  los  buenos  salvadoreños 
que  no  sienten  arder  en  sus  vejias  los  acicates  de  la  ambi- 
ción y.  de  la  envidia.  '  ^: 


1^ 


Hospicüo  Morj^— Santa  Ana» . 


ALBUM  PATRIÓTICO 


gresiva,  a  pesar  de  la  insólita  guerra  europea  que  tantos  ma- 
les ha  causado  al  mundo  entero  y  de  las  demás  calamidades 
que  nos  han  visitado. 

He  querido  recordar  unos  pocos  actos  de  tan  preclaros 
gobernantes,  de  los  muchos  que  pudieran  escribirse,  para 
sacar  la  deducción  de  que  si  tantos  bienes  hicieron  a  El  Sal- 
vador durante  su  permanencia  incidental  en  el  poder  y  en 
tan  difíciles  circunstancias,  mucho  bueno  tiene  que  esperar 
de  su  actuación  durante  el  período  constitucional  que  co- 
mienza, en  cuyo  transcurso  el  país  se  complacerá  al  palpar 
los  resultados' de  su  elección  de  Presidente  y  Vicepresidente 
de  la  República. 

R.  Díaz  üaliano. 
Santa  Ana,  lo.  de  marzo  de  1915. 


DON  CARLOS  MELENDEZ 
V  EL  DR.  ALFONSO  QUIÑONEZ  M. 


(Para  el  ^Album  Patriótico») 

El  talento  se  forma  en  el  silencio 
de  la  viíJa  privada,  y  el  carácter 
en  el  torbellino  de  ta  vida  pública. 

GOETHE 

Los  hombres  que  se  levantan  por  sí  solos,  los  hombres 
que  llevan  hasta  en  lo  más  recóndito  del  alma  sentimientos 
nobles  y  enaltecedores,  aquellos  que  mantienen  latentes  las 
ideas  concebidas  en  el  silencio,  aquellos  que  al  escalar  sin 

quererlo  las  gradas  del  poder,  dan  demostraciones  de  ver- 
dadero talento  y  de  carácter  altivo  y  laborioso,  llenan  debida- 
mente el  hermoso  pensamiento  del  notable  escritor  alemán. 

Don  Carlos  Meléndez  y  el  doctor  don  Alfonso  Quiñónez 
Molina,  durante  el  tiempo  que  sirvieron  interinamente  la 
Presidencia  de  la  República,  lo  hicieron  de  manera  brillante, 
dando  demostraciones  de  su  probidad  y  acendrado  amor 
patrio,  de  sus  ideas  progresistas  y  conciliadoras,  por  lo  que 
se  han  captado  las  simpatías  de  los  buenos  salvadoreños 
que  no  sienten  arder  en  sus  venas  los  acicates  de  la  ambi- 
ción y.  de  la  envidia. 


142 


ALBUM  PATWÓnCO 


La  actuación  política  que  de  manera  satisfactoria  han 
desarrollado;  el  impulso  vigoroso  dado  a  todos  los  ramos 
de  la  Administración  Pública;  la  honradez  intachable  con  que 
se  han  manejado  los  caudales  nacionales;  el  esfuerzo  des- 
plegado para  que  gocemos  de  una  era  de  paz,  de  progreso 
Y  libertad  y  las  oportunas  medidas  dictadas  para  remediar 
la  crisis  porque  atravesaba  el  país,  han  puesto  de  relieve  las 
capacidades  intelectuales  y  el  caráctar  altivo  y  laborioso  de 
tan  distinguidos  hombres  públicos. 

Tanto  el  señor  Meléndez,  como  el  doctor  Quiñónez  Molina, 
en  el  poco  lapso  que  estuvieron  al  frente  de  los  destinos 
del  país,  dejaron  una  estela  luminosa  que  los  ha  hecho 
acreedores  al  prestigio  nacional.  El  señor  Meléndez  en  un 
momento  supremo,  en  un  momento  álgido  en  que  se  veía  en 
peligro  la  autonomía  del  país,  lanzó  su  voz  de  protesta  y 
ese  noble  acto  de  patriotismo,  repercutió  gloriosamente  por 
todos  los  ámbitos  de  la  América  Latina  y  mereció  los  aplau- 
sos de  la  prensa  mundial.  Por  eso  el  pueblo  salvadoreño 
que  palpó  las  brillantes  cualidades  y  verdadero  amor  patrio 
que  albei^ba  tan  ilustre  hombre  público,  no  ha  vacilado 
en  elegirio  Presidente  Constitucional  para  el  período,  que 
se  inauguró  el  primero  de  marzo.  Y  es  porque  sabe  que  el 
seflor  Meléndez,  es  el  guardián  incorruptible  de  nuestra  so- 
beranía, el  ciudadano  que  sabrá  mantener  ilesa  la  gloriosa 
Patria  que  nos  legaron  nuestros  mayores. 

El  doctor  Quiñónez  Molina,  médico  distinguido,  de  ta- 
lento bien  cultivado  y  de  un  carácter  noble  y  generoso^ 
empuñó  las  riendas  del  poder  y  encaminó  la  nave  del  Esta- 
do por  el  sendero  del  orden,  de  la  legalidad  y  del  progreso; 
continuando  así  la  fructífera  labor  que  iniciaran  sus  dos 
ilustres  antecesores.  Con  gobernantes  de  esa  talla  florecen 
la  agricultura,  el  comercio  y  la  industria,  fuentes  inagotables 
de  progreso  y  prosperidad  para  nuestros  pueblos.  El  pueblo 
salvadoreño  heróico  y  laborioso,  el  pueblo  salvadoreño  apre- 
dador  de  los  méritos  que  adornan  la  personalidad  del  doctor 
Quiñónez  Molina,  lo  ha  ha  elegido  para  Vicepresidente  de 
la  República,  para  que  así,  juntamente  con  el  señor  Melén- 
dez, labore  por  el  bienestar  de  la  nación. 

Durante  los  dos  interinatos  de  los  señores  Meléndez  y 
Quiñónez  Molina,  fué  atendido  preferentemente  el  Ramo  de 
Instrucción  Pública,  y  es  que  ambos  comprenden  que  ese  Ramo 
es  el  primero  que  debe  apoyarse,  porque  un  pueblo  ilustra- 

144 


ALBUM  PATRIÓTICO 


do  jamás  puede  aceptar  el  odioso  yugo  de  la  esclavitud  y 
tiene  por  base  un  pedestal  grandioso  y  nunca  convierte  la 
lítiertad  en  libertinaje.  .  ^         ,  ' 

Pueblo  salvadoreño!  Rodead  a  los  patriotas  señores 
Meléndez  y  Quiñónez  Molina,  si  queréis  que  nuestra  amada 
Patria  siga  presurosa  rumbo  al  progreso^  y  no  v^eh^^ 
estar  sumida  en  el  estacionarisma^  lafMuteOllí  w  qne 

en  otros  tiempos.  .     ^    ^      *  •  x 

Rodeadlos  y  veréis  que  nuestro  adorado  terruño  seguirá 
figurando  en  el  rol  de  las  naciones  civilizadas  y  que  nues- 
tros gobernantes,  guardarán  como  sagrado  talismán  la  Inde- 
pendencia conquistada  con  laureles  inmarcesibles  el  quince 
de  septiembre  del  año  de  rail  ochocientos  veintiuno. 

NAPOLEÓN  OSEGüEDA. 

La  Unión,  3  de  marzo  de  1915- 


AL  ESCLARECIDO  CIUDADANO 

DON  CARLOS  MELENDEZ 


Dejo  a  los  hombres  de  la  Patria  mía, 
Por  donde  quieran,  a  la  luz  del  día, 
Narrar  de  tu  patriótica  labor, 
Los  hechos  culminantes:  atrevida 
Descubro  al  mundo,  tu  privada  vida 

Y  en  ti  presento  al  hombre  superior! 

Antes  que  ciudadano,  quiso  el  cielo. 
Fueras  de  buenos  hijos  el  modelo 
Cuyo  ejemplo  siguieran  los  demás: 
En  compañía  de  virtuosa  madre 

Y  reponiendo  al  fallecido  padre, 
Al  deber  afanoso  te  entregás. 

Apenas  hijo,  tú  de  nueve  hermanos 
Casi  todos  pequeños,  de  tus  manos 
Esperando  sustento  y  formación, 
Al  trabajo  bien  joven  consagrado, 
Te  vimos  ya,  en  padre  transformado. 
Llenando  nobilísima  misión  1 .  . 


JO 


-145 


i 


ALBUM  PATRH>TICO 

La  viudez  de  tu  madre  consolaste, 
A  todos  tus  hermanos  educaste 
Procurando  también  su  ilustración: 
Entre  tus  hermanitos,  vi  gozabas, 
Gon  patenial  «moF  los  ccHitetnpiabas 
En  sus  juegos  y  toda  distracción. 

Crecida  la  familia,  testimonio 
De  tu  prudencia  fué  tu  matrimonio, 
Formando  la  morada  singular, 
Donde  reina  constante  la  ternura, 
Donde  el  amor,  las  penas  transfigura 

Y  le  llamamos  todos  el  hogar. . . 

Allí  el  buen  hijo  y  excelente  hermano. 
La  dicha  no  buscó  tal  vez  en  vano 

Y  en  bella  compañera  la  encontró: 
Ella  comprende  bien  ¡cuánto  merece, 
El  ser  que  mano  y  nombre  nos  ofrece 

Y  sin  reserva  el  corazón  nos  dió  I . . 

Entre  millares,  tú,  de  buen  esposo 
Eres  ejemplo:  fino,  generoso, 
Complaciente,  jovial  te  contemplé: 
Es  tu  amistad,  benéfica,  sincera, 
Franca  y  honrosa,  cuanto  duradera, 
Por  experiencia  bien,  Señor,  lo  sé. 

El  hombre  superior  te  denomino, 
Porque  grande,  magnifico  destino 
En  la  tierra  su  Autor  te  concedió: 
Sirves  de  apoyo  a  tu  adorada  madre, 
Sabes  honrar  el  nombre  de  tu  padre 

Y  conservas  la  fe,  que  te  legól 

Guarda  esa  fe:  ella  es  tu  gran  tesoro 
De  más  valor  que  el  de  poder  y  oro^ 
Que  Dios  mismo  a  tus  manos  quiso  dar, 
Después  de  concederte  una  fortuna 
En  la  limpieza  de  tu  sangre  y  cuna, 
]  Grandioso  dón,  fatien  digno  de  apreciar  1 . . 

Virginia  Peña  de  Valle. 
Chalatenango,  19  de  marzo  de  1915. 


146 


Fiestas  escolares  de  Chalatenango.  -  Cristóbal  Colón,  repr£sentado  por 

José  Sandoval. — El  Salvador. 


ALBÜM  PATRIÓTICO 


La  viudez  de  tu  madre  consolaste, 
A  todos  tus  hennanos  educaste 
Procurando  también  su  ilustración: 
Entre  tus  hermanitos,  vi  gozabas, 
Con  paternal  amor  los  contemplabas 
En  sus  juegos  y  toda  distracción. 

Crecida  la  familia,  testimonio 
De  tu  prudencia  fué  tu  matrimonio, 
Formando  la  medrada  singular, 
Donde  reina  constante  la  ternura, 
Donde  el  amor,  las  penas  transfigura 

Y  le  llamamos  todos  el  ho<j[ar.  .  , 

Allí  el  buen  hijo  y  excelente  hermano. 
La  dicha  no  buscó  tal  vez  en  vano 

Y  en  bella  compañera  la  encontró: 
Ella  comprende  bien  ¡cuánto  merece, 
El  ser  que  mano  y  nombre  nos  ofrece 

Y  sin  reserva  el  corazón  nos  dió! .  . 

Entre  millares,  tú.  de  buen  esposo 
Eres  ejemplo:  finn,  generoso. 
Complaciente,  jovial  te  contemplé: 
Es  tu  amistad,  benéfica,  sincera, 
Franca  y  honrosa,  cuanto  duradera, 
Por  experiencia  bien,  Señor,  lo  sé. 

Fl  hombre  superior  te  denomino, 
Porque  grande,  magnifico  destino 
En  la  tierra  su  Autttr  te  concedió: 
Sirves  de  apoyo  a  tu  adorada  madre, 
Sabes  honrar  el  nombre  de  tu  padre 

Y  conservas  la  fe,  que  te  legó! 

(juarda  esa  fe:  ella  es  tu  gran  tesoro 
De  más  valnr  que  el  de  poder  y  oro. 
Que  Dios  mismo  a  tus  manos  ipiiso  dar, 
Después  de  concederte  una  fortuna 
En  la  limpieza  de  tu  sangre  y  cuna, 
¡Grandioso  dón,  bien  digno  de  apreciar! .  . 

VIRGINIA  Peña  de  Valle. 

Chalatenango,  19  de  marzo  de  1915. 


146 


EL  CREDITO  DE  EL  SALVADOR  ENFRENTE 
DE  lA  JlTUAaON  ACTUAL 


He  aqui  el  gran  desiderátum  que  tendrá  que  resolver 
la  Administración  Meléndez,  en  el  próximo  período  presi- 
dencial, si  la  voluntad  popular  elige  a  don  Carlos  Meléndez 
para  regir  los  destinos  de  la  Patria. 

Es  sabido  de  todos,  que  la  actual  conflagración  euro- 
pea tira  para  largo,  tanto  en  su  período  álgido  actual,  co- 
mo en  el  período  de  la  recomposición  de  lo  perdido  y  arrui- 
nado por  la  cruenta  guerra ;  y  que  estas  causales,  darán  lu- 
gar a  que  los  países  de  esta  América  se  resientan  grave- 
mente en  sus  intereses  económicos,  y  que  sus  presupuestos 
<le  entradas  y  salidas  de  fundos,  se  vean  alterados  sena- 
moite. 

Toca,  pues,  a  un  Gobierno  prudente  y  previsor,  tomar 
medidas  salvadoras,  y  de  momento,  para  que  no  se  resienta 
el  crédito  nacional. 

Y  es  de  advertir,  que  el  crédito  de  un  Gobierno,  si  es 
cierto  que  supera  al  de  un  particular,  porque  nunca  llega  a 
la  bancarrota,  por  ser  el  representante  de  una  Nación  que 
tiene  fondos  permanentes,  es  también  cierto  que  ese  crédito 
depende  de  las  buenas  cualidades  de  su  Administrador  pa- 
ta hacerlo  efectivo  con  ventajas  positivas  para  la  comunidad. 

Sacar  recursos  de  donde  no  los  hay,  es  el  gran  secre- 
to del  verdadero  financiero. 

Si  logra  el  paso  apuntado  el  futuro  Gobierno,  demos- 
trará su  capacidad  administrativa,  y  dará  la  razón  dei  por 
que,  habiendo  otros  ciudadanos  que,  según  la  Constitución, 
son  también  aptos  para  la  Presidencia  de  la  República,  la 


148 


ALBUM  PATRIÓTICO 


voz  del  pueblo  señala  a  los  ciudadanos  don  Carlos  Meléndez 
y  doctor  Alfonso  Quifiónez  M.,  para  que  dirijan  los  destinos  de 
El  Salvador,  en  el  período  que  terminará  en  marzo  de  1919. 

Con  esos  honrados  patriotas  al  frente  del  Gobierno,  se 
disolverán  las  negras  nubes  que  parecen  cernirse  en  nues- 
tro horizonte  económico. 


PRO  ^  PATRIA 


(•La  Vangaardia*,  de  Sanik^o  de  Mearía.) 

El  Gobierno  es  para  la  sociedad,  lo  que  el  plomo,  el 
nivel  y  la  escuadra  en  los  edificios  públicos.  Es  la  clave 
que  pone  a  codal  la  piedra  que  sobrepuja;  y  sin  embargo, 
las  demás  piedras  se  apoyan  en  ella,  ella  las  mantiene  en 
su  lugar  y  por  ella  se  conservan  en  el  orden  arquitectónico 
que  les  da  las  mejores  formas  de  hermosura  y  elegancia. 
Del  mismo  modo  ocurre  en  el  universo  moral;  los  vuelos 
de  la  razón,  los  intereses  generales  de  la  sociedad,  la  cien- 
cia y  el  arte  en  su  más  alta  expresión,  todos  reciben  el  im- 
pulso regulador  del  Gobierno  legalmente  constituido;  y  des- 
de luego,  le  corresponde  dirigir  la  nacit^n  hacia  el  bien  y 
de  mantenerla  en  él,  por  todos  los  medios  civilizados  que 
el  Dereclio  público  aconseja.  Por  esta  razón,  el  Poder  Po- 
lítico de  un  país  que  se  respeta,  debe  emanar  inmediata  y 
directamente  del  pueblo,  a  fin  de  que  el  Gobierno  pueda 
conciliarse  con  la  libertad  de  todos.  Así  las  acciones  co- 
lectivas, como  las  individuales,  tomarán  el  carácter  de  leyes 
arregladas  a  la  justicia  universal. 

Por  eso  mismo  el  pueblo  salvadoreño,  consciente  como 
es  y  con  sano  criterio  que  le  enaltece,  ha  aceptado  con  in- 
menso júbilo  las  candidaturas  populares,  por  mil  títulos  es- 
timables, de  los  esclarecidos  ciudadanos  don  Carlos  Meléndez 
y  el  Dr.  don  Alfonso  Quiñónez  Molina.  Con  selección  atinada, 
con  interpretación  exquisita,  el  noble  y  heroico  pueblo  cusca- 
tleco,  ha  sabido  escoger  para  candidatos  a  la  Presidencia  y 
Vicepresidencia  de  la  República  — entre  gran  número  de 
ilustres  personalidades  del  país  — a  los  honorables  ciudada- 
nos Meléndez  y  Quiñónez  Molina,  quienes,  colocados  digna- 


149 


ALBUM  PATRIÓTICO 


mente  en  la  cima  de  las  personalidades  colectivas,  han  llegada 
a  ser  para  la  patria  los  mejores  exponentes  del  patriotismo 
salvadoreño. 

El  dorado  pabellón  del  derecho,  flotará  imponente  y  ma- 
jestuoso sobre  la  frente  del  pueblo  libre,  bajo  la  Magistratura 
de  los  señores  Meléndez  y  Quiñónez  Molina.  Hasta  entonces 
nuestro  pueblo  habrá  alcanzado  la  anhelada  libertad,  por  cuya 
conquista  ha  derramado  en  los  campos  del  honor  nacional  su 
generosa  y  pura  sangre. 

C.  BARRIOS  Castro. 


POR  EL  BIEN  NAQONAL 


Todos  los  nobles  esfuerzos  del  Gobierno  por  dar  impul- 
sos a  la  vida  económica  de  la  República  serán  infructuosos 
mientras  no  sean  secundados  por  el  alto  comercio  nacional, 
quien  impone  la  regla  de  alta  y  baja  en  los  precios,  y  el  que 
con  mayor  facilidad  puede  ayudar  al  implantamiento  efectivo 
del  benéfico  sistema  decimal,  que  en  teoría  nos  rige. 

En  Centro-América  los  salvadoreños  nos  hemos  quedado  a 
la  zaga  con  respecto  a  la  moneda  decimal;  aún  aquellos  pue- 
blos que  por  sus  desastres  económicos  han  recurrido  al  papel 
moneda  gozan  los  beneficios  de  ese  sistema  que  facilita  las 
transacciones  y  libra  al  pequeño  consumidor  de  la  pérdida  de 
centavos  y  fracciones  en  l>eneficio  del  comerciante. 

El  pueblo  será  el  que  mayores  ventajas  derive  de  la  re- 
forma monetaria  y  no  es  él  quien  se  opone  a  dar  de  mano  a 
nuestro  anticuado  sistema,  sino  el  comercio  que  obtiene  pm- 
gües  utilidades,  de  las  fracciones  de  centavos  que  forzozamen- 
te  el  consumidor  dejará  a  su  favor.  ^     ,  « 

Y  ya  que  el  Gobierno  del  Dr.  Alfonso  Quiñónez  Mohna 
es  un  fiel  continuador  de  la  política  de  reformas  beneficiosas 
al  pueblo,  iniciadas  por  el  Candidato  Nacional  en  sus  pocos 
meses  que  ocupó  el  solio  en  acatamiento  a  la  Ley,  debemos 
todos  los  que  formamos  el  Gran  Partido  Melendista  coadyu- 
var para  que  no  sean  estériles  los  esfuerzos  hechos  en  pro  del 
bienestar  económico  de  las  masas  populares. 

En  todas  las  oficinas  públicas  rige  el  sistema  decimal; 


150 


Colóa  y  tu  trIpuUcióa. 


—Fiestas  eo  honor  de  Colón»  cdcbradas  en  Chalatenango. 


ALBUM  PATRIÓTICO 

mente  en  la  cima  de  las  personalidades  colectivas,  han  llegado 
a  ser  para  la  patria  los  mejores  exponentes  del  patriotismo 
salvadoreño. 

El  dorado  pabellón  del  derecho,  flotará  imponente  y  ma- 
m  stuoso  sobre  la  frente  del  pueblo  Ubre,  bajo  la  Magistratura 
de  los  señores  Meléndez  y  Quiñónez  Molina.  Hasta  entonces 
nuestro  pueblo  habrá  alcanzado  la  anhelada  libertad,  por  cuya 
conquista  ha  derramado  en  los  campos  del  honor  nacional  su 
generosa  y  pura  sangre. 

C.  Barrios  Castro. 


POR  EL  BIEN  NACIONAL 


Todos  los  nobles  esfuerzos  del  Gobierno  por  dar  impul- 
sos a  la  vida  económica  de  la  República  serán  infructuosos 
mientras  no  sean  secundados  por  el  alto  comercio  nacional, 
quien  impone  la  regla  de  alta  y  baja  en  los  precios,  y  el  que 
con  mayor  facilidad  puede  ayudar  al  implantamiento  efectivo 
del  benéfico  sistema  decimal,  que  en  teoría  nos  rii^e. 

En  Centro-América  ios  salvadoreños  nos  licinns  quedado  a 
!a  zaga  con  respecto  a  la  moneda  decimal;  aún  aquellos  pue- 
blos que  por  sus  desastres  económicos  han  recurrido  al  papel 
moneda  i^ozan  lits  beneficios  de  ese  sistema  que  facilita  las 
transacciones  v  libra  al  pequeño  consumidor  de  la  pérdida  de 
centavos  y  fracciones  en  beneficio  del  comerciante. 

El  pueblo  será  el  que  mayores  ventajas  derive  de  la  re- 
forma monetaria  y  no  es  él  quien  se  opone  a  dar  de  mano  a 
nuestro  anticuado  sistema,  sino  el  comercio  que  obtiene  pin- 
gües utilidades,  de  las  fracciones  de  centavos  que  forzozaraen- 
te  el  consumidor  dejará  a  su  favor. 

Y  ya  que  el  Gobierno  del  í)r.  Alfonso  Quiñonez  Molina 
es  un  fiel  continuador  de  la  política  de  reformas  beneficiosas 
al  pueblo,  iniciadas  por  el  Candidato  Nacional  en  sus  pocos 
meses  oue  ocupó  el  solio  en  acatamiento  a  la  Ley,  debemos 
todos  los  que  formam(»s  el  Gran  Partido  Melendista  coadyu- 
var para  que  no  sean  estériles  los  esfuerzos  hechos  en  pro  del 
bienestar  económico  de  las  masas  populares.  ^ 

En  todas  las  oficinas  públicas  rige  el  sistema  decimal; 


150 


Cotón  y  su  triputecióa. -Restas  en  honor  de  Colón,  celebradas  en  Chalatenanso. 


ALBUM  PATRIÓTICO 


hay  que  extender  su  radio  de  acción  a  fin  de  que  se  palpen 
mejor  sus  resultados.  .  ,  •  ^ 

La  prensa  nacional  debe  abrir  campaña  en  pro  del  sister 
jnaque  nos  ocupa,  y  dar  el  ejemplo,  implantándolo  en  sus 

transacciones.  ,  .,         ^  .  . 

Es  as!,  como  se  puede  y  se  delae  ser  util  a  un  üobierno 
que  vela  por  la  felicidad  de  la  Nación :  ayudándole  en  la  obra 

íde  la  reforma  con  la  palabra  y  con  la  acción. 

«Precisamente  ahora  que  se  presentan  múltiples  diñculta- 
des  en  las  transacciones,  por  la  casi  absoluta  carencia  de  mo- 
'neda  menuda  antigua,  y  circula,  en  cambio,  regular  cantidad 
de  moneda  decimal  fraccionaria,  es  el  momento  oportuno  pa- 
ra su  definitiva  y  práctica  implantación.» 

Y  el  pequeño  consumidor  debe  ser  quien  con  más  empe- 
ño trabaje  para  que  esa  ley  de  la  moneda  decimal  se  cumpla. 

La  escuela,  en  este  caso,  es  un  gran  factor;  al  niño  hay 
que  enseñarle  las  ventajas  prácticas  de  la  nueva  moneda,  para 
que  lleve  a  su  hogar  un  conocimiento  útil  para  la  familia,  que 
quizá  por  una  mala  entendida  pena,  no  inquiere  el  modo  de 

hacer  uso  de  ella.  .  ^  ,  .  u  i 

Y  en  las  transacciones  al  detal,  la  autoridad  debe  velar  . 
por  que  el  puelo  no  sufra  desfalco  en  su  pequeño  haber. 

Los  centavos  hacen  los  pesos  dice  un  axioma  comerciaL 
Y  los  centavos  del  pobre  gastados  forzosamente -sin  obtener 
beneficio,  hacen  la  fortuna  del  comerciante  sin  honor.  \ 

Que  sea  del  Gobierno  de  don  Carlos  Meléndez,  la  gloria 
de  dar  un  paso  más  en  el  camino  del  progreso,  dejando  al  fi- 
nal de  su  Administración,  en  corriente  y  generalmente  acepta- 
do, el  benéfico  sistema  decimal.  ..... 

J.  A.  MEZA. 


FRASES  SINCERAS 

A  Don  Carlos  Maltodaz 


Hay  existencias  que  se  deslizan  tranquila  y  apacible 
mente  por  el  mar  tempestuoso  de  la  vida,  como  murmurante 
manantial  sobre  el  blando  lecho  de  reluciente  arena. 

Existencias  privilegiadas  que  nacen,  viven  y  mueren 
sembrando  por  doquiera  la  semilla  fructífera  del  Bien. 
^-    En  los  labios  de  esas  almas  oscilan— como  oscila  la 
cristalina  gota  de  roció  suspendida  en  los  pétalos  de  una 


152 


ALBUM  PATMÓTiCO 


rosa-las  palabras  de  amor  y  de  consuelo  prodigadas  coir 
solícita  ternura,  al  desgraciado  que  sufre  k»^„*^ 

Almas  que  tienen  la  solemne  apacibilidad  del  exuberante 
V  solitario  bosque,  el  suave  murmurio  de  la  tranquila  fuente,, 
al  canto  multiforme  de  los  alegres  pajarillos  que  entonan 
sus  himnos  a  la  Naturaleza. 

Así  la  de  don  Carlos  Meléndez. 

Hombre  de  un  corazón  nobilísimo,  en  el  que  hallan  ca- 
bida todos  los  padecimientos  ágenos,  vasta  una  ligera  chispa 
para  producir  un  incendio  en  su  pecho  y  en  su  generosidad 
traspasa  todos  los  linderos  del  desprendimiento  y  llega 
hasta  donde  son  muy  pocos  los  que  han  llegado:  a  la  ab- 
negación. 

El  vértigo  del  Poder  no  logro  ensoberbecerlo. 

La  Ígnea  antorcha  de  la  Caridad,  con  sus  vividos  res- 
plandores inapagables,  siguió  alumbrando  los  hogares  des- 
trozados por  el  hambre  y  la  miseria.      .    .    ^         ,  . 

Es  de  los  pocos,  si  no  el  único,  que  haaendo  a  un  lada 
el  hipnotizante  humo  de  inciénso  que  oculta  siempre  el 
demacrado  rostro  de  los  que  tienen  hambre  y  sed  de  justicia, 
supo  imponerse  ante  los  que  pretendían  hacerle  volver  la 
vista  para  que  no  contemplara  el  cuadro  aterrador  y  som- 
brío de  un  pueblo  ávido  de  pan  y  libertad. 

Soldado  convencido  del  progreso  y  la  civilización,  supo 
cumplir  su  consigna  sosteniendo  con  fidelidad  y  honradez 
los  principios  de  Moral  y  de  Justicia,  bases  fundamentales- 
de  nuestro  engrandecimiento  y  perfección. 

Y  cuando  su  alma  ha  sido  herida  por  los  acres  y  en- 
venenados dardos  de  la  envidia  y  la  calumnia,  sm  coseguir 
empañar  el  limpio  cristal  de  sus  convicciones  de  patnota 
honrado,  ha  sabido  acorazar  su  pecho  con  el  acero  damas- 
quino de  la  indiferencia,  no  consiguiendo  sus  detractores  si- 
no acrisolar  su  alma  y  afirmar  más  sus  ideas. 

En  su  noble  pecho  chocan  y  se  despedazan— como  en 
la  granítica  roca  las  embravecidas  olas  del  turbulento  mar 
—todo  lo  que  no  lleva  el  sello  de  la  Honradez  y  la  Justicia. 

Con  orgullo  hemos  contemplado  todos  los  salvadoreños 
el  majestuoso  descenso  que  hizo  del  Poder,  acatando  un 
precepto  constitucional,  para  ponerse  al  frente,  del  nümeros» 
partido  que  lo  aclama  y  lo  postula  para  Presidente  en  el 
próximo  período  de  1915  a  1919. 

MARCOS  J.  LINARES. 

153 


LAwT  PROXIMAS  ELECCIONES 


Se  harán  en  plena  libertad  ^  al  amparo  de  las  kfes 


Dentro  de  tres  días  comenzarán  a  efectuarse  en  toda 
la  República,  las  elecciones  de  autoridades  locales,  bajo  un 
régimen  de  plena  legalidad. 

La  gran  mayoría  de  ciudadanos  que  preconiza  las  can- 
didaturas de  don  Carlos  Meléndez  y  del  Dr.  Alfonso  Qui- 
ñónez  Molina,  para  Presidente  y  Vicepresidente  de  la  Re- 
pública, irán  a  las  urnas  electorales  con  plena  libertad,  y 
de  manera  espontánea,  a  depositar  sus  votos  por  candida- 
tos que  gozan  de  incontrastable  popularidad  y  a  quienes 
la  conciencia  pública  señala  como  los  más  aptos  para  sa- 
car al  pais  avante  de  los  efectos  de  esta  crisis  que  atrave- 
samos. 

El  señor  Meléndez,  esclavo  de  la  Ley,  integerrimo  re- 
público, depositó  el  Poder,  para  que  el  debate  eleccionario 
se  ventilara,  como  se  ventila,  bajo  el  régimen  de  la  más 
estricta  legalidad,  —  y  aparezca  su  Gobierno,  como  emana- 
ción, de  la  más  pura  de  la  soberanía  popular. 

El  seíior  Meléndez  cree  y  ha  creído  que,  electo  dentro 
de  las  condiciones  normales  de  la  Constitución,  podrá  lle- 
var al  Gobierno  la  garantía  de  una  gran  fuerza  moral,  pa- 
ra gobernar  como  órgano  genuino  del  sentimiento  popular, 
con  los  elementos  más  capaces  y  honrados  de  la  República 
y  hacer  un  Gobierno  netamente  nacional. 

En  todas  las  poblaciones  del  pais,  las  candidaturas  mu- 
nicipales han  surgido  de  las  agrupaciones  populares,  sin 
que  por  ello  se  haya  echado  mano  de  otro  medio  que  de 
la  propaganda  por  medio  de  la  persuación. 


154 


LAS  PROXIMAS  ELECCIONL/ 


Se  harán  en  plena  libertad  ^  al  amparo  de  las  le^es 


Dentro  de  tres  días  comenzarán  a  efectuarse  en  toda 
la  República,  las  elecciones  de  autoridades  locales,  bajo  un 
régimen  de  plena  legalidad. 

La  gran  mayoría  de  ciudadanos  que  preconiza  las  can- 
didaturas de  don  Carlos  Meléndez  y  del  Dr.  Alfonso  Qui- 
ñónez  Molina,  para  Presidente  y  Vicepresidente  de  la  Re- 
pública, irán  a  las  urnas  electorales  con  plena  libertad,  y 
de  manera  espontánea,  a  depositar  sus  votos  por  candida- 
tos que  gozan  de  incontrastable  popularidad  y  a  quienes 
la  conciencia  pública  señala  como  los  más  aptos  para  sa- 
car al  país  avante  de  los  efectos  de  esta  crisis  que  atrave- 
samos. 

El  señor  Meléndez,  esclavo  de  la  Ley,  integérnmo  re- 
público, depositó  el  Poder,  para  que  el  debate  eleccionario 
se  ventilara,  como  se  ventila,  bajo  el  régimen  de  la  más 
estricta  legalidad,  —  y  aparezca  su  Gobierno,  como  emana- 
ción, de  la  más  pura  de  la  soberanía  popular. 

El  señor  Meléndez  cree  y  ha  creido  que,  electo  dentro 
de  las  condiciones  normales  de  la  Constitución,  podrá  lle- 
var al  Gobierno  la  garantia  de  una  gran  fuerza  moral,  pa- 
ra gobernar  como  órgano  genuino  del  sentimiento  popular, 
con  los  elementos  más  capaces  y  honrados  de  la  República 
y  hacer  un  Gobierno  netamente  nacional. 

En  todas  las  poblaciones  del  país,  las  candidaturas  mu- 
nicipales han  surgido  de  las  agrupaciones  populares,  sin 
que  por  ello  se  haya  echado  mano  de  otro  medio  que  de 
la  propaganda  por  medio  de  la  persuación. 


154 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Si  los  partidos  que  en  otras  épocas  fueron  opositores^ 
no  se  lian  presentado  en  actitud  de  lucha,  ha  sido  por  el 
convencimiento  muy  certero  que  abrigan,  de  que  los  nú- 
cleos melendisias,  cuentan  con  auras  de  irresistible  popu- 
laridad. 

Cumple  a  los  ciudadanos  conscientes  de  su  alta  fun- 
ción de  electores,  hacer  uso  de  su  derecho  dentro  del  ma- 
yor orden,  para  dar  al  mundo  el  ejemplo  de  que  el  pueblo 
salvadoreño  resuelve  sus  problemas  políticos,  sin  apelar  a 
violencias  o  a  motines  que  siempre  desacreditan  las  mejo- 
res causas. 

La  elección  de  candidatos  como  los  Sres.  Meléndez  y 
Quiñónez  Molina,  entraña  la  resolución  de  un  trascendental 
problema  político,  el  del  restablecimiento  de  la  concordia  y 
de  la  paz  de  los  espíritus  en  El  Salvador,  para  alcanzar 
cdn  ello  una  era  de  paz  fecunda  y  de  reparaciones  econó- 
níicas. 

De  estas  elecciones  practicadas  con  entera  libertad,  no 
quedarán  ni  vencedores  ni  vencidos,  y  el  Gobierno  que  de 
ellos  surja,  podrá  establecer  con  la  coparticipación  de  los 
hombres  de  todas  las  ideas,  una  situación  política  con  hon- 
da raigambre  en  la  conciencia  nacional. 

Procedamos  con  verdadero  patriotismo  y  ^ín  ofuscado-^ 
nes,  al  cumplimiento  de  nuestros  deberes  cívicos,  llevando 
en  el  pecho  la  voluntad  de  establecer  con  el  señor  Melén- 
dez, un  Gobierno  capaz  de  mantener  la  paz,  de  garantizar 
el  trabajo  y  de  hacer  resplandecer  la  justicia  en  todos  los- 
órdenes  de  la  vida  nacional. 


Lñ  ñORñ  5E  ñPROXimñ 


¡Con  fuerza,  valentía  y  valor! 

Como  titanes  empecemos  nuestro  deber  y  así  terminemos- 
nuestra  santa  y  redentora  obra. 

Como  patriotas,  cumplamos  nuestro  deber,  siendo  nues- 
tra guia  la  ley  y  la  razón! 

Se  aproxima  la  hora  en  que  todo  un  pueblo,  lleno  de 
legitimas  y  honradas  esperanzas  se  agolpará  ante  las  mesas 
dectomles  a  depositar  los  votos  desinteresados  en  la  urna- 


156 


ALBUM  PATRIÓTICO 


-donde  se  decidirá  la  suerte  del  Estado  eligiendo,  no  hay  du- 
-da,  al  esclarecido  patriota  don  CARLOS  MELÉNDEZ  Presi- 
dente de  la  República. 

Temprano  hemos  tocado  latención!  Mas,  cuando  los 
momentos  son  preciosos  y  el  núcleo  social  necesita  de  esta 
voz,  la  prensa  debe  ser  la  primera  en  darla. 

La  inercia  política  de  pasados  tiempos,  toma  hoy  vida, 
se  mueve;  puede  decirse  que  nada  faltaba  para  que  se  trans- 
forme. Los  prestigios  de  nuestro  antiguo  caudillo  señor 
Meléndez,  hacen  que  los  ciudadanos  todos  trabajen  alboro- 
zados de  entusiasmo.  Pocos  meses  faltan  para  que  el  sol 
que  alumbra  sus  regiones  llegue  a  una  nueva  zona. 

La  alternabilidad,  el  cambio  de  nuestro  Gobierno,  que 
el  primero  y  el  más  culminante  de  nuestros  preceptos 
administrativos,  es  el  punto   capital   en   que  cimentamos 
nuestras  palabras  para  lanzarlas  al  conocimiento  del  público. 

El  pueblo,  ese  mártir  sempiterno,  se  mueve,  la  anestesia 
del  oscutarismo  se  disipa;  el  sueño  embrutecedor  del  idiota 
es  reemplazado  por  la  vigilia  del  pensamiento.  Ya  las  auras 
vivificadoras  del  progreso  alimentan  nuestros  sentidos;  que- 
remos ser  libres  y  la  libertad  nos  la  brinda  nuestro  actual 
Gobernante  doctor  don  Alfonso  Quiñónez  M.,  él  encabeza  la 
fuerza  del  patriotismo.  ¡Adelante,  pues,  como  hace  poco 
repitió  Boquín:  Adelante,  el  ciudadano  señor  Meléndez  sabrá 
•con  sabia  mano  dirigir  los  destinos  de  la  Patria  y  garanti- 
:zamos  como  el  señor  Quiñónez  M.  la  hermosa  vida  de  ia 

Don  Carlos  Meléndez  nos  es  conocido  desde  aun  antes 
de  1898,  tenemos  pues,  justas  razones  para  creer  honrada- 
mente en  sus  promesas  Libertad,  Paz,  Progreso  y  Unión  de 
la  familia  salvadoreña. 

Un  ciudadano  como  el  señor  Meléndez,  sin  ambiciones 
de  ningún  género,  es  el  único  llamado  a  la  regeneración  de 
la  Patria  Salvadoreña  en  las  circunstancias  tan  difíciles 
porque  hoy  atravesamos. 

Sin  ambiciones  hemos  dicho,  es  verdad  esa  como  un 
templo;  lo  están  testificando  sus  obras,  sus  hechos,  sus 
ínanifestaciones  expuestas  a  la  consideración  pública  en 
todo  tiempo. 

Traigamos  a  cuentas  y  como  para  mejor  probanza  de 
nuestros  asertos  las  palabras  del  señor  Meléndez  expresadas 
-en  una  carta  el  3  de  agosto  de  1898.  Decía  entonces  el 


157 


AtmJM  PATRÓmCO 


prestigiado  candidato:  «Como  se  lo  he  manifestado  a  U.  y 
a  otros  amigos,  jamás  he  pretendido  puesto  tan  elevado,  como 
el  que  Uds.  me  han  creído  digno  de  desempeñar,  y  por  consi- 
guiente ...  yo  creo,  que  tratándose  de  elegir  al  ciudadana 
que  debe  regir  los  destinos  de  un  país,  es  al  pueblo  a  quien 
toca  juzgar  de  él  .  .  .  porque  francamente  le  diré  que  un  hom- 
bre honrado  solo  puede  sacrificarse  desempeñando  la  prime- 
ra Magistratura  de  la  República,  cuando  ésta  le  es  discernida 
por  el  voto  espontáneo  de  los  pueblos  rin  intrigas  de  nin- 
gún ^nero  »  ^  , 

Queréis  palabras  más  hermosas?  Queréis  probanzas  más 

grandes? 

Razón  muy  sobrada  tiene  el  pueblo  salvadoreño  para 
proclamar  a  los  cuatro  vientos  y,  como  un  solo  hombre,  la 
candidatura  del  distinguido  y  probo  ciudadano  SEÑOR  DOU 

Carlos  meléndez. 

VÍÉJO  MÉLENDISTA. 


EL  PROBLEA/IA  ELECCIONARIO 


Estamos  casi  en  vísperas  de  elegir  al  ciudadano  que 
ha  de  regir  como  Presidente  los  destinos  del  país,  en  el 
próximo  período  de  1915  a  1919. 

Ante  las  circunstancias  económicas  de  carácter  crítico 
que  atraviesa  la  República,  el  patriotismo  ha  comprendida 
perfectamente  que  un  candidato  que  ofrezca  todas  las  ga- 
rantías de  hacer  un  buen  Gobierno,  es  el  que  más  conviene 
a  los  intereses  de  la  Nación. 

Esta  elección,  se  hará  bajo  la  impresión  de  que  la  gue-^ 
rra  europea  ha  venido  a  afectar  profundamente  nuestra  eco-^ 
nomia  nacional,  y  de  que  para  hacer  frente  a  las  consecuencias 
de  esa  situación,  precisa  la  presencia  en  el  Poder  de  un 
hombre  de  honradez  puritana,  que  sume  a  estas  virtudes, 
un  conocimiento  perfecto  de  los  asuntos  financieros  y  una 
firmeza  de  carácter  inquebrantable,  para  salvar  el  crédito 
del  país  dentro  y  fuera  de  la  República. 

En  tiempos  normales  en  los  que  la  cosa  pública  dis- 
curre por  los  cauces  corrientes  de  la  vida  nacional,  es  más- 


158 


ALBOm  PATRÓITICO 

prestigiado  candidato:  «Como  se  lo  he  manifestado  a  U.  y 
a  otros  amigos,  jamás  he  pretendido  puesto  tan  elevado^  como 
el  que  Uds.  me  han  creído  digno  de  desempeñar,  y  por  consi- 
guiente ...  yo  creo,  que  tratándose  de  elegir  al  ciudadana 
que  debe  regir  los  destinos  de  un  país,  es  al  pueblo  a  quien 
toca  juzgar  de  él .  ,  .  porque  francamente  le  diré  que  un  hom- 
bre honrado  solo  puede  sacrificarse  desempeñando  la  prime- 
ra Magistratura  de  la  República,  cuando  ésta  le  es  discernida 
por  el  voto  espontáneo  de  los  pueblos  sin  intrigas  de  nin- 
gún género 

Queréis  palabras  más  hermosas?  Queréis  probanzas  mas 
grandes? 

Razón  muy  sobrada  tiene  el  pueblo  salvadoreño  para 
proclamar  a  los  cuatro  vientos  y,  como  un  solo  hombre,  la 
candidatura  del  distinguido  y  probo  ciudadano  SEÑOR  DON 
Carlos  Meléndez. 

Viejo  Melendista. 


EL  PROBLEMA  ELECCIONARIO 


Estamos  casi  en  vísperas  de  eleL^ir  al  ciudadano  que 
ha  de  regir  como  Presidente  los  destinos  del  país,  en  el 
próximo  período  de  1915  a  1919. 

Ante  las  circunstancias  económicas  de  carácter  critico 
que  atraviesa  la  República,  el  patriotismo  ha  comprendido 
perfectamente  que  un  candidato  que  ofrezca  todas  las  ga- 
rantías de  hacer  un  buen  Gobierno,  es  el  que  más  conviene 
a  los  intereses  de  la  Nación. 

Esta  elección,  se  hará  bajo  la  impresión  de  que  la  gue- 
rra europea  ha  venido  a  afectar  profundamente  nuestra  eco- 
nomía nacional,  y  de  que  para  hacer  frente  a  las  consecuencias 
de  esa  situación,  precisa  la  presencia  en  el  Poder  de  un 
hombre  de  honradez  puritana,  que  sume  a  estas  virtudes, 
un  conocimiento  perfecto  de  los  asuntos  financieros  y  una 
firmeza  de  carácter  inquebrantable,  para  salvar  el  crédito 
del  país  dentro  y  fuera  de  la  República. 

En  tiempos  normales  en  los  que  la  cosa  pública  dis- 
curre por  los  cauces  corrientes  de  la  vida  nacional,  es  más- 


158 


ALBUM  PATRIÓTICO 


O  menos  aceptable,  que  bastan  las  buenas  intenciones,  para 
conducir  bien  las  funciones  gubernamentales. 

Mas,  cuando  como  ahora  las  fuentes  de  la  producción  na- 
cional, el  comercio  y  las  industrias  sufren  parálisis  aguda,  se 
requiere  en  la v Presidencia  a  un  hombre  de  probado  patrio- 
iismo  y  reconocida  competencia  en  los  negocios,  para  que 
pueda  liquidar  con  ventaja  los  efectos  lamentables  de  €^ta 
•crisis  económico- financiera. 

Con  plausible  acierto  los  pueblos  han  puesto  sus  o]os 
en  don  Carlos  Meléndez,  cuyas  ideas  sobre  la  administración 
y  actuación  en  la  cosa  pública,  son  bien  conocidas,  para 
no  dejar  dudas  de  que  su  dirección  en  los  asuntos  dei 
Estado,  será  siempre  de  positivo  beneficio  para  los  pueblos. 

La  situación  económica  de  El  Salvador  es  sumamente  de- 
licada,—precisa  que  un  hombre  de  una  gran  altura  moral 
y  de  gran  responsabilidad,  como  don  Carlos  Meléndez,  a- 
poyado  por  la  opinión  general  del  país,  asuma  la  dirección 
de  los  negocios  públicos,  para  que  al  amparo  de  la  paz 
restauremos  las  ingentes  pérdidas  que  hoy  sufre  la  riqueza 

pública.  .  , 

Todo  parece  concertarse,  para  conseguir  que  los  co- 
midos surja  un  Gobierno  digno  de  la  confianza  de  todos 
los  salvadoreños,  y  capaz  de  iniciar  una  era  de  reconcilia- 
■<ión  que  haga  fructuosa  la  paz  y  las  labores  del  trabajo. 

Los  partidos,  las  banderías,  que  en  otra  época  estuvieron 
en  campos  opuestos,  han  aceptado  con  muy  buen  sentido 
las  candidaturas  Meléndez -Quiñónez,  y  ello  es  el  mejor  au- 
gurio de  que  no  habrá  ni  vencidos  ni  vencedores  en  el 

.actual  debate  eleccionario. 

'  El  Demócrata,"^omo  su  nombre  lo  indica,— pertenece 
a  las  filas  de  la  más  amplia  democracia,  y  aparece  en  el 
campo  de  la  publicidad  para  contribuir  con  su  grano  de 
4irena  a  la  obra  patriótica  de  sacar  triunfante  de  los  comi- 
cios a  la  candidatura  Meléndez-Quiñónez,  que  representa 
las  más  nobles  aspiraciones  del  pueblo  salvadoreño. 

El  papel-moneda  es  la  puerta  abierta  para  todos  los 
agios  para  todos  los  negocios  turbios,  es  la  muerte  del 
crédito  interior  y  exterior,  es  la  incertidumbre  de  todos  los 
negocios  porque  nadie  sabe  el  precio  de  lo  que  tiene.  ^ 
Y  es  tanto  menos  comprensible  la  actitud  del  Gobierno 
•  .de  Costa  Rica,  por  cuanto  que  los  Bancos  de  aquel  pafe 
<iue  gozan  de  la  plena  confianza  del  público,  ofrecieron  al 


160 


ALBUM  PATRIÓTICO 


sobredicho  Gobierno,  la  emisión  de  tres  millones  de  colo- 
nes respaldados  por  el  crédito  del  Estado,  cobrando  solo 
el  interés  de  un  6  Vo  anual,  medida  que  no  dudamos  hubiera 
evitado  el  advenimiento  del  papel-moneda. 

Con  todo  y  que  nuestra  situación  está  lejos  de  la  nor- 
malidad económica,  vamos  conllevando  poco  a  poco  la  crisis 
sin  graves  trastornos,  ni  accidentes,  y  muy  ajenos  de  llegar 

al  papel -moneda.  .  ^  .  . 

Las  disposiciones  dictadas  por  el  Gobierno  del  sellor 
Meléndez  y  las  de  su  sucesor  el  Dr.  Quifiónez  M.,  dentro  de 
lo  posible,  han  contenido  el  pánico  y  mantienen  en  gran 
parte  el  curso  de  las  transacciones,  sin  gravámenes  que 
comprometan  demasiado  el  porvenir. 

Y  para  que  se  vea  que  no  juzgamos  extraviadamente, 
léase  lo  que  nos  dice  un  alto  personaje  de  Costa  Rica  a 
propósito  de  la  situación  financiera  de  aquella  República: 

«Lo  que  más  alarma  y  pena  ha  causado  aquí,  es  el 
desquiciamiento  del  principio  de  no  emitir  el  Gobierno, 
sostenido  durante  muchísimos  años  y  a  través  de  todas  las 
circunstancias  con  magníficos  resultados.^ 

« Más  feliz  y  más  previsor  el  señor  Presidente  Meléndez 
y  con  un  espirita  verdaderamente  financiero,  pudo  sabfwr  ese 
interesantísimo  punto  en  su  patria.» 

Un  gobierno  que  se  halle  penetrado  de  que  su  deber 
primordial  es  gobernar  dentro  de  los  principios  de  la  justicia, 
tiene  que  ser  conservador  en  materia. 

En  ese  concepto,  no  solo  ha  de  abstenerse  de  ejecutar 
actos  que  tiendan  a  alterar  el  medio  circulante,  sino  que  si 
se  efectúan  alteraciones  por  causas  ajenas  a  su  voluntad,  se 
apresurará  a  adoptar  las  medidas  para  restablecer  el  valor 
ele  aciue] 

Por  eso  el  Gobierno  del  señor  Meléndez  dictó  el  De- 
creto del  10  de  agosto,  para  conservar  los  mismos  instru- 
mentos de  cambio  y  no  introducir  un  trastomo  «i  las 

relaciones  económicas.  .        ^   ^    i      t  ^  c 

Nunca  lamentarán  los  ticos  lo  bastante  los  efectos  de- 
sastrosos que  ha  de  causarles  el  papel -moneda.  Si  bien  es 
cierto  que  con  éste  se  favorece  a  la  agricultura,  porque  baja 
el  precio  de  los  salarios,  no  es  menos  verdadero  que  el 
papel -moneda  beneficia  a  una  parte  de  la  población,  con  da- 
ño gravísimo  de  los  empleados,  de  los  obreros,  de  los  ren- 
tistas y  aun  del  comercio  en  las  operaciones  a  plazo.  Es 


¡1 


161 


ALBUM  PATRIÓTICO 

una  expoliación  de  una  mitad  de  la  Nación  en  contra 
la  otra. 

El  caso  de  nuestra  situación  financiera  es  completa- 
mente distinto,  porque  nuestro  billete  tiene  la  confianza  del 
público  con  la  garantía  de  la  plata,  y  con  un  poco  de  pa- 
triotismo de  parte  de  los  capitalistas,  bien  puede  salvarse 
la  crisis  sin  gran  daño  para  la  producción  nacional. 

Con  las  oportunas  providencias  dadas  por  los  Sres. 
Meléndez-Quiñónez  M.,  lentamente  han  vuelto  a  su  relativo 
equilibrio  las  transacciones,  y  aunque  con  estrecheces  esta- 
mos muy  distantes  de  sufrir  la  injusticia,  la  pobreza  y  la 
miseria,  que  ha  de  acarrear  fatalmente  a  Costa  Rica  ese 
Banco  Internacional  de  que  hicimos  mención. 

El  ejemplo,  pues,  citado  por  el  critico  de  nuestra  situa- 
ción financiera,  no  cala  ni  con  mucho,  y  forzoso  es  que  se 
admita  que  en  El  Salvador  se  ha  puesto  en  práctica  me- 
didas de  defensa,  inspiradas  en  un  espíritu  verdaderamente 
financiero. 

COLBERT. 


ELECClOnES  PRESIDEHCIñLES 


Apréstese  el  pueblo  salvadoreño  a  hacer  uso  de  los 
derechos  que  nuestra  Carta  Fundamental  le  otorga,  cual  es 
el  de  elegir  libremente  a  la  persona  que  deba  regir  los  des- 
tinos de  la  Patria,  durante  el  periodo  constitucional  que  co- 
mienza en  1915  y  termina  en  1919. 

Todos  hemos  puesto  nuestros  ojos  y  nuestro  corazón 
en  don  Carlos  Meléndez,  bien  convencidos  de  que  sabrá  corres- 
ponder, como  ya  lo  ha  demostrado,  a  la  confianza  que  en 
él  deposita  el  pueblo,  al  designarle  y  proclamarle  su  único 
candidato  para  el  próximo  lapso  presidencial. 

Bien  conocida  es  de  todos  la  labor  política  y  adminis- 
trativa del  señor  Meléndez:  atinada,  prudente,  juiciosa  y,  a 
la  vez,  enérgica. 

La  agricultura,  fuente  principal  y  poderosa  de  nuestra 
riqueza  pública,  ha  merecido  siempre  de  su  parte  la  mejor 
atención,  facilitando  al  indigente,  de  manera  generosa  y  gra- 


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AtBUM  PATRIÓTICO 

una  expoliación  de  una  mitad  de  la  Nación  en  contra 
la  otra. 

El  caso  de  nuestra  situación  financiera  es  completa- 
mente distinto,  porque  nuestro  billete  tiene  la  confianza  del 
público  con  la  garantía  de  la  plata,  y  con  un  poco  de  pa- 
triotismo de  parte  de  los  capitalistas,  bien  puede  salvarse 
la  crisis  sin  gran  daño  para  la  producción  nacional. 

Con  las  oportunas  providencias  dadas  por  los  Sres. 
Meléndez-Quiñónez  M.,  lentamente  han  vuelto  a  su  relativo 
equilibrio  las  transacciones,  y  aunque  con  estrecheces  esta- 
mos muy  distantes  de  sufrir  la  injusticia,  la  pobreza  y  la 
miseria,  que  ha  de  acarrear  fatalmente  a  Costa  Rica  ese 
Banco  Internacional  de  que  hicimos  mención. 

El  ejemplo,  pues,  citado  por  el  crítico  de  nuestra  situa- 
ción financiera,  no  cala  ni  con  mucho,  y  forzoso  es  que  se 
admita  que  en  El  Salvador  se  ha  puesto  en  práctica  me- 
didas de  defensa,  inspiradas  en  un  espíritu  verdaderamente 
financiero. 

COLBERT, 


ELECCIOneS  PRESIDEnriñLES 


Apréstese  el  pueblo  salvadoreño  a  hacer  uso  de  los 
derechos  que  nuestra  Carta  Fundamental  le  otorga,  cual  es 
el  de  elegir  libremente  a  la  persona  que  deba  regir  los  des- 
tinos de  la  Patria,  durante  el  periodo  constitucional  que  co- 
mienza en  1915  y  termina  en  1919. 

Todos  hemos  puesto  nuestros  ojos  y  nuestro  corazón 
en  don  Carlos  Meléndez,  bien  convencidos  de  que  sabrá  corres- 
ponder, como  ya  lo  ha  demostrado,  a  la  confianza  que  en 
él  deposita  el  pueblo,  al  designarle  y  proclamarle  su  único 
candidato  para  el  próximo  lapso  presidencial. 

Bien  conocida  es  de  todos  la  labor  política  y  adminis- 
trativa del  señor  Meléndez:  atinada,  prudente,  juiciosa  y,  a 
la  vez,  enérgica. 

La  agricultura,  fuente  principal  y  poderosa  de  nuestra 
riqueza  pública,  ha  merecido  siempre  de  su  parte  la  mejor 
atención,  facilitando  al  indigente,  de  manera  generosa  y  gra- 


162 


N 
C 


ALBUM  PATRIÓTICO 

tuita,  tierra  para  sus  siembras,  y  allanando  dificultades  a  los 
agricultores  en  grande  escala,  para  la  pronta  siembra  y  le- 
vantamiento de  cosechas;  consiguiendo  notables  rebajas  en 
los  fletes  para  la  exportación,  y  ayudando,  en  fin,  a  todo 
agricultor,  hasta  donde  la  razón  y  la  justicia  aconsejan. 

El  comercio,  durante  su  gobierno,  se  mantuvo  firme  e 
hizo  importantes  transacciones,  benéficas  para  compradores  y 
vendedores,  reduciendo  las  alcabalas  de  los  artículos  de  pri- 
mera necesidad  y  suprimiendo  el  pago  de  derechos  sobre 
ciertos  artículos  de  procedencia  centroamericana,  incluyendo 
la  suela  para  zapatos  en  beneficio  de  nuestro  gremio  obre- 
ro, que  siempre  ha  merecido  de  él  toda  clase  de  considera- 
ciones, y  de  los  consumidores  en  general. 

El  tino  y  acierto  con  que  tratara  los  asuntos  políticos 
que  en  su  tiempo  le  tocara  resolver,  le  recomiendan  alta- 
mente, y  le  dan,  desde  luego,  gran  prestigio  como  mantenedor 
de  la  paz,  sin  la  cual  no  hay  vida  republicana  posible. 

La  atención  que  supo  prestar  a  los  establecimientos  de 
1)eneficencia  pública,  la  que  prestó  al  ejército,  principal  sos- 
tenedor de  nuestras  instituciones  políticas,  a  la  ensefíanza, 
a  las  industrias,  a  la  ciencia  y  a  las  artes  en  general,  le 
hacen  aparecer  como  un  hombre  superior,  que  hará,  a  no 
dudarlo,  la  felicidad  relativa,  pero  cierta,  de  este  hermoso 
país  centroamericano,  que  está  llamado  a  ocupar  puesto 
prominente  en  el  concierto  de  todas  las  demás  naciones  ci- 
vilizadas del  Universo. 

Preparémonos,  pues,  para  ir  en  el  momento  oportuno 
que  se  aproxima,  a  depositar  en  las  urnas  electorales  nues- 
tro voto  por  él,  con  la  seguridad  de  que  no  habremos,  en 
lo  sucesivo,  de  arrepentimos,  como  en  muchas  ocasiones 
nos  ha  sucedido,  sino,  por  el  contrario,  de  felicitarnos 
siempre. 

RODOLFO  Soria. 


ELECCIONES  DE  ALTOS  PODERES 

CANDIDATURA  PRESIDENCIAL 


Casi  siempre  que  en  El  Salvador  se  ha  planteado  el  pro- 
blema de  las  elecciones  presidenciales,  han  levantado  su 
deforme  cabeza  la  hidra  de  la  guerra  civil  o  el  espectro 


164 


Una  vista  del  puerto  y  muelle  de  Acajutla. 


Entrada  a  la  isla  de  Meanguera. 


ALBUM  PATRIÓTICO 


tuita,  tierra  para  sus  siembras,  y  allanando  dificultades  a  los 
agricultores  en  grande  escala,  para  la  pronta  siembra  y  le- 
vantamiento de  cosechas;  consiguiendo  notables  rebajas  en 
los  fletes  para  la  exportación,  y  ayudando,  en  fin,  a  todo 
agricultor,  hasta  donde  la  razón  y  la  justicia  aconsejan. 

El  comercio,  durante  su  gobierno,  se  mantuvo  firme  e 
hizo  importantes  transacciones,  benéficas  para  compradores  y 
vendedores,  reduciendo  las  alcabalas  de  los  artículos  de  pri- 
mera necesidad  y  suprimiendo  el  pago  de  derechos  sobre 
ciertos  artículos  de  procedencia  centroamericana,  incluyendo 
la  suela  para  zapatos  en  beneficio  de  nuestro  gremio  obre- 
ro, que  siempre  ha  merecido  de  él  toda  clase  de  considera- 
ciones, y  de  los  consumidores  en  general. 

El  tino  y  acierto  con  que  tratara  los  asuntos  políticos 
que  en  su  tiempo  le  tocara  resolver,  le  recomiendan  alta- 
mente, y  le  dan,  desde  luego,  gran  prestigio  como  mantenedor 
de  la  paz,  sin  la  cual  no  hay  vida  republicana  posible. 

La  atención  que  supo  prestar  a  los  establecimientos  de 
beneficencia  pública,  la  que  prestó  al  ejército,  principal  sos- 
tenedor de  nuestras  instituciones  políticas,  a  la  enseñanza, 
a  las  industrias,  a  la  ciencia  y  a  las  artes  en  general,  le 
hacen  aparecer  como  un  hombre  superior,  que  hará,  a  no 
dudarlo,  la  felicidad  relativa,  pero  cierta,  de  este  hermoso 
país  centroamericano,  que  está  llamado  a  ocupar  puesto 
prominente  en  el  concierto  de  todas  las  demás  naciones  ci- 
vilizadas del  Universo. 

Preparémonos,  pues,  para  ir  en  el  momento  oportuno 
que  se  aproxima,  a  depositar  en  las  urnas  electorales  nues- 
tro voto  por  él,  con  la  seguridad  de  que  no  habremos,  en 
lo  sucesivo,  de  arrepentimos,  como  en  muchas  ocasiones 
nos  ha  sucedido,  sino,  por  el  contrario,  de  felicitarnos 
siempre. 

Rodolfo  Soria. 


ELECCIONES  DE  ALTOS  PODELES 

CANDIDATURA  PRESIDENCIAL 


Casi  siempre  que  en  El  Salvador  se  ha  planteado  el  pro- 
blema de  las  elecciones  presidenciales,  han  levantado  su 
deforme  cabeza  la  hidra  de  la  guerra  civil  o  el  espectro 


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Una  vista  del  puerto  y  muelie  de  Acajutla. 


Entrada  a  la  isla  de  Meanguera. 


ALBUM  PATRIÓTICO 


sangriento  de  las  sublevaciones  armadas:  casi  siempre  ha 
tronado  la  Prensa  y  se  ha  sacudido  frenética  la  Tribuna 
como  anunciando  la  tempestad.  Y  ha  sido  cosa  de  ver  el 
oleaje  vertiginoso  de  las  intrigas  y  pretensiones  más  incon- 
sultas, yendo  y  viniendo  en  la  superficie  de  los  negocios 
públicos. 

Afortunadamente,  lo  mismo  que  los  hombres,  llegan  los 
pueblos  a  cierta  época  de  madurez,  en  que  su  criterio  se 
encauza  y  se  desliza  sosegadamente  buscando  las  pendientes 
más  suaves,  huyendo  de  los  precipicios  que  abren  a  su  paso 
la  intriga  ruin  y  la  ambición  desapoderada,  que  casi  siem- 
pre se  resuelven  en  hecatombes  sangrientas. 

La  gran  mayoría  de  los  salvadoreños  ha  llegado  a 
comprender,  después  de  tanto  sufrir,  que  las  revoluciones 
son  enfeimedades  graves  que  sacuden  el  organismo  nacional 
V  dejan  huellas  profundas  en  la  fisonomía  augusta  de  la 
Patria.  Y  descrédito,  y  bancarrota,  desiiución  e  incertidumbre 
en  todas  las  operaciones  de  la  vida  nacional. 

El  Salvador,  después  de  tanto  bregar  en  la  pendiente 
resbaladiza  que  conduce  hacia  la  cima  de  su  regeneración, 
ha  conseguido  mitigar  el  fuego  de  sus  pasiones;  ha  echado 
en  olvido  los  viejos  resabios  de  los  partidos  que  un  día  se 
disputaron  el  poder,  y  busca  hoy  en  el  seno  de  una  paz 
digna  y  estable  de  lo  que  no  pudo  nunca  ni  podía  esperar 
de  las  revoluciones  insensatas. 

De  ahí  que  estemos  en  la  actualidad  presenciando  un 
fenómeno  sociológico  tan  sorprendente  cuanto  raarnifico:  todo 
el  pueblo  salvadoreño,  cual  si  le  animara  un  solo  espíritu, 
ha  llegado  hasta  las  vísperas  de  la  época  eleccionaria,  sin 
pronunciar  una  voz  altisonante  que  viniera  a  turbar  el  con- 
cierto general. 

Y  es  que  priva  en  lo  íntimo  de  la  conciencia  nacional, 
la  creencia  de  que  conviene  a  los  altos  intereses  de  la  Re- 
pública, llevar  al  solio  presidencial,  por  medio  del  sufragio 
libre  y  sin  trabas,  al  conspicuo  ciudadano  don  CARLOS  ME- 
LÉNDEZ,  durante  el  período  de  1915  a  1919,  por  ser  el 
hombre  único  que  en  la  época  presente  puede  llevar  al  solio 
del  Poder  el  olivo  de  la  Paz  y  las  palmas  del  Progreso. 
Esto  sea  dicho  sin  desdoro  de  la  conducta  acrisolada  y 
enérgica  que,  durante  el  lapso  de  su  administración  interina 
ha  venido  observando  el  Dr.  Alfonso  Quiñónez  M.,  quien 
identificado  en  ideas  y  principios  con  el  señor  Meléndez» 


166 


ALBUM  PATRIÓTICO 

ha  continuado,  sin  apartarse  en  un  punto,  la  sólida  y  her- 
mosa senda  que  abrió  éste  a  la  administración  pública 
salvadoreña,  durante  la  época  difícil  en  que,  con  ocasión 
de  un  trágico  suceso,  de  todos  conocido  y  generalmente 
lamentado,  cúpole  la  suerte  de  dirigir  con  mano  finme  los 
destinos  de  la  Nación. 


LA  VOLUNTAD  POPULAR  EXPRESADA 
EN  LOS  CXDMiaOS  ELECTORALES 


NO  HAN  SIDO  DEFRAUDADAS  LAS  ESPERANZAS  Y  PROPÓSITOS  ML  PARTIDO 
MELENDISTA  AL  CONFIAR  AL  VOTO  DE  LA  NACIÓN  LA  ELECCIÓN 
ESPONTÁNEA  DE  SUS  CANDIDATOS. 


De  conformidad  con  lo  que  ordena  la  Ley  electoral  se 
verificaron  en  los  días  señalados,  en  todas  las  poblaciones 
de  los  catorce  departamentos  de  la  República,  las  elecciones 
de  Altos  Poderes,  en  medio  del  mayor  orden  y  tranquilidad. 

Están  convencidos  nuestros  conciudadanos  de  que  la 
mejor  prueba  de  civilidad  y  de  práctica  republicana,  es  con- 
currir a  los  comicios  a  dar  el  voto  espontáneo  por  las  per- 
sonas que  crean  lo  merecen,  sin  ocurrir  a  bochinches  ni  a 
demostraciones  de  mal  tono  que  dan  una  triste  idea  del 
pueblo  que  los  practica. 

Si  somos  ciudadanos  de  un  pueblo  libre,  nada  nos  cues- 
ta dar  nuestro  voto  por  quien  queramos  con  expresión  tran- 
quila y  serena,  sin  que  sea  necesario  para  ello  mostrar  enojo 
e  impedir  que  otros  voten  en  contrario. 

Esa  práctica  ha  demostrado  siempre  un  exclusivismo 
pernicioso  que  ha  traído  deplorables  consecuencias,  y  nos  ha 
llevado  siempre  a  seguir  la  corriente  del  caudillaje,  precur- 
sora de  las  tiranías  más  oprobiosas. 

En  la  presente  ocasión,  por  fortuna  para  la  patria,  he- 
mos demostrado  que  las  lecciones  del  pasado  no  han  sido 
estériles  y  han  sido  de  provechosa  enseñanza  para  lo  futu- 
ro, alejándonos  de  falsos  espejismos,  y  haciéndonos  prácti- 
cos para  elegir  personas  que  sean  dignas  de  ocupar  los  ele- 
vados puestos  de  la  República. 

El  señor  don  Garios  Meléndez  y  el  Dr.  don  Alfonso 


167 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Quiñónez  Molina,  han  sido  elegidos,  por  mayoría  abruma- 
dora, para  Presidente  el  primero  y  Vicepresidente  el  se- 
gundo, en  el  periodo  de  cuatro  años  que  se  inicia  en  mar- 
zo entrante. 

Los  sefiores  Diputados  a  la  Asamblea  Nacional  han  si- 
do seleccionados  dentro  del  grupo  más  respetable  de  los 
ciudadanos  de  los  14  departamentos  de  la  República,  y  han 
sido  favorecidos  por  el  voto  popular. 

En  otra  sección  de  este  semanario  damos  cuenta  deta- 
llada de  las  votaciones  generales  en  toda  la  Nación  y  del 
total  de  votos  obtenidos  por  nuestros  candidatos. 

Damos  gracias  a  la  Providencia  por  el  resultado  obte- 
nido, que  augura  para  la  patria  cuatro  afios  de  paz,  progre- 
so y  libertad  en  todas  sus  manifestaciones. 

FRANCISCO  ZALDlVAR. 


LA  ELECCION   DE  LOS  SEÑOREAS 
MELLENDEZ  Y  QUIN0NE:Z  M. 


MIRADA,  RCTRO«P»KOXIVA 


Anteayer  terminaron  en  el  país  las  elecciones  de  auto- 
ridades supremas  del  presente  aflo  y  las  de  Presidente  y 
Vicepresidente  de  la  República,  en  favor  de  don  Carlos 
Meléndez  y  del  Dr.  don  Alfonso  Quiflónez  Molina,  para  el 
período  de  1915  a  1919. 

A  los  comicios  han  concurrido  gran  número  de  ciuda- 
danos durante  los  tres  días  señalados  al  efecto,  en  perfecto 
orden  y  con  verdadero  entusiasmo,  para  consagrar  con  sus 
votos  la  constitución  de  un  gobierno  de  leyes,  propulsor  del 
progreso,  mantenedor  de  la  paz  y  de  la  justicia,  y  prenda 
de  la  concordia  y  de  concierto  de  todos  los  salvadoreños. 

El  proceso  eleccionario  que  acaba  de  finalizar,  marca  un 
progreso  indiscutible  en  nuestras  costumbres  republicanas, 
y  es  índice  clarísimo  xle  las  legítimas  aspiraciones  del  pue- 
blo en  pro  de  la  paz  y  del  orden,  condiciones  indispensa* 
bles  para  alcanzar  la  felicidad  de  las  colectividades. 

En  el  orden  lógico  de  los  acontecimientos  de  El  Salvador, 
los  hombres  llamados  al  Gobierno  de  la  República,  eran  in- 


168 


ALBUM  PATRIÓTICO 

Quiñónez  Molina,  han  sido  elegidos,  por  mayoría  abruma- 
dora, para  Presidente  el  primero  y  Vicepresidente  el  se- 
gundo, en  el  período  de  cuatro  años  que  se  inicia  en  mar- 
zo entrante. 

Los  señores  Diputados  a  la  Asamblea  Nacional  han  si- 
do seleccionados  dentro  del  grupo  más  respetable  de  los 
ciudadanos  de  los  14  departamentos  de  la  República,  y  han 
sido  favorecidos  por  el  voto  popular. 

En  otra  sección  de  este  semanario  damos  cuenta  deta- 
llada de  las  votaciones  generales  en  toda  la  Nación  y  del 
total  de  votos  obtenidos  por  nuestros  candidatos. 

Damos  gracias  a  la  Providencia  por  el  resultado  obte- 
nido, que  augura  para  la  patria  cuatro  años  de  paz,  progre- 
so y  libertad  en  todas  sus  manifestaciones. 

FRANCISCO  ZALDÍVAR. 


LA  ELECCION  DE  LOS  SENOREIS 
ME^LENDEZ  Y  QUIÑ0NE:Z  M. 


MIRADA  RETFIOeF>KOTtVA 


Anteayer  terminaron  en  el  país  las  elecciones  de  auto- 
ridades supremas  del  presente  año  y  las  de  Presidente  y 
Vicepresidente  de  la  República,  en  favor  de  don  Garios 
Meléndez  y  del  Dr.  don  Alfonso  Quiñónez  Molina,  para  el 
periodo  de  1915  a  1919. 

A  los  comicios  han  concurrido  gran  número  de  ciuda- 
danos durante  los  tres  dias  señalados  al  efecto,  en  perfecto 
orden  y  con  verdadero  entusiasmo,  para  consagrar  con  sus 
votos  la  constitución  de  un  gobierno  de  leyes,  propulsor  del 
progreso,  mantenedor  de  la  paz  y  de  la  justicia,  y  prenda 
de  la  concordia  y  de  concierto  de  todos  los  salvadoreños. 

El  proceso  eleccionario  que  acaba  de  finalizar,  marca  un 
progreso  indiscutible  en  nuestras  costumbres  republicanas, 
y  es  índice  clarisimo  de  las  legítimas  aspiraciones  del  pue- 
blo en  pro  de  la  paz  y  del  orden,  condiciones  indispensa- 
bles para  alcanzar  la  felicidad  de  las  colectividades. 

En  el  orden  lógico  de  los  acontecimientos  de  El  Salvador, 
los  hombres  llamados  al  Gobierno  de  la  República,  eran  in- 


1 


168 


ALBUM  PATRIÓTICO 

dudablemente  don  Carlos  Meléndez  y  el  Dr.  Quiñónez  Mo- 
lina, espíritus  conciliadores  y  civilistas,  ajenos  a  los  odios  y 
disidencias  ciegas  de  tiempos  pretéritos,  y  con  positivos 
prestigios  en  los  distintos  sectores  de  la  sociedad  salvadoreña. 

¿Nó  fué  don  Carlos  Meléndez  candidato  de  grandes  nú- 
cleos de  opinión  desde  el  año  de  1899,  proclamado  por  ele- 
mentos sanos  alentadores  de  una  reforma  administrativa 
desde  aquella  época? 

¿Nó  fué  don  Carlos  Meléndez  el  hombre  ideal  por  quien 
trabajaron  desde  aquel  entonces  todos  los  hombres  patriotas 
de  El  Salvador,  y  por  quien  suspiraba  la  juventud  por  llevarlo 
a  la  silla  presidencial?  ¿Nó  era  el  nombre  de  Meléndez  el 
símbolo  y  estandarte  de  una  nueva  vida  para  la  Nación, 
desde  aquellos  tiempos  en  que  su  nombre  limpio,  citado  co- 
mo ejemplo  de  alta  dudadania,  fue  victoreado  por  muchos 
salvadoreños? 

Pues  si  ello  fue  así,  y  la  República  alienta  los  mismos 
anhelos  de  cultura  y  civilización,  ¿a  quién  puede  sorpren- 
der que  el  problema  eleccionario  haya  discurrido  por  los 
cauces  de  la  razón  y  el  buen  sentido  y  un  ciudadano  de 
tanto  crédito  como  el  señor  Meléndez,  haya  sido  electo  por 
el  voto  espontáneo  de  los  pueblos  y  para  rector  de  la  Nación? 

Los  prestigios  de  don  Carlos  Meléndez  estaban  aquila- 
tados por  el  tiempo;  su  figura  de  hombre  público  honrado, 
se  destacaba  siempre  límpida  y  esplendorosa  en  la  mente 
de  los  pueblos;  y  por  eso  su  ascenso  a  la  primera  MagiSr 
tratura,  ha  sido  plácida  y  tranquila,  como  un  amanecer  de 
de  oro»  en  la  vida  de  El  Salvador. 

Con  esos  antecedentes,  no  es  aventurado  ni  utópico  pre- 
decir, que  El  Salvador  se  halla  abocado  a  un  periodo  de  paz 
fecunda,  de  renacimiento  de  su  vitalidad  económica,  de  re- 
constitución de  las  fuentes  de  su  riqueza  y  el  bienestar  y 
adelanto  en  todos  los  órdenes  de  la  vida  nacional,  asegura- 
dos de  hecho,  con  la  elección  acertada  de  los  señores  Melén- 
dez y  Quiñónez  Molina. 

Por  grandes  que  sean  los  efectos  adversos  de  esta  cri- 
sis que  atravesamos,  la  presencia  de  don  Carlos  Meléndez 
en  el  Poder,  vigorizará  poderosamente  la  producción  y  el 
trabajo  nacional,  porque  cesará  la  estancación  de  los  ca- 
pitales sustraídos,  de  la  circulación  ante  las  visicitudes  de 
nuestra  crisis  política. 

Asegurada  la  paz,  un  aliento  de  nueva  vida,  llevará  a 


170 


ALBUM  PATmÓTlCO 


todos  los  ámbitos  del  país  un  firme  sentimiento  de  confianza, 
y  los  hombres  reasumirán  tranquilos  las  faenas  del  trabajo. 

Al  patriotismo  salvadoreño,  a  todas  las  agrupaciones  y 
elementos  políticos,  compete  rodear  sin  envidias  ni  rencores 
al  Sr.  Meléndez,  acatando  asi  los  mandatos  de  la  ley,  para 
afianzar  la  tranquilidad  y  la  paz  de  la  República. 

No  implica  que  quien  rodea  a  un  Gobierno  que  surge 
de  las  elecciones  descienda  al  servilismo:  la  obligación  de 
todo  ciudadano  consciente  es  contribuir  por  las  vias  legales 
a  encarrilar  al  país  a  su  engrandecimiento  y  a  asegurar  la 
prosperidad  de  la  Nación. 

Una  vez  verificada  una  elección,  extrictamente  honrada, 
como  la  que  llevará  al  solio  presidencial  al  Sr.  Meléndez, 
han  de  desaparecer  los  odios  y  enconos,  y  el  patriotismo  ha 
de  respetarla  y  acataria,  obedeciendo  a  los  mandatos  de  la 
Constitución. 

* 

Según  los  datos  numéricos  y  auténticos,  que  publicamos  a 
continuación  los  señores  Meléndez  y  Quiñónez  Molina,  han 
obtenido  en  la  República,  faltando  varios  pueblos,  143,136  vo- 
tos efectivos,  reales;  suma  que  evidencia  sin  lugar  a  duda, 
que  el  pueblo  salvadoreño  ha  concurrido  en  su  casi  totali- 
•dad  a  este  debate  eleccionario,  con  plena  conciencia  de  la 
alta  significación  que  reviste  la  elección  de  los  candidatos 
-del  melendismo. 

No  registra  la  historia  electoral  de  El  Salvador  una  elec- 
ción en  que  un  candidato  presidencial  haya  alcanzado  tal 
número  de  votos,  y  bien  podemos  lanzar  á  la  publicidad 
esta  afirmación  sin  temor  de  ser  desmentidos,  porque  hemos 
comprobado  esta  comparación  con  los  registros  respectivos, 
con  una  ventaja  moral  de  gran  peso  para  la  propaganda 
melendista,  cual  es,  la  de  que  no  se  ha  hecho  uso  de  fraudes, 
ni  cohechos  o  suplantaciones,  que  siempre  desdoran  las  me- 
jores victorias  del  sufragio  universal. 

Esa  conducta  de  los  electores  salvadoreños,  es  un  galar- 
dón excelso  para  don  Garios  Meléndez  y  para  el  Dr.  Qui- 
ñónez Molina,  que  presta  a  esta  elección  el  carácter  de  un 
hermoso  acontecimiento  nacional,  digno  de  conservarse  eter- 
namente en  la  memoria  de  las  fuerzas  democráticas  de  El 
Salvador. 


171 


ALBUM  PATRIÓTICO 

De  uno  a  otro  extremo  de  la  República,  vibra  entusias- 
ta el  salmo  de  la  paz;  y  augurios  de  venturas  para  la  Patria 
se  escapan  de  todos  los  nobles  pechos  de  los  patriotas,  que 
ansian  la  felicidad  de  nuestro  suelo. 

Hagamos  fervientes  votos  por  que  este  ambiente  de  sim- 
patía que  ha  circundado  a  la  figura  procerctsa  de  don  Carlos 
Meléndez,  como  candidato,  le  sea  perdurable  como  Presiden- 
te de  El  Salvador,  para  la  gloria,  para  la  paz  y  para  la 
grandeza  de  la  Patria! 


KESUPvGlMIENTO 


AI  ciudadano  Presidente  de  la 
República,  don  Carlos  Meléndez, 
candidato  en  1898  a  la  Goberna- 
ción del  Estado  Federal  de  C.  A. 

Salvando  los  abismos  de  la  historia, 
en  un  tropel  piafante  de  clamores, 
acuden  al  crisol  de  mi  memoria, 
recuerdos  que  se  bañan  de  fulgores 
con  los  lampos  de  luz  que  da  la  gloría. 
Fue  el  98.  Fecha  gloriosa 
que  dio  vida  a  un  hermoso  pensamiento, 
y  que  fué  de  la  Unión  resurgimiento, 
cual  una  aurora  tropical,  hermosa. 

A  los  claros  magníficos  del  día, 
■    en  medio  de  sonora  clarinada, 
el  Pendón  Federal,  insignia  amada,, 
a  los  vientos  flotó  con  gallardía. 

Los  cinco  pueblos  en  estrecho  lazo, 
se  unieron  en  sentires  y  pensares; 
y  en  un  inmenso,  y  fraternal  abrazo, 
se  juntaron  los  cielos  y  los  mares. 

Y  cuando  todo  terminado  había, 
ya  para  realizarse  el  grato  sueño, 
mostró  en  la  sombra  su  siniestro  ceño^ 
el  desengaño  cruel  de  la  ironía  1 


172 


ALBUM  PATRIÓTICO 

De  uno  a  otro  extremo  de  la  República,  vibra  entusias- 
ta el  salmo  de  la  paz;  y  augurios  de  venturas  para  la  Patria 
se  escapan  de  todos  los  nobles  pechos  de  los  patriotas,  que 
ansian  la  felicidad  de  nuestro  suelo. 

Hagamos  fervientes  votos  por  que  este  ambiente  de  sim- 
patía que  ha  circundado  a  la  fígura  procerosa  de  don  Carlos 
Meléndez,  como  candidato,  le  sea  perdurable  como  Presiden- 
te de  El  Salvador,  para  la  gloria,  para  la  paz  y  para  la 
grandeza  de  la  Patria! 


PvESUPvGIMlENTO 


Al  ciudadano  Presidente  de  la 
Rc'pMhlicn,  don  Carlos  Meléndez, 
candidato  en  1898  a  la  Goberna- 
ción del  Estado  Federal  de  C.  A. 

Salvando  ios  abismos  de  la  historia, 
en  un  tropel  piafante  de  clamores, 
acuden  al  crisol  de  mi  memoria, 
recuerdos  que  se  bañan  de  fulgores 
con  los  lampos  de  luz  que  da  la  gloria. 
Fue  el  98.  Fecha  gloriosa 
que  dio  vida  a  un  hermoso  pensamiento, 
y  que  fué  de  la  Unión  resurgimiento, 
cual  una  aurora  tropical,  hermosa. 

A  los  claros  magníficos  del  día, 

•    en  medio  de  sonora  clarinada, 
el  Pendón  Federal,  insignia  amada^ 
a  los  vientos  flotó  con  gallardía. 

Los  cinco  pueblos  en  estrecho  lazo, 
se  unieron  en  sentires  y  pensares; 
y  en  un  inmenso,  y  fraternal  abrazo, 
se  juntaron  los  cielos  y  los  mares. 

Y  cuando  todo  terminado  había, 
ya  para  realizarse  el  grato  sueño, 
mostró  en  la  sombra  su  siniestro  ceñO' 
el  desengaño  cruel  de  la  ironía  I 


172 


ALBUM  PATRIÓTICO 

Hubo  luchas  sangrientes  y  reñidas 

reclamando  el  derecho  sacrosanto 

del  ideal  sacrificando  vidas 

de  hombres  que  fueron  de  valor,  espanto. 

La  obra  fracasó,  mas  no  la  idea 
que  germinó  en  cerebros  prepotentes 
como  un  incendio  colosal  que  crea 
las  auroras  que  alumbran  Continentes. 

Pasó  el  tiempo  dé  olvido  en  los  ideales 
de  la  Federación;  mas  de  improviso 
torna  a  surgir  el  pabellón  que  quiso 
estrechar  nuestros  lazos  fraternales. 

lY  aquí  está,  otra  vez,  resplandeciente, 
en  medio  de  sus  bravos  luchadores, 
que  le  supieron  defender  valientes 
en  época  que  fué  llena  de  horrores. 

Hoy  que  la  luz  de  libertad  alumbra 
y  derechos  defiende  el  ciudadano 
y  cada  corazón  es  un  hermano 
que  al  sentimiento  del  amor  encumbra; 
¡sepamos  sostenerla,  loh,  muchedumbres 
de  pueblos  que  lucháis  con  hondo  anhelo, 
para  que  siempre  flote  en  nuestras  cumbres 
como  una  santa  bendición  del  cielo! 

F.  J.  RiVAS. 

San  Salvador,  19  de  marzo  de  1915. 


174 


CUARTA  PARTE 


EH  mñRCO  DE  ORO 


PRIMERO  DE  MARZO 


La  rubia  aurora  de  este  hermoso  día  es  precursora  de 
■un  sol  radiante,  mensajero  de  paz,  de  progreso  y  telicjdad 
nara  el  pueblo  salvadoreño.  Todos  los  corazones  se  sienten 
animados  por  el  más  ferviente  patriotismo,  por  la  má?  eit- 
tera  confianza  y  las  más  grandes  esperanzas:  este  patnotismo 
esa  confianza  y  aquellas  risueñas  esperanzas  que  se  agitan 
como  mariposas  de  luz  en  las  almas  de  los  ciudadanos,  que 
su^an  con  un  porvenir  de  gloria  para  el  quendo  suelo  que 
los  vTó  nacer,  están  muy  bien  fundadas  y  serán  el  báculo 
•sobre  el  cual  han  de  descanzar  todos  los  actos  del  Gobierno, 
■cuando  se  desconfia  del  gobernante,  cuando  no  se  tiene  fe 
en  sus  actos,  cuando  se  contrarían  sus  disposiciones,  parece 
Que  vacila,  que  duda;  el  pesado  fardo  de  la  opinión  publica 
?e  agobia  y  en  su  afán  de  librarse  de  esa  penosa  carga  se 
olvida  de  sus  deberes  más  triviales  y  tiene  por  fueiza  que 
rodearse  de  hombres  de  no  muy  sanas  conaencias,_  para  que 
le  ayuden  a  sostenerse  en  el  poden  he  aquí  el  pnnapio  de 

^'torUeblos  hacen  a  los  buenos  o  malos  gobiernos  y 
los  gobiernos  hacen  a  los  pueblos  buenos  o  malos,  según 
convenga  a  sus  intereses  personales. 

Gobernar  a  entera  satisfacción  de  todos  es  muy  difícil; 
mas  lo  que  debe  procurar  todo  gobernante  es  mandar  con 
3  pueblo  que  lo  ha  elevado  a  las  cimas  del  poder;  pues 
.es  el  único  que,  en  un  caso  dado,  puede  empuñar  el  arma 


12 


177 


ALBUM  PATRIÓTICO 


para  defenderle  y  ayudarle  a  conservar  la  paz.  La  mayor 
parte  de  los  gobernantes  se  rodean  de  las  clases  privilegiadas* 
Los  principales  puestos  públicos  son  monopolizados  por  éstas^ 
mientras  que  los  hijos  del  pueblo,  los  desheredados  de  la 
fortuna,  aún  cuando  tengan  méritos  y  puedan  ser  útiles  a  la 
Patria  Jos  dejan  relegados  al  olvido,  porque  en  estos  tiempos 
de  vil  mercantilismo  no  vale  la  honradez  y  el  talento:  para 
escalar  los  altos  puestos  públicos  basta  tener  dinero,  buena 
posición  social,  o  haber  nacido  en  otras  latitudes,  y  aunque  el 
individuo  sea  una  nulidad.  Allí  están  nuestros  principales 
hombres  de  letras,  los  que  con  su  talento  han  dado  nombre 
y  gloria  a  la  Nación,  completamente  olvidados,  otros  abruma- 
dos por  la  pesada  carga  de  las  injusticias  se  han  dejado 
arrastrar  por  esa  corriente  impulsora  de  los  vicios,  que  se  engen- 
dran en  el  corazón  humano,  cuando  las  decepciones  hieren  en 
lo  más  intimo  del  almal  La  juventud  que  ve  el  poco  aprecia 
que  se  hace  de  sus  Maestros»  de  los  hombres  de  talento, 
que  por  su  saber  son  acreedores  a  toda  clase  de  considera- 
ciones, se  desalienta  y  en  lugar  de  consagrarse  al  estudio 
se  precipita  por  la  empinada  pendiente  de  los  vicios.  Los 
gobernantes  honrados  deben  procurar  poner  dique  a  tales 
prácticas  y  tratar  de  estimular  a  todo  aquel  que  de  un  modo 
u  otro,  pueda  sobresalir  del  nivel  común  de  la  vulgaridad. 
El  gobierno  debe  ser  para  todos  y  no  solamente  para  la  clase 
acaudalada.  Los  hombres  más  eminentes,  más  notables,  que 
con  su  ciencia,  con  sus  inventos  y  descubrimientos  han  asom- 
brado a  la  humanidad,  han  surgido  de  las  clases  más  pobres^ 
y  humildes  del  pueblo,  y  a  fuerza  de  sacrificios  y  afrentas  han 
logrado  dar  a  conocer  sus  aptitudes;  otros  menos  fuertes  o 
más  decorosos  han  pasado  desapercibidos,  siendo,  tal  vez, 
verdaderos  genios.  En  El  Salvador  han  sido  muy  raros  los 
gobiernos  que  han  tratado  de  estimular  a  la  intelectualidad; 
pero  la  Historia  ha  escrito  con  letras  de  oro  los  nombres  de 
tan  distinguidos  patriotas  y  la  juventud  guarda  en  su  corazón 
un  altar  a  su  memoria! 

Ahora  que  la  suerte  ha  querido  que  llegue  al  poder  un 
hombre  genuinamente  honrado  y  progresista,  que  está  inspi- 
rado en  los  más  grandes  y  nobles  ideales,  es  de  esperarse 
una  gran  reorganización  en  todos  los  ámbitos  del  pais  y  que 
de  una  vez  para  siempre  terminen  las  injusticias  que,  en  pre- 
téritas ocasiones,  han  sido  las  más  altas  barreras  con  que 
han  tropezado  la  civilizadón  y  el  progreso. 


178 


Hospicio  Moraga. 


ALBUM  PATRIÓTICO 


para  defenderle  y  ayudarle  a  conservar  la  paz.  La  mayor 
parte  de  los  gobernantes  se  rodean  de  las  clases  privilegiadas. 
Los  principales  puestos  públicos  son  monopolizados  por  éstas, 
mientras  que  los  hijos  del  pueblo,  los  desheredados  de  la 
fortuna,  aún  cuando  tengan  méritos  y  puedan  ser  útiles  a  la 
Patria,  los  dejan  relegados  al  olvido,  porque  en  estos  tiempos 
de  vil  mercantilismo  no  vale  la  honradez  y  el  talento:  para 
escalar  los  altos  puestos  públicos  basta  tener  dinero,  buena 
posición  social,  o  haber  nacido  en  otras  latitudes,  y  aunque  el 
individuo  sea  una  nulidad.  Allí  están  nuestros  principales 
hombres  de  letras,  los  que  con  su  talento  han  dado  nombre 
y  gloria  a  la  Nación,  ct)mpletamente  olvidados,  otros  abruma- 
dos por  la  pesada  carga  de  las  injusticias  se  han  dejado 
arrastrar  por  esa  corriente  impulsora  de  los  vicios,  que  se  engen- 
dran en  el  corazón  humano,  cuando  las  decepciones  hieren  en 
lo  más  íntimo  del  alma!  La  juventud  que  ve  el  poco  aprecio 
que  se  hace  de  sus  Maestros,  de  los  hombres  de  talento, 
que  por  su  saber  son  acreedores  a  toda  clase  de  considera- 
ciones, se  desalienta  y  en  lugar  de  consagrarse  al  estudio 
se  precipita  por  la  empinada  pendiente  de  los  vicios.  Los 
gobernantes  honrados  deben  procurar  poner  dique  a  tales 
prácticas  y  tratar  de  estimular  a  todo  aquel  que  de  un  modo 
u  otro,  pueda  sobresalir  del  nivel  común  de  la  vulgaridad. 
El  gobierno  debe  ser  para  todos  y  no  solamente  para  la  clase 
acaudalada.  Los  hombres  más  eminentes,  más  notables,  que 
con  su  ciencia,  con  sus  inventos  y  descubrimientos  han  asom- 
brado a  la  humanidad,  han  surgido  de  las  clases  más  pobres 
y  humildes  del  pueblo,  y  a  fuerza  de  sacrificios  y  afrentas  han 
logrado  dar  a  conocer  sus  aptitudes;  otros  menos  fuertes  o 
más  decorosos  han  pasado  desapercibidos,  siendo,  tal  vez, 
verdaderos  genios.  En  El  Salvador  han  sido  muy  raros  los 
gobiernos  que  han  tratado  de  estimular  a  la  intelectualidad; 
pero  la  Historia  ha  escrito  con  letras  de  oro  los  nombres  de 
tan  distinguidos  patriotas  y  la  juventud  guarda  en  su  corazón 
un  altar  a  su  memoria! 

Ahora  que  la  suerte  ha  querido  que  llegue  al  poder  un 
hombre  genuinamente  honrado  y  progresista,  que  está  inspi- 
rado en  los  más  grandes  y  nobles  ideales,  es  de  esperarse 
una  gran  reorganización  en  todos  los  ámbitos  del  país  y  que 
de  una  vez  para  siempre  terminen  las  injusticias  que,  en  pre- 
téritas ocasiones,  han  sido  las  más  altas  barreras  con  que 
han  tropezado  la  civilización  y  el  progreso. 


178 


Punta  Cutuco  Bahía  La  Unión.-EI  Salvador. 


ALBUM  PATRIÓTICO 

Allí  está  el  probo  ciudadano  don  Carlos  Meléndez,  quien 
con  su  mano  benéfica  y  su  potente  brazo  ha  de  destruir 
todas  las  tiranías  y  hacer  de  nuestra  joven  República  un  país 
grande,  hermoso  y  soberano,  donde  reine  la  más  completa 
igualdad:  el  pueblo  salvadoreño  así  lo  espera! 

Comprendemos  que  el  señor  Meléndez  llega  al  poder 
en  momentos  muy  difíciles:  a  consecuencia  de  la  guerra 
europea  todas  las  rentas  nacionales  han  disminuido  de  manera 
alarmante,  y  por  lo  mismo  no  se  le  puede  exigir  mucho,  por 
de  pronto,  pero  conforme  la  situación  vaya  cambiando,  no 
dudamos,  empezará  su  gran  obra  de  regeneración  y  de 
progreso. 

El  señor  Meléndez  cuenta  con  buenos  y  expertos  colabo- 
radores que  le  ayudarán  a  dirigir  la  nave  del  Estado  por 
ios  encrespados  y  turbulentos  mares  de  la  política  y  condu- 
ciria  con  feliz  éxito  hacia  el  puerto  soñado. 

RAFAEL  GARdA  ESCOBAR. 

San  Salvador,  marzo  19  de  1915. 


EL  SOL  DE  MARZO 


(Para  el  "Album  Patriótico") 

Sin  orden,  sin  concierto,  sin  disciplina  no  se  llega  a 
conseguir  los  resultados  que  se  pretenden  en  pro  de  esta 
o  aquella  causa  política  o  social;  cuando  más  se  obtiene  es 
un  efecto  efímero,  que  descansa  sobre  cimientos  de  arena, 
con  lo  que  no  se  adelanta  nada,  sino  que— al  contrario — se 
pierde:  la  acción  comprometida,  los  esfuerzos  empeñados. 
Es  preciso  que  haya  unidad  de  plan  en  los  procedimientos 
y  realización  de  los  ideales  que  se  persiguen. 

Tal  vez  no  haya  en  la  vida  política  de  los  pueblos  re- 
publicanos un  acto  que  implique  mayor  trascendencia  que 
el  ejercicio  del  derecho  del  sufragio  para  la  exaltación  al 
Poder  del  ciudadano  que  lo  merezca  por  sus  virtudes  cívi- 
cas y  por  sus  dotes  de  mando.  Y  esa  trascendencia  sube 


180 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Allí  está  el  probo  ciudadano  don  Carlos  Meléndez,  quien 
con  su  mano  benéfica  y  su  potente  brazo  ha  de  destruir 
todas  las  tiranías  y  hacer  de  nuestra  joven  República  un  país 
grande,  hermoso  y  soberano,  donde  reine  la  más  completa 
igualdad:  el  pueblo  salvadoreño  asi  lo  espera! 

Comprendemos  que  el  señor  Meléndez  llega  al  poder 
en  momentos  muy  difíciles:  a  consecuencia  de  la  guerra 
europea  todas  las  rentas  nacionales  han  disminuido  de  manera 
alarmante,  y  por  lo  mismo  no  se  le  puede  exigir  mucho,  por 
de  pronto,  pero  conforme  la  situación  vaya  cambiando,  no 
dudamos,  empezará  su  gran  obra  de  regeneración  y  de 
progreso. 

El  señor  Meléndez  cuenta  con  buenos  y  expertos  colabo- 
radores que  le  ayudarán  a  dirigir  la  nave  del  Estado  por 
los  encrespados  y  turbulentos  mares  de  la  política  y  condu- 
cirla con  feliz  éxito  hacia  el  puerto  soñado. 

Rafael  García  Escobar. 

San  Salvador,  marzo  19  de  1915. 


EL  SOL  DE  MARZO 


(Para  el  "Altum  Patriótico") 

Sin  orden,  sin  concierto,  sin  disciplina  no  se  llega  a 
conseguir  los  resultados  que  se  pretenden  en  pro  de  esta 
o  aquella  causa  política  o  social;  cuando  más  se  obtiene  es 
un  efecto  efímero,  que  descansa  sobre  cimientos  de  arena, 
con  lo  que  no  se  adelanta  nada,  sino  que— al  contrario — se 
pierde:  la  acción  comprometida,  los  esfuerzos  empeñados. 
Es  preciso  que  haya  unidad  de  plan  en  ios  procedimientos 
y  realización  de  los  ideales  que  se  persiguen. 

Tal  vez  no  haya  en  la  vida  política  de  los  pueblos  re- 
publicanos un  acto  que  implique  mayor  trascendencia  que 
el  ejercicio  del  derecho  del  sufragio  para  la  exaltación  al 
Poder  del  ciudadano  que  lo  merezca  por  sus  virtudes  cívi- 
cas y  por  sus  dotes  de  mando.  Y  esa  trascendencia  sube 

180 


ALBUM  PATRIÓTICO 


de  punto  cuando  se  trata  de  pueblos  que,  como  los  nues- 
tros, apenas  empiezan  a  dar  los  primeros  pasos  en  la  vía 
de  su  progreso.  Son  incipientes,  y  por  lo  mismo,  debe  ser 
muy  prudente  y  esmerada  la  acción  de  los  hombres  públicos 
encargados  de  dirigir  sus  destinos. 

Hay  épocas  de  transición  que  deciden,  desde  luego,  la 
suerte  futura  de  las  naciones.  Entonces  el  es:adista,  está  lla- 
mado, más  que  otras  veces,  a  proceder  con  serano  criterio,  en 
el  sentido  que  ha  de  conducir  a  la  patria,  en  último  resultado, 
a  feliz  salvamento.  Desde  ese  punto  de  vista  la  responsabili- 
dad de  los  hombres  del  Poder  no  puede  ser  más  delicada.  Si 
esto  es  así:  ¡cuánta  atención  y  cordura  se  requieren  en  la  apli- 
cación de  los  medios  que  han  de  dar  el  éxito  apetecido! 

Pero,  ante  todo  es  preciso,  es  urgente  que  las  cabezas 
que  dirigen  conciban  un  plan  organizado,  sin  descuidar  un 
detalle,  y  que  se  empeñen  en  desarrollarlo  con  elementos  ho- 
mogéneos, absolutamente  acordes,  porque  una  sola  nota  dis- 
cordante da  en  tierra  con  todos  los  trabajos  efectuados  y  con 
los  que  se  preparan.  La  razón  es  muy  clara:  cuando  la  indis- 
ciplina se  manifiesta  en  el  cuerpo  directivo  de  una  asociación 
cualquiera,  desciende  a  todos  los  miembros,  entra  el  desalien- 
to, desaparece  la  fe,  y  el  caos  de  las  dudas  y  temores  lleva  la 
indecisión  más  completa  a  los  espíritus  mejor  inclinados.  Si, 
mucha  energía  reclaman  las  circunstancias;  empléese;  y  antes 
de  proceder  piénsese  bien  el  paso  que  se  va  a  dar;  pero  una 
vez  madurado  el  pensamiento  y  tomada  una  decisión,  llévese 
a  cabo,  sin  reticencias  ni  vacilaciones  de  ninguna  clase. 

Bien  definidos  y  terminantes  los  deberes  y  derechos  de 
los  asociados,  miembros  de  una  misma  causa,  o  correligiona- 
rios, la  marcha  de  los  procedimientos  será  más  regular  y  efi- 
caz. La  constancia  y  la  firmeza  de  carácter  deben  ejercer  su 
influjo  poderoso,  deben  predominar  como  potencias  de  prime- 
ra fuerza;  es  decir,  las  cabezas  que  dirigen  han  de  mantenerse 
en  la  realización  de  los  propósitos  convenidos,  inmovibles  co- 
mo el  roble  corpulento,  y  no  sujetarse  por  debilidades  que 
puedan  ser  de  consecuencias  funestas  para  la  sociedad — ^a  los 
caprichos  de  voluntades  veleidosas  que,  consecuentes  con  su 
conducta  primera,  serán  siempre  tránsfugas. 

La  confianza  ha  de  cubrir  todos  los  ánimos;  y  eso  no  se 
consigue  sino  inspirándola  debidamente;  de  lo  contrario, 
la  indisciplina  cunde  y  todo  se  pierde.  Esa  confianza, 
solo  puede  inspirarse  por  medio  de  la  rectitud  de  procedi- 


182 


ALBUM  PATRtóTlCO 


miento,  y  sobre  todo,  demostrando  consecuencia  inquebran- 
table como  que  sin  ella,  la  tierra  tiembla  bajo  tes  plantas, 
los  pies  vacilan  como  si  estuvieran  colocados  en  un  resba- 
ladizo  plano  inclinado.  , 

Notamos  con  satisfacción  que  el  espíritu  pubhco  se  des- 
Dierta  entre  nosotros  de  una  manera  muy  marcada;  que  el 
dttdadano  comprende  que  debe  tomar  participación  activa 
en  te  lucha  electoral,  una  vez  que  trata  de  designar  la  per- 
sona que  más  garantías  dé,  de  que  operara  el  bien  generah 
Perfectamente,  la  indiferencia  en  este  caso  no  sena  en  ma- 
nera alguna,  justificable.  Y  con  no  menos  saüsfacción  y 
iúbilo  himos  visto  salir  triunfante  por  aclamaaón  unánim^^ 
de  los  comisios  electorales,  la  candidatura_del  excelentisim^^ 
patriota  don  Garios  Meléndez  para  ocupar  te  primera  Magis- 
tratura  en  el  periodo  constitucional  que  pnncipia  de  este  día 
y  que  la  popularidad  de  su  conducta  franca  y  leal  le  había 
firr&nieado  en  todas  partes. 

^  El  pueblo  admira  y  estima  siempre  a  los  hombres  de 
carácter  enérgico,  esforzado,  veridico  y  recto;  a  los  que 
poseen  la  fuerza  y  la  unidad  de  propósito,  adunadas  a  una 
honradez  a  toda  prueba. 

San  Salvador,  lo.  de  marzo  de  1915. 

MANUEL  RECINOS. 


UNA  FECHA  GLORIOSA  PARA  U  REPUBLKA 


EL  1^.  DE  MARZO  DE  1915 


Mcensión  de  don  Carlos  Melénde2:  a  la  Presidencia. 
La  ^^^^"^^Z.i^o  en  la  senda  del  progreso 

y  <fe  la  imertad 


Nada  hay  más  grande  en  la  vida  política  de  los  pue- 
blos, como  el  triunfo  pacífico  de  los  principios  del  Derecho 
sobre  los  instintos  de  la  violencia  y  de  la  anarquía. 

Una  democracia  que  por  virtud  del  cumplimiento  de 
sus  leves  resuelve  sin  conmociones  los  problemas  funda- 
mentales de  su  evolución;  un  pueblo  que  aprende  a  armo- 
nizar los  principios  del  orden  y  de  la  libertad,  en  la  practica 
de  sus  instituciones;  una  sociedad  que  en  la  transacción  de 


183 


ALBUM  PATRIÓTICO 


doctrinas  y  ambiciones  opuestas  sabe  encontrar  la  clave 
de  su  desarrollo,  dejando  a  un  lado  los  viejos  procedimien- 
tos sangrientos,  para  acogerse  a  los  principios  del  civilismo; 
esa  democracia,  ese  pueblo,  esa  sociedad,  son .  eminente- 
mente propicios  para  alcanzar  un  maravilloso  progreso  y 
afirmar  lentamente  la  vida  de  la  libertad  I 

Tal  es  el  diagrama  histórico  que  presenta  El  Salvador 

en  esta  época. 

Después  de  largas  luchas  violentas  entre  las  doctrinas 
exaltadas  de  la  libertad,  y  los  principios  tradicionales  y  de 
resistencia  emanados  de  las  doctrinas  que  preconizan  el 
orden  y  la  autoridad,  una  resultante  de  equilibrio  entre 
ambas  tendencias,  se  perfila  de  manera  definida  en  la  for- 
mación moral  y  política  de  El  Salvador. 

Un  signo  inequívoco  de  ese  estado  ideológico  del  país, 
es  la  elección  de  don  Garios  Meléndez,  dentro  de  las  ñor* 
mas  estrictas  de  la  ley,  después  de  los  dolorosos  aconte- 
cimientos de  febrero  de  1913. 

¿Qué  razón  fundamental  ha  llevado  al  país  a  preferir 
un  hombre  civil,  antes  de  hoy  alejado  de  la  política  y  exen- 
to de  ambiciones  al  Poder? 

Desde  que  Spinoza  formuló  su  gran  ley  del  determinis-^ 
mo  que  sirvió  de  base  a  Hipólito  Taine  para  fundamentar 
toda  su  grandiosa  obra  histórica  y  filosófica,  los  hombres 
y  los  fenómenos  políticos  se  explican  por  los  factores  de 
la  raza,  del  temperamento,  la  educación,  el  clima,  el  medio- 
en  fin,  en  todas  sus  faces.  ■ 

Los  antecedentes  y  el  carácter  del  sefior  Meléndez,  ex- 
plican perfectamente  por  qué  razón  en  la  crisis  gue  atrave- 
só el  país  en  1913,  fuera  una  personalidad  de  su  talla,  la 
llamada  de  conjurar  con  el  prestigio  inmenso  de  sus  virtu- 
des, la  caliginosa  vorajine,  que  amenazaba  destrozar  al  país 
entre  convulsiones  de  agonía. 

Dos  grandes  cualidades  necesitaba  un  hombre  para  lle- 
nar la  misión  histórica  de  levantar  del  abismo  a  la  Repú- 
blica, sin  provocar  reacciones  sangrientas:  una  gran  influencia 
social  y  política  en  todo  el  país  y  sobre  las  facciones  po- 
líticas en  pugna,  y  un  gran  espíritu  de  justicia,  para  volver 
a  los  cauces  del  Derecho,  los  desbordes  de  las  pasiones 
desencadenadas.  • 

Esos  atributos  fluyen  de  la  historia  de  don  Carlos  Me- 
léndez. 


184 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Miembro  de  una  honorable  familia,  de  posición  acep- 
table en  la  sociedad  salvadoreña,  llevando  de  una  mano  un 
gran  capital,  amasado  con  honradez,  y  de  otra  un  corazón 
todo  filantropía,  ha  podido  por  raro  don  del  destino,  gozar 
siempre  de  gran  consideración  en  un  extenso  círculo  de 
amigos  leales  en  todo  el  país,  y  verse  rodeado  del  cariño 
de  las  masas  populares,  porque  posee  cierta  ecuanimidad  per- 
sonal que  le  hace  muy  afecto  al  genio  del  pueblo  salvadoreño. 

Educado  en  la  escuela  práctica  de  los  negocios  y  del 
mundo  a  usanza  inglesa,  desde  muy  niño;  con  una  variada 
cultura  en  cuestiones  financieras  e  industriales,  su  ideología 
en  asuntos  políticos,  se  inclina  resueltamente  del  lado  de 
la  democracia,  empero  su  criterio  templado  con  la  observa- 
ción de  la  vida  evolutiva  de  otras  nacionalidades,  aléjanle, 
tanto  de  armonizar  con  las  exageraciones  doctrinarias  del 
autoritarismo,  como  de  contemporizar  con  los  desenfrenos  de 
la  demagojía. 

Natural  es  que  un  criterio  amplio  y  culto  formado  en 
continuados  viajes,  de  una  resultante  de  excesiva  tolerancia 
para  las  opiniones  agenas;  y  de  ahi  el  espíritu  conciliador 
y  liberal  que  respiran  todos  los  actos  del  sefior  Meléndez^ 
en  lo  social,  en  lo  político  y  en  lo  particular. 

Esa  gran  influencia  social  y  ese  temperamento  concilia- 
dor y  sereno,  fueron  los  atributos  erplendorosos  de  la  alta 
personalidad  de  don  Garios  Meléndez,  que  influyeron  en  la 
opinión  pública,  para  que  caído  el  Gobierno  del  Dr.  Araujo 
en  1913,  los  ojos  de  todo  el  país  se  volvieran  hacia  el 
señor  Meléndez,  como  la  única  figura  que  en  aquellos  mo- 
mentos aciagos,  pudiera  enfrenar  el  vórtice  de  pasiones  e 
intransigencias  que  amenazaban  hundir  al  Salvador  en  la 
anarquía. 

Se  invocó  ante  el  señor  Meléndez  para  que  se  decidie- 
ra a  aceptar  el  Poder  en  aquellos  aciagos  momentos  para 
la  Patria,  su  patriotismo  nunca  desmentido  y  la  necesidad 
de  su  presencia  en  la  Jefatura  de  la  Nación,  como  la  única 
solución  que  podía  salvar  el  principio  de  autoridad;  y  no 
obstante  la  conturbación  y  las  agitaciones  del  pafs,  don 
Carlos  Meléndez  conociendo  a  conciencia  el  peso  enorme 
de  las  responsabilidades  que  asumía,  aceptó  el  sacrificio  de 
llegar  a  la  Presidencia,  con  el  objeto  de  apaciguar  el  hu- 
racán de  las  pasiones  políticas,  que  tronaban  tormentosas 
por  hundir  al  país  en  la  más  fiera  conflagración. 


185 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Hecho  cargo  del  Poder  don  Carlos  Meléndez,  el  país 
respiró  tranquilo;  serenóse  el  horizonte  político;  volvió  la 
RepTlica  íe^ntamente  a  la  normalidad  y  todos  los  hombres 
volvieron  a  las  faenas  del  trabajo. 

Al  mismo  tiempo,  la  Administración  PÚWica  resumía 
sus  labores  y  continuaba  El  Salvador  sus  avances  en  la 
senda  del  progreso  y  de  la  cultura  sin  que  ningún  contra- 
tiempo pudiera  detenerlos. 

Paralelamente  con  el  nuevo  orden  de  cosas,  en  es « 
caoital  se  formó  un  Partido  político  denominado  Consti  u- 
doñS  comoTu  cognomento  lo  indica  al  parecer  para  velar 
ñor  el  cumplimiento  de  la  Consütución. 

En  sus  filas  se  congregaron  diversos  «'«"^^"tos  de  cre- 
dos contrarios,  unidos  quizá  por  el  deseo   de  conquistar  e 
Poder  a  todo  evento,  y  entre  ellos  algunos  hombres  capa- 
¿esf  bien  intencionados  y  patriotas,  que  verdaderamente 
peréeguían  el  bien  general. 

Mas  como  sucede  generalmente  en  Países  de  poca  edu- 
cación política,  que  en  los  P^^t-dos  son  U-s  homb^^^^^ 
tados  con  tendencias  anárquicas  quienes  dinjen  ^os  }.om 
és  V  los  Clubs,  y  quienes  pretenden  dirijir  a  suguisar  a  la 
oDinión  muy  p  ontí  debido  a  la  diversidad  de  procedi- 
mientos poHticos,  ocurrieron  en  el  seno  de  dicha  agrupación 
disidenciL  muy  graves  entre  sus  elementos  importantes,  lo 
que  le  restó  grandes  prestigios  aquella  colectividad. 

No  obstante  esa  crisis  que  atravesaba  dicho  Partido 
nue  oor  último  dió  al  traste  con  él,  algunos  núcleos  del 
mfemrhabí?n  con  embustes  y  maniobras  hábiles,  logrado 
íín?r  en  efervescencia  a  gran  parte  del  país,  y  sembrar  la 
KuL  en  ^gunos  puebtos,  l'asta  el  punto  de  presentarse 
un  aumento  de  criminalidad  alarmante. 

Las  propagandas  sediciosas  que  hacían  algunos  de  los 
órganos  de  su  prensa,  minaban  por  su  base  el  principio  de 
auforidad  V  no  repuesta  aún  la  sociedad  salvadoreña  de 
fas  tristes  conturbaciones  de  febrero,  creíase  verdaderamen- 
e  Que  si  el  pais  continuaba  en  aquella  desorientación ,  sir 
brúiula  en  medio  de  tanta  agitación,  la  República  caería 
sin  remedio  en  la  anarquía  y  acarrearía  para  la  Nación  su 
omplSa  ruina.  La  opinión  de  las  .gantes  sensatas  ya  com- 
»;/.rifi2iH  21  la  éooca  en  que  ocurrieron  los  sucesos  ue  re 
CaÍ^¡h^¡  ém  ¿nos  Meléndez  como  candidato  a 


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O 
C/3 


O* 

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lo 


ALBUM  PATRIÓTICO 

Hecho  cargo  del  Poder  don  Carlos  Meléndez,  el  país 
resp  "ó  tranquilo;  serenóse  el  Horizonte  político;  volvió  la 
República  íelitamente  a  la  normalidad  y  todos  los  hombres 
volvieron  a  las  faenas  del  trabajo. 

Al  mismo  tiempo,  la  Administración  pública  resumía 
sus  labores  v  continuaba  El  Salvador  sus  avances  en  la 
senda  del  progreso  y  de  la  cultura  sin  que  ningún  contra- 
tiempo pudiera  detenerlos. 

Paralelamente  con  el  nuevo  orden  de  cosas,  en  esta 
canital  se  formó  un  Partido  político  denominado  Constitu- 
do^ñal  como  su  cognomento  lo  indica,  al  parecer  para  velar 
ñor  eí  cumplimiento  de  la  Constitución. 

En  sus  filas  se  congregaron  diversos  eleme"tos,,f4í''!: 
dos  contrarios,  unidos  quizá  por  el  f^eo  de  conquistar  el 
Poder  a  todo  evento,  y  entre  ellos  algunos  hombres  capa- 
ces bien  intencionados  y  patriotas,  que  verdaderamente 
perseguían  el  bien  general. 

Mas  como  sucede  generalmente  en  países  de  poca  edu- 
cación polüka.  que  en  los  partidos  son  los  hombres  exal- 
ados cSníenderIcias  anárquicas  ^^-^  .'^^Tl^::^^^TL 
tés  y  los  Clubs,  y  quienes  pretenden  dinjir  a  suguisar  a  la 
onintón  muy  p  onto  debido  a  la  diversidad  de  procedi- 
miSs  p^íiíicos,  ocurrieron  en  el  seno  de  dicha  agrupación 
disiSias  muy  graves  entre  sus  elementos  importantes,  lo 
nue  íe  restó  grandes  prestigios  aquella  colectividad. 

No  obstante  esa  crisis  que  atravesaba  dicho  .Parjido 
nue  por  último  dió  al  traste  con  él,  algunas  ."ucl^^^^f^ 
mismo  habían  con  embustes  y  maniobras  hábiles,  logrado 
noner  e  efervescencia  a  gran  parte  del  país,  y  sembrar  la 
Larc  uii  en  algunos  pueblos,  hasta  el  punto  de  presentarse 
un  aumento  de  criminalidad  alarmante. 

Las  propagandas  sediciosas  que  hadan  algunos  de  los 
oréanos  de  su  prensa,  minaban  por  su  base  el  princpu,  de 
aKdad  y  no  repuesta  aún  la  sociedad  salvadoreña  de 
fas  tristes  conturbaciones  de  febrero,  creíase  verdaderamen- 
tf  aue  sfel  país  continuaba  en  aquella  desorientación,  sir 
Sújl  n  medio  de  tanta  agitación,  la  R^n-|bhca  caería 
sin  remedio  en  la  anarquía  y  acarrearía  para  la  Nación  su 
comnlda  ruina.  La  opinión  de  las  gentes  sensatas,  ya  com- 
nic  rfdacf  a  la  época  ín  que  ocurrieron  los  sucesos  de 
breío.  señalaba  a  don  cirlos  Meléndez  como  candidato  a 

186 


ALBUM  PATRIÓTICO 


las  elecciones  de  1915;  .testimonio  de  ello  es  que  fue  elec- 
to 1er  Designado,  sin  serlo  propuesto  otic.almente. 

NatuSmente  en  los  trances  tan  difíciles  en  que  se  vio 
colocado  eT  país  después  de  aquellos  tristes  acaecmi.entos 
el  Selo  de  que  el  señor  Meléndez  continuara  gobernando 
U  República,  Isumió  las  proporciones  de  una  í-erte  convic- 
ción y  de  esos  reclamos  de  la  opinión  nacional  nació  d 
empeño  de  varios  de  sus  amigos  de  formar  un  Part»do  AJe- 
leTidista  que  hiciera  frente  a  todas  las  propagandas  antiso- 
ciales aue  despejara  el  horizonte  de  incertidumbres  peh- 
Jrosa;  para  l^paz  de  la  República,  y  que  agrupara  en 
ler  edorde  uni^figura  moral  de  incontrastables  prestigios 
ríodos  los  elementos  que  anhelaban  sobre  toda  la  paz 
m^T\¡^Vu^m3.d  de  la  República  y  la  segundad  de 

"s^rnlnglntfimo  se  formaron  en  toda  la  República 
dive^i  agr^upaclones  con  aquel  fm.  y  los  trabajos  adelan- 

**""M:r'uT°punTo  importantísimo  era  difícil  de  resolver  ea 
el  arduo  problema :  la  aceptación  del  sefior  Meléndez  de 
ser  presentado  como  candidato.  Este  asunto  escencal  preo- 
rnnaha  hondamente  a  todos  los  patriotas. 
'"P^Era  un  hecho,  notorio,  que  a  todas  las  personas  que  le 
habían  insinuado  al  Sr.  Meléndez  la  conveniencia  de  lanzar 
SfSSdSurl?  habla  negado  su  asentimiento  y  mam- 
f^tXsus^^^^^^  de  volver  a  gozar  de  la  tranquih- 

d?d  de  sihogar,  poniéndose  fuera  de  las  agitaciones  políticas^ 
imh^ra^^^^  la  opinión   nacional  se  atirmaba  en  la 

ÍL«fiií?f  de^Q^^  Sr  Meléndez  fuera  disuadido  de  su 
ZX»o  t  íetiralse  a  la  vida  privada,  y  los  tobajos. 

ideSdfno  es«,  compI..a™an,e  decUlido 

en  su  fuero  interno  a  aceptar  trabajos  en  pro  de  su  candi- 
datura eTsr  Meléndez  nS  quería  que  su  aceptación  pesara 
e^e  ánimo  dríos  pueblos  desde  que  le  fueron  ofrecidos 
^abaios  CT  ^^^^^^  de  incertidum- 

?^  ¿m^^^^^         sus  co/religionarios  durante  mucho  tiempo. 

Mas  no  por  eso  se  daban  punto  de  reposo  sus  correh- 
irionaSos  los  le^^  del  Partido  Melendista  en  sus  trabajos, 
?  tes  ex^^  de  los  Departamentos  menudeaban  requi- 

Lndo  al  S^^^  la  aceptación  de  la  propaganda  en  su  fa^ 

ÍSf  sin  teneVs^^  la  certeza  de  que  el  candidato  aceptaría. 


188 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Muchos  meses  después  de  comenzada  la  propaganda, 
con  vista  de  solicitaciones  de  todos  los  pueblos  de  la  Re- 
pública y  de  reiteradas  súplicas  de  amigos  y  de  correligio- 
narios, que  desde  en  1899  formaron  en  las  filas  del  melen- 
dismo,  el  señor  Meléndez  se  vió  obligado  a  aceptar  su 
candidatura,  ya  que  la  gran  mayoría  de  los  salvadoreños 
habia  exteriorizado  en  forma  indubitable  y  de  manera 
inequívoca  y  con  entera  libertad  su  propósito  inquebranta- 
ble de  elegirle  para  Presidente,  en  las   elecciones  de  1915. 

Inmenso  regocijo  causó  en  todos  los  ámbitos  del  país 
la  decisión  del  señor  Meléndez.  Como  por  milagro  cesarpn 
las  rivalidades  en  los  pueblos  y  villorrios,  y  la  confianza 
en  la  paz  y  el  apaciguamiento  se  abrió  paso  en  todos  los 
ánimos,  ante  la  hermosa  esperanza  de  llevar  en  propiedad 
al  sefior  Meléndez  al  solio  presidenciaL 

El  júbilo  era  muy  legítimo! 

Don  Carlos  Meléndez  había  salvado  al  país  de  una 
gran  catástrofe,  de  la  cual  se  .vió  ai  borde  con  motivo  de 
los  sucesos  de  febrero. 

Habia  restablecido  en  el  país  el  principio  de  autoridad 
había  continuado  con  actividad,  con  tacto,  con  energía  la 
obra  administrativa,  no  obstante  las  dificultades  financieras; 
y  había  por  eso  mismo  evitado  el  derramamiento  de  sangre 
de  hermanos,  que  hubiera  sido  fatal  hasta  para  nuestra 
soberanía. 

Don  Carlos  llegó  al  Poder  cuando. el  pandemónium  de 
las  pasiones  políticas  desencadenadas  parecía  que  iban  a 
hundir  al  país  en  la  sima  sin  fondo  de  la  anarquía,  y  al 
dejarlo  en  agosto  último,  ya  la  fiebre  política  habia  cesado 
y  los  pueblos  estaban  entregados  tranquilamente  al  trabajo. 

Aceptó  la  Presidencia  como  un  puesto  de  trabajo  y  en 
tal  sentido  la  desempeñó  de  un  modo  irreprochable. 

Su  actividad  en  el  Gobierno  fué  ejemplarísima;  le  ha 
comunicado  a  la  Presidencia,  cierta  dignidad  emanada  de 
su  probidad  sin  tacha,  un  poco  descuidada  por  otros  hom- 
bres que  desfilaron  por  el  Poder;  cierta  atmósfera  de  dis- 
tinción a  la  que  no  poco  ha  contribuido  la  exquisita  cultura 
y  gentileza  de  su  atnable  compafiera  dofia  Sara*  No  ha 
sido  un  mandatario  hosco,  autoritario,  imperante  en  el 
ejercicio  de  su  alto  cargo;  ha  conservado  en  él  su  carácter 
de  ciudadano  de  costumbres  austeras,  laboriosas  y  sencillas 
y  un  noble  sello  de  hombre  de  sociedad  y  de  familia. 


189 


ALBUM  PATRIÓTICO 

Hizo,  pues,  con  constancia,  con  tesón  y  patriotismo  todo 
lo  que  podía  hacerse  de  bueno,  en  las  circunstancias  azaro- 
sas en  que  mantuvieron  al  país  las  disputas  acaloradas  de 
los  politiqueros  y  agitadores  del   pueblo.  ,  -4 

¿A  quién  que  examine  sin  pasión,  pues,  el  colorido  de 
los  últimos  acontecimientos  de  la  Naciófi,  los  antecedentes 
limpios  del  señor  Meléndez,  y  su  proficua  actuación  guber- 
namental, puede  sorprenderle  que  haya  sido  aclamado  por 
el  país  entero  el  depositar  el  29  de  agosto  ultimo  la  Pre- 
sidencia en  el  señor  doctor  Quiflónez,  y  que  en  la  campana 
electoral  ninguno  se  haya  presentado  a  disputarle  el  voto 
del  pueblo  salvadoreño?  , 

A  nadie  puede  causarle  sorpresa  el  desenlace  pacifico 
de  esa  jornada  eleccionaria,  en  que  el  pueblo,  la  democra 
cia  por  espontáneo  movimiento  de  su  conciencia    ha  con- 
sagrado con  sus  sufragios  al  prestisiado  caudillo  social 

señor  Meléndez.  .  ,  j- 

La  vida  y  la  obra  del  señor  Meléndez  tienen  la  diafa- 
nidad y  la  limpidez  de  un  cielo  sereno,  puro  y  tranquilo, 

V  por  eso  su  política  empalma  con  una  ética  elevada,  que 
se  impone  a  la  admiración  de  todas  las  conciencias  nobles. 

Por  eso  es  memorable  y  digno  de  marcarse  con  piedra 
blanca  en  las  páginas  de  la  Historia,  la  ascensión  de  un 
hombre  como  el  señor  Meléndez  que  lleva  al  Poder  gran- 
des ejecutorias  morales  y  mentales,  que  garantizan  plena- 
mente que  hará  la  felicidad  de  los  salvadoreños,  con  una 
administración  en  donde  brillen,  la  probidad  y  el  animo  per- 
fecto de  redimir  de  la  ignorancia  y  de  los  vicios  a  las  masas. 

Ante  las  grandes  conveniencias  nacionales,  ante  la 
necesidad  imperiosa  de  evitar  que  el  tumulto  de  las  pasio- 
nes políticas  desgarraran  el  manto  sagrado  de  la  República,. 

V  de  que  el  suelo  salvadoreño  no  se  manchara  con  la  san- 
gre de  sus  hijos,  la  elección  de  don  Carlos  Meléndez  se 
imponía  con  todos  los  caracteres  de  una  necesidad  nacio- 
nal. Era  y  es,  podemos  decirlo  muy  alto,  el  hombre  necesa- 
rio para  salvar  la  situación.  j  a 

Ese  hombre  moralmente  se  impuso  a  la  consideración 
de  tod(»s  y  ante  su  presencia  los  odios  se  aplacaron,  las 
ambiciones  cayeron  por  su  base  y  los  pueblos  los  rodearon, 
como  el  único  hombre  capaz  de  mantener  la  armonía  de  la 
familia  salvadoreña  y  de  poner  a  raya  a  los  facciosos  que 
se  disputaban  el  Poder. 

190 


ALBUM  PATRIÓTICO 

Hizo  pues,  con  constancia,  con  tesón  y  patriotismo  todo 
lo  que  podía  hacerse  de  bueno,  en  las  circunstancias  azaro- 
sas en  que  mantuvieron  a!  pais  las  disputas  acaloradas  de 
los  politiqueros  y  agitadores  del   pueblo.  ,    ■  ,  , 

¿A  quién  que  examine  sin  pasión,  pues,  el  coloiido  ue 
los  últimos  acontecimientos  de  la  Nación,  los  antecedentes 
limpios  del  señor  Meléndez,  y  su  proficua  actuación  guber- 
namental, puede  sorprenderle  que  liaya  sido  aclamado  por 
el  pais  entero  el  depositar  el  29  de  agosto  ultimo  la  Pre- 
sidencia en  el  señor  doctor  Quiñónez,  y  que  en  la  campana 
electoral  ninguno  se  haya  presentado  a  disputarle  el  voto 
del  pueblo  salvadoreño? 

A  nadie  puede  causarle  sorpresa  el  desenlace  pacitico 
de  esa  jornada  eleccionaria,  en  que  el  pueblo,  la  democra 
cía  por  espontáneo  movimiento  de  su  conciencia,   ha  con- 
sagrado con  sus  sufragios  al  prestigiado  caudillo  social 

señor  Meléndez.  ,  t„ 

La  vida  V  la  obra  del  señor  Meléndez  tienen  la  diata- 
nidad  y  la  limpidez  de  un  cielo  sereno,   iniro  y  tranquilo, 

V  por  eso  su  política  empalma  con  una  ética  elevada,  que 
se  impone  a  la  admiración  de  todas  las  conciencias  nobles. 

Por  eso  es  memorable  y  digno  de  marcarse  con  piedra 
blanca  en  las  páginas  de  la  Historia,  la  ascensión  de  un 
hombre  como  el  señor  Meléndez  que  lleva  al  Poder  gran- 
des ejecutorias  morales  y  mentales,  que  garantizan  plena- 
mente que  hará  la  felicidad  de  los  salvadoreños,  con  una 
administración  en  donde  brillen,  la  probidad  y  el  animo  per- 
fecto de  redimir  de  la  ignorancia  y  de  los  vickís  a  las  masas. 

Ante  las  grandes  conveniencias  nacionales,  ante  la 
necesidad  imperiosa  de  evitar  que  el  tumulto  de  las  pasio- 
nes políticas  desgarraran  el  manto  sagrado  de  la  República, 

V  de  que  el  suelo  salvadt)reño  no  se  manchara  con  la  san- 
gre de  sus  hijos,  la  elección  de  don  Carlos  Meléndez  se 
imponía  con  todos  los  caracteres  de  una  necesidad  nacio- 
nal. Era  y  es,  podemos  decirlo  muy  alto,  el  hombre  necesa- 
rio para  salvar  la  situación. 

Ese  hombre  moralmente  se  impuso  a  la  consideración 
de  todtis  y  ante  su  presencia  los  odios  se  aplacaron,  las 
ambiciones  cayeron  por  su  base  y  los  pueblos  los  rodearon, 
como  el  único  hombre  capaz  de  mantener  la  armonía  de  la 
familia  salvadoreña  y  de  poner  a  raya  a  los  facciosos  que 
se  disputaban  el  Poder. 


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u. 

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ALBUM  PATRIÓTICO 


Eso  fue  muy  natural. 

Ya  en  otros  pueblos  la  Historia  ha  recogido  el  mismo 

fenómeno.  , 

Los  amplios  senos  de  las  democracias  modernas,  están 
surcados  de  opuestas  e  impetuosas  corrientes  de  ideas,  mas 
no  son  los  hombres  que  patronean  las  luchas  políticas,  los 
que  en  una  elección  general  se  llevan  los  laureles  de  la 

victoria.  ,  i  . 

Bien  miradas  las  cosas,  una  elección  general  es  una 
transacción,  es  un  acuerdo,  es  un  alto  en  la  brega,  y  su 
resultado  no  puede  ser  otro  que  la  elección  de  un  hombre 
relativamente  nuevo  en  la  política,  de  uno  que  concihe,  que 
concierte,  que  armonice  por  su  temperamento  liberal  las 
opuestas  propensiones  de  la  sociedad.  ^ 

Esa  ha  sido  la  característica  de  repetidas  elecciones  en 
Francia,  en  Estados  Unidos,  en  Chile  y  en  el  Brasil  y 
creemos  que  ellas  han  liecho  mucho  bien  a  la  vida  de 

aquellas  democracias.  ^  ,  .  x 

Ha  sido,  pues,  en  cierto  modo,  la  opinión  del  justo  me- 
dio la  que  ha  llevado  al  señor  Meléndez  al  solio  presiden- 
cial ese  justo  medio  que  fue  la  característica  de  la  política 
de  un  Guizot,  y  que  también  ha  sido  preconizado  para 
transar  las  disidencias  entre  la  Cámara  de  los  Comunes  y 
la  de  los  Lores  en  Inglaterra  en  1910. 

Lógico  es  que  esa  orientación  civilista,  sea  de  grandes 
y  benéticas  consecuencias  para  la  democracia  salvadoreña 
y  que  ella  entrañe  el  afianzamiento  de  las  instituciones  re- 
publicanas, base  de  la  prosperidad  de  la  Nación. 

Ha  recibido  el  Poder  el  sefior  Presidente  Meléndez  del 
sefior  Presidente  doctor  Quiñónez,  quien  ha  ejercido  aquella 
alta  magistratura  durante  siete  meses. 

Forzoso  es  que  en  esta  reseña  nos  detengamos  con 
respeto  un  momento,  ante  la  atinada  labor  gubernamental 
del  Sr  Dr  Quiñónez,  este  joven  Académico  que  ha  sabido 
poner  muy  alto  el  prestigio  de  la  Presidencia  de  El  Salvador, 
resolviendo  con  verdadera  pericia  y  acierto  los  múltiples 
problemas  con  que  se  ha  encarado  la  República  en  estos 
tiempos  de  crisis,  en  que  se  hallan  sumidos  todos  los  pueblos 
del  Orbe  con  motivo  de  la  horrenda  conflagración  europea. 


192 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Ha  puesto  de  resalto  el  doctor  Quiñónez  M.,  en  los  pocos 
meses  de  mando  en  que  le  cupo  desempeñar  la  Presiden- 
cia, raras  dotes  para  la  Administración,  excelentes  facultades 
de  paciente  organizador  y  activo  propulsor  de  la  cultura 
del  país,  en  todas  sus  manifestaciones. 

La  penuria  financiera  no  le  ha  permitido  hacer  labor 
de  estadista,  pero  su  estadía  en  el  Poder,  hale  permitido 
mostrarse  Presidente  hábil  y  Gobernante  capaz  para  ma- 
yores empeños  y  proyecciones  fructuosas  para  el  desenvol- 
vimiento progresivo  de  la  República. 

Ahí  está  la  Escuela  Normal  abierta  por  él,  como  test!- 
monio  de  su  profundo  amor  por  la  instrucción  popular. 

Esa  será  la  obra  de  más  consecuencia  de  los  meses  de 
mando  del  doctor  Quiñónez  M.;  mas  también  lo  demás  de 
su  árdua  labor  administrativa,  lleva  el  sello  de  la  opwtuni- 
dad  y  de  la  eficacia. 


Saludemos  con  el  corazón  henchido  de  esperanzas  esta 
fecha  inmortal  de  este  día  glorioso,  punto  de  partida 
de  una  ristra  de  triunfos  para  la  cultura  y  la  grandeza  de 
la  República. 

ISIDRO  MONCADA. 


QE  ñYER  ñ  HOY 


(Para  el  *  Album  Patriótico.») 

El  día  que  el  actual  Presidente  de  la  República  prestó 
ante  la  Asamblea  Nacional  Legislativa  la  promesa  constitu- 
cional de  ser  fiel  custodio  de  las  instituciones  y  de  los  fueros 
e  integridad  de  la  Nación,  es  una  fecha  que  marcará  una 
nueva  era  en  la  vida  política  de  la  Patria  Salvadoiefia.  Es 
cierto  que  todos  los  que  han  escalado  la  Presidencia  han 
hecho  igual  protesta  a  la  faz  del  Primer  Poder  Público  y  de 
todo  el  pais;  pero  raros  son  los  ciudadanos  que  no  han 
subrayado  con  hechos  ominosos  en  las  páginas  de  la  patria 
historia  el  cánon  que  debe  ser  sagrado  para  todo  hombre 
de  honor  y  de  conciencia.  Decir,  nada  cuesta,  cuando  no 
hay  integridad  en  la  palabra  ni  el  interés  de  conservar  una 


13 


193 


ALBUM  PATinÓTlCO 


reputación  moral  evidente.  Pero,  cumplir  con  fidelidad  y  hasta 
con  sacrificios  supremos,  lo  que  se  ha  prometido,  máxime 
ante  la  majestad  de  un  pueblo,  es  deber  que  solo  está  al 
alcance  de  las  almas  sencillamente  heroicas  en  el  cumpli- 
miento de  sus  destinos.  Por  eso  es  que,  todos  los  que  conoce- 
mos intimamente  la  hsonomía  moral  de  los  dilectos  prohombres 
<iue  asumieron  el  Supremo  Poder  Ejecutivo  el  día  primero 
de  marzo,  fecha  inicial  del  cuatrienio  político  de  la  República, 
nos  sentimos  poseídos  de  un  sentimiento  muy  intenso  que 
podría  traducirse  por  este  grito  interno  y  espontáneo:  ¡Viva 
la  Patria! 

Lo  que  decimos  del  meritísimo  ciudadano  don  Carlos 
Meléndez,  puede  pensarse  también  al  evocar  la  simpática 
figura  que,  aureolada  por  la  luz  de  la  ciencia  y  la  honradez 
más  pura,  se  presenta  a  la  contemplación  del  pueblo,  a  la 
par  del  eximio  patriota  que  rige  nuestros  destinos,  del  Dr. 
don  Alfonso  Quiñónez  Molina,  cuya  prudente  política  y 
atinada  Administración  interina  le  valieron  el  justo  premio 
de  ser  elevado  a  la  Vicepresidencia  de  El  Salvador  en  el 
período  que  terminará  en  1919. 

Don  Carlos  Meléndez  y  el  doctor  don  Alfonso  Quiñónez 
Molina,  simbolizan,  en  el  actual  momento  histórico,  la  suma 
de  ideales,  los  más  altos,  a  que  puede  aspirar  un  pueblo 
libre  en  evolución.  Nada  hay  en  ellos,  en  su  vida  privada 
y  pública,  que  no  concurra  a  afirmar  la  confianza  que  la 
Nación  tiene  puesta  en  sus  excepcionales  dotes  para  mandar 
la  República  con  brillo  y  provecho.  Cultura  social  y  moral, 
sólida  experiencia,  y,  sobre  tan  recomendables  prendas,  un 
patriotismo  que  nadie  puede  poner  en  duda,  después  de 
haber  ejercido  ambos  con  singular  pericia  el  Poder  Ejecutivo 
Nacional. 

Sin  remontamos  a  los  lejanos  períodos  de  la  historia 
patria,  creemos  que  cualquier  hombre  de  observación  y 
prudencia  puede  formar  un  paralelo  entre  lo  que  ha  sucedi- 
do y  sucede  hoy  con  lo  que  hemos  dado  en  llamar  política. 
Esta  era  antes  el  arte  de  llegar  a  las  alturas  del  Poder 
para  conculcar  las  libertades  individuales,  ejercer  dominio 
absoluto  sobre  personas  y  bienes,  y  diezmar  a  los  ciudada- 
nos por  divergencias  de  opinión  y  de  creencias.  La  política 
de  hoy,  es  decir,  la  que  conocemos  de  los  dos  prominentes 
hombres  del  momento,  es  presentar  de  modo  transparente 
e  indubitable»  brillanti«mas  fojas  de  servicio  en  pro  de  la 


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ALBUM  PATRIÓTICO 


reputación  moral  evidente.  Pero,  cumplir  con  fidelidad  y  hasta 
con  sacrificios  supremos,  lo  que  se  ha  prometido,  máxime 
ante  la  majestad  de  un  pueblo,  es  deber  que  solo  está  al 
alcance  de  las  almas  sencillamente  heroicas  en  el  cumpli- 
miento de  sus  destinos.  Por  eso  es  que,  todos  los  que  conoce- 
mos intimamente  la  tisonomia  moral  de  los  dilectos  prohombres 
que  asumieron  el  Supremo  Poder  Ejecutivo  el  día  primero 
de  marzo,  fecha  inicial  del  cuatrienio  político  de  la  República, 
nos  sentimos  poseídos  de  un  sentimiento  muy  intenso  que 
podría  traducirse  por  este  grito  interno  y  espontáneo:  ¡Viva 
la  Patria  1 

Lo  que  decimos  del  meritisimo  ciudadano  don  Carlos 
Meléndez,  puede  pensarse  también  al  evocar  la  simpática 
figura  que,  aureolada  por  la  luz  de  la  ciencia  y  la  honradez 
más  pura,  se  presenta  a  la  contemplación  del  pueblo,  a  la 
par  del  eximio  patriota  que  rige  nuestros  destinos,  del  Dr. 
don  Alfonso  Quiñónez  Molina,  cuya  prudente  política  y 
atinada  Administración  interina  le  valieron  el  justo  premio 
de  ser  elevado  a  la  Viccpresidencia  de  El  Salvador  en  el 
periodo  que  terminará  en  1919. 

Don  Carlos  Meléndez  y  el  doctor  don  Alfonso  Quiñónez 
Molina,  simbolizan,  en  el  actual  momento  histórico,  la  suma 
de  ideales,  los  más  altos,  a  que  puede  aspirar  un  pueblo 
libre  en  evolución.  Nada  hay  en  ellos,  en  su  vida  privada 
y  pública,  que  no  concurra  a  afirmar  la  cc-nfianza  que  la 
Nación  tiene  puesta  en  sus  excepcionales  dotes  para  mandar 
la  República  con  brillo  y  provecho.  Cultura  social  y  moral, 
sólida  experiencia,  y,  sobre  tan  recomendables  prendas,  un 
patriotismo  que  nadie  puede  poner  en  duda,  después  de 
haber  ejercido  ambos  con  singular  pericia  el  Poder  Ejecutivo 
Nacional. 

Sin  remontamos  a  los  lejanos  períodos  de  la  historia 
patria,  creemos  que  cualquier  hombre  de  observación  y 
prudencia  puede  formar  un  paralelo  entre  lo  que  ha  sucedi- 
do y  sucede  hoy  con  lo  que  hemos  dado  en  llamar  política. 
Esta  era  antes  el  arte  de  llegar  a  las  alturas  del  Poder 
para  conculcar  las  libertades  individuales,  ejercer  dominio 
absoluto  sobre  personas  y  bienes,  y  diezmar  a  los  ciudada- 
nos por  divergencias  de  opinión  y  de  creencias.  La  política 
de  hoy,  es  decir,  la  que  conocemos  de  los  dos  prominentes 
hombres  del  momento,  es  presentar  de  modo  transparente 
e  indubitable,  brillantisimas  fojas  de  servicio  en  pro  de  la 


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ALBUM  PATRIÓTICO 

cultura  intensiva  de  los  salvadoreños;  oponer  su  fortuna 
personal  y  todas  sus  energías  a  la  tremenda  crisis  que  vino 
a  coronar  la  obra  nefasta  de  los  malos  patriotas  de  otras 
épocas;  robustecer  el  principio  de  autoridad  y  promover 
obras  de  mayor  cuantía  ahí  donde  la  anarquía  quiso  des- 
quiciar los  cimientos  de  la  sociedad  y  destruir  el  acervo  de 
muchos  lustros  de  paciente  labor  inteligente. 

Si  hay  consecuencia  en  el  proceso  etiológico  de  deter- 
minadas personalidades,  y  si  hay  lógica  para  precisar  las 
trayectorias  de  los  espíritus  fuertes,  capaces  de  realizar  grandes 
cosas,  podemos  esperar  que  esas  energías  disciplinadas  y 
fortalecidas  con  la  opinión  incondicionnl  del  país,  señalarán 
su  paso  por  el  Poder  como  los  antiguos  patricios  griegos 
que  constelaron  su  querido  suelo  de  obras  de  la  más  alta 
belleza,  y  su  historia  de  ejemplos  perdurará  en  el  pen- 
samiento de  los  pueblos  mientras  haya  humanidad  que  rinda 
cuito  al  genio  del  trabajo  y  la  constancia. 

San  Salvador,  4  de  marzo  de  1915. 

Carlos  Urrutia  F. 


EL  TRIUNFO  DEL  PATWOTISMO 

LA  TRASMISION  DEL  PODCR 


De  uno  a  otro  confín  de  la  República  se  celebra  hoy^ 
con  patriótico  entusiasmo,  la  exaltación  a  la  Jefatura  del  Estado, 
del  honrado  ciudadado  don  Carlos  Meléndez.  En  todas  las 
poblaciones  del  pais  se  festeja  esta  fecha,  tanto  por  la  alta 
trascendencia  que  representa,  como  por  ser  un  triunfo  de  la 
democracia  salvadoreña,  que  hace  más  de  una  década  vie- 
ne dando  pruebas  de  verdadadero  republicanismo,  encau- 
zándose por  una  vía  amplia  de  paz  y  bienestar.  Desde  que 
el  nombre  del  señor  Meléndez  fué  lanzado  a  los  cuatro 
vientos  como  un  heraldo  de  concordia  y  esperanza,  halló 
profunda  acogida  en  el  corazón  del  pueblo,  porque  la  per- 
sonalidad de  tan  brillante  salvadoreño,  hace  mucho  tiempo 
que  es  blasón  y  orgullo  de  la  Patria, 

Al  principio  de  la  campaña  electoral,  no  faltaron  seres 
extraviados,  que  empujados  por  manos  aviesas,  pretendieran 
callar  los  vítores  de  las  muchedumbres  que  proclamaban  a! 


196 


ALBUM  PATRIÓTICO 

cultura  intensiva  de  los  salvadoreños;  oponer  su  fortuna 
personal  y  todas  sus  energías  a  la  tremenda  crisis  que  vino 
a  coronar  la  obra  nefasta  de  los  malos  patriotas  de  otras 
épocas;  robustecer  el  principio  de  autoridad  y  promover 
obras  de  mayor  cuantía  ahí  donde  la  anarquía  quiso  des- 
quiciar los  cimientos  de  la  sociedad  y  destruir  el  acervo  de 
muchos  lustros  de  paciente  labor  inteligente. 

Si  hay  consecuencia  en  el  proceso  etiológico  de  deter- 
minadas personalidades,  y  si  hay  lóiíica  para  precisar  las 
trayectorias  de  ios  espiritus  fuertes,  capaces  de  realizar  grandes 
cosas,  podeiiK^s  esperar  que  esas  energías  disciplinadas  y 
fortalecidas  con  la  opinión  incondicional  del  país,  señalarán 
su  paso  por  el  Poder  como  los  antiguos  patricios  griegos 
que  constelaron  su  querido  suelo  de  obras  de  la  más  alta 
belleza,  y  su  historia  de  ejemplos  perdurará  en  el  pen- 
samiento de  los  pueblos  mientras  haya  humanidad  que  rinda 
culto  al  genio  del  trabajo  y  la  constancia. 

San  Salvador,  4  de  marzo  de  1915. 

Carlos  Urrutia  F. 


EL  TRIUNFO  DEL  PATMOTISMO 

LA  TRASMISION  DEL  PODE,R 


De  uno  a  otro  confín  de  la  República  se  celebra  hoy, 
con  patriótico  entusiasmo,  la  exaltación  a  la  Jefatura  del  Estado, 
del  honrado  ciudadado  don  Carlos  Meléndez.  En  todas  las 
poblaciones  del  pais  se  festeja  esta  fecha,  tanto  por  la  alta 
trascendencia  que  representa,  como  por  ser  un  triunfo  de  la 
democracia  salvadoreña,  que  hace  más  de  una  década  vie- 
ne dando  pruebas  de  verdadadero  republicanismo,  encau- 
zándose por  una  vía  amplia  de  paz  y  bienestar.  Desde  que 
el  nombre  del  señor  Meléndez  fué  lanzado  a  los  cuatro 
vientos  como  un  lieraldt)  de  ct)ncordia  y  esperanza,  halló 
profunda  acogida  en  el  corazón  del  pueblo,  porque  la  per- 
sonalidad de  tan  brillante  salvadoreño,  hace  mucho  tiempo 
que  es  blasón  y  orgullo  de  la  Patria. 

Al  principio  de  la  campaña  electoral,  no  faltaron  seres 
extraviados,  que  empujados  por  manos  aviesas,  pretendieran 
callar  los  vítores  de  las  muchedumbres  que  proclamaban  al 


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ALBUM  PATRIÓTICO 


señor  Meléndez  como  candidato  al  Poder;  pero  luego  urt 
examen  de  conciencia  y  la  contemplación  del  formidable 
partido  melendista,  hizo  que  esos  patrioteros  rindieran  las 
armas  y  quedaran  mudos  ante  la  opinión  sensata  de  las 
masas.  Y  entonces  tomó  más  potente  peso  la  candidatura, 
con  tantas  proporciones,  que  la  elección  del  señor  Meléndez, 
ha  sido,  puede  decirse,  por  aclamación. 

La  nación  debe  sentirse  intimamente  ufana  por  haber 
demostrado  una  vez  más  .que  sus  hijos  saben  sobreponer  a 
los  intereses  de  bandería,  los  sagrados  intereses  de  la  Patria, 
cuando  se  trata  de  salvar  la  paz  y  el  buen  nombre  de  la 
República. 

El  ciudadano  que  regirá  sus  destinos  en  el  próximo 
cuatrienio,  es  una  prenda  de  orden,  progreso  y  libertad. 
Tanto  él  como  el  Vicepresidente,  doctor  don  Alfonso  Qui- 
ñónez  M.,  deben  sentirse  satisfechos  por  haber  sido  premiados 
sus  merecimientos  con  la  alta  dignidad  de  ser  ungidos  por 
el  óleo  del  patriotismo  patrio. 

El  Comercio,  que  se  considera  como  uno  de  los  voce- 
ros del  sentimiento  salvadoreño,  tiene  hoy  el  honor  de  rendir 
sus  homenajes  a  las  personalidades  de  don  Carlos  Meléndez 
y  Dr.  don  Alfonso  Quiñónez  M.,  quienes,  en  la  actualidad, 
representan  los  ideales  más  altos  de  este  pueblo  viril  y  sen- 
sato. 

San  Salvador,  marzo  lo.  de  1915. 


IMPORTANTES  CARTAS  POLITICAS  A  LOS 
SEÑORES  MELENDEZ-QUIÑONEZ 


San  Salvador,  lo.  de  marzo  de  1915. 

Señor  Üon  Carlos  Meléndez,  Presidente  Constitucional  de  la 
República. — Presente. 

Excelentísimo  señor: 

Se  ha  llegado  el  momento  supremo  en  que  se  abre  pa- 
ra vos  el  libro  de  la  historia,  para  conquistaros  en  él  una 
de  sus  páginas  como  personalidad  política,  influyente  en  los 
destinos  de  la  Nación,  página  luminosa,  como  tenemos  de- 
recho a  esperarlo  todos  vuestros  conciudadanos,  si  las  ideas 
que  lleváis  al  ejercicio  del  gobierno  levantan  muy  alto  los 

198 


ALBUM  PATMÓTICO 


intereses  y  el  nombre  de  la  República,  y  si  los  propósitos 
que  deseáis  realizar  corresponden  a  la  confianza  Que  hoy 
se  os  deposita,  pues  como  se  ha  dichoya  en  igualdad  de- 
circunstancias,  no  basta  "la  simple  promesa  de  cumplir  la 
Constitución  y  las  leyes, porque  esto,  es  deber  de  honorso- 
bre  entendido  al  desempeño  de  funciones  publicas. 

Vais  a  estimular,  a  activar  y  promover  en  consonancia 
con  las  ideas  modernas  y  con  la  observancia  de  los  pre- 
ceptos legales,  sin  los  cuales  no  tienen  base  la  justicia  ni 

el  orden  social.  ,  , 

Hacemos  votos  al  cielo  porque  vuestras  nobles  aspira- 
ciones armonicen  la  ley  con  las  ideas  y  necesidades  de  la 

^*^^^Que  encarriléis  al  país  en  una  mayor  cuitara  integral, 
en  una  más  amplia  instrucción  popular,  fundada  en  la  ido- 
neidad docente,  por  medio  de  las  Escuelas  Normales  de 
Institutores,  en  una  sólida  enseñanza  facultativa,  en  una 
consciente  organización  y  armónico  funcionamiento  municipal, 
nara  realizar  la  educación  de  la  raza  indígena,  cuya  moditica- 
ción  psíquica  y  social  la  hace  apta  para  entrar  de  lleno  en 
el  concierto  de  la  ciudadanía,  objetivo  que  no  alcanzan  el 
rutinarismo  ni  la  escuela  sin  proyecciones. 

Ojalá  señor,  que  encaucéis  las  instituciones  bancarias, 
para  hacer  práctico  el  régimen  monetario  y  más  regular  y  más 
severo  el  manejo  del  crédito,  pues  el  verdadero  desarrolla 
de  la  vida  económica  de  las  naciones  depende  del  movi- 
miento firme  y  seguro  de  esos  dos  ejes. 

El  espíritu  moderno  exije  que  los  gobiernos  prevean 
el  cumplimiento  de  las  garantías  aceptadas  por  las  naciones 
v  tiendan  a  crear  fondos  especiales  destinados  a  la  impe- 
riosa necesidad  de  servidas,  para  aumentar,  si  fuere  posible, 

el  crédito  del  estado.  . 

No  dudamos,  señor,  que  vuestro  gobierno  propenda  a 
fortalecer  los  medios  de  seguridad  con  que  cuenta  el  país, 
desarrollando  el  espíritu  de  nacionalidad  y  el  anhelo  pa- 
triótico de  ser  grandes  y  fuertes,  sobre  cuya  base  descan- 
sa el  edificio  político  y  constituye  el  alma  misma  dd  orga- 
nismo institucional.  ,  .  .        x  usx 

Vuestro  espíritu  de  previsión  debe  fortalecer  también 
las  condiciones  económicas  de  la  República,  adoptando  un 
proteccionismo  razonable,  para  hacernos  más  independientes 
del  exterior,  proveyendo  con  la  producción  propia  las  mas 


199 


ALBUM  PATRIÓTICO 


premiosas  necesidades  de  nuestra  existencia.  Así  formare- 
mos un  pueblo  normal  con  nuestras  aptitudes  para  defen- 
dernos y  xon  nuestros  propios  recursos  para  vivir,  acre- 
centados y  desarrollados  constantemente  por  su  comercio, 
por  su  industria  y  agricultura. 

De  vuestra  honorabilidad  y  limpios  antecedentes  espera 
el  país  que  concurráis  como  gobernante  a  hacer  "pronta  y 
positiva  la  justicia,  porque  es  bien  sabido,  que  en  un  am- 
biente de  impunidad,  de  inercia  o  de  retardación  judicial,  no 
pueden  prosperar  ni  subsistir  los  vitales  intereses  de  ningu- 
na asociación/'  y  la  comunidad  salvadoreña,  en  este  augusto 
recinto  y  en  este  momento  histórico,  os  entrega  la  direc- 
ción suprema  de  sus  destinos. 

Vuestra  lealtad  como  hijo  y  como  esposo  modelo,  como 
amigo  sincero  y  como  ciudadano  integérrimo,  tiene  que 
acompañaros  y  presidir  todos  vuestros  actos  como  gobernante, 
y  es  en  esta  última  y  elevada  esfera  en  donde  debéis  afir- 
mar "la  cordialidad  internacional,  como  tópico  primordial  de 
toda  sana  política  y  condición  indispensable  de  reciproca 
prosperidad  y  de  vinculación  de  intereses  entre  las  naciones 
del  globo"  y,  sobre  todo,  entre  aquellas  con  quienes  El  Sal- 
vador está  vinculado  en  sus  destinos  finales  por  su  origen, 
por  su  raza,  por  su  historia  y  por  su  común  porvenir. 

Es  en  este  sentido,  señor,  que  vuestro  elevado  y  pa- 
triótico criterio  ha  comprendido  la  necesidad  de  ordenar  la 
administración  de  nuestras  fronteras,  y  realizar  la  conquista 
moral  de  las  componentes  sociales  de  la  República,  para 
que  todos  los  elementos  coadyuven  a  levantar,  como  medios 
de  segura  grandeza,  las  energías  morales  e  intelectuales  del 
.  pueblo,  por  medio  de  la  saludable  enseñanza  del  ejemplo, 
que  es  sin  disputa,  la  más  edificante  si  es  buena  y  la  más 
corruptora  si  es  mala. 

Risueño  porvenir  nos  espera,  si  durante  vuestro  gobier- 
no, se  prolongan  empeñosamente  los  ferrocarriles,  llevándolos 
como  al  efecto  está  sucediendo,  de  frontera  a  frontera,  acep- 
tando con  energía  los  sacrificios  que  la  ejecución  de  esa 
grande  obra  impone  al  país,  a  cuyo  efecto  se  espera,  y  con 
sobrada  razón,  de  vuestras  dotes  financieras,  que  daréis  con- 
sistencia a  la  economía  general,  para  hacer  que  la  riqueza 
pública  y  privada  tengan  garantías  de  estabilidad,  y  hacer 
que  el  país  cubra  con  su  producción  sus  primeras  necesidades, 
que  la  harina,  o  sea  el  pan,  deje  de  ser  artículo  de  impor- 


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ALBUM  PATRIÓTICO 


premiosas  necesidades  de  nuestra  existencia.  Asi  formare- 
mos un  pueblo  normal  con  nuestras  aptitudes  para  defen- 
dernos y  xon  nuestros  propios  recursos  para  vivir,  acre- 
centados y  desarrollados  C()nstantemente  por  su  comercio, 
por  su  industria  y  agricultura. 

De  vuestra  honorabilidad  y  limpios  antecedentes  espera 
el  país  que  concurráis  como  gobernante  a  hacer  "pronta  y 
positiva  la  justicia,  porque  es  bien  sabido,  que  en  un  am- 
biente de  impunidad,  de  inercia  o  de  retardación  judicial,  no 
pueden  prosperar  ni  subsistir  los  vitales  intereses  de  ningu- 
na asociación,"  y  la  comunidad  salvadoreña,  en  este  augusto 
recinto  y  en  este  momento  histórico,  os  entrega  la  direc- 
ción suprema  de  sus  destinos. 

Vuestra  lealtad  como  hijo  y  como  esposo  modelo,  como 
amigo  sincero  y  como  ciudadano  integérrimo,  tiene  que 
acoHipañaros  y  presidir  todos  vuestros  actos  como  gobernante, 
y  es  en  esta  última  y  elevada  esfera  en  donde  debéis  afir- 
mar "la  cordialidad  internacional,  como  tópico  primordial  de 
toda  sana  política  y  condición  indispensable  de  reciproca 
prosperidad  y  de  vinculación  de  intereses  entre  las  naciones 
del  globo"  y,  sobre  todo,  entre  aquellas  con  quienes  El  Sal- 
vador está  vinculado  en  sus  destinos  finales  por  su  origen, 
por  su  raza,  por  su  historia  y  por  su  común  porvenir. 

Es  en  este  sentido,  señor,  que  vuestro  elevado  y  pa- 
triótico criterio  ha  comprendido  la  necesidad  de  ordenar  la 
administraciíni  de  nuestras  fronteras,  y  realizar  la  conquista 
moral  de  las  componentes  sociales  de  la  República,  para 
que  todos  los  elementos  coadyuven  a  levantar,  como  medios 
de  segura  grandeza,  las  energías  morales  e  intelectuales  del 
pueblo,  por  medio  de  la  saludable  enseñanza  del  ejemplo, 
que  es  sin  disputa,  la  más  edificante  si  es  buena  y  la  más 
corruptora  si  es  mala. 

Risueño  porvenir  nos  espera,  si  durante  vuestro  gobier- 
nOy  se  prolongan  empeñosamente  los  ferrocarriles,  llevándolos 
como  al  efecto  está  sucediendo,  de  frontera  a  frontera,  acep- 
tando con  energía  los  sacrificios  que  la  ejecución  de  esa 
grande  obra  impone  al  país,  a  cuyo  efecto  se  espera,  y  con 
sobrada  razíHi,  de  vuestras  diUes  financieras,  que  darcMs  con- 
sistencia a  la  econtímía  general,  para  hacer  que  la  riqueza 
pública  y  privada  tengan  garantías  de  estabilidad,  y  hacer 
que  el  país  cubra  con  su  producción  sus  primeras  necesidades, 
que  la  harina,  o  sea  el  pan,  deje  de  ser  articulo  de  impor- 


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Lago  de  la  Quinta  Modelo  de  San  Salvador. 


4 


Interior  del  Cuartel  de  Artillería  de  Santa  Ana.— El  Salvador 


ALBUM  PATRIÓTICO 


tación,  como  lo  son  ya  la  carne,  el  arroz,  los  frijoles,  el  mafz^ 
el  azúcar,  sino  en  circunstancias  excepcionales. 

En  vuestro  carácter  de  simple  ciudadano  y  como  in- 
dustrial en  grande  escala,  habéis  fundado  empresas  y  fo- 
mentado industrias  que  honran  al  pais;  y  por  eso  se  espera 
de  vuestras  iniciativas  como  gobernante,  el  implantamiento 
de  nuevos  derroteros  a  nuestras  industrias  rudimentarias, 
ensanchando  las  existentes,  perfeccionándolas  por  medio  del 
estímulo  y  haciéndolas  verdaderamente  lucrativas,  para  dar 
trabajo  remunerador  a  nuestra  clase  obrera  que,  a  pura  lucha 
tenaz  con  la  rutina  y  el  desaliento,  se  ha  conquistado  pues- 
to de  honor  en  las  lides  del  trabajo.  Ejemplo  palpitante 
ts  el  de  nuestros  telares,  cuyas  producciones  compiten  en 
calidad  y  donosura  con  las  de  las  grandes  manufocturas 
movidas  por  el  vapor  y  la  electricidad. 

Ojalá,  señor,  que  el  cultivo  del  algodón  le  dé  valo- 
rización a  las  tierras  que  en  inmensas  proporciones  todavía 
existen  incultas  en  el  Estado,  para  que  en  no  lejano  tiempo, 
y  quizá  antes  que  descendáis  del  poder,  nuestros  telares,  o 
los  que  debemos  formar,  vistan  a  nuestros  soldados,  y  que 
esos  millones  de  pesos  que  se  van  del  país  por  hilos  y  telas, 
aumenten  la  riqueza  pública  y  ensanchen  el  bienestar  y  mo- 
ralidad de  vuestros  compatriotas,  para  que  la  fabricación  del 
alcohol  y  algunos  de  nuestros  impuestos,  como  el  estanco,, 
de  ese  producto  abandonen  su  actual  base  antisocial,  sir- 
viendo asi  los  verdaderos  y  permanentes  intereses  nacionales. 
Vuestro  ilustre  antecesor,  el  modesto  Doctor  Quiftónez. 
Molina,  en  su  corto  interinato,  reglamentó  ya  de  manera 
sabia  y  previsora,  una  adecuada  inmigración,  destinada  a 
procurar  aptitudes  para  los  trabajos  mineros,  ferroviarios  y 
otras  industrias,  conteniendo  asi  esa  avalancha  de  charlatanes 
y  hasta  de  presidiarios  que  vienen  a  burlarse  con  su  insolen- 
cia de  nuestra  hospitalidad  y  a  satisfacer  su  sed  de  oro  y 
de  riqueza  mediante  explotaciones  vergonsozas  y  leoninas. 

Durante  los  veinte  meses  que  gobernásteis.  desde  la 
trágica  muerte  del  infortunado  Dr.  Araujo,  hasta  entregar  el 
Poder  Supremo  al  Designado  por  la  ley,  se  os  vió  no  omitir 
nada  para  completai  la  organización  militar  de  la  Nación  y 
para  hacer  del  ejército  una  gran  personalidad  moral,  cuya 
conciencia  sea:  "el  deber  sin  restricciones,  la  regla  de  su  vi- 
da, el  trabajo  sin  tregua,  la  razón  de  su  existencia,  la  abne- 
gación sin  límites,  el  ideal  de  su  heroísmo".  Siempre  que  el 


202 


ALBUM  PATRIÓTICO 


ejército  lleve  inscritos  en  sus  estandartes,  esos  lemas,  desapa- 
recerá el  caudillaje  y  las  bastardas  ambiciones  que  han  man- 
chado las  páginas  de  nuestra  historia  con  cuartelazos  y 
traiciones. 

Todos  los  ideales  patrióticos  y  nobles  aspiraciones  de 
bien  procumunal,  que,  como  candidato  habéis  manifestado,  y 
en  parte  practicado  como  gobernante  interino,  al  llegar  cons- 
títucionalmente  ál  solio  presidencial,  para  su  completa  efec- 
tividad, requieren  el  concurso  nacional,  la  colaboración  de 
todos  los  ciudadanos,  el  aporte  patriótico  de  todos  los 
salvadoreños,  sin  distinciones  de  ninguna  clase,  ni  coloridos 
políticos,  ya  sea  en  el  ejercicio  de  funciones  públicas  o  en 
el  valioso  concurso  de  su  opinión. 

Para  obtener  tal  concurso,  siempre  se  os  ha  visto  fomentar 
la  eficacia  de  los  principios  reguladores  de  la  justicia,  que 
en  todo  tiempo,  han  sido  como  lo  serán  durante  vuestra  ad- 
ministración, la  égida  de  los  procedimientos  nacionales.  Por 
eso  habéis  fomentado  la  respetabilidad  práctica,  que  está 
en  razón  directa  de  la  fuerza,  no  descuidando  la  institución 
armada  para  conservar  la  paz,  que  "nunca  es  más  cierta 
que  cuando  la  defensa  bien  preparada  la  garantiza." 

Nuestra  situación  económica  no  sería  tan  critica,  si  el 
viento  huracanado  de  desolación  y  de  muerte  que  arraza  a 
la  infortunada  Europa,  no  hubiera  matado  en  la  cuna  vues- 
tra patriótica  iniciativa,  ter  dente  a  fundar  el  Banco  Agríco- 
la Hipotecario.  Pero  el  país  ha  tomado  nota  del  espíritu  de 
previsión  y  patriotismo  que  implica  aquel  ideal  económico 
y  espera,  con  sobrada  razón,  que  no  omitiréis  ningún  es- 
fuerzo, por  difícil  que  se  considere,  por  impracticable  que 
parezca,  para  alcanzar  los  resultados  que  en  el  orden  eco- 
nómico reclaman  los  más  vitales  intereses  públicos  y  pri- 
vados* 

El  Salvador  es  un  país  riquísimo  y  el  malestar  que  lo 
aflije  no  fluye  del  agotamiento  de  sus  fuentes  de  producción, 
sino  de  la  irregular  circulación  monetaria,  pues  los  bancos 
no  nos  pueden  dar  en  canje  de  su  billete,  el  oro  que  dice 
representar,  para  pagar  con  ese  oro,  en  defecto  de  letras, 
nuestros  saldos  en  el  exterior  y  retirar  de  ese  modo  a  los 
giradores  la  facultad  de  alterar  el  cambio  a  su  arbitrio,  más 
allá  de  las  fluctuaciones  naturales,  lo  que  constituye  un 
agio,  para  depreciar  nuestra  producción  agrícola  e  indus- 
trial. Pero  se  tiene  plena  confiaza  en  que  el  gobierno  que 


203 


ALBUM  PATRIÓTICO 


hoy  inauguráis,  hará  de  este  punto  la  piedra  angular  de  su 
política,  pues  las  necesidades  del  momento  priman  ^  sobre 
otras  por  su  importancia,  y  que  de  acuerdo  con  los  ideales 
del  patriotismo  y  en  consonancia  con  vuestras  honradas 
aspiraciones,  después  de  las  circunstancias  anormales  que 
atravesamos,  con  motivo  de  la  catástrofe  Europea,  quedará 
establecida  para  siempre  la  supresión  inaplazable,  absoluta, 
definitiva,  del  billete  inconvertible,  puesto  que  nuestras  ins- 
tituciones bancarias,  en  virtud  de  las  medidas  sabias  y 
previsoras  que  comprende  la  ley  de  moratoria,  tienen  en 
caja  el  metálico  suficiente  para  respaldar  el  billete  circu- 
lante. 

Dignaos  recibir,  señor,  mi  humilde  felicitación  por  vue- 
tro  ascenso  constitucional  al  Poder  Supremo  de  la  Nación, 
y  los  fervientes  votos  que  hago  por  el  acierto  administra- 
tivo que  todos  anhelamos,  para  la  prosperidad  y  engrande- 
cimiento de  la  Patria. 

PEDRO  Flores. 


San  Salvador,  1?  de  marzo  de  1915. 

Señor  Doctor  Don  Alfonso  Quiñónez  Molina,  Vicepresidente 
de  la  República. — Ciudad. 

Muy  distinguido  señor : 

Corta  ha  sido  vuestra  labor  administrativa,  pero  fecunda 
en  bienes  para  el  porvenir  y  la  ventura  de  la  patria. 

Al  descender  del  solio  presidencial,  para  confundiros 
con  vuestros  conciudadanos,  lleváis  la  conciencia  tranquila 
y  la  satisfacción  de  haber  cumplido,  como  leal  y  como  bueno, 
los  deberes  del  gobernante,  en  la  más  critica  de  las  épocas 
que  atraviesa  el  pueblo  salvadoreño. 

Todas  las  medidas  dictadas  para  conjurar  la  tempestad 
económica  que  nos  azota  y  las  demás  sabias  disposiciones  de 
vuestro  gobierno  enaltecen  vuestro  nombre. 

No  pretendo  juzgar  vuestra  obra  como  Jefe  del  Ejecutivo 
Nacional",  porque  esa  es  tarea  que  pertenece  ya  a  la  historia. 
Tan  solo  voy  a  referirme  a  una  de  las  inspiraciones  de  vuestro 
patriotismo,  a  una  creación  humilde  en  sí,  tal  vez  desaper- 
cibida por  la  generalidad;  pero  destinada  a  fundar  sobre 


204 


ALBUM  PATRIÓTICO 


hoy  inauguráis,  hará  de  este  punto  la  piedra  angular  de  su 
política,  pues  las  necesidades  del  momento  priman  sobre 
otras  por  su  importancia,  y  que  de  acuerdo  con  los  ideales 
del  patriotismo  y  en  consonancia  con  vuestras  honradas 
aspiraciones,  después  de  las  circunstancias  anormales  que 
atravesamos,  con  motivo  de  la  catástrofe  Europea,  quedará 
establéenla  para  siempre  la  supresión  inaplazable,  absoluta, 
definitiva,  del  billete  inconvertible,  puesto  que  nuestras  ins- 
tituciones banearias,  en  virtud  de  las  medidas  sabias  y 
previsoras  que  comprende  la  ley  de  moratoria,  tienen  en 
caja  el  metálico  suficiente  para  respaldar  el  billete  circu- 
lante. 

Dignaos  recibir,  señor,  mi  humilde  felicitación  por  vue- 
tro  ascenso  constitucional  al  Poder  Supremo  de  la  Nación, 
y  los  fervientes  votos  que  hago  por  el  acierto  administra- 
tivo que  todos  anhelamos,  para  la  prosperidad  y  engrande- 
cimiento de  la  Patria. 

PEDRO  Flores. 


San  Salvador,  19  de  marzo  de  1915. 

Señor  Doctor  Don  Alfonso  Quiñónez  Molina,  Vicepresidente 
de  la  República. — Ciudad. 

Muy  distinguido  señor: 

Corta  ha  sido  vuestra  labor  administrativa,  pero  fecunda 
en  bienes  para  el  porvenir  y  la  ventura  de  la  patria. 

Al  descender  del  solio  presidencial,  para  confundirías 
con  vuestros  conciudadanos,  lleváis  la  conciencia  tranquila 
y  la  satisfacei()n  de  haber  cumplido,  cnmo  leal  y  como  bueno, 
los  deberes  del  líobernante.  en  la  más  critica  de  las  épocas 
que  atraviesa  el  pueblo  salvadoreño. 

Todas  las  medidas  dictadas  para  conjurar  la  tempestad 
económica  que  nos  azota  y  las  demás  sabias  disposiciones  de 
vuestro  gobierno  enaltecen  vuestro  nombre. 

No  pretendo  juzgar  vuestra  obra  como  Jefe  del  Ejecutivo 
Nacional,  porque  esa  es  tarea  que  pertenece  ya  a  la  historia. 
Tan  solo  voy  a  referirme  a  una  de  las  inspiraciones  de  vuestro 
patriotismo,  a  una  creación  humilde  en  sí,  tal  vez  desaper- 
cibida por  la  generalidad;  pero  destinada  a  fundar  sobre 


4- 


204 


ALBUM  PATRIÓTICO 


sólidas  y  estables  bases  la  felicidad  y  el  progreso  de  la 
Patria. 

Más  tarde  recordarán  los  pueblos  con  orgullo  a  los  que 
les  deben  la  felicidad  y  el  bienestar  que  emanan  de  una 
educación  sólida  y  positiva:  Me  refiero  a  la  fundación  del 
El  «Instituto  Normal  Central  de  Varones»,  o  sea  a  «La 
Escuela  Normal  de  Institutores». 

Vuestro  espíritu  recto  y  honrado,  ha  merecido  la  conside- 
ración y  el  respeto  que  se  debe  al  titulo  de  Institutor  Primario^ 
titulo  tanto  más  honroso,  cuanto  porque  es  mejor  desempeñado 
por  quien  lo  lleva;  los  delicados  deberes  que  impone— profe- 
sión que  encierra  una  alta  misión,  un  ministerio  moral  de  la  ma- 
yor trascendencia,  una  función  social  en  extremo  importante. 

Vuestro  criterio  ha  tomado  en  cuenta  la  naturaleza,  la 
duración  y  la  extensión  délos  servicios  del  Institutor,  quien 
maneja  los  intereses  más  preciosos  y  los  que  tocan  más  de 
cerca,  lo  más  eminente  que  hay  en  la  humanidad,  las  cos- 
tumbres y  la  Instrucción.  Servicios  que  proveen  a  las  primeras 
necesidades  del  espíritu  y  del  corazón,  como  mensajeros  de 
la  razón  y  de  la  virtud. 

«La  duración  de  esos  servicios  es  indefinida;  desde  el 
principio  de  la  vida  esparcen  la  semilla  en  un  suelo  virgen, 
echan  los  cimientos  del  edificio  social,  pues  reciben  tierna  y 
radiante  de  candor  y  de  inocencia  a  la  infancia  y  la  intro- 
ducen y  guían  por  los  senderos  de  la  ciencia  y  del  bien. 

La  extensión  de  tales  servicios  es  ilimitada.  Se^  aplican 
desde  un  principio  a  un  número  considerable  de  niños.  En 
torno  del  Institutor  se  suceden  las  generaciones  y  reciben  sus 

lecciones.  , 

Las  buenas  costumbres,  la  industria,  el  bienestar  general, 
la  paz,  el  orden  público,  tales  son  los  frutos  lentos,  pero 
s^rosde  la  buena  dirección  dada  a  la  primera  educación  de 
la  infancia,  a  la  educación  en  general. 

Esos  son  los  elementos  saludables  de  prosperidad,  las 
garantías  para  el  porvenir  que  la  sociedad  espera  de  los  ser- 
vicios del  Institutor.  Su  misión  es  sagrada,  pues  se  extiende 
a  los  progresos  de  la  civilización. 

Ella  mejora  la  condición  de  las  clases  laboriosas,  que  es 
uno  de  los  más  importantes  intereses  de  la  sociedad,  pues  ella 
significa  el  afianzamiento  y  el  desarrollo  de  las  instituciones. 

Solo  esa  mejora  puede  haceria  producir  todos  sus  frutos, 


206 


ALBUM  PATRIÓTICO 


reposando  como  reposa  en  la  mejora  de  las  costumbres  y  en 
los  progresos  de  una  sólida  instrucción. 

Las  naciones  que  aspiran  a  la  libertad  deben  hacerse 
<iignas  de  ella,  y  no  se  hacen  dignas  de  ella  sino  por  medio  de 
la  virtud  y  de  las  luces» . 

Tal  es,  en  síntesis,  la  trascendencia  de  la  obra  que  habéis 
fundado.  Pensar  todo  eso,  querer  todo  eso,  realizar  tan  nobles 
y  levantados  ideales,  es  hacerse  acreedor  a  la  gratitud  nacional. 

Vuestra  inspiración,  señor,  ha  echado  los  cimientos  del 
edificio  social,  destinado  a  la  regeneración  de  la  patria,  por 
medio  de  la  educación  primaria,  basada  en  la  idoneidad  do- 
<;ente. 

Esperamos  que  vuestro  ilustre  sucesor  colme  los  deseos 
y  aspiraciones  del  verdadero  patriotismo,  asegurando  y  mejo- 
rando la  suerte  del  Institutor;  que  la  solicitud  del  legislador  y 
<lel  gobierno  provean  a  su  situación  presente  y  le  preparan 
un  porvenir  tranquilo,  que  la  asignación  que  se  le  garantice, 
■aunque  módica,  baste  a  sus  necesidades. 

Que  la  sociedad  le  pague  con  su  estimación,  que  es  mo- 
neda de  inestimable  valor,  pues  en  los  esfuerzos  del  Institutor 
•debe  fundar  gran  parte  de  su  esperanza. 

Que  el  gobierno,  para  realizar  sus  generosos  propósitos 
de  regeneración  nacional,  apoye  a  la  gran  asociación  de 
maestros,  que  le  brinde  su  protección  y  una  vigilancia  ampa- 
rada, y,  que,  como  Jefe  Supremo  de  la  Nación  y  Administra- 
dor de  la  Instrucción  Pública,  confiera  a  los  Institutores  Pri- 
marios el  honroso  titulo  de  Mentores  de  la  Juventud,  guardán- 
doseles, como  a  tales,  los  honores,  privilegios,  garantías  e 
inmunidades  que  nuestro  Código  Político  confiere  a  otros 
funcionarios  de  menor  importancia  social. 

Por  vuestra  obra  meritorisima,  y  por  vuestro  ascenso 
constitucional  a  la  Vicepresidencia  de  la  República,  recibid, 
doctor  Quiñónez,  la  cordial  y  sincera  felicitación  de  vuestro 
liumilde  servidor  y  amigo. 

Pedro  Flores. 


TRIUNFO  EN  LA  PAZ 


iHurra!  | Salud!  ....  El  pueblo  soberano 
en  este  día  prueba  su  cordura, 
del  Poder  elevando  hasta  la  altura 
ai  m^  conspicuo  y  noble  ciudadano. 

207 


ALBUM  PAIWÓTICO 


¡Hurra!  Salud!  ....  Todo  el  país,  ufano 

de  la  octaviana  paz  que  goza,  jura 
sostener  al  Gobierno  que  es  su  hechura, 
y  el  desorden  batir  con  férrea  mano. 

El  pueblo  Cuscatleco  está  dispuesto 
a  demostrar  a  las  demás  naciones 
que  es  franco  y  leal,  y  culto  y  generoso. 

Y,  haciendo  ahora  un  soberano  gesto, 
ilustra  sus  brillantes  tradiciones 
con  un  triunfo  en  la  paz  ....  leí  más  glorioso I 

C.  MORENO. 


LA  TPJ^SMISION  DEL  PODEP. 


GIRAN  OES    F^ESTI VAI_EQ  EN   L-A    R  ERU  BL.IOA 


El  Decreto  emitido  porta  Asamblea  Nacional,  el  19  del 

próximo  anterior,  declara  electo  Presidente  de  la  República 
al  ciudadano  don  Carlos  Meléndez,  para  el  período  que  co* 
mienza  el  primero  de  marzo  de  1915  y  termina  el  primero 
de  marzo  de  1919.  Al  propio  tiempo  declara  electo  Vice- 
presidente, para  el  mismo  periodo,  al  ciudadano  Dr. don  Al- 
fonso Quiñónez  Molina. 

Los  agraciados  concurrirán  a  tomar  posesión  de  sus 
cargos  ante  la  Asamblea,  a  las  diez  de  la  mañana  del  pri- 
mero de  marzo,  previa  la  protesta  constitucional. 

Por  eso,  la  aurora  de  este  día,  ha  sido  saludada  con  ale- 
gres dianas  ejecutadas  por  la  Banda  Marcial,  despertando 
dulcemente  a  la  ciudad  dormida  de  Sonsonate. 

A  las  6  de  la  mañana,  la  Canción  Nacional  y  el  esta-* 
llido  del  cañón,  que  estrepitosamente  hería  la  majestad  se- 
rena de  la  madre  Naturaleza,  el  eco  de  los  clarines  y  los 
golpes  de  las  cajas  de  guerra,  todo  ese  alborozo  que  pres- 
tigia el  patriotismo,  indicaba,  como  un  heraldo  de  ventura 
que  la  enseña  nacional  subía  a  la  cima  del  asta  para  salu- 
dar con  sus  sonrisas  de  ondulaciones,  el  gran  acontecimien- 
to que  se  verificaría  a  las  diez  a.  m.  en  el  Palacio  Nacional 
de  la  ubérrima  San  Salvador. 


208 


ALBUM  PATRIÓTICO 

Del  programa  de  festivales  que  hoy  se  desarrolla  dare- 
mos crónica  en  nuestra  próxima  edición. 

Hoy  todo  el  país  positivamente  regocijado  celebra  en  el 
altar  de  la  Patria,  con  explosiones  de  júbilo,  el  acto  más 
hermoso  y  de  más  trascendencia  politica  en  una  República 
democrática :  la  trasmisión  del  Poder,  obedeciendo  a  los  pre- 
ceptos constitucionales. 

El  Alfiler,  en  este  gran  día  presenta  sus  cordiales  feli- 
citaciones a  los  probos  e  ilustres  ciudadanos  don  Garios  Me- 
léndez y  Dr.  don  Alfonso  QniRónez  Molina. 

(De  «£/  Alfiler»  de  Sonsonate.) 


ALREDEDOR  DEL  MANIFIESTO  DEL  SEÑOR 
PRESIDENTE  MELENDEZ 


PMMNEMTO 

«Mi  patriotismo  y  mi  honor,  deben  empeñarse 
«en  mantener  incólume  la  dignidad  de  la  Repú- 
44>lica,  que  debe  perseguir  sin  vacilaciones  la 
«noble  magistratura  que  la  historia  le  ha  con- 
«ferido,  dentro  del  concierto  de  los  pueblos  del 
«isteo,  |Mra  coastitaírse  en  centinela  avanzado 
«de  los  destinos  ceotroamcricanos,  sin  awdirla» 
«responsabilldaáes  ni  mirar  al  sacrifido  ai  «I 
«peligro,» 

Carlos  moléndbz. 


Si  la  prestancia  de  los  documentos  políticos  se  aquilata 
serenamente,  con  un  criterio  lúcido  y  libre  del  fardo  de 
viejos  prejuicios,  tenemos  que  convenir  en  que  el  interés 
intrínseco  de  los  mismos,  está  en  razón  directa  del  momento 
histórico  en  que  fueron  concebidos,  y  en  íntima  relación 
con  el  cúmulo  de  ideas  que  sustentan  sus  autores.  De  ahí, 
pues,  que  nos  expliquemos  la  marcada  impiutaiicia  qne 
encierra  para  nosotros  el  patriótico  MANIFESTO  que  tí 
sefior  Presidente  Meléndez  leyó  el  primero  del  presente  mes 
ante  la  Honorable  Asamblea  Nacional,  con  m<^vo  de  su 
exaltación  a  la  Jefatura  del  Estado. 

Ese  importante  documento,  de  tan  marcado  relieve,  que 
bien  puede  considerarse  como  un  resumen  de  ideas  enci- 
clopédicas acerca  de  las  ciencias  de  Politica  y  de  Admi- 
nistración, se  presta  para  levantar  alrededor  de  él  un  fuerte 
andamiaje  de  elevados  pensamientos  y  de  nobles  sentimientos 


14 


209 


ALBUM  PATRIÓTICO 


en  armonía  con  la  majestad  y  la  grandeza  de  la  GRAN 
Patria.  Por  eso,  pues,  están  nuestro  sincero  entusiasmo  y 
nuestra  modesta  pluma,  a  las  órdenes  de  los  honrados 
propósitos  del  gobernante  que  así  piensa,  sencillamente, 
pairióticamente:  «Una  política  de  leal  fraternidad  y  de 
«íntima  y  verdadera  solidaridad,  constituye  la  fórmula  de 
«acercamiento  y  de  fusión  de  los  cinco  Estados;  y  ella 
«preparará,  estoy  seguro  de  ello,  la  evolución  nacional  de 
«que  todos  anhelamos  ver  resurgir  a  Centro -América  redi- 
«viva,  grande  y  fuerte,  civilizada  y  rica.» 

El  señor  Presidente  JWeléndez,  como  todo  buen  centro- 
americanista,  sin  POSES  mentales  de  POLÍTICO  profesional, 
está  convencido  de  que  la  realización  del  fúlgido  ideal 
morazánico,  es  la  salvación  y  el  afianzamiento  de  la  vida 
angustiosa  y  doliente  de  esta  MADRE  Nuestra  i  Centro- 
América'  para  que  pueda  perdurar  en  los  siglos  y  en  la 
historia,  contrariando  asi  el  paralelismo  de  esa  fuerza  todo- 
poderosa, inmensa,  infinita,  que  hace  de  la  selección  de  los 
seres  y  de  las  cosas,  la  fórmula  imperativa  de  todo  lo 
que  existe. 

No  de  otro  modo  se  explica  la  formación  de  las  especies 
en  el  mundo  orgánico,  y  de  las  razas  y  de  las  naciones  en 
el  mundo  de  ias  relaciones  políticas  internacionales. 

Esa,  y  no  otra,  es  la  razón  vital  que  esplende  peren- 
nemente' en  la  conciencia  del  patriotismo  de  estos  pueblos, 
máxime  si  se  piensa  que  Centro -América,  por  la  ley  inelu- 
dible de  la  evolución,  está  situada  actualmente  dentro  del 
círculo  de  hierro  de  este  dilema  fatal  e  incontrarrestable: 
lU  Unión  y  la  Paz,  o  la  Muerte!  Y,  para  hacer  tal  afirma- 
ción no  es  necesario  ser  un  zahori  en  eso  de  desentrañar 
el  aima  compleja  y  difícil  de  los  problemas  políticos  y 
sociológicos  que  afectan  a  nuestros  pueblos.  La  historia,  a 
este  respecto  es  más  elocuente  que  todos  los  párrafos  de 
nuestra  prosa  lírica  y  mal  forjada.  Por  eso  el  señor  Presidente 
Meléndez,  dice  así  en  su  MANIFIESTO:  «No  es  posible  con- 
« seguir  ningún  progreso,  ni  siquiera  la  tranquilidad  indis- 
«pensable  al  desarrollo  de  la  vida,  sin  que  la  paz  y  el 
« orden  público  estén  sólidamente  asegurados  y  garantizados 
«por  el  imperio  de  las  leyes.» 

La  experiencia  de  cerca  de  cien  años  de  incesante 
convulsionismo  fratricida,  es  aterradora,  innegable  y  aplastante 


210 


ALBUM  PATRIÓTICO 


en  armonía  con  la  majestad  y  la  grandeza  de  la  GRAN 
Patria.  Por  eso,  pues,  están  nuestro  sincero  entusiasmo  y 
nuestra  modesta  pluma,  a  las  órdenes  de  los  honrados 
propósitos  del  gobernante  que  así  piensa,  sencillamente, 
pairióticamente :  «Una  política  de  leal  fraternidad  y  de 
«íntima  y  verdadera  solidaridad,  constituye  la  formula  de 
«acercamiento  y  de  fusión  de  los  cinco  Estados;  y  ella 
«preparará,  estoy  seguro  de  ello,  la  evolución  nacional  de 
«que  todos  anhelamos  ver  resurgir  a  Centro- América  redi- 
«viva,  grande  y  fuerte,  civilizada  y  rica.» 

El  señor  Presidente  Meléndez,  como  toilo  buen  centro- 
americanista,  sin  POSES  mentales  de  POLÍTICO  PROFESIONAL, 
está  convencido  de  que  la  realización  del  fúlgido  ideal 
morazánico,  es  la  salvación  y  el  afianzamiento  de  la  vida 
angustiosa  y  doliente  de  esta  MADRE  NUESTRA  ¡Centro- 
América'  para  que  pueda  perdurar  en  los  siglos  y  en  la 
historia  contrariando  así  el  paralelismo  de  esa  fuerza  todo- 
poderosa, inmensa,  infinita,  que  hace  de  la  selección  de  los 
seres  y  de  las  cosas,  la  fórmula  imperativa  de  todo  lo 
que  existe. 

No  de  otro  modo  se  explica  la  formación  de  las  especies 
en  el  mundo  orgánico,  y  de  las  razas  y  de  las  naciones  en 
el  mundo  de  las  relaciones  políticas  internacionales. 

Esa  y  no  otra,  es  la  razón  vital  que  esplende  peren- 
nemente' en  la  conciencia  del  patriotismo  de  estos  pueblos, 
máxime  si  se  piensa  que  Centro- América,  por  la  ley  inelu- 
dible de  la  evolución,  está  situada  actualmente  dentro  del 
círculo  de  hierro  de  este  dilema  fatal  e  incontrarrestable: 
¡La  Unión  y  la  Paz,  o  la  Muerte!  Y,  para  hacer  tal  afirma- 
ción no  es  necesario  ser  un  zahori  en  eso  de  desentrañar 
el  aima  compleja  y  difícil  de  los  problemas  políticos  y 
sociológicos  que  afectan  a  nuestros  pueblos.  La  historia,  a 
este  respecto  es  más  elocuente  que  todos  los  párrafos  de 
nuestra  prosa 'lírica  y  mal  forjada.  Por  eso  el  señor  Presidente 
Meléndez  dice  así  en  su  MANIFIESTO:  «No  es  posible  con- 
« seguir  ringún  progreso,  ni  siquiera  la  tranquilidad  indis- 
«pensable  al  desarrollo  de  la  vida,  sin  que  la  paz  y  el 
«orden  público  estén  sólidamente  asegurados  y  garanüzados 
«por  el  imperio  de  las  leyes.» 

U  experiencia  de  cerca  de  cien  años  de  incesante 
convulsionismo  fratricida,  es  aterradora,  innegable  y  aplastante 


210 


ALBUM  PATRIÓTICO 


con  sus  lecciones  sangrientas  de  odios  parroquiales  y  de 
miserias  sin  cuento. 

Todo  un  evangelio  de  verdad  y  de  sinceridad  repubiicana 
contiene  el  siguiente  párrafo  del  MANIFIESTO  PRESIDENCIAL: 
.  La  primera  condición  del  reinado  de  las  instituciones  libres 
«radica,  en  todo  pais  culto,  en  el  respeto  a  la  ley  y  en  el 
«cumplimiento  de  los  deberes  cívicos,  entre  los  cuales  cul- 
«mina  el  que  impone  a  los  ciudadanos  la  obligación  de 
«acatar  a  las  autoridades  legitimas  y  de  no  traspasar  el 
«limite  del  derecho  propio  para  no  invadir  la  esfera  positiva 

«del  derecho  ageno. »  ^   j  , 

En  esta  concepción,  impera,  precisamente,  el  secreto  del 
equilibrio  institucional  de  las  leyes  con  relación  al  medio 
ambiente  de  las  colectividades  humanas  en  su  existencia 
política  y  iuridica.  Porque,  de  lo  contrario,  ¿qué  otra  cosa 
significa  la  falta  del  cumplimiento  de  los  deberes  cívicos  y 
el  no  respeto  que  debemos  a  las  leyes,  en  su  mas  amplia 
e  imparcial  aplicación?  Esto  implica,  naturalmente,  la  des- 
armonía y  el  gran  conflicto  en  que  se  agitan  las  sociedades 
desorganizadas  e  imprevisoras  que  no  han  logrado  encauzar 
el  alma  de  las  muchedumbres  dentro  de  las  normas  jurídicas 
del  Derecho  y  de  la  Justicia.  A  eso  se  debe  el  aparecimiento 
de  ios  pueblos  raquíticos  y  desorbitados  que  se  precipitan 
irremediablemente  hacia  el  negro  báratro  de  la  anarquía, 
impulsados  por  las  mismas  leyes  de  la  evolución  y  por 
el  atropello  de  las  razas  y  de  las  naciones  bien  organizadas 
que  se  encaminan  triunfalmente  a  la  conquista  de  sus 
grandes  destinos. 

•«* 

Es  una  verdad  axiomática,  que  la  educación  de  ios 
pueblos  constituye  la  columna  vertebral  en  el  organismo 
de  los  mismos,  toda  vez  de  que,  a  su  benéfico  intlujo,  los 
individuos  se  transforman,  de  rebaños  explotables  por  todas 
las  supersticiones  e  ignorancias,  en  seres  conscientes  de 
sus  derechos  y  deberes  para  con  la  colectividad  a  que 
pertenecen  De  esta  virtud  cardinal  — la  cultura  cívica  — que 
alguien  ha  llamado  la  médula  de  las  razas,  ha  nacido  la 
conciencia  y  el  heroísmo  de  las  naciones  que  hoy  se  dis- 
putan la  supremacía  en  la  enorme  concurrencia  del  mundo. 
El  ejemplo  de  Alemania,  acerca  de  este  orden  de  ideas,  es 
concluyente  e  inapelable.  Y,  si  no,  recordemos  lo  que  a  este 


212 


I 


ALBUM  PATRIÓTICO 

con  sus  lecciones  sangrientas  de  odios  parroquiales  y  de 

miserias  sin  cuento. 

Todo  un  evangelio  de  verdad  y  de  sinceridad  repubticana 
contiene  el  siguiente  párrafo  del  MANIFIESTO  PRESIDENCIAL: 
«La  primera  condición  del  reinado  de  las  instituciones  libres 
«radica,  en  todo  pais  culto,  en  el  respeto  a  la  ley  y  en  el 
«cumplimiento  de  los  deberes  cívicos,  entre  los  cuales  cul- 
«mina  el  que  impone  a  los  ciudadanos  la  obligación  de 
«acatar  a  las  autoridades  legitimas  y  de  no  traspasar  el 
«límite  del  derecho  propio  para  no  invadir  la  esfera  positiva 

«del  derecho  ageno.» 

En  esta  concepción,  impera,  precisamente,  el  secreto  del 
equilibrio  institucional  de  las  leyes  con  relación  al  medio 
ambiente  de  las  colectividades  humanas  en  su  existencia 
política  V  jurídica.  Porque,  de  lo  contrario,  ¿qué  otra  cosa 
significa'la  falta  del  cumplimiento  de  los  deberes  cívicos  y 
el  no  respeto  que  debemos  a  las  leyes,  en  su  más  amplia 
e  imparcial  aplicación?  Esto  implica,  naturalmente,  'a  des- 
armonía y  el  gran  conflicto  en  que  se  agitan  las  sociedades 
desorganizadas  e  imprevisoras  que  no  han  logrado  encauzar 
el  alma  de  las  muchedumbres  dentro  de  las  normas  jurídicas 
del  Derecho  y  de  [ajusticia.  A  eso  se  debe  el  aparecimiento 
de  los  pueblos  raquíticos  y  desorbitados  que  se  precipitan 
irremediablemente  hacia  el  negro  báratro  de  la  anarquía, 
impulsados  por  las  mismas  leyes  de  la  evolución  y  por 
el  atropello  de  las  razas  y  de  las  naciones  bien  organizadas 
que  se  encaminan  triunfalmente  a  la  conquista  de  sus 
grandes  destinos. 

*** 

Es  una  verdad  axiomática,  que  la  educación  de  los 
pueblos  constituye  la  columna  vertebral  en  el  organismo 
de  los  mismos,  toda  vez  de  que,  a  su  benéñco  influjo,  os 
individuos  se  transforman,  de  rebaños  explotables  por  todas 
las  supersticiones  e  ignorancias,  en  seres  conscientes  de 
sus  derechos  y  deberes  para  con  la  colectividad  a  que 
pertenecen  De  esta  virtud  cardinal— la  cultura  cívica  — que 
alguien  ha  llamado  la  médula  de  las  razas,  ha  nacido  la 
conciencia  y  el  heroísmo  de  las  naciones  que  hoy  se  dis- 
putan la  supremacía  en  la  enorme  concurrencia  del  mundo. 
El  ejemplo  de  Alemania,  acerca  de  este  orden  de  ideas,  es 
concluyente  e  inapelable.  Y,  si  no,  recordemos  lo  que  a  este 

212 


ALBUM  PATRIÓTICO 


respecto  aseguraba  el  célebre  Canciller  de  Hierro,  Conde 
de  Bismack,  cuando  decía  épicamente,  que  el  triunfo  de 
Alemania  sobre  Francia,  en  la  guerra  del  70,  se  debía  al 
maestro  de  escuela,  al  forjador  de  almas,  como  llamaba  a 
éste  Víctor  Hugo. 

Por  eso,  el  actual  Jefe  del  Estado,  inspirado  en  los 
mejores  anhelos  por  el  progreso  de  la  cultura  nacional, 
ha  dicho  así  en  el  mencionado  documento:  «De  mi  sé  decir, 
«que  no  concibo  la  república  democrática  sin  la  formación 
«de  ciudadanos  conscientes  de  sus  responsabilidades  en  el 
«cumplimiento  de  sus  importantes  y  múltiples  deberes  cívi- 
«cos,  y  tampoco  creo  que  pueda  inculcarse  al  ciudadano 
«la  noción  de  estos  deberes,  si  en  la  escuela  primaria  no 
«se  toma  empeño  en  formarle  el  carácter  y  enseñarle  el  alto 
«ministerio  cívico  que  está  llamado  a  desempeñar  como 
«ciudadano  de  un  país  libre  y  como  miembro  del  cuerpo 
«electoral  — fuente  y  raíz  de  todo  poder  soberano  y  de  toda 
«autoridad  legitima  en  los  países  de  sistema  constitucional 
«republicano,  como  el  nuestro.» 

«Por  tanto,  mi  actuación  patriótica  en  lo  que  a  la  pú- 
«blica  instrucción  se  refiere,  es  y  debe  ser  amplia  y  eficaz- 
«mente  práctica,  para  levantar  el  nivel  de  instrucción  y  de 
«cultura  ética  en  las  masas  y  aún  de  las  clases  directoras 
«de  la  sociedad.» 

«Si  logramos  que  con  sinceridad  y  positivo  empeño  se 
«imparta  a  la  juventud  estudiosa  una  enseñanza  sólida  y 
«de  orientaciones  modernistas,  que  contribuya  eficientemente 
«a  desarrollar  la  dignidad  moral  del  carácter  y  la  conciencia 
«firme  del  cumplimiento  del  deber,  habremos  hecho  obra  de 
«patriotas  y  contribuido  a  salvar  al  país  del  mayor  de  sus 
«peligros:  la  degeneración  del  carácter  y  de  las  costumbres 
«de  los  ciudadanos,  cuyo  abatimiento  y  depresión  incontes- 
«table  comprometería  el  bienestar  presente  y  el  porvenir 

•  de  la  Nación. » 

«La  enseñanza  pública,  pues,  en  todos  sus  órdenes  y 
«grados,  hallará  en  mí  un  apóstol  ferviente  y  un  admirador 
«convencido  y  entusiasta.» 

No  cabe  duda  de  que  la  misión  polílica  y  social  del 
maestro  de  escuela,  es  marcadamente  trascendental  en  la 
formación  del  carácter  de  los  pueblos,  toda  vez  de  que  su 
sagrado  apostolado  encuentra  en  el  alma  de  la  niñez  un 
terreno  feraz  y  limpio  de  mandrágoras,  y  la  simiente  fecun- 


214 


ALBUM  PATMÓTKX) 


dante  de  su  verbo  liberatriz  y  de  su  ejemplo  edificante,  se 
arraiga  fuertemente  en  el  surco  prístino,  fresco  y  palpitante 
de  la  psiquis  juvenil. 

Por  eso  el  señor  Presidente  Meléndez,  con  su  patrio- 
tismo sereno  y  práctico,  que  en  verdad  le  honra  altamente, 
se  ha  preocupado,  como  es  debido,  por  el  adelanto  de  la 
instrucción  pública  nacional,  durante  su  interinato,  y,  al 
efecto,  a  su  enérgico  impulso,  se  han  introducido  varias 
•  importantes  mejoras  en  ese  Ramo  de  la  Administración  Pú- 
blica, como  puede  verse  en  la  última  Memoria  presentada 
al  Congreso  Nacional  por  el  Ministerio  respectivo.  Es,  pues, 
en  tal  sentido,  que  no  es  aventurado  barruntar  que  El 
Salvador  tendrá  en  el  señor  Presidente  Meléndez  a^  un  es- 
forzado y  convencido  paladín  de  su  enseñanza  pública. 

Como  un  complemento  de  su  vasto  programa  de  go- 
bierno, con  relación  al  estímulo  y  a  la  preparación  del  pue- 
blo para  el  triunfo  en  la  lucha  por  la  vida,  ha  diclio  asi  el 
digno  Jefe  del  Estado:  «Y  mi  entusiasmo  por  el  perfeccio- 
«namiento  de  nuestras  artes  y  oficios  y  por  hacer  más 
«provechoso  y  lucrativo  el  trabajo  industrial  de  nuestros 
«artesanos  con  la  mayor  perfección  de  los  artefactos  nacio- 
«nales,  ha  de  llegar  hasta  enviar  a  los  centros  industriales 
«europeos  a  algunos  de  aquellos  jóvenes  artesanos  que  se 
«distingan  por  su  moralidad  y  aptitudes,  para  que  adquie- 
«ran  el  aprendizaje  artístico  que  ha  hecho  de  la  moderna 
«industria  una  fuente  de  producción  de  obras,  verdadera- 
« mente  útiles  y  bellas.» 

Bien  comprende  el  gol>emante  salvadoreño,  que  el  es- 
timulo y  la  protección  para  el  desarrollo  de  las  actividades 
e  iniciativas  nacionales,  es  uno  de  los  principales  deberes 
de  los  buenos  conductores  de  las  naciones  que  aspiran  a 
desacirse  de  las  garras  de  la  esclavitud  económica  e  indus- 
trial, para  no  extinguirse,  como  así  les  sucede,  irremedia- 
blemente, a  las  colectividades  sin  ambiciones  de  prosperidad 
y  sin  impulsos  bravios  por  descubrir  nuevos  y  espléndidos 
horizontes  en  las  lides  infinitas  del  trabajo  regenerador. 
Por  eso,  bien  puede  afirmarse:  que  los  pueblos  más  labo- 
riosos y  más  conscientes  de  sus  funciones  políticas  y  so- 
ciales, son  los  que  están  menos  expuestos  a  sufrir  los 
bárbaros  horrores  y  las  sangrientas  expoliaciones  de  la  con- 
quista, en  cualquiera  de  sos  formas.  Y  El  Salvador,  en 
Centro -América,  es»  a  este  r^pecto,  una  gloriosa  excepción. 


215 


ALBUM  PATRIÓTICO 


tanto  por  la  división  y  el  intenso  laboreo  de  su  rico  terri- 
torio, como  por  la  actividad  y  el  heroísmo  legendario  de 
sus  hijos. 

*** 

Es  indudable  que  el  señor  Presidente  Meléndez,  cono- 
ciendo bastante  de  cerca  las  inagotables  fuentes  de  riqueza 
con  que  cuenta  la  Nación,  lo  mismo  que  sus  fértiles  re- 
cursos agrícolas,  se  esfuerce,  como  es  natural,  por  conse- 
guir  «la  mejora  y  protección  de  sus  sagrados  intereses, 
«que  son  también  los  intereses  más  caros  del  país,  ya  que 
«es  esencialmente  agricultor.»  Por  eso  dice  asi  el  distin- 
guido funcionario:  «Otro  de  los  proyectos  que  abrigo  en 
«pro  de  nuestra  agricultura,  es  el  mejoramiento  intensivo  y 
«extensivo  del  cuULko  de  nuestros  granos  y  cereales,  por 
«un  sistema  de  irrigación  artificial,  prudentemente  calculado 
«y  en  la  medida  de  las  posibilidades  del  Erario  Nacional.  » 

Con  tales  perspectivas,  como  se  comprende,  la  Admi- 
nistración Pública,  con  sus  patrióticas  y  honradas  iniciati- 
vas, en  tal  sentido,  contribuirá  a  la  elevada  misión  de  abrir 
nuevos  y  más  extensos  derroteros,  no  solamente  a  las 
actividades  agrícolas,  sino  también  al  espíritu  creador  y 
laborante  de  las  ciencias,  las  letras,  las  industrias  y  las 
artes,  siendo  así  que,  como  lo  deiQuestran  elocuentemente 
la  Historia  y  la  Sociología,  las  colectividades  que  cuentan 
con  más  medios  de  subsistencia,  que  gozan  del  don  mara- 
villoso de  la  previsión  y  que  guardan  en  sus  graneros  el 
oro  de  la  vida  y  del  trabajo,  son  las  que  están  mejor  pre- 
paradas para  darse  una  cultura  superior  y  para  vencer  en 
el  gran  torneo  de  todas  las  actividades  humanas.  Los  pue- 
blos que  se  alimentan  más  sólidamente  son  los  que  tienen 
mayores  probabilidades  de  triunfar  en  la  inmensa  lucha  de 
la  selección  y  del  progreso.  De  ahí,  pues,  que  nos  expli- 
quemos claramente  la  certeza  del  célebre  aforismo  griego: 
Mens  sana  in  corpore  sano. 

Si  nos  detenemos  a  contemplar  la  actual  situación  eco- 
nómica del  mundo,  por  efecto  de  la  guerra  europea,  bien 
podemos  asegurar  que  El  Salvador,  es  üno  de  los  prósperos 
paises  de  nuestra  América,  que  menos  ha  sufrido,  relativa- 
mente, el  desequilibrio  financiero  que  ha  llevado  a  otros  a 
las  puertas  de  la  bancarrota  y  de  la  anarquía  asoladora. 
Esto,  como  se  entiende,  es  consolador  y  altamente  edifican- 
te, no  solamente  para  el  prestigio  moral  y  material  de  la 


216 


Volcán  de  Izalcc—Sonsonate.— El  Salvador. 


ALBUM  PATRIÓTICO 


tanto  por  la  división  y  el  intenso  laboreo  de  su  rico  terri- 
torio, como  por  la  actividad  y  el  heroísmo  legendario  de 
sus  hijos. 

*** 

Es  indudable  que  el  señor  Presidente  Meléndez,  cono- 
ciendo bastante  de  cerca  las  inagotables  fuentes  de  riqueza 
con  que  cuenta  la  Nación,  lo  mismo  que  sus  fértiles  re- 
cursos agrícolas,  se  esfuerce,  como  es  natural,  por  conse- 
guir «la  mejora  y  protección  de  sus  sagrados  intereses, 
«que  son  también  los  intereses  más  caros  del  país,  ya  que 
«es  esencialmente  agricultor,»  Por  eso  dice  así  el  distin- 
guido funcionario:  *Otro  de  los  proyectos  que  abrigo  en 
«pro  de  nuestra  agricultura,  es  el  mejoramiento  intensivo  y 
«extensivo  del  cultivo  de  nuestros  granos  y  cereales,  por 
«un  sistema  de  irrigación  artificial,  prudentemente  calculado 
«y  en  la  medida  de  las  posibilidades  del  Erario  Nacional.» 

Con  tales  perspectivas,  como  se  comprende,  la  Admi- 
nistración Pública,  con  sus  patrióticas  y  hcnradas  iniciati- 
vas, en  tal  sentido,  contribuirá  a  la  elevada  misión  de  abrir 
nuevos  y  más  extensos  derroteros,  no  solamente  a  las 
actividades  agrícolas,  sino  también  al  espíritu  creador  y 
laborante  de  las  ciencias,  las  letras,  las  industrias  y  las 
artes,  siendo  así  que,  como  lo  demuestran  elocuentemente 
la  Historia  y  la  Sociología,  las  colectividades  que  cuentan 
con  más  medios  de  subsistencia,  que  gozan  del  don  mara- 
villoso de  la  previsión  y  que  guardan  en  sus  graneros  el 
oro  de  la  vida  y  del  trabajo,  son  las  que  están  mejor  pre- 
paradas para  darse  una  cultura  superior  y  para  vencer  en 
el  gran  torneo  de  todas  las  actividades  humanas.  Los  pue- 
blos que  se  alimentan  más  sólidamente  son  los  que  tienen 
mayores  probabilidades  de  triunfar  en  la  inmensa  lucha  de 
la  selección  y  del  progreso.  De  ahí,  pues,  que  nos  expli- 
quemos claramente  la  certeza  del  célebre  aforismo  griego: 
Mens  sana  in  corpore  sano. 

Si  nos  detenemos  a  contemplar  la  actual  situación  eco- 
nómica del  mundo,  por  efecto  de  la  guerra  europea,  bien 
podemos  asegurar  que  El  Salvador,  es  uno  de  los  prósperos 
países  de  nuestra  América,  que  menos  ha  sufrido,  relativa- 
mente, el  desequilibrio  financiero  que  ha  llevado  a  otros  a 
las  puertas  de  la  bancarrota  y  de  la  anarquía  asoladora. 
Esto,  como  se  entiende,  es  consolador  y  altamente  edifican- 
te, no  solamente  para  el  prestigio  moral  y  material  de  la 


216 


Volcán  de  Izaico. —  Sonsonate.— El  Salvador. 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Nación,  sino  también  para  poder  aquilatar  el  patriotismo  y 
la  honredez  administrativa  de  su  actual  gobernante,  quien, 
con  tal  propósito,  ha  dicho:  «Sería,  pues,  el  mayor  de  los 
«atentados  y  la  temeridad  más  punible,  si  se  pensara  siquie- 
«ra  en  desvirtuar  nuestros  medios  de  circulación  y  cambio, 
«insinuando  la  idea  insidiosa  y  pérfida  del  establecimiento 
«del  billete  incontrovertible  del  Estado,  cualquiera  que  pu- 
«diera  ser  la  forma  velada  de  su  implantamiento.» 

«De  mí  sé  decir,  que  podría  pasar  hasta  por  el  más 
«duro  de  los  extremos,  antes  que  contribuir  a  la  ruina  del 
«país  en  esa  forma  tan  desastrosa,  y,  felizmente,  absolu- 
«tamente  innecesaria  en  un  país  de  los  recursos  económicos 
«del  nuestro  y  ia  actividad  industrial  positivamente  asom- 
«brosa  del  Pueblo  Salvadoreño.» 

La  política  monetaria  del  señor  Presidente  Meléndez, 
en  su  período  administrativo,  tiene  que  ser  diáfana  y  pro- 
vechosa para  el  pais,  lo  cual  se  desprende,  lógicamente, 
de  las  honrosas  pruebas  que  dió,  durante  el  interinato  en 
que  desempeñó  la  Jefatura  del  Estado.  Tal  aseveración  está 
en  la  conciencia  de  la  mayoría  de  los  salvadoreños  bien 
intencionados  y  libres  de  los  apasionamientos  del  momento. 

««• 

Al  escribir  estas  modestas  cuartillas,  con  el  más  sano 
propósito,  alrededor  del  MANIFIESTO  PRESIDENCIAL,  ha  sido 
con  el  elevado  sentimiento  de  consagrar  nuestro  sincero 
voto  de  aplauso  y  de  franca  admiración  al  gobernante  que, 
en  la  hora  nona  del  patriotismo  centroamericano,  ha  tenido 
la  entereza  y,  al  mismo  tiempo,  la  altivez  legendaria  de  El 
Salvador,  para  decir  así,  con  un  gesto  de  máximo  denuedo : 
«Mi  patriotismo  y  mi  honor  deben  empeñarse  en  mantener 
«incólume  la  dignidad  de  la  República,  que  debe  perseguir 
«sin  vacilaciones  la  nobte  magistratura  que  la  historia  le  ha 
«conferido,  dentro  del  concierto  de  los  pueblos  del  Istmo, 
«para  constituirse  en  centinela  avanzado  de  los  destinos 
«centroamericanos,  sin  medir  las  responsabilidades  ni  mirar 
«al  sacrificio  ni  al  peligro.» 

Todo  el  más  puro  idealismo  de  los  románticos  empeños 
por  el  triunfo  definitivo  del  gran  pensamiento  de  NUESTRO 
SEÑOR  DON  FRANCISCO  MORAZÁN;  todo  el  fervor  de  nuestra 
juventud  exaltada  al  calor  de  la  santa  contienda  por  la  gran- 


218 


ALBUM  PATRIÓTICO 


deza  y  la  dignidad  de  Centro-América— todo  — nuestro  es- 
píritu, nuestro  constante  bregar  por  el  glorioso  y  todopo- 
deroso ideal  de  nuestros  mayores,  se  ha  conmovido  ante  el 
civismo  y  la  convicción  patriótica  de  ese  pensamiento  lapi- 
dario y  magnífico  del  señor  Presidente  Meléndez.  El,  como 
inspirado  en  la  esplendorosa  tradición  política  de  El  Salvador 
—el  hijo  mayor  de  la  Libertad  de  Centro- América— ha  sin- 
tetizado en  unas  pocas  palabras  de  oro,  de  hierro  y  de 
mármol,  el  alma  quijotesca  y  bravia  del  pueblo  que  ^está 
llamado,  por  mandato  de  Dios,  a  "constituirse  en  centmela 
avanzado  de  los  destinos  centroamericanos." 

¡Bienaventurados  sean  los  pueblos  que  tienen  conciencia 
de  su  misión  histórica,  porque  de  ellos  es  el  reino  de  la  Li- 
bertad ! 

SALVADOR  TURCIOS  R. 
Centro- América.— San  Salvador,  15  de  marzo  de  1915. 


LA  PROXIMA  TRASMISION  DEL  PODEP. 
EJECUTIVO  DE  EL  SALVADOPv 


Pasado  mañana,  ÍV  de  marzo,  previa  protesta  constitu- 
cional, tomará  posesión  de  la  Presidencia  de  la  República 
el  honorable  ciudadano  don  Carlos  Meléndez,  electo  por  la 
inmensa  mayoria  del  pueblo  salvadoreño  para  regir  los  des- 
tinos de  la  Patria  durante  el  próximo  periodo. 

Durante  el  año  y  medio  que  desempeñó  ese  alto  pues- 
to en  concepto  de  Designado,  dió  a  conocer  el  señor  Me- 
léndez sus  grandes  dotes  de  gobernante  honrado  y  respetuo- 
so a  la  ley.  El  país  tuvo  oportunidad  de  palpar  las  cuali- 
dades que  lo  adornan  y  de  ahí  que  su  antiguo  prestigio  se 
cimentara  y  que  su  candidatura  fuera  popularmente  aceptada. 

El  Salvador  está  de  plácemes,  porque  con  la  exaltación 
de  don  Carlos  Meléndez  a  ia  Presidencia  de  la  República 
ve  afianzado  un  período  de  paz  interior  y  exterior,  una  era 
de  honradez  política  y  administrativa  y  de  progreso  en  to- 
dos los  órdenes  de  la  actividad  nacional. 

Hombre  versado  en  la  difícil  ciencia  económica,  sabrá 
conducir  el  Erario  público  por  el  camino  menos  escabroso 
en  estos  tiempos  de  angustia  financiera;  y  mediante  sus  ges- 


219 


ALftUM  PATRIÓTICO 


tiones  patrióticas,  no  dudamos  que,  la  situación  mejorará 
notablemente. 

El  país  se  regocija  de  haber  solucionado  su  difícil  pro- 
blema electoral  de  manera  tan  satisfactoria,  pues  nunca  co- 
mo hoy  se  habrá  sentido  tan  seguro  del  porvenir,  teniendo 
como  jefe  del  gobierno  a  un  preclaro  ciudadano  que  velará 
fielmente  por  sus  intereses. 

Llegue  el  señor  Meléndez  en  momento  feliz  al  elevado 
puesto  a  donde  lo  llevan  sus  indiscutibles  méritos  y  la  vo- 
luntad nacional  ampliamente  manifestada  en  los  comicios,  y 
y  que  las  aspiraciones  del  pueblo  se  vean  colmadas. 

Si  acertado  estuvo  el  pueblo  salvadoreño  al  elegir  Pre- 
sidente de  la  República  a  don  Carlos  Meléndez,  no  lo  estu- 
vo menos  al  elegir  Vicepresidente  al  doctor  Alfonso  Quiñó- 
nez  Molina,  ciudadano  patriota,  honrado  y  eminentemente 
apto  para  tan  alto  puesto. 

La  Carta  fudamental  de  la  Nación,  previsora  para  que 
el  funcionamiento  del  organismo  político  no  sufra  interrup- 
ción en  un  caso  desgraciado— que  quiera  Dios  que  no 
ocurra,— estatuye  que  haya  un  Vicepresidente  de  la  Repú- 
blica; y  pocas  veces  como  esta  la  designación  habrá  estado 
tan  en  consonancia  con  las  aspiraciones  públicas. 

El  Dr.  don  Alfonso  Quiñónez  Molina  reúne  todas  las 
cualidades  del  ciudadano  Uamado  a  gobernar  pueblos.  Lo 
hemos  visto  en  el  interinato  actual,  dar  la  nota  más  alta  de 
competencia  para  salvar  al  país  de  la  crisis  que  parecía 
arrastrarlo  por  las  circunstancias  que  todos  conocemos. 

Sólo  ese  tacto  político  es  una  recomendación  apreciable. 
Pero  además  de  eso  hay  muchos  puntos  de  vista  que  lo 
presentan  como  un  estadista  de  gran  talla.  Su  Gobierno  ha 
sido  fecundo  en  bienes  para  la  Patria,  la  cual  sabrá  agra- 
decerlos debidamente. 

De  antiguo,  el  país  entero  veia  en  el  doctor  Quiñónez  M. 
a  un  ciudadano  de  grandes  capacidades,  pues  siempre  se 
distinguió  en  sus  puestos  como  funcionario  predestinado  pa- 
ra escalar  altas  jerarquías  por  sus  relevantes  méritos,  por  su 
amplio  criterio  y  por  su  honradez. 

El  interinato  de  su  gobierno  nos  lo  ha  acabado  de  re- 
velar, y  al  descender  de  la  Primera  Magistratura  de  la  Re- 
pública, debe  llevar  la  satisfacción  de  que  el  país  ha  sabi- 
do apreciar  su  labor,  premiándola  con  su  elección  de  Vice- 
presidente. 


220 


ALBUM  PATRIÓTICO 


tienes  patrióticas,  no  dudamos  que,  la  situación  mejorará 
notablemente. 

El  país  se  regocija  de  haber  solucionado  su  difícil  pro- 
blema electoral  de  manera  tan  satisfactoria,  pues  nunca  co- 
mo hoy  se  habrá  sentido  tan  seguro  del  porvenir,  teniendo 
como  jefe  del  gobierno  a  un  preclaro  ciudadano  que  velará 
fielmente  por  sus  intereses. 

Llegue  el  señor  Meléndez  en  momento  feliz  al  elevado 
puesto  a  donde  lo  llevan  sus  indiscutibles  méritos  y  la  vo- 
luntad nacional  ampliamente  manifestada  en  los  comicios,  y 
y  que  las  aspiraciones  del  pueblo  se  vean  colmadas. 

Si  acertado  estuvo  el  pueblo  salvadoreño  al  elegir  Pre- 
sidente de  la  República  a  don  Carlos  Meléndez,  no  lo  estu- 
vo menos  al  elegir  Vicepresidente  al  doctor  Alfonso  Quiñó- 
nez  Molina,  ciudadano  patriota,  honrado  y  eminentemente 
apto  para  tan  alto  puesto. 

La  Carta  fudamental  de  la  Nación,  previsora  para  que 
el  funcionamiento  del  organismo  político  no  sufra  interrup- 
ción en  un  caso  desgraciado — que  quiera  Dios  que  no 
ocurra,— estatuye  que  haya  un  Vicepresidente  de  la  Repú- 
blica; y  pocas  veces  corro  esta  la  designación  habrá  estado 
tan  en  consonancia  con  las  aspiraciones  públicas. 

El  Dr.  don  Alfonso  Quiñónez  Molina  reúne  todas  las 
cualidades  del  ciudadano  Mamado  a  gobernar  pueblos.  Lo 
hemos  visto  en  el  interinato  actual,  dar  la  nota  más  alta  de 
competencia  para  salvar  al  país  de  la  crisis  que  parcela 
arrastrarlo  por  las  circunstancias  que  todos  conocemos. 

Sólo  ese  tacto  político  es  una  recomendación  apreciable. 
Pero  además  de  eso  hay  muchos  puntos  de  vista  que  lo 
presentan  como  un  estadista  de  gran  talla.  Su  Gobierno  ha 
sido  fecundo  en  bienes  para  la  Patria,  la  cual  sabrá  agra- 
decerlos debidamente. 

De  antiguo,  el  país  entero  veía  en  el  doctor  Quiñónez  M. 
a  un  ciudadano  de  grandes  capacidades,  pues  siempre  se 
distinguió  en  sus  puestos  como  funcionario  predestinado  pa- 
ra escalar  altas  jerarquías  por  sus  relevantes  méritos,  por  su 
amplio  criterio  y  por  su  honradez. 

El  interinato  de  su  gobierno  nos  lo  ha  acabado  de  re- 
velar, y  al  descender  de  la  Primera  Magistratura  de  la  Re- 
pública, debe  llevar  la  satisfacción  de  que  el  país  ha  sabi- 
do apreciar  su  labor,  premiándola  con  su  elección  de  Vice- 
presidente. 


220 


LA  TRANSMISION  DEL  PODER  SUPREMO 


0£  LA  REPUBLICA 


UMA  RRAOXIOA  f»ROV«úO MOaA  DK  NUBOTRO 

eiaxBMA  ooNamruoioNAt- 


Los  publicistas  del  siglo  XVIII,  que  establecieron  los 
cánones  del  credo  democrático  y  formularon  los  principios 
substantivos  de  la  libertad  política  y  civil,  tuvieron  la  ad- 
mirable intuición  de  comprender  que  la  permanencia  en  el 
ejercicio  del  Poder  Supremo,  de!  mismo  personal  del  Gobierno, 
gasta  los  resortes  de  las  instituciones  y  las  fuerzas  morales 
de  quienes  lo  ejercen. 

Este  axioma,  que  el  inmortal  Montesquieu  puso  en  evi- 
dencia, ha  venido  a  ser  una  de  las  bases  fundamentales  de 
la  organización  republicana  y  democrática  de  las  jóvenes 
nacionalidades  de  este  Continente. 

Por  manera,  pues,  que  la  sucesión  de  los  hombres  pú- 
blicos más  connotados  de  un  país  republicano,  en  las  altas 
dignidades  del  Gobierno— lo  que  todos  llamamos  la  alterna- 
bilidad  del  Poder— es  la  esencia  intangible  del  espíritu  de 
las  instituciones  democráticas.  La  escuela  radical  del  libera- 
lismo americano  llevó  las  exigencias  de  ese  axioma  político 
a  todos  los  órdenes  de  la  jerarquía  política  y  administrativa 
^n  que  se  condensan  los  servicios  públicos  de  los  Gobiernos 
republicanos. 

Estos  precedentes  teóricos  nos  explican  a  maravilla  la 
tendencia  firme  y  constante  que  aparece  en  nuestra  historia 
constitucional,  para  hacer  prevalecer  el  principio  invulnerable 
de  la  alternabilidad  en  el  ejercicio  del  Poder  Público. 

Si  tuviésemos  tiempo  y  espacio  para  ello,  y  si  no  fuese 
impropio  de  este  órgano  oficial,  hartamos  fácilmente  la  his- 
toria de  las  vicisitudes  por  las  cuales  ha  atravesado  la  de- 


222 


ALBUM  PATRIÓTICO 


mocracia  salvadoreña,  en  orden  al  cumplimiento  o  violación 
•del  principio  que  antes  hemos  consignado. 

Y,  resumiendo  en  síntesis  concreta  la  tesis  que  venimos 
desarrollando,  puede  decirse— sin  temor  de  padecer  una  equi- 
vocación flagrante— que  la  historia  de  nuestro  sistema  constitu- 
cional y  de  nuestras  libertades  públicas,  se  condensa  en  las 
evoluciones  orgánicas  que  el  principio  déla  alternabilidad  en 
el  Poder  Público  ha  seguido  durante  el  decurso  de  nuestra 
vida  nacional  independiente. 

Pues  bien:  hoy,  en  este  día,  se  acaba  de  verificar  una 
•confirmación  más,  de  la  eficiencia  de  ese  principio— alma  y 
substancia  de  las  instituciones  republicanas— al  recibir  cum- 
plida aplicación  el  precepto  fundamental  de  nuestra  Constitu- 
ción Política,  que  limita  los  poderes  legales  del  Presidente  de 
la  República  por  el  término  indefectible  de  cuatro  años,  sin 
reelección  posible  en  la  persona  que  ejerza  la  Suprema  Ma- 
:gistratura  de  la  República. 

Tales  son  las  consideraciones  sumarias  que  surgen  a  la 
mente  del  periodista  oficial,  al  consignar  el  hecho  trascenden* 
talisimo  que  acabamos  de  presenciar  en  este  día  histórico. 

Nadie  ignora  que  las  evoluciones  de  la  conciencia  nado- 
nal  han  venido  preparando— merced  a  la  virilidad  del  pueblo 
salvadoreño  y  a  su  fe  en  la  virtualidad  de  los  principios 
constitucionales— un  terreno  propicio  para  que  se  verifique, 
sin  estremecimientos  convulsionarios  y  antipatrióticos,  la  su- 
•cesión  del  Mando  Supremo  en  la  Presidencia  de  la  República- 
problema  el  más  grave  y  pavoroso  que  apenas  hace  pocos 
lustros  se  presentaba  a  la  contemplación  de  nuestros  hombres 
públicos  y  al  querer  de  nuestras  masas  populares. 

Pues  bien,  ese  problema  pavoroso,  ha  quedado  hoy 
resuelto  en  la  forma  más  satisfactoria  y  pacifica. 

La  voluntad  nacional,  merced  al  patriotismo  del  doctor 
Quiñónez  Molina,  ha  recibido  su  más  legitima  y  espontánea 
consagración  en  las  elecciones  últimas  de  enero,  condensando 
en  el  voto  popular  a  favor  de  uno  de  sus  más  preclaros  ciu- 
dadanos, la  esperanza  más  noble  del  patriotismo  nacional. 

Para  dar  pleno  y  absoluto  cumplimiento  a  las  ejecutorias 
de  esa  voluntad  nacional,  que  quiere  y  manda  que  un  hombre 
de  los  prestigios  de  don  Carlos  Meléndez,  sea  el  guardián  fiel 
de  los  destinos  nacionales,  verificóse  hoy  la  entrega  del 
Poder  Público,  que  el  Encargado  interino  de  la  Presidencia 
hizo  en  la  persona  del  ungido  de  los  pueblos. 


223 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Ya  el  público  de  nuestros  lectores  conoce  cuáles  bañado 
las  ceremonias  solemnes  y  patrióticas  que  han  consagrado  ese 
gran  acontecimiento  de  la  Democracia  salvadoreña,  y,  en  pre- 
sencia de  lo  magnifico  del  acto  constitucional  que  acaba  de 
cumplirse,  y  mirando  hacia  el  porvenir  las  grandes  proyeccio- 
nes que  él  ha  de  significar  en  la  consolidación  del  régimen 
constitucional  y  de  las  libertades  públicas,  apenas  si  nos  queda, 
débiles  cronistas  de  la  voluntad  nacional,  un  aliento  personal 
para  cooperar  al  entusiasmo  patriótico,  que  en  esta  forma 
consagre  el  triunfo  de  la  voluntad  del  Pueblo  Salvadoreño. 

Nota  simpática  en  la  evolución  de  los  grandes  aconteci- 
mientos de  este  día,  ha  sido  la  forma  espontánea  con  que  la 
Iglesia  Nacional  Salvadoreña  ha  querido  también  consagrar 
los  triunfos  déla  voluntad  popular,  invitando  a  un  Te  Deum 
extraoficial  después  de  las  ceremonias  protocolarias,  que  todos 

hemos  presenciado.  .....  i 

No  puede  el  órgano  oficial  dejar  desapercibido  el  alcance 
profundo  y  el  gran  sentido  práctico  que  informa  el  Manifiesto 
del  señor  Presidente  Meléndez— que  en  otro  lugai  de  este  Dia- 
rio reproducimos  — y  que  condensa  —  podemos  decirlo,  sin 
temor  de  equivocarnos— todos  los  anhelos  y  las  aspiraciones 
máximas  de  la  voluntad  nacional,  en  este  momento  histórico 
para  el  Pueblo  Salvadoreño.  •     . .  ^ 

Y,  para  concluir,  no  nos  queda  sino  la  satisfacaón  de 
haber  hecho  que  se  registre  en  las  columnas  de  este  órgano 
oficial,  uno  de  los  acontecimientos  más  trascendentales  de  la 
vida  democrática  del  país,  y,  en  consecuencia,  es  justo  que^ 
como  ciudadanos,  tributemos  el  homenaje  de  nuestra  ad- 
miración y  de  nuestro  cariño,  al  ciudadano  integérrimo  que 
tanto  ha  contribuido  a  este  triunfo  de  las  instituciones  li- 
bres, es  decir,  al  señor  doctor  don  Alfonso  Quiñónez  Mo- 
lina. 

(Del  «Diario  Oficial») 


224 


PEN/AMIENTO 


DON  CARLOS  MELENDEZ 


Tan  conspicua  personalidad  es  acreedora  a  la  estima- 
ción del  pueblo  salvadoreño,  por  sus  cualidades  sobrcsaliCB- 
tes  de  estadista  y  por  su  reconocida  y  acrisolada  honradez. 

Encomendados  a  tan  distinguido  patriota  los  destin<^ 
de  la  República,  es  de  esperarse  que  ésta  marche  sin  vaa- 
ladones  en  el  sendero  luminoso  del  proi^eso. 

j.  iGNApio  Salinas. 

Chalatenango,  1915. 


EL  PRESIDENTE  CONSTITUCIONAL  DE 

EL  SALVADOR 


En  las  monarquías  absolutas  es  timbre  glorioso  para  c! 
soberano,  ya  que  pretende  ejercer  el  poder  por  derecho  dK 
vino,  mostrar  una  genealogía  compuesta  de  varones  msignes 
y  damas  aristocráticas  que  se  pierda— si  es  posible— cu  la»^ 
hermosas  tinieblas  de  los  tiempos  heroicos  o,  por  lo  menos^ 
que  arranque  de  alguno  de  esos  invencibles  guerreros  que 
abrieron  con  la  punta  de  la  espada  las  puertas  de  una 
época  nueva  o  de  un  periodo  lleno  de  esplendor.  De  ahí  que 
todas  las  dinastías  aparezcan  rodeadas  de  una  aureola  tan 
luminosa  como  el  derecho  divino,  de  que  emanó  su  poder. . . . .  . 

Afortunadamente  nosotros,  los  hijos  del  Nuevo  Mundo^ 
poseemos  otro  criterio  sobre  el  origen  del  Poder  Supremo^ 
y  creemos  firmemente  en  la  soberanía  popular,  fundada  ca 


15 


ALBUM  PATRIÓTICO 


los  tres  grandes  principios  de  libertad,  igualdad  y  fraternidad 
de  los  hombres,  manifestada  a  la  luz  del  sol  en  los  comi- 
cios electorales,  después  de  propagandas  hechas  al  aire  libre, 
ora  en  los  clubs,  en  donde  los  ciudadanos  discuten  sus 
derechos,  o  bien  en  las  columnas  de  las  hojas  periódicas, 
en  donde  la  opinión  pública  se  manifiesta  clara  y  distinta, 
o  ataviada  con  las  formas  maravillosas  del  lenguaje  de  los 
grandes  pensadores.  Y,  si  bien  es  cierto  que  algunas  veces, 
en  varias  ocasiones  se  abusa  del  poder,  comprimiendo,  por 
la  fuerza  o  por  la  astucia,  tan  primordial  derecho,  también 
lo  es  que  ese  mismo  abuso  viene  a  servir  después  de  com- 
bustible para  alimentar  la  hoguera  de  la  indignación  popular. 

Desde  el  año  de  1821,  en  que  los  pueblos  centroameri- 
canos proclamaron  su  independencia,  no  habia  atravesado 
El  Salvador  una  época  tan  bonancible  como  la  presente,  po- 
líticamente hablando. 

Todos  los  viejos  partidos  que  antes  se  disputasen  el 
poder  en  procesos  sangrientos,  han  renunciado  a  la  prepon- 
derancia en  esta  ocasión.  La  modesta  cultura  que  hemos 
venido  conquistando  con  afán  tesonero,  nos  pone  a  igual 
nivel  que  otros  pueblos  más  grandes  y  populosos  de  la 
misma  raza:  la  era  délas  revueltas  y  asonadas  escandalosas, 
ha  pasado  y  aunque  con  grandes  esfuerzos  y  sacrificios  hemos 
ll^do  a  una  situación  bonancible  bajo  todos  aspectos: 
material  y  moral,  político,  económico  y  social. 

A  la  consecución  de  tan  altos  fines  ha  contribuido  la 
plena  confianza  que  el  pueblo  tiene  en  la  conspicua  perso- 
nalidad del  ciudadano  don  Garios  Meléndez,  quien  ha  dado 
tantas  pruebas  de  abnegación  y  patriotismo,  que  nadie  duda 
de  su  labor  proficua. 

Llegó  la  fecha  en  que  tome  posesión  de  su  elevado  cargo, 
de  acuerdo  con  el  texto  de  nuestra  ley  constitutiva,  i  Loado 
sea  Dios  1  


LA  ADMINISTRACION  MELENDEZ 
Y  LA  PAZ  CENTROAMERICANA 


Estudiábamos  hace  poco  la  Administración  Meléndez 
baio  el  aspecto  hacendario,  y  hacíamos  ver  cuán  provecho- 
sa ha  sido  para  El  Salvador  su  actuación  administrativa. 

226 


ALBUM  PATRróTiGO 


los  tres  grandes  principios  de  libertad,  igualdad  y  fraternidad 
de  los  hombres,  manifestada  a  la  luz  del  sol  en  los  comi- 
cios electorales, después  de  propagandas  hechas  al  aire  libre, 
ora  en  los  clubs,  en  donde  los  ciudadanos  discuten  sus 

derechos,  o  bien  en  las  columnas  de  las  hojas  periódicas, 
en  donde  la  opinión  pública  se  manifiesta  clara  y  distinta, 
o  ataviada  con  las  formas  maravillosas  del  lenguaje  de  los 
grandes  pensadores.  Y,  si  bien  es  cierto  que  algunas  veces, 
en  varias  ocasiones  se  abusa  del  poder,  comprimiendo,  por 
la  fuerza  o  por  !a  astucia,  tan  primordial  derecho,  también 
lo  es  que  ese  mismo  abuso  viene  a  servir  después  de  com- 
bustible para  alimentarla  hoguera  déla  indignación  popular. 

Desde  el  año  de  1821,  en  que  los  pueblos  centroameri- 
canos proclamaron  su  independencia,  no  había  atravesado 
El  Salvador  una  época  tan  bonancible  como  la  presente,  po- 
líticamente hablando. 

Todos  los  viejos  partidos  que  antes  se  disputasen  el 
poder  en  procesos  sangrientos,  han  renunciado  a  la  prepon- 
derancia en  esta  ocasión.  La  modesta  cultura  que  hemos 
venido  conquistando  con  afán  tesonero,  nos  pone  a  igual 
nivel  que  oíros  pueblos  más  grandes  y  populosos  de  la 
misma  raza:  la  era  de  las  revueltas  y  asonadas  escandalosas, 
ha  pasado  y  aunque  con  grandes  esfuerzos  y  sacrificios  hemos 
llegado  a  una  situación  bonancible  bajo  todos  aspectos: 
material  y  moral,  político,  económico  y  social. 

A  la  consecución  de  tan  altos  fines  ha  contribuido  la 
plena  confianza  que  el  pueblo  tiens  en  la  conspicua  perso- 
nalidad del  ciudadano  don  Carlos  Meléndez,  quien  ha  dado 
tantas  pruebas  de  abnegación  y  patriotismo,  que  nadie  duda 
de  su  labor  proficua. 

Llegó  la  fecha  en  que  tome  posesión  de  su  elevado  cargo, 
de  acuerdo  con  el  texto  de  nuestra  ley  constitutiva.  ¡Loado 
sea  Dios  1  


LA  ADMINISTRACION  MELENDEIZ 

Y  LA  PAZ  centroame:ricana 


Estudiábamos  hace  poco  la  Administración  Meléndez 
bajo  el  aspecto  hacendario,  y  hacíamos  ver  cuan  provecho- 
sa ha  sido  para  El  Salvador  su  actuación  administrativa. 


226 


o 
•a 

s 


c 

C/2 


■r. 
U 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Efectivamente,  basta  hacer  un  paralelo  entre  los  ingre- 
sos y  las  erogaciones  nacionales  durante  el  corto  lapso  de 
tiempo  en  que  el  señor  Meléndez  ha  manejado  las  riendas 
del  Estado,  para  que  se  vea  la  notable  diferencia  que  arro- 
jan a  favor  del  Fisco  los  ingresos  rentísticos,  y  cuánta  eco- 
nomía, cuánta  pureza  ha  habido  en  su  distribución  en  los 
diversos  ramos  administrativos.  . 

Durante  el  tiempo  que  el  señor  Meléndez,  como  Desig- 
nado a  la  Presidencia,  ejerció  el  Poder  Supremo,  fueron  dig- 
nas de  notarse  varias  tendencias  políticas  y  sociales,  que 
pueden  sii-tetizarse  así: 

1? — Centroamericana. 

2? —Tranquilidad  interior  y 

3?_Poca  política  y  mucha  Administración. 

Vamos,  aunque  a  la  ligera,  a  considerarías  separadamente: 

I 

La  Paz  Centroamericana  depende  en  gran  parte  de  la 
actuación  administrativa  de  El  Salvador,  tanto  por  la  situa- 
ción geográfica  como  por  los  antecedentes  históricos  de  di- 
cho Estado.  Siempre  que  los  salvadoreños  han  sido  gober- 
nados por  hombres  cívicos,  hánse  cultivado  sinceras  rela- 
ciones con  los  Estados  vecinos;  lo  cual  no  tiene  nada  de 
extraño,  y  si,  mucho  de  lógico,  porque  todo  hombre,  puesto 
al  frente  de  los  destinos  de  un  pueblo,  se  esfuerza  por  ha- 
cer prevalecer  sus  principios  y  colmar  sus  aspiraciones.  To- 
do lo  contrario  ha  acontecido  cuando  han  llegado  a  la  pri- 
mera Magistratura  hombres  de  espíritu  guerrero:  amantes 
de  las  glorias  que  se  recogen  en  los  campos  de  Marte,  han 
arrastrado  a  este  heroico  pueblo  al  sacrificio,  como  lo  hi- 
cieron, sin  ir  más  lejos,  los  Presidentes  (jonzález,  Ezeta  y 
Regalado,  para  sólo  citar  jefes  de  nuestra  Historia  Contem- 
poránea. 

II 

La  tranquilidad  interior  depende,  asi  mismo,  de  la  ac- 
tuación gubernativa.  Cuando  un  gobernante  tiene  por  norma 
la  ley  y  trata  de  ajustar  todos  sus  actos  a  los  principios 
eternos  de  justicia,  los  pueblos,  por  lo  regular,  no  dan  oí- 
dos a  las  insinuaciones  de  los  ambiciosos  y  revolucionarios 
de  oficio;  antes  bien,  muéstranse  fieles  a  sus  mandatarios. 

228 


ALBUM  PATRIÓTICO 

Efectivamente,  basta  hacer  un  paralelo  entre  los  ingre- 
sos y  las  erogaciones  nacionales  durante  el  corto  lapso  de 
tiempo  en  que  el  señor  Meléndez  ha  manejado  las  riendas 
del  Estado,  para  que  se  vea  la  notable  diferencia  que  arro- 
jan a  favor  del  Fisco  los  ingresos  rentísticos,  y  cuánta  eco- 
nomía, cuánta  pureza  ha  habido  en  su  distribución  en  los 
diversos  ramos  administrativos. 

Durante  el  tiempo  que  el  señor  Meléndez,  como  Desig- 
nado a  la  Presidencia,  ejerció  el  Poder  Supremo,  fueron  dig- 
nas de  notarse  varias  tendencias  políticas  y  sociales,  que 
pueden  sii'tetizarse  así: 

1?— Paz  Centroamericana. 

2?_Tranquiiidad  interior  y 

3a_Poca  política  y  mucha  Administración. 

Vamos,  aunque  a  la  ligera,  a  considerarlas  separadamente: 


La  Paz  Centroamericana  depende  en  gran  parte  de  la 
actuación  administrativa  de  El  Salvador,  tanto  por  la  situa- 
ción geográfica  como  por  los  antecedentes  históricos  de  di- 
cho Estado.  Siempre  que  los  salvadoreños  han  sido  gober- 
nados por  hombres  cívicos,  hánse  cultivado  sinceras  rela- 
ciones con  los  Estados  vecinos;  lo  cual  no  tiene  nada  de 
extraño,  y  si,  mucho  de  lógico,  porque  todo  hombre,  puesto 
al  frente  de  los  destinos  de  un  pueblo,  se  esfuerza  por  ha- 
cer prevalecer  sus  principios  y  colmar  sus  aspiraciones.  To- 
do lo  contrario  ha  acontecido  cuando  han  llegado  a  la  pri- 
mera Magistratura  hombres  de  espíritu  guerrero:  amantes 
de  las  glorias  que  se  recogen  en  los  campos  de  Marte,  han 
arrastrado  a  este  heroico  pueblo  al  sacrificio,  como  lo  hi- 
cieron, sin  ir  más  lejos,  los  Presidentes  (jonzález,  Ezeta  y 
Regalado,  para  sólo  citar  jefes  de  nuestra  Historia  Contem- 
poránea. 


La  tranquilidad  interior  depende,  asi  mismo,  de  la  ac- 
tuación gubernativa.  Cuando  un  gobernante  tiene  por  norma 
la  ley  y  trata  de  ajustar  todos  sus  actos  a  los  principios 
eternos  de  justicia,  los  pueblos,  por  lo  regular,  no  dan  oí- 
dos a  las  insinuaciones  de  los  ambiciosos  y  revolucionarios 
de  oficio;  antes  bien,  muéstranse  fieles  a  sus  mandatanos.  4- 

228 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Creemos  inoficioso  citar  elocuentes  ejemplos  al  respec- 
to, porque  la  generación  actual  ha  sido  testigo  de  muchos 
de  ellos. 

La'  poca  política  y  mucha  Administración  es  la  caracte- 
rística principal  de  los  gobernantes  honrados  y  patriotas. 
Es  por  eso  que  la  Administración  Meiéndez  puede  señalarse 
como  una  de  las  mejores  que  hemos  conocido.  Desde  que 
don  Carlos,  con  ocasión  de  un  hecho  trágico  de  todos  co- 
nocido, se  hizo  cargo  de  la  primera  Magistratura,  ha  pues- 
to el  mayor  empeño  en  cultivar  las  mejores  relaciones  coa 
los  gobiernos  de  los  paises  vecinos,  los  cuales  descansan 
tanto  en  su  honorabilidad,  que,  sin  pecar  de  exagerados,, 
podemos  afirmar  que,  desde  la  Independencia  hasta  nues- 
tros dias,  nunca  los  pueblos  vecinos  han  tenido  tanta  con- 
fianza como  la  tienen  hoy,  en  la  sinceridad  de  nuestras  re- 
laciones y  en  la  estabilidad  de  esa  política  de  orden,  respe- 
to y  honorabilidad  que  caracteriza  al  actual  gobierno  salva- 
doreiio. 


LA  ADMINISTRACION  MELENDEZ  Y  LAS 
FINANZAS  NACIONALES 


Es  preciso  convenir  en  una  cosa:  en  que  han  llegada 
los  tiempos  en  que  la  Ciencia  económica  será  irremisible- 
mente la  principal  auxiliar  de  la  Ciencia  administrativa 

r  asi  como  es  un  axioma  que  «El  número  rige  al  Uni- 
verso» es  también  un  apotegma  que  «Las  buenas  finanzas 
hacen  la  buena  Administración».  Gobierno  que  desatiende 
las  finanzas  y  no  pone  toda  su  alma  en  la  plantificación  de 
un  sistemado  procedimiento  económico,  lejos  de  labrar  la 
felicidad  de  los  pueblos,  contribuye  a  su  ruina.  Han  pasa- 
do los  buenos  tiempos  en  que  se  consideraba  como  una 
felicidad  oue  hubiera  un  puchero  en  todos  los  hogares  los 
días  festivos:  los  pueblos  modernos  marchan  hacia  el  por- 
venir empujados  por  una  noble  ambición:  satisfacer  amplia- 
mente todas  sus  necesidades  y  ver  que  al  fin  de  cada  ano 
sus  rentas  arrojen  un  superávit  para  hacer  frente  a  las 
eventualidades  del  porvenir. 


230 


ALBUM  PATRIÓTICO 

Creemos  inoficioso  citar  elocuentes  ejemplos  al  respec- 
to, porque  la  generación  actual  ha  sido  testigo  de  muchos 
de  ellos. 

La  poca  política  y  mucha  Administración  es  la  caracte- 
rística principal  de  los  gobernantes  honrados  y  patriotas. 
Es  por  eso  que  la  Administración  Meiéndez  puede  sena.arse 
como  una  de  las  mejores  que  hemos  conocido.  Desde  que 
don  Carlos,  con  ocasión  de  un  hecho  trágico  de  todos  co- 
nocido se  hizo  cargo  de  la  primera  Magistratura,  ha  pues- 
to el  mayor  empeño  en  cultivar  las  mejores  relaciones  con 
los  i^obiernos  de  los  paises  vecinos,  los  cuales  descansan 
tanto  en  su  honorabilidad,  que,  sin  pecar  de  exagerados, 
podemos  afirmar  que,  desde  la  Independencia  hasta  nues- 
tros dias,  nunca  los  pueblos  vecinos  han  tenido  tanta  con- 
fianza como  la  tienen  hoy,  en  la  sinceridad  de  nuestras  re- 
laciones y  en  la  estabilidad  de  esa  política  de  orden,  respe- 
to y  honorabilidad  que  caracteriza  al  actual  gobierno  salva- 
doreño. 


LA  ADMINISTRACION  MELENDEZ  V  LAS 
FINANZAS  NACIONALES 


Es  preciso  convenir  en  una  cosa:  en  que  han  llegad» 
los  tiempos  en  que  la  Ciencia  económica  será  irremisible- 
mente la  principal  auxiliar  de  la  Ciencia  administrativa. 

Y  así  como  es  un  axioma  que  «El  número  rige  al  Uni- 
verso», es  también  un  apotegma  que  «Las  buenas  finanzas 
hacen  la  buena  Administración».  Gobierno  que  desatiende 
las  finanzas  y  no  pone  toda  su  alma  en  la  plantificación  de 
un  sistemado  procedimiento  económico,  lejos  de  labrar  la 
felicidad  de  los  pueblos,  contribuye  a  su  ruina.  Han  pasa- 
do los  buenos  tiempos  en  que  se  consideraba  como  una 
felicidad  oue  hubiera  i.n  puchero  en  todos  los  hogares  los 
dias  festivos:  los  pueblos  modernos  marchan  hacia  el  por- 
venir empujados  por  una  noble  ambición:  satisfacer  amplia- 
mente todas  sus  necesidades  y  ver  que  al  fin  de  cada  ano 
sus  rentas  arrojen  un  superávit  para  hacer  frente  a  las 
eventualidades  del  porvenir. 


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ALBUM  PATiadnco 


La  organización  de  la  Hacienda  Pública  y  la  razonada 
distribución  de  sus  rentas  es  el  timbre  más  glorioso  de  los 
gobiernos  en  esta  época  de  positivismo.  Sin  buenas  finan- 
zas no  puede  haber  Administración  ordenada  y  correcta, 
marcha  progresiva  ni  seguridad  nacional.  El  honor  mismo 
de  los  Estados  se  afecta  por  modo  serio  cuando  los  com- 
promisos contraidos  no  llegan  a  realizarse  por  escasez  o 
falta  de  recursos. 

Cuando  el  famoso  Colbert,  en  tiempos  de  Luis  décimo- 
cuarto,  se  hizo  cargo  de  las  finanzas,  vió  que  la  nación 
francesa  se  encontraba  en  bancarrota;  que  el  lujo  de  la 
Corte  devoraba  a  la  Nación;  que  solamente  sobre  el  «esta- 
do llano,  esto  es,  sobre  la  clase  trabajadora  gravitaban  las 
cargas  nacionales,  dando  esto  por  resultado  que  las  indus- 
trias manuales,  la  agricultura  y  el  comercio  no  podían  pros- 
perar, porque  el  Fisco  las  oprimía  y  ahogaba  con  impues- 
tos exagerados.  Fue  entonces  que  aquel  insigne  estadista 
balanceó  la  producción  nacional  y  las  erogaciones  adminis- 
trativas- y  ante  el  espectro  fatídico  de  una  bancarrota  se- 
gura pidió  y  obtuvo  del  Soberano  la  disminución  de  las 
listas  civiles  y  militares,  y  la  suspensión  de  las  asignaciones 
que  por  razón  de  privilegio,  gozaban  algunos  «grandes  del 
reino»  y  tuvo  el  valor  suficiente  de  suprimir  algunas  ero- 
gaciones cuantiosas  que  figuraban  en  el  Presupuesto,  rela- 
tivas a  fiestas  palaciegas  y  hasta  las  pensiones  arbitrarias 
a  los  bufones,  cortesanos  y  demás  parásitos  que  medraban 
a  la  sombra  del  poder  real. 

Y  si  a  esto  se  agrega  que  fueron  creándose  nuevas 
rentas  y  foméntandose  razonadamente  las  antiguas,  a  nadie 
sorprenderá  que  durante  el  reinado  de  Luis  el  Grande  la 
nación  francesa  haya  comenzado  a  figurar  en  primera  linea 
entre  las  nacionalidades  del  Viejo  Mundo. 

Adrede  registramos  los  expedientes  históricos  de  una 
ilustre  nación,  porque,  como  dijo  Cervantes,  «la  Historia 
es  el  espejo  de  lo  pasado,  la  lección  de  lo  presente  y  la 
advertencia  de  lo  porvenir.» 

Nuestro  país  venía  hundiéndose  desde  que,  para  mal 
de  nuestras  desgracias,  un  soldado  impetuoso,  pero  escaso 
de  luces,  arrebatóle  el  poder  a  otro  soldado  poco  ilustrado, 
■  pero  bastante  honorable.  La  Deuda  de  la  nación  había  ve- 
nido creciendo  sin  que  el  pueblo  lo  sospechara,  hasta  el 


232 


ALBUM  PATRIÓTICO 


-extremo  de  obscurecer  por  completo  las  esperanzas  del  pa- 

^'*°*'So<)le  al  Presidente  Araujo  la  gloria  de  contener  la 
Ola  dev^tadora  que  ya  nos  envolvía  v  de  pagar  con  pun- 
tualidad los  intereses  de  una  enorme  Deuda ;  consegu  r  una 
reforma  trascendental  en  la  Contrata  del  Ferrocarril,  que 
nos  amenazaba  con  otro  desastre,  y  encauzar  a  la  nación 
por  la  senda  de  la  h-norabilidad  bien  entendida.  Su  trági- 
ca muerte  hubiera  hundido  al  país  en  una  sene  de  lamen- 
tables  desgracias,  a  no  haber  encontrado  entre  los  Designa- 
dos a  la  Presidencia  de  la  República  un  hombre  tan  honra- 
do querido  y  respetado,  como  don  Carlos  Melendez,  que 
tuvo  la  entereza  de  hacerse  cargo  del  Poder  Supremo  en 
hora  tan  angustiosa,  como  llena  de  horrendas  incertidum- 

Aparecer  en  el  escenario  político  el  señor  Meléndez  y 
restablecerse  la  confianza,  no  solo  en  el  Salvador  sino  tam- 
bién en  los  Estados  vecinos,  todo  fue  uno.  Hombres  de  ^ 
naturaleza  necesitan  los  pueblos  en  sus  horas  de  tnbuia- 
-ción  e  incertidumbre. 


INDEPENDENCIA  DEL  MUNICIPÍO 


(Para  el  «AWum  Patriótico^) 

Arto  117.  C.  P.  — Las  Municipalidades,  en 
el  eiercicio  de  sus  funciones,  son  enteramente 
independientes;  pero  serán  responsables  por  sus 
actos,  ya  como  personas  jurídicas  o  iadividuai- 
monte,  según  los  casos,  etc.,  etc. 


Basta  dirigir  una  mirada  hacia  el  pasado  y  contemplar 
el  presente,  para  que  comprendamos  el  inmenso  beneficio 
nue  reportan  las  poblaciones  con  esta  Instituaón;  pero  aun 
nos  falta  mucho  todavía  para  saber  apreciar  como  se  debe 
este  beneficio  de  la  ley.  Se  ha  visto  que  Municipios  funda- 
•dos  en  el  precepto  Constitucional,  han  pretendido  sobrepo- 
nerse a  disposiciones  generales,  con  menosprecio  de  los 
fundamentos  en  que  descansan  nuestras  instituciones  demo- 
<rát¡cas;  y  es  por  esto,  que  algunas  veces  ha  habido  nece- 


233 


ALBUM  PATRtóTICO 


sidad  de  coartar  abusos  que  solo  tendrían  explicación  si. 
fuera  absoluta  la  esfera  de  acción  en  que  han  girado  los. 
asuntos  locales.  Esta  explicación  la  hemos  creído  neosana, 
porque  se  trata  de  perfeccionar  las  sociedades  que  forman 
la  Nación  Salvadoreña,  haciendo  uso  de  los  derechos  con- 
cedidos por  la  ley,  no  de  una  manera  arbitraria,  sino  ba]o 
los  principios  que  rigen  la  colectividad  en  general,  puesto 
que  los  Municipios  forman  parte  integrante  del  todo  que 
se  llama  República.  El  que  habla,  está  de  acuerdo  en  que 
se  haga  uso  del  derecho  de  libertad,  sin  llegar  al  libertinaje 
y  que  los  Municipios  sean  independientes  para  evitar  asi  la 
centralización  Administrativa  y  los  abusos  contra  los  intere- 
ses locales-  pero  asi  como  estas  colectividades  necesitan  el 
apoyo  del  Gobierno  Central,  deben  caminar  de  acuerdo  en 
todo  y  por  todo  con  las  disposiciones  generales,  porque  dfr 
lo  contrario  se  contemplaría  el  mismo  caso,  que  uno  de 
nuestros  miembros  se  opusiere  a  las  funciones  generales  del 
organismo,  que  traería  por  consecuencia  el  desequilibrio  de 
las  fuerzas  vitales,  la  consunción  y  quizá  la  muerte,  porque 
así  como  existen  en  el  orden  moral  y  material,  leyes  impres- 
criptibles, existen  también  en  la  organización  de  las  Socie- 
dades   ¿Qué  sería  dei  Municipio  que  dijera:   «Pongo  aL 
frente  de  los  asuntos  locales  a  don  Fulano»,  que  es  un 
criminal  declarado  y  del  cual  tiene  perfecto  conocimiento  el 
Municipio,  y  desobedeciere  éste,  las  indicaciones  de  la  Au- 
toridad Superior?  Su  resultado  seria  deplorable  con  per- 
juicio de  la  comunidad.  Estoy  de  acuerdo  con  la  indepen- 
dencia del  Municipio,  pero  no  debe  entenderse  de  una  ma- 
nera absoluta,  que  seria  la  desmoralización  social  y  el  com- 
pleto desequilibrio  de  los  intereses  locales. 

Al  eucribir  estas  líneas,  no  pretendo  en  manera  alguna 
mancillar  la  honra  de  los  que,  de  común  acuerdo  con  los 
intereses  generales,  han  marchado  por  las  vías  de  su  en- 
grandecimiento y  mejora  local,  sino  hacer  un  recuerdo  ajos 
que  durante  el  presente  bienio,  procuran  hacer  todo  el  bien, 
posible  a  los  ciudadanos  de  cada  circunscripción  municipal,, 
luchando  por  el  adelanto  de  la  localidad;  y  excitar  a  los 
que  están  errados  para  que  sigan  el  derrotero  de  los  Mu- 
nicipios del  año  anterior,  que  contribuyeron  a  la  organiza- 
ción de  un  Gobierno  honrado,  pues  tanto,  el  ciudadano  don 
Carlos  Meléndez,  como  el  Dr.  Alfonso  Quiñónez  Molina,, 
durante  sus  interinatos,  como  Jefes  del  Estado,  procuraron. 


234 


ALBUM  PATRIÓTICO 


sidad  de  coartar  abusos  que  solo  tendrían  explicación  st 
fuera  absoluta  la  esfera  de  acción  en  que  lian  girado  los 
asuntos  locales.  Esta  explicación  la  liemos  creído  necesaria, 
porque  se  trata  de  perfeccionar  las  sociedades  que  forman 
la  Nación  Salvadoreña,  haciendo  uso  de  los  derechos  con- 
cedidos por  la  ley,  no  de  una  manera  arbitraria,  smo  bajo 
los  principios  que  rigen  la  colectividad  en  general,  puesto 
que  los  Municipios  forman  parte  integrante  del  todo  que 
se  llama  República.  El  que  habla,  está  de  acuerdo  en  que 
se  haga  uso  del  derecho  de  libertad,  sin  llegar  al  libertinaje 
y  que  los  Municipios  sean  independientes  para  evitar  asi  la 
centralización  Administrativa  y  los  abusos  contra  los  intere- 
ses locales;  pero  asi  como  estas  colectividades  necesitan  el 
apoyo  del  Gobierno  Central,  deben  caminar  de  acuerdo  en 
todo  y  por  todo  con  las  disposiciones  generales,  porque  de 
lo  contrario  se  contemplarla  el  mismo  caso,  que  uno  de 
nuestros  miembros  se  opusiere  a  las  funciones  generales  del 
oro^anismo,  que  traería  por  consecuencia  el  desequilibrio  de 
las  fuerzas  vitales,  la  consunción  y  quizá  la  muerte,  porque 
así  como  existen  en  el  orden  moral  y  material,  leyes  inipres- 
criptibles,  existen  también  en  la  organización  de  las  Socie- 
dades. cQué  seria  dei  Municipio  que  dijera:   «Pongo  al 
frente  de  los  asuntos  locales  a  don  Fulano»,  que  es  un 
criminal  declarado  v  del  cual  tiene  perfecto  ci.nocimiento  el 
Municipio  y  desobedeciere  éste,  las  indicaciones  de  la  Au- 
toridad Superior?  Su  resultado  seria  deplorable  con  per- 
juicio de  la  comunidad.  Estoy  de  acuerdo  con  la  indepen- 
dencia del  Municipio,  pero  no  debe  entenderse  de  una  ma- 
nera absoluta,  que  seria  la  desmoralización  social  y  el  com- 
pleto desequilibrio  de  los  intereses  locales. 

Al  escribir  estas  líneas,  no  pretendo  en  manera  alguna 
mancillar  la  honra  de  los  que,  de  común  acuerdo  con  los 
intereses  generales,  han  marchado  por  las  vías  de  su  en- 
grandecimiento y  mejora  local,  sino  hacer  un  recuerdo  a  los 
que  durante  el  presente  bienio,  procuran  hacer  todo  el  bien 
posible  a  los  ciudadanos  de  cada  circunscripción  municipal, 
luchando  por  el  adelanto  de  la  localidad  ;  y  excitar  a  los 
que  Citan  errados  para  que  sigan  el  derrotero  de  los  Mu- 
nicipios del  año  anterior,  que  contribuyeron  a  la  organiza- 
ción de  un  Gobierno  honrado,  pues  tanto,  el  ciudadano  don 
Carlos  Meléndez,  como  el  Dr.  Alfonso  Quiñónez  Mohna,. 
durante  sus  interinatos,  como  Jefes  del  Estado,  procuraron. 


234 


ALBUM  PATRIÓTiCO 


siempre  el  cumplimiento  del  precepto  constitucional  y  vela- 
ron por  la  mejor  marcha  de  los  Municipios,  cooperando  a 
llenar  las  necesidades  de  cada  población. 

Santillana. 

■ 

Usulután,  marzo  de  1915. 


RECUERDOS  DE  NUESTRA  FEDERACION 


En  el  periódico  "El  Eco  de  Occidente"  que  en  Sonsonate  redactaba  don 

Francisco  J.  Rivas  en  el  año  de  1898,  encontramos  algunos  artículos 
que  creernos  de  oportunidad  reproducir  en  este  Album  comemora- 
tivo.   He  aquí  algunos  de  aquellos  hermosos  conceptos: 

OARUO*  MKL^NOKZ 


He  aquí  el  nombre  de  nuestro  candidato  para  Goberna- 
dor del  Estado  en  el  próximo  periodo  constitucional,  de 
marzo  de  1899  a  marzo  de  1903. 

Títulos:  su  hombría  de  bien  y  su  reconocido  desin- 
terés. 

Con  estos  antecedentes,  presentamos  a  la  pública  con- 
sideración de  nuestros  conciudadanos,  al  hombre  de  buena 
voluntad,  que  puede  hacer  un  Gobierno  del  pueblo  y  para 
el  pueblo. 

El  señor  Meléndez,  modesto  y  sin  ambiciones  ilegíti- 
mas, acatará,  agradecido,  las  indicaciones  de  la  prensa  y 
las  de  todas  las  personas  que  quieran  auxiliarlo  en  la  di- 
ñcil  labor  de  la  Administración  Pública. 

El  sefior  Meléndez,  como  delegado  del  pueblo  se  em- 
peñará en  mejorar  la  condición  de  la  clase  obrera,  digna 
h'ja  del  trabajo,  que  merece  sus  simpatías  y  las  de  todos 
los  que  militamos  en  sus  filas. 


236 


ALBUM  PATRIÓTiCO 


El  señor  Meléndez  y  los  que  lo  proclamamos  tenemos 
por  axioma  que,  «El  Gobierno,  el  verdadero  Gobierno,  el 
buen  Gobierno  es  aquel  que  acepta  todas  las  condiciones 
del  desarrollo  social,  que  observa,  estudia,  explora,  experi- 
menta, que  acoge  la  inteligencia,  como  un  auxilter-y  no 
como  un  enemigo, -que  ayuda  a  la  verdad  a  Mlk  de 
confusión  de  los  sistemas,  que  emplea  las  libertad»  todas 
en  fecundar  las  fuerzas,  que  aborda  con  buena  fe  en  e 
problema  de  la  educación  del  niño;  y  del  trabajo  para  el 
hombre.  El  vewladero  Gobierno  e»  aquel  a  quien  no  ofen- 
de el  aumento  de  luz  y  a  quien  no  atemoriza  el  engrande- 
cimiento del  pueblo.  ,   ,^  . 

El  verdadero  Gobierno  es  aquel  que  con  lealtad  pone 
a  la  orden  del  día,  para  profundizarlas  y  para  resolverlas 
como  la  nación  desea,  todas  esas  cuestiones  tan  apremian- 
tes y  tan  graves,  de  crédito,  circulación,  producción,  consu- 
mo, colonización,  desarme,  malestar  y  bienestar  riqueza  y 
miseria,  y  todas  las  promesas  en  fin  de  la  Consütuaón.  en 
suma,  la  gran  cuestión  del  pueblo.  •         ^  „t 

Él  verdadero  Gobierno  es  aquel  que  organiza  y  no  el 
que  comprime;  aquel  que  se  pone  a  la  cabeza  de  todas  las 
ideas  y  no  el  que  marcha  arrastrando  todos  los  rencores.» 


EN  LA  AP.ENA 


Lucha  franca  y  leal  vamos  a  tener. 

Con  iguales  armas  vamos  a  disputarnos  en  el  campo 

la  victoria.  ,     ^    ^    t.  wa- 

Si  de  nosotros,  bueno;  si  de  los  demás,  también. 
Ante  la  mayoría  sensata  que  tiene  conciencia  de  sus 
hechos,  que  no  es  opresa  ni  vejada;  que  goza  de  libertad 
Que  no  acata  órdenes  superiores  ni  amedrentada,  sigue  el 
camino  que  se  le  señala,  nos  inclinamos  reverentes  y  ataca- 
mos su  voluntad.  Y  esto  es  lo  que  hoy  puede  suceder,  si 
el  Gobierno  no  cumple  estrictamente  con  lo  ofrecido  ... 

De  esta  manera,  los  ciudadanos  pueden  optar  libremente 
por  el  candidato  que  sea  de  sus  simpatías,  sin  temor  de 
verse  agredidos  por  las  gentes  que  coartan  la  libertad  de 

***"^Tres  candidatos  hay  en  la  palestra:  dos  militares  y  un 

231 


ALBUM  PATRIÓTICO 


civil-  los  primeros  llevan  sobre  sus  hombros  cargos  que 
aún  'no  han  desvanecido,  y  que  los  hace  aparecer  como 
culpables;  el  segundo  no  tiene  una  mancha:  sus  advérsanos 
no  pueden  enrostrarle  ni  una  acción  de  esas  que  pueden 
avergonzar  a  un  cludadadano  honrado. 

A  este  último,  no  obstante  la  estadía  de  los  otros  can- 
didatos en  el  poder  lo  han  rodeado  desde  sus  principios, 
personas  sensatas  y  de  valer,  mientras  que  tras  los  otros 
van  los  desesperados,  esa  clase  de  gente  que  sólo  gusta 
vivir  pegada  a  la  Caja  Nacional.  Por  supuesto  no  son  todos 
así  :  incapaces  seriamos  de  calificar  de  este  modo  a  muchos 
amigos  nuestros ;  pero  eso  es  lo  cierto !  Y  sabe  el  publico 
por  qué  ha  sucedido  esto? 

Ahora  será  muy  diferente  la  cuestión. 
El  pueblo  buscará  al  hombre  más  aparente,  más  hon- 
rado que  preste  más  garantías  en  pro  del  orden  y  buena 
administración  de  lo3  caudales  públicos;  que  sea  un  digno 
representante  de  la  Nación ;  que  constituya  la  salvanguardia 
de  sus  intereses  y  autonomía;  que  corresponda  a  las  aspi- 
raciones generales.  ^    .        u  a 

En  un  Estado  como  el  nuestro,  en  donde  no  hay  verda- 
deros partidos,  lo  que  conviene  es  un  Gobierno  que  mande 
con  el  pueblo  y  ninguno  más  aparente  para  ello,  que  el  señor  don 
Carios  Meléndez,  porque  es  una  persona  sin  compromisos, 
sin  odios.  Él  no  va  tras  las  granjerias;  es  rico,  no  tiene 
vicios  de  carácter  suave  y  de  trato  afable:  su  religión  es 
el  trabajo.  Las  consideraciones  para  el  grande  las  tiene  pa- 
ra el  pequeño;  caritativo  siempre  ha  sido  con  la  clase  menes- 
terosa •  un  favor  nunca  lo  ha  negado  ni  jamas  hecha  en 
olvido'  a  sus  partidarios  y  amigos,  como  han  _  hecho  otros 
Gobernantes,  que  una  vez  han  escalado  las  cimas  del  Po- 
der han  dado  un  puntapié  a  sus  verdaderos  partidarios  y  se 
han  rodeado  de  los  contrariós,  burlando  la  fe  y  el  afecto  de 
sus  partidarios  y  amigos,  lo  que  les  ha  costado  muy  caro  I 
¿  Quiere  el  pueblo  salvadoreño  un  gobernante  mejor!» 

Nuestros  Estados  necesitan  enírar  de  lleno  en  la  vida 
del  trabajo  y  en  la  vida  de  la  ley  

F.  J.  R. 

Sonsonate  1898. 


238 


ALBUM  PATRIÓTICO 


civil-  los  primeros  llevan  sobre  sus  hombros  cargos  que 
aún  'no  han  desvanecido,  v  que  los  hace  aparecer  como 
culpables-  el  setíinido  no  tiene  una  mancha:  sus  adversarios 
no  pueden  enrostrarle  ni  una  acción  de  esas  que  pueden 
avertíonzar  a  un  ciudadadano  honrado. 

A  este  último,  no  obstante  la  estadía  de  los  otros  can- 
didatos en  el  poder  lo  han  rodeado  desde  sus  principios, 
personas  sensatas  y  de  valer,  mieniras  que  tras  los  otros 
van  los  desesperados,  esa  clase  de  gente  que  solo  gusta 
vivir  peeada  a  la  Caja  Nacional.  Por  supuesto  no  s(mi  todos 
asi-  incapaces  seriamos  de  calificar  de  este  modo  a  muchos 
amigos  nuestros;  pero  eso  es  lo  cierto!  Y  sabe  el  publico 
por  qué  ha  sucedido  esto? 

Ahora  será  muy  diferente  la  cuestión. 
El  pueblo  buscará  al  hombre  más  aparente,  más  hon- 
rado que  preste  más  garantías  en  pro  de!  orden  y  Iniena 
administración  de  lo:,  caudales  públicos;  que  sea  un  digno 
representante  de  la  Nación;  que  constituya  la  saivanguardia 
de  sus  intereses  y  autonomía;  que  corresponda  a  las  aspi- 
raciones generales.  ...  j„ 
En  un  Estado  como  el  nuestro,  en  donde  no  hay  verda- 
dero^  panidos,  lo  que  conviene  es  un  Gobierno  que  mande 
con  el  pueblo  y  ninguno  más  aparente  para  ello,  que  el  señor  don 
Garios  Meléndez,  porque  es  una  persona  sin  compromisos, 
sin  odios.  Él  no  va  tras  las  granjerias;  es  rico,  no  tiene 
vicios  de  carácter  suave  y  de  trato  afable :  su  religión  es 
€l  trabajo.  Las  consideraciones  para  el  grande  las  tiene  pa- 
ra el  pequeño;  caritativo  siempre  ha  sido  con  la  clase  menes- 
terosa un  favor  nunca  lo  ha  negado  ni  jamás  hecha  en 
olvido'  a  sus  partidarios  y  amigos,  como  han  _  hecho  otros 
Gobernantes,  que  una  vez  han  escalado  las  cimas  del  Po- 
der han  dado  un  puntapié  a  sus  verdaderos  partidarios  y  se 
han  rodeado  de  los  contrarios,  buriando  la  fe  y  el  afecto  de 
sus  partidarios  y  amigos,  lo  que  les  ha  costado  muy  caro! 
¿  Quiere  el  pueblo  salvadoreño  un  gobernante  mejor.-' 

Nuestros  Estados  necesitan  enirar  de  lleno  en  la  vida 
del  trabajo  y  en  la  vida  de  la  ley  

F.  J.  R. 

Sonsonate  1898. 


238 


í 


PRENSA  NACIONAL 


e:l  impuesto  sobre,  la  renta 


(Editorial  del  «Diario  de  Occidente»  de  Santa  Ara») 

Desde  que  publicamos  el  proyecto  de  ley  enviado  por 
el  Poder  Ejecutivo  a  la  Asamblea  Nacional  acerca  del  Im- 
puesto sobre  la  Renta,  tratamos  de  avocamos  con  personas 
entendidas  en  asuntos  económicos,  tanto  en  esta  ciudad  co-^ 
mo  en  las  demás  de  Occidente,  para  conocer  su  opinión  y 
publicar  un  comentario  que  represente  el  sentir  y  el  pensar 
de  la  zona;  y  en  vista  del  resultado  de  esa  encuesta,  esta- 
mos en  aptitud  de  consignar  que  aquel  proyecto  ha  sido 
recibido  aquí,  como  no  podia  menos  que  suceder,  desde 
luego  que  se  basa  en  la  justicia  y  en  la  razón,  con  el  mayor 
beneplácito. 

Fácil  ha  sido  nuestra  tarea,  y  lo  confesamos  con  gusto, 
porque  entre  los  propietarios  y  en  los  capitalistas  occidentales 
predominan  la  franqueza  y  la  lealtad ;  de  manera  que  aun- 
que al  parecer  el  implantamiento  de  esa  ley  es  escabrosa 
porque  afecta  directamente  al  capital,  que  durante  siglos  ha 
sido  el  que  menos  ha  soportado  cargas  en  el  occidente  na 
ocurrirá  así,  porque  desde  el  primer  momento  todos  a  una 
voz  proclaman  que  esa  ley  contiene  las  bases  de  lo  racional 
y  responde  a  los  consejos  de  la  moderna  ciencia  económica. 

Existen  dos  circunstancias  favorables  para  la  buena 
aceptación  del  Impuesto  sobre  la  Renta: 

la.  Que  la  mayoría  de  las  personas  afectadas  son  de 
criterio  elevado  y  conocen,  más  o  menos  que  tal  impuesta 
es  corriente  y  bien  acogido  en  todos  los  países  civilizados. 

2a.  La  confianza  absoluta  que  tiene  la  nación  entera  en 


240 


Album  patriótico 


el  señor  Presidente  Meléndez,  porque  sabe  perfectamente- 
que  él  solo  persigue  el  bien  de  la  patria. 

Esta  última  circunstancia  es  la  que  da  mayor  presügio 

al  proyecto.  ,     .        .  j 

El  Salvador  entero  sabe  que  el  gobernante  que  da  un 
paso  tan  gigantesco  como  es  ese  para  la  reforma  hacenda- 
ria,  lo  hace  seguro  de  que  conoce  a  su  pueblo,  que  quiere 
para  él  días  de  bonanza  y  que  está  escudado  en  la  opinión 
pública,  que  es  la  que  desde  hace  mucho  tiempo  reclamaba- 
esa  medida. 

Se  necesitaba  que  llegara  al  poder  un  gobernante  ge- 
nuinamente  honrado,  para  que  viera  los  grandes  males  que- 
padece  el  pueblo  y  con  mano  vigorosa  tratara  de  cortarlos.- 

Por  eso  don  Carlos  Meléndez  se  preocupa  de  que  cese 
la  costumbre  de  cargar  con  impuestos  crecidos  a  la  clase 
humilde,  sobre  la  cual  casi  en  su  totalidad  ha  gravitado 
todo;  por  eso  quiere  que  los  que  en  realidad  puedan  ayu- 
dar, lo  hagan  en  una  escala  que  no  los  perjudique,  pero 
que  contribuyan  con  algo. 

Y  ha  tenido  el  valor  de  pensar  en  lo  funesto  que  esei 
vicio  del  alcoholismo  para  la  raza  y  en  tratar  de  desterrar- 
ese  vicio,  aboliendo,  en  la  medida  que  las  circunstancias  lo- 
permitan,  la  renta  ominosa  que  produce.  _ 

Solo  esto  es  un  motivo  suficiente  para  que  la  opmión 
sensata  del  país  apoye  al  señor  Meléndez. 

Y  el  occidente  de  la  República,  que  rinde  culto  a  la. 
justicia  y  a  la  hidalguía,  aplaude  sin  reservas  al  mandatario- 
que  de  tal  guisa  procede,  y  está  pronto  a  secundarlo  en  sus 

nobles  propósitos.  r-i      -j  * 

Venga,  pues,  ese  impuesto  en  hora  buena.  El  occidente 
lo  acepta,  porque  comprende  que  él  significa  un  gran  paso 
para  la  prosperidad  de  este  país  tan  inmisericordemente- 
explotado  y  tan  digno  de  que  se  le  gobierne  con  honradez: 
y  buena  voluntad,  como  lo  es  en  el  presente. 


16 


241 


COMPOSICION  POEITICA 


IRecitada  por  la  niñita  María  Teresa  Paz  el  día  lo.  de  marxo, 
con  motivo  de  las  grandes  festividades  con  que 
la  ciudad  de  San  Mig'uel  Ka  celebrado  la  toma 
de  posesión  del  Poder  Constitucional  por  los 
ciudadanos  don  Cajrlos  Meléndez  y  dcífetor 
don  Alftmso  Quiftónez  Molina 


¡Gloria  a  Dios  allá  en  el  cielo 
por  su  divina  bondad, 
que  en  toda  la  inmensidad 
derrama  luz  y  consuelo  I 

Hoy  El  Salvador  unido 
del  Paz  hasta  el  Goascorán 
celebra  con  noble  afán 
el  mayor  triunfo  obtenido. 

La  vida  republicana, 
que  tanta  sangre  nos  cuesta, 
se  encuentra  ahora  de  fiesta 
y  de  sus  triunfos  se  ufana. 

Después  de  las  tiranías 
y  horrendas  revoluciones, 
que  pasaron  cual  ciclones, 
asoman  mejores  días. 

En  el  laborioso  seno 
de  una  paz  no  interrumpida 
está  surgiendo  a  la  vida 
el  país,  de  glorias  lleno. 

La  discordia  fraticida 
apagó  su  horrenda  tea 

ante  la  sublime  idea 
de  la  Unidad  bendecida. 


242 


Una  de  las  calles  que  conducen  al  Campo  de  Marte  de  San  Salvador. 


COMPOSICION  POEITICA 


Recitada  por  la  niñita  María  Teresa  Pa^  el  día  lo.  de  marzo, 
con  motivo  de  las  grandes  festividades  con  que 
la  ciudad  de  San  Miguel  Ka  celebrado  la  toma 
de  posesión  del  Poder  Constitucional  por  los 
ciudadajnos  don  Caerlos  Meléndex  y  doctor 
don  Alfonso  Quiñónez  Molina 


¡Gloria  a  Dios  allá  en  el  cielo 
por  su  divina  Lx)ndad, 
que  en  toda  la  inmensidad 
derrama  luz  y  consuelo! 

Hoy  El  Salvador  unido 
del  Paz  hasta  el  Goascorán 
celebra  con  noble  afán 
el  mayor  triunfo  obtenido. 

La  vida  republicana, 
que  tanta  sangre  nos  cuesta, 
se  encuentra  ahora  de  fiesta 
y  de  sus  triunfos  se  ufana. 

Después  de  las  tiranías 
y  horrendas  revoluciones, 
que  pasaron  cual  ciclones, 
asoman  mejores  días. 

En  el  laborioso  seno 
de  una  paz  no  interrumpida 
está  surgiendo  a  la  vida 
el  pais,  de  glorias  Heno. 

La  discordia  fraticida 
apagó  su  horrenda  tea 
ante  la  sublime  idea 
de  la  Unidad  bendecida. 


242 


AtBUM  PATRIÓTICO* 

La  unidad  del  pensamiento 
trae  unidad  en  la  acción: 
unido  un  pueblo  es  león, 
montaña,  mar,  firmamento. 

Nuestra  patria  ha  conseguido* 
desterrar  el  caudillaje 
y  solo  rinde  homenaje 
al  honor  bien  entendido. 

Por  eso  entrega  el  Poder 
a  dos  ilustres  prohombres 
cuyos  conocidos  nombres 
es  demás  enaltecer. 

Pues  están  en  la  conciencia 
nacional  por  sus  acciones, 
y  Meléndez  y  Quiñónez 
vdan  por  su  independencia. 


EL  CIUDADANO  DON  CARLOS  MEILENDEZ 
EN  LA  PRIMERA  MAGISTRATURA 
TDE.  LA  NACION 


Una  de  las  muchas  aberraciones  de  los  espíritus  pu- 
silánimes y  enfermizos,  es  la  simulación  en  la  política,  tan 
magistralmente  estudiada  por  efi  insigne  pensador  argentino 
José  Ingenieros 

Pues  bien.  En  la  evolución  pacifica  de  nuestra  vida  de^ 
mocrática;  en  el  desenvolvimiento  progresivo  de  las  acti- 
vidades nacionales  para  eí  afianzamiento  de  las  fórmulas 
del  Derecho,  hemos  tenido  ocasión  de  constatar  las  parti- 
cularidades de  ese  Upo  especifico  de  nuestra  fauna  política,, 
el  simulador  profesional,  que  vive  aferrado  al  formulismo 
de  todos  los  convencionalismos  de  la  simulación  solapada  y 
criminal,  asi  como  el  bandido  fascineroso  que  se  pega  a  los 
recodos  de  la  sombra  para  hundirte  en  la  espalda  el  puñat 
a  su  viciima  indefensa. 


244 


.  ALBUM  PATRIÓTICO 


Decimos  esto  a  propósito  de  la  convicción  que  abnga- 
:mos  acerca  de  la  sinceridad  y  de  la  honradez  que  deben 
presidir  en  todos  los  actos  de  los  hombres,  como  una  con- 
secuencia de  la  hidalguía  y  de  la  cultura,  si  se  quiere,  que 
han  de  imperar  en  la  armonía  .de  las  relaciones  polUicas  y 
sociales. 

En  política,  como  en  todas  las  determinaciones  de  la 
vida,  hay  que  definirse,  hay  que  perfilarse  con  tintes  claros 
V  francos,  para  romper  el  amorfismo  en  que  se  agitan  los 
seres  y  las  cosas  de  las  bajas  concreciones  colectivas.  Solo 
así  se  puede  ostentar  con  dignidad  y  altivez  el  .gran  califi- 
cativo de  hombre,  i  Seamos,  ,pues,  hombres,  .porque  solo  asi 
podremos  vencer  o  morir  con  gloria  1 

Si  alguien  nos  dijera,  ¿por  qué  usted  simpatiza  con  es- 
ía  o  aquella  personalidad  pública,  y  pone  su  contingente 
mental  por  ella,  a  la  luz  meridiana,  con  tanto  entusiasmo 
magnífico  y  el  qptimismo  más  arrobador.?,  nosotros  le  con- 
testaríamos asi: 

lo.  Porque  en  nuestra  sinceridad  indígena  no  caben  los 
términos  medios.  Queremos  o  aborrecemos  con  intensidad 
bravia,  asi  como  amaban  u  odiaban  nuestros  abuelos  pre- 
colombinos, con  franqueza  y,  al  mismo  tiempo,  con  rudeza, 
sin  la  sutilidad  y  el  paradugismo  que  estilan  los  modernos 
Maquiavelos  tropicales. 

2o.  Porque  en  nuestra  bandera  de  combate  se  muestra  a 
las  cálidas  miradas  del  Sol  un  león  ;rampante,  en  un  campo 
de  paz  florecido  de  olivos  y  de  laureles.  El  símbolo  de  la 
fuerza  primitiva  y  de  la  mansedumbre  lírica  y  soñadora. 

3o.  Porque  en  nuestros  ensueños  de  patriota  esplende 
milagrosamente  la  virtud  déla  verdad  suprema,  el  imperativo 
categórico  de  la  vida,  según  el  pensamiento  kantiano,  que 
hace  de  las  covicciones  humanas  la  .finalidad  consciente  del 
espíritu  y; 

4o.  Porque  nuestras  aspiraciones  en  las  contiendas  de 
la  política  local,  basadas  en  la  honradez  de  la  juventud,  son 
-diáfanas  y  legitimas  en  la  formación  de  nuestras  democracias 
embrionarias,  para  conseguir  el  reinado  de  la  paz,  por  lo 
mismo  que  buscamos  el  triunfo  .definitivo  de  la  .Libertad  en 
Centro-América. 

Por  el  espíritu  de  los  párrafos  anteriores,  justificamos, 
^in  eufemismos  j  ^in  .hipocresías,  nuestra  iraaca  Adhesión  a 

2^ 


ALBUM  PATRIÓTICO 


la  personalidad  política  del  patriota  Don  Carlos  Meléndez, 
electo,  en  buena  liora,  para  regir  los  destinos  de  la  Patria. 
Salvadoreña,  durante  los  próximos  cuatro  años. 

* 
m  « 

El  ciudadano  Don  Carlos  Meléndez,  en  la  primera  ma- 
gistratura de  la  Nación,  es  prenda  segura  de  progreso  y  de 
honradez  administrativa,  toda  vez  de  que,  lógicamente,  los  actos 
de  un  hombre  público,  son,  por  lo  general,  el  reflejo  de  sus 
acciones  en  la  vida  privada;  y,  el  señor  Meléndez,  tanto  por 
sus  limpios  antecedentes  como  por  su  actuación  en  la  cosa 
pública,  últimamente,  ha  dado  pruebas  más  que  suficientes 
para  encaminar  la  existencia  nacional  por  los  amplios  sen- 
deros del  orden  y  de  la  más  pura  orientación  hacia  los  altos 
fines  que  persigúela  colectividad  salvadoreña. 

Ya  en  otras  ocasiones  lo  hemos  dicho.  Están  en  un 
error  monumental  los  que  suponen  que  para  ser  buen  pa- 
triota, para  ser  honrado  y  bien  dispuesto  a  servir  sin  mácula 
los  grandes  intereses  del  país,  es  indispensable  haber  enar- 
bolado  un  guiñapo  de  bandería  a  la  vera  de  cualquier  ba- 
rricada de  motín  carnavalesco;  haber  entintado  la  albura  de 
unas  cuantas  cuartillas,  Cándidas  y  sumisas,  para  esteriotipar 
en  ellas  la  estitiquez  de  muchas  ideas  mal  digeridas  y  peor 
expresadas,  para  llevar  dignamente  el  dictado  de  patrio- 
ta convencido,  probo,  y  ser  acreedor  a  la  admiración  de 
los  demás.  Y  esto,  como  se  comprende,  es  el  modo  de  razonar 
de  los  que  hacen  del  partidarismo  miope  y  estrecho,  una  re- 
ligión de  odio  y  de  división  para  reinar  en  la  conciencia  de 
las  masas  amorfas  y  explotables  de  nuestros  pueblos. 

Una  experiencia  encanecida  y  dolorosa,  que  es,  como  si 
dijéramos,  un  bautismo  de  cordura  y  de  buen  sentido,  ha 
principiado  a  derramar  su  luz  vivificante  en  la  mente  de  las 
muchedumbres  autóctonas,  y  ya  en  la  época  presente,  no 
se  dejan  sorprender  por  la  pirotecnia  de  los  profesionales  de 
la  política,  del  proletariado  de  nuestras  repúblicas  balbu- 
cientes y  hurañas,  para  irse  a  los  puños  en  los  retozos  de- 
mocráticos, como  decía  Arboleda,  y  que  tanto  han  contribuido 
al  descrédito  y  a  la  postración  de  la  Patria  luminosa  del  21. 

Los  tiempos  han  cambiado.  A  las  nuevas  modalidades 
de  ía  existencia  corresponden  nuevos  hombres.  A  la  idea 
arcaii:a  y  apoliUada  de  nuestra  política  de  antaño,  ha  sus- 


246 


Estatua  del  General  Barrios  en  el  «Parque  Bolívar». 

San  Salvador. 


ALBUM  PATRIÓTICO 

la  personalidad  política  del  patriota  Don  Carlos  Meléndez, 
electo,  en  buena  hora,  para  regir  los  destinos  de  la  Patria 
Salvadoreña,  durante  los  próximos  cuatro  años. 

*  * 

El  ciudadano  Don  Carlos  Meléndez,  en  la  primera  ma- 
gistratura de  la  Nación,  es  prenda  segura  de  progreso  y  de 
honradez  administrativa,  toda  vez  de  que,  lógien  mente,  los  actos 
de  un  hombre  público,  son,  por  lo  general,  el  reflejo  de  sus 
acciones  en  la  vida  privada;  y,  el  seilor  Mclcudez.  tanío  por 
sus  limpios  antecedentes  como  por  su  actuación  en  la  cosa 
pública,  últiníaniente,  ha  dado  pruebas  más  que  suficientes 
para  encaminar  la  existencia  nacional  por  los  amplios  sen- 
deros del  orden  y  de  la  más  pura  orientación  hacia  los  altos 
fines  une  persigúela  colectividad  salvadoreña. 

Ya  en  otras  ocasiones  lo  hemos  dicho.  Están  en  un 
error  monumental  los  que  suponen  que  para  ser  buen  pa- 
triota, para  ser  honrado  y  bien  dispuesto  a  servir  sin  mácula 
los  grandes  intereses  del  país,  es  indispensable  haber  enar- 
bolado  un  guiñapo  de  bandería  a  la  vera  de  cualquier  ba- 
rricada de  motín  carnavalesco;  haber  entintado  la  alliura  de 
unas  cuantas  cuartillas.  Cándidas  y  sumisas,  para  esteriotipar 
en  ellas  la  estitiquez  de  muchas  ideas  mal  digeridas  y  peor 
expresadas,  para  llevar  dignamente  el  dictado  de  patrio- 
ta convencido,  probo,  y  ser  acreedor  a  la  admiración  de 
los  demás.  Y  esto,  como  se  comprende,  es  el  modo  de  razonar 
de  los  que  hacen  del  partidarismo  miope  y  estrecho,  una  re- 
ligión de  odio  y  de  división  para  reinar  en  la  concienciada 
las  masas  amorfas  y  explotables  de  nuestros  pueblos. 

Una  experiencia  encanecida  y  dolort)sa,  que  es,  como  si 
dijéramos,  un  bautismo  de  cordura  y  de  buen  sentido,  ha 
principiado  a  derramar  su  luz  vivificante  en  lamente  délas 
muchedumbres  autóctonas,  y  ya  en  la  época  presente,  no 
se  dejan  sorprender  por  la  pirotecnia  de  los  profesionales  de 
la  política,  del  proletariado  de  nuestras  repúblicas  balbu- 
cientes y  hurañas,  para  irse  a  los  puños  en  los  retozos  de- 
mocráticos,  como  decía  Arboleda,  y  que  tanto  han  contribuido 
al  descrédito  y  a  la  postración  de  la  Patria  luminosa  del  21. 

Los  tiempos  han  cambiado.  A  las  nuevas  modalidades 
de  la  existencia  corresponden  nuevos  hombres.  A  la  idea 
arcaica  y  apelillada  de  nuestra  política  de  antaño,  ha  sus- 


246 


ALBUM  PATRIÓTICO 

tituido  la  concepción  razonable  y  cientifica  del  triunfo  de  la 
Patria  por  sobre  todos  los  convencionalismos  y  las  estreche- 
<ces  individualistas.  Es  por  eso  que  nosotros  nos  explica- 
mos de  otro  modo  el  concepto  de  la  modernidad  del  ver- 
dadero patriotismo. 

Por  eso,  pues,  estamos  parapetados  tras  el  baluarte  de 
esta  convicción.  El  ciudadano  Don  Carlos  Melémhz.  en  la 
primera  magistratura  de  El  Salvador,  por  su  prestigio  mo- 
ral y  por  su  patriotismo,  es  una  fiel  garantía  para  la  marcha 
.ascedente  de  la  Nación  hacia  la  cumbre  de  la  prosperidad 
bien  entendida,  a  pesar  del  contrario  parecer  de  los  simuladores 
cacoquimios  de  la  feligresía  caudillaje,  que  anteponen  el 
fiero  individualismo  a  los  sagrados  tesoros  de  la  Patna, 
para  la  Patria  y  por  la  Patria. 

Ya  anteriormente,  desde  las  columnas  de  La  Roca  Tar- 
peya,  a  raíz  del  bárbaro  asesinato  del  Doctor  Araujo,  levan- 
taraos  nuestra  humilde  voz,  pero  sin  falsía,  para  esbozar, 
parte,  las  características  y  los  procedimientos  malsanos 
que  emplean  en  sus  ambiciones  desmedidas  los  llamados 
políticos  opositores  de  todos  los  gobiernos;  y  demostramos, 
también,  sin  miedo  y  sin  hipocresía,  las  conveniencias  que 
existían  y  existen  para  que  el  honrado  ciudadano  Don  Car- 
Jos  Meléndez,  desempeñe  la  primera  magistmtura  de  la  Nación, 
con  el  beneplácito  de  la  mayoría  sensata  del  pueblo  salva- 
uioreño. 

Salvador  Türcios  R. 

San  Salvador,  lo.  de  marzo  de  1915. 


HOMENAJE 


{Al  cinácáano  Presidente,  áon  Cario*  MtUnétx.) 

Propicia  tu  persona  a  magno  altruismo 
y  bullendo  en  tu  espíritu  hidalguía, 
has  conquistado  amena  simpatía 
.como  el  actual  apóstol  del  civismo. 


248 


ALBUM  PATRIÓTICO 

Esperan  de  tu  regio  patriotismo 
que  serás  de  la  Patria  su  honra  y  guia, 
que  ha  de  darie  su  gran  soberanía 
entonando  el  dies  (roe  al  despotismo. 

Todo  lo  esperan  de  tu  ser  gallardo, 
de  la  fe  de  tus  ansias  y  tu  ensueño, 
que  tus  pasos  serán  lejos  del  cardo. 

Y  que  pondrás  un  vigoroso  empeño 
de  ser,  o  ya  un  Catón,  o  ya  un  Bayardo, 
que  sostenga  el  honor  salvadoreño. 

JOAQUIN  ZALDiVAR. 


EL  IMPUESTO  SOBRE  LA  RENTA  DEL 
CAPITAL  EN  EL  SALVADOR 


La  obra  trascendental  que  deja  establecida  el  Congreso 
de  este  año,  es  el  impuesto  sobre  la  renta.  Discutido  y  aproba- 
do el  proyecto  de  esa  ley,  que  envió  a  la  Cámara  Legislati- 
va el  Poder  Ejecutivo  de  la  Nación,  y  con  él  se  ha  dado  un 
gran  paso  de  progreso  en  nuestro  sistema  de  contribucio- 
nes en  pro  del  fisco,  que  no  sólo  acrecenta  su  riqueza, 
sino  que  justicieramente  coloca  a  los  ciudadanos  todos  pa- 
ra contribuir  a  los  gastos  públicos,  sin  que  éstos  sigan 
pesando  únicamente  sobre  las  clases  populares. 

Antes  de  ahora,  era  recurso  muy  socorrido,  para  au- 
mentar los  egresos  fiscales,  recargar  los  impuestos  estable- 
cidos, y  ello  redundaba  en  gravamen  de  esas  clases  popu- 
lares principalmente,  toda  vez  que  ellas  han  sido,  de  modo 
directo  o  indirecto,  las  tributarias  efectivas  para  la  vida 
nacional. 

Con  la  nueva  ley,  sin  gravar  el  capital,  los  habitantes 
de  El  Salvador  que  disfruten  de  efectiva  renta  aportarán 
su  contingente  contributivo  para  dicha  vida  nacional;  y  co- 
mo en  la  reglamentación  de  tal  impuesto  se  han  consultado 


249 


ALBUM  PATRIÓTICO 


los  principios  de  justicia  y  equidad  y  tomándose  en  cuenta 
lo  que  sobre  la  materia  prescribe  la  ciencia  económica  y  lo 
que  aconseja  entre  nosotros  la  experiencia,  bien  podemos 
esperar  de  la  nueva  ley  resultados  provechosos  para  el  país, 
cuyo  progreso  reclamaba  ya  saludable  evolución  de  nuestro 
sistema  de  contribuciones,  que  ha  venido  durante  largo 
tiempo  girando  en  torno  de  viciadas  prácticas,  cuando  no 
de  ideas  en  absoluto  reñidas  con  la  moderna  ciencia  eco- 
nómica. 1    U1  J 

Como  toda  innovación,  ésta  de  que  venimos  hablando, 
por  ejemplo,  han  tenido,  entre  nosotros,  y  aún  tienen  difi- 
cultades para  su  implantamiento,  dificultades  que  viejas  ru- 
tinas y  falsos  perjuicios  le  ponen,  sin  que  falte  la  pugna 
sorda  de  los  intereses  creados  por  la  gente  capitalista;  las 
suspicacias  inherentes  a  nuestra  raza,  de  suyo  inclinadas  a 
echarlo  todo  a  en  horamala;  las  declamaciones  de  los  poli- 
tiqueros ambiciosos  que  creen  que  todavía  puede  ésta  ga- 
narse con  un  ciego  espíritu  de  oposición  a  los  Pode- 
res Públicos;  los  que,  por  ignorancia  o  mala  fe,  hacen 
profesión  de  criticarlo  todo;  y  aquellos  que,  apegados  ser- 
vilmente a  los  antiguos  hábitos,  meten  ruido  de  alarma 
y  miedo  al  contemplar  los  hechos  que  el  progreso^  social 
impone  y  que  destruyen  favoritismos  de  clase  y  sistemas 

del  pasado.  . 

El  Presidente  Meléndez,  con  ánimo  resuelto  y  fe  inque- 
brantable, ha  puesto  todo  su  patriotismo  en  esta  obra  de 
tanta  importancia  para  el  porvenir  de  las  rentas  del  Esta- 
do. Y  es  tal  su  firme  convicción  de  que  su  labor  es  en  bien 
de  la  República,  que  no  ha  retrocedido  en  el  propósito  de 
echar  las  bases  para  ese  porvenir.  A  él  le  tocará  el  trabajo 
improbo,  es  cierto,  y  el  cúmulo  de  amarguras  que  siempre 
cosechan  los  innovadores;  pero  debe  sentirse  ufano,  al 
pensar  que  en  venideros  años,  cuando  se  palpen  los  bene- 
ficios de  la  ley  que  acaba  de  ser  sancionada  por  el  Con- 
greso, no  sólo  se  hará  justiciero  honor  a  su  nombre  como 
gobernante  previsor  v  patriota,  sino  que  el  Tesoro  del  Es- 
tado deberá  a  esta  iniciativa  suya  un  notable  florecimiento. 

Al  Presidente  Mélendez  le  tocará  lo  arduo,  lo  espinoso 
e  ingrato  de  la  faena.  Otros  Gobiernos  recogerán,  en  bene- 
ficio del  país,  el  abundante  fruto.  Mientras  tanto,  es  deber 
de  patriotismo  y  mandato  de  la  cordura,  que  los  ciudada- 
nos todos  coadyuven  coa  su  buena  voluntad  a  que  la  ley 

250 


ALBUM  PATRIÓTICO 

los  principios  de  justicia  y  equidad  y  tomándose  en  cuenta 
lo  que  sobre  la  materia  prescribe  la  ciencia  económica  y  lo 
que  aconseja  entre  nosotros  la  experiencia,  bien  podemos 
esperar  de  la  nueva  ley  resultados  provechosos  para  el  país, 
cuyo  progreso  reclamaba  ya  saludable  evolución  de  nuestro 
sistema  de  contribuciones,  que  ha  venido  durante  largo 
tiempo  girando  en  torno  de  viciadas  prácticas,  cuando  no 
de  ideas  en  absoluto  reñidas  con  la  moderna  ciencia  eco- 
nómica. 

Como  toda  innovación,  ésta  de  que  venimos  hablando, 
por  ejemplo,  han  tenido,  entre  nosotros,  y  aún  tienen  difi- 
cultades para  su  implantamiento,  dificultades  que  viejas  ru- 
tinas y  falsos  perjuicios  le  ponen,  sin  que  falte  la  pugna 
sorda  de  los  intereses  creados  por  la  gente  capitalista;  las 
suspicacias  inherentes  a  nuestra  raza,  de  suyo  inclinadas  a 
echarlo  todo  a  en  horamala;  las  declamaciones  de  los  poli- 
tiqueros ambiciosos  que  creen  que  todavía  puede  ésta  ga- 
narse con  un  ciego  espíritu  de  oposición  a  los  F^ode- 
res  Públicos;  los  que,  por  ignorancia  o  mala  fe,  hacen 
profesión  de  criticario  todo;  y  aquellos  que,  apegados  ser- 
vilmente a  los  antiguos  hábitos,  meten  ruido  de  alarma 
y  miedo  al  contemplar  los  hechos  que  el  progreso  social 
impone  y  que  destruyen  favoritismos  de  clase  y  sistemas 

del  pasado.  , 

El  Presidente  Meiéndez,  con  ánimo  resuelto  y  fe  mque- 
brantable,  ha  puesto  todo  su  patriotismo  en  esta  obra  de 
tanta  importancia  para  el  porvenir  de  las  rentas  del  Esta- 
do Y  es  tal  su  firme  convicción  de  que  su  labor  es  en  bien 
de  la  República,  que  no  ha  retrocedido  en  el  propósito  de 
echar  las  bases  para  ese  porvenir.  A  él  le  tocará  el  trabajo 
improbo,  es  cierto,  y  el  cúmulo  de  amarguras  que  siempre 
cosechan  los  innovadores;  pero  debe  sentirse  ufano,  ai 
pensar  que  en  venideros  afios,  cuando  se  palpen  los  bene- 
ficios de  la  ley  que  acaba  de  ser  sancionada  p(»r  el  Con- 
greso, no  sólo  se  hará  justiciero  honor  a  su  nombre  como 
gobernante  previsor  v  patriota,  sino  que  el  Tesoro  del  Es- 
tado deberá  a  esta  iniciativa  suya  un  notable  florecimiento. 

Al  Presidente  Mélendez  le  tocará  lo  arduo,  lo  espinoso 
e  ingrato  de  la  faena.  Otros  Gobiernos  recogerán,  en  bene- 
ficio del  pais,  el  abundante  fruto.  Mientras  tanto,  es  deber 
de  patriotismo  y  mandato  de  la  cordura,  que  los  ciudada- 
nos todos  coadyuven  con  su  buena  voluntad  a  que  la  ley 

250 


ALBUM  PATRIÓTICO 


del  impuesto  sobre  la  renta,  mediante  su  buen  implanta- 
iniento  y  fiel  observancia,  rinda  cuanto  antes  sus  frutos  y 
éstos  vengan  a  dar  impulso  a  la  obra  progresiva  de  üo- 
bierno  de  nuestro  país,  cuya  riqueza  debe  ponerse  al  ser- 
vicio de  su  engrandecimiento  en  todos  los  órdenes  de  su 
existencia. 


BP.EVES  C9NSIDEKACIONES 

eOBRE  IMPORTANTE   UABOR  AD  M  .  N.STRATIVA 

DEL.  PRESIDENTE  MKUElNDtZ 


Cuando  ineludiblemente  tuvo  que  asumir  el  mando  Su- 
premo de  la  nación,  el  notable  hombre  público  don  Larlor 
Meléndez  en  virtud  de!  incidente  trágico  que  puso  tin  a  la 
existencia  del  Dr.  Araujo,  ya  eran  sulicientemente  conocidas 
la  probidad,  sensatez  y  elevados  sentimientos  que  distin- 
guen a  tan  egregio  ciudadano. 

^  Recuerdo  que,  el  año  de  1898.  un  núcleo  de  hombres 
prominentes  del  país,  difundían  eficazmente  sus  gestiones  a 
L  de  ascender  al  Solio  Presidencial  al  señor  Melendez. 
Pero  él.  alejado  siempre  de  la  política  y  desapacionado  por 
completo  de  todo  ideal  que  propendiera  a  hacerle  figurar 
«n  tan  elevados  puestos,  desechó  la  cordial  exitativa  de  sus 
conciudadanos,  sin  tomar  en  cuenta,  desde  luego,  los  tra- 
bajos que  se  emprenderían  en  ese  sentido. 

Esta  muestra  de  sincera  abnegación,  esa  franqueza  re- 
publicana, propia  de  su  carácter  inmaculado  y  ese  desmt^ 
rés  consciente  con  que  armonizó  su  espíritu  de  patriota 
honrado  le  hicieron  acreedor  una  vez  más  a  la  estimación 
V  confianza  con  que  le  distingue  el  pueblo  salvadoreño,  sin 
¿xcepción  de  clases  sociales,  l  Ejemplo  grandioso  que  hizo 
eco  en  los  anales  de  la  historia! 

Así  fue  como  él  mismo  nos  privo  en  aquella  fecha 
inolvidable  de  la  esperanza  de  ver  en  la  Primera  Magistra- 
tura de  la  Nación  a  este  preclaro  ciudadano,  quien,  con  la 
exquisita  providad  que  le  caracteriza,  hubiera  dirigido,  des- 
de entonces,  con  éxito  brillante  y  próspero,  la  nave  del 

^^Sin  embargo,  estaba  reservado  en  el  arcano  de  la  vida 
que  el  señor  Meléndez  riguiera  los  destinos  del  Pf.J;  aunque 
1q  verificara  en  cumplimiento  de  un  deber  ineludible. 


252 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Y  en  efecto;  don  Carlos  asumió  el  mando  en  horas  de 
dolor  y  confusión;  en  momentos  que  un  duelo  irreparable 
conmovía  hondamente  el  alma  nacional;  en  instantes  acia- 
gos y  funestos  que  amenazaban  envolver  la  patria  en  la 
anarquía;  en  circunstancias  que,  solamente  una  mano  de 
hierro  y  una  inquebrantable  energía,  podían  salvarla  del 
naufragio  que  le  amenazaba.  Y  he  haí  que,  con  solóla  pre- 
sencia de  éste  grande  hombre,  en  el  poder,  fracasaron  todas 
las  malas  intenciones  que  abrigaban  algunos  hijos  espúreos 
del  país,  y  el  orden  y  la  tranquilidad  volvieron  a  su  estado 
normal. 

Inspirado  en  el  más  acendrado  patriotismo  y  en  las 
más  puras  fuentes  del  altruismo  humano,  dió  principio  a  su 
labor  de  Gobernante,  continuando  con  exquisito  tino  la 
obra  de  regeneración  iniciada  por  su  antecesor  Dr.  Araujo. 

Conocida  la  labor  proficua  del  Excelentísimo  señor  Me- 
léndez, no  obstante  el  corto  lapso  de  tiempo  de  su  perma- 
nencia interina  en  el  poder,  el  pueblo  entero  se  entusiasmó 
de  una  manera  admirable,  acariciando  incontinenti  el  gran- 
dioso ideal  que  sustentara  desde  el  precitado  año  de  1898; 
y,  obedeciendo  a  ese  sacrosanto  impulso,  apresuróse  a  exci- 
tarle una  vez  más  a  fin  de  que  aceptara  la  aclamación  uná- 
nime  para  elevarlo  a  la  Primera  Magistratura  de  la  nación, 
durante  el  período  constitucional  de  1915  a  1919. 

Como  esta  manifestación  espontánea  tuviese  resonancia 
en  todos  los  ámbitos  del  país,  el  seftor  Meléndez  vióse 
obligado  a  aceptar  los  trabajos  proyectados  en  pro  de  su 
digna  causa;  y  de  ahí  que,  los  hombres  más  prominentes 
de  la  República  entraran  de  lleno  en  la  propaganda  respec- 
tiva, haciendo  uso  de  la  prensa  libre  y  de  todos  los  medios 
que  creyeron  más  propicios  para  conseguir  el  triunfo  defir 

nitivo  de  su  ideal. 

En  manera  alguna  podía  evadirse  de  la  aspiración  uná- 
nime de  sus  conciudadanos;  y,  como  queda  expuesto  vióse 
en  el  inprescindible  caso  de  escuchar  el  clamor  palpitante 
de  su  gran  partido,  armonizando  el  ánimo  de  éste,  esto  es, 
recomendando  que  todo  trabajo  que  se  realizara  en  favor 
de  su  candidatura,  tuviese  por  norma  los  preceptos  consti- 
tucionales, respetando,  en  todo  caso,  las  agenas  opiniones. 

Pero,  afortunadamente,  el  sentimiento  y  espíritu  de  cor- 
dialidad eran  compactos.  Las  masas  populares,  sin  distinción 
de  clases,  obedecían  al  impulsa  de  su  conciencia  para  adr 


253 


ALBUM  PATRIÓTICO 


herirse  incondicional  y  espontáneamente  a  tan  legítima  y 
benefactora  causa,  comvictas  además,  que  la  gran  mayoría 
estaba  dispuesta  a  entrar  de  lleno  y  en  la  lucha  abierta  en 
la  campaña  electoral,  con  tal  de  ver  salir  victonso  del 
torneo  al  hombre  de  su  estimación  y  confianza. 

Mientras  estos  trabajos  obtenían  cada  dia  un  incremento 
prodigioso,  el  sefior  Meléndez  continuaba  su  actuación  ra- 
diante y  progresista,  llevando  a  su  debido  término  obras 
de  positiva  utilidad,  e  iniciando  otras  que  formarán  el  pe- 
destal más  bello  de  nuestra  grandeza  y  civilización,  todo 
lo  cual  no  se  ocultaba  a  la  vista  de  ningún  ciudadano 
honrado,  aunque  este  no  simpatiza  con  nuestras  opiniones, 
externadas  ya  a  la  faz  de  toda  la  nación,  sin  guiarnos  ín- 
teres alguno,  porque  así  debe  proceder  todo  patriota  de 

corazón.  ... 

Aproximóse,  por  fin,  la  fecha  en  que  se  verificarían 
las  elecciones;  y,  nuestro  digno  candidato,  en  atención  a 
lo  dispuesto  por  la  Constitución  Política,  solicitó  licencia 
de  la  Honorable  Asamblea  Nacional  para  depositar  el  man- 
do en  el  primer  designado  por  la  ley,  Dr.  Alfonso  Quinonez 
Molina,  cuya  transmisión  se  verificó  el  29  de  agosto  del 
año  próximo  pasado. 

Este  rasgo  de  pureza  del  señor  Meléndez;  su  respeto 
a  las  leyes  vigentes;  su  sentimiento  altruista;  y  sobre  to- 
do, su  celo  eficaz  por  los  caros  intereses  de  la  patria,  le 
hicieron  acreedor,  una  vez  más  y  con  demasiada  justicia, 
a  la  aclamación  íntegra  del  pueblo  salvadoreño,  convencido 
plenamente  de  que  en  él  concurren  todas  las  cualidades  que 
requiere  el  artículo  83  de  nuestra  Carta  Magna;  además  de 
poseer  también  otras  secundarias  que  le  honran  y  le  enal- 
tecen sobre  manera.  ^.    ,  , 

En  este  estado  de  cosas  verificáronse,  por  fm,  las  elec- 
ciones en  el  más  perfecto  orden  y  armonía,  cuyo  éxito  ob- 
tenido en  los  comicios  fue  unánime,  como  no  ha  habido 
ninguno  hasta  la  presente  fecha. 

Coronadas  así  nuestras  esperanzas,  convertidos  en  una 
esplendente  realidad  nuestros  fervientes  y  genuinos  anhelos, 
vimos  ascender  nuevamente  al  solio  Presidencial  a  tan  con- 
notado ciudadano,  consagrando  su  vida  y  su  trabajo,  en 
■  beneficio  exclusivo  de  su  patria.  .  * 

Tarea  escabrosa  y  ardua  es  la  de  un  gobernante,  es- 
pecialmente tratándose  del  sefior  Meléndez,  a  quien  no  le 


254 


es 


tu 


o 

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o. 


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ALBUM  PATRIÓTICO 


herirse  incondicional  y  espontáneamente  a  tan  legitima  y 
benefactora  causa,  comvictas  además,  que  la  ij^ran  mayoría 
estaba  dispuesta  a  entrar  de  lleno  y  en  la  lucha  abierta  en 
la  campaña  electoral,  con  tal  de  ver  salir  victonso  del 
torneo  al  hombre  de  su  estimación  y  confianza. 

Mientras  estos  trabajos  obtenían  cada  día  un  incremento 
prodigios(\  el  seño/  Meléndez  continuaba  su  actuación  ra- 
diante y  progresista,  llevando  a  su  debido  término  obras 
de  positiva  utilidad,  e  iniciando  otras  que  formarán  el  pe- 
destal más  bello  de  nuestra  grandeza  y  civilización,  todo 
lo  cual  no  se  ocultaba  a  la  vista  de  ningún  ciudadano 
honrado,  aunque  este  no  simpatiza  con  nuestras  opiniones, 
externadas  ya  a  la  faz  de  toda  la  nación,  sin  guiarnos  ín- 
teres alguno,  porque  así  debe  proceder  todo  patriota  de 
corazón. 

Aproximóse,  por  fin,  la  fecha  en  que  se  venhcanan 
^is  elecciones;  y.  nuestro  digno  candidato,  en  atención  a 
lo  dispuesto  poi-'la  Constitución  Política,  solicitó  licencia 
de  la  Honorable  Asamblea  Nacional  para  depositar  el  man- 
do en  el  primer  designado  por  la  ley,  Dr.  Alfonso  Qmñonez 
Molina,  cuya  transmisión  se  verificó  e!  29  de  agosto  del 
año  próximo  pasado. 

Este  rasgo  de  pureza  del  señor  Meléndez;  su  respeto 
a  las  leyes  vigentes;  su  sentimiento  altruista;  y  sobre  to- 
do, su  celo  eficaz  por  los  caros  intereses  de  la  patria,  le 
hicieron  acreedor,  una  vez  más  y  con  demasiada  jusiicia, 
a  la  aclamación  integra  del  pueblo  salvadoreño,  convencido 
plenamente  de  que  en  él  concurren  todas  las  cuahdades  que 
requiere  el  articulo  83  de  nuestra  Carta  Magna:  ademas  de 
poseer  también  otras  secundarias  que  le  honran  y  le  enal- 
tecen sobre  manera. 

En  este  estado  de  cosas  verificáronse,  por  fin,  las  elec- 
ciones en  el  más  perfecto  orden  y  armonía,  cuyo  éxito  ob- 
tenido en  los  comicios  fue  unánime,  como  no  ha  habido 
ninííuno  hasta  la  presente  fecha. 

Coronadas  asi  nuestras  esperanzas,  convertidos  en  una 
esplendente  realidad  nuestros  fervientes  y  -enuinos  anhelos, 
vimos  ascender  nuevamente  al  solio  Presidencial  a  tan  con- 
notado ciudadano,  consagrando  su  vida  y  su  trabajo,  en 
beneficio  exclusivo  de  su  patria. 

Tarea  escabrosa  v  ardua  es  la  de  un  gobernante,  es- 
pecialmente tratándose  del  señor  Meléndez,  a  quien  no  le 

254 


ALBUM  PATRIÓTICO 


guía  ningún  interés  ni  ambiciones  rastreras:  oorque  ninguno 
como  él  ha  gozado  de  más  perfecta  tranquilidad  y  de  en- 
vidiable y  bienliechora  posición  en  la  esfera  social,  consa- 
grado desde  temprana  edad  a  las  labores  agrícolas  en  grande 
escala,  que  le  han  permitido  impulsar  el  progreso  del  país, 
lo  mismo  que  amasar  una  colosal  fortuna  que  es  la  principal 
garantía  para  el  pueblo  salvadoreño. 

Volúmenes  enteros  podían  escribirse  para  narrar  detalla- 
damente lá  vida,  hechos  y  patrióticos  sentimientos  que  han 
distinguido  y  distinguen  a  este  notable  ciudadano,  tanto  en 
lo  privado  como  en  el  alto  ministerio  que  le  ha  conferido 
la  voluntad  espontánea  del  pueblo.  En  este  pequeño  articulo 
que  es  solamente  una  reseña  breve  de  sus  méritos,  no  nos 
es  posible  bospuejar  detenidamente  la  magnitud  de  su  gran- 
de obra.  . 

Sin  embargo,  es  preciso  convenir  en  que,  por  mucnos 
méritos  que  concurran  en  un  Gobernante;  por  exquisita  que 
sea  su  ilustración  y  cortesanía;  por  muy  honrada  y  bene- 
factora  que  sea  su  labor,  siempre  existen  individuos  que  le 
odian  y  censuran  infundadamente  su  actuación.  Esta  censu- 
ra, emana,  algunas  veces  solamente  por  la  circunstancia 
de  no  conseguir  lo  que  desean,  ya  sea  empleos  públicos  o 
favores  de  otra  naturaleza,  aunque  para  denegarlos,  le  asis- 
tan razones  poderosas  al  Jefe  Supremo  de  la  Nación,  lo 
cual  tal  vez  no  se  oculta  al  criterio  de  los  solicitantes. 

Estos  son,  en  los  más  casos,  los  únicos  móviles  que 
les  impulsan  a  criticar  los  actosde  la  Administración  Pú- 
blica, sin  tomar  en  cuenta  que  no  para  todos  puede  haber 
empleos  públicos,  y  que  no  todos  somos  aptos  para  de- 
sempeñarlos de  la  manera  que  corresponde,  y  que  por 
consiguiente,  no  es  este  un  motivo  para  hacer  propaganda 
de  medios  ruines  e  irrazonables. 

El  señor  Meléndez  no  puede  ser  más  laborioso;  honra- 
do y  genuino  gobernante;  sus  hechos  están  en  armonía  con 

sus  ideas.  . ,    ,  ,  a 

Las  personas  que  aún  no  hayan  tenido  la  honra  de  cono- 
cer personalmente  a  este  grande  hombre,  no  pueden  formaise 
un  concepto  bien  definido  de  las  sublimes  virtudes  cívicas 
que  le  enaltecen;  pero  los  que  ya  hemos  tenido  la  honra 
de  tratarle  y  contemplar  de  cerca  su  voz  de  aliento  y  la 
benignidad  de  su  carácter,  estamos  plenamente  satisfechos  de 
la  hidalguía  y  demás  méritos  que  le  enaltecen. 


256 


JUBUM  PATRIÓTICO 


La  bondad  y  dulzura  con  que  trata  y  atiende  a  sus  go- 
!bernados,  es  digno  de  encomio.  ,  r.  ^  c 

Con  la  exaltación  de  tan  preclaro  ciudadano  al  Poder  bu- 
-premo,  ha  renacido  el  sol  de  la  esperanza.  El  pueblo  sal- 
vadoreño continuará  rápidamsnte  su  marcha  de  progreso,  si 
!SU  régimen  depende  de  gobernantes  como  el  actual 

Yo  que  veo  y  juzgo  imparcialmente  su  obra  de  regenera- 
ción- que  fui  uno  de  los  primeros  que  tuvieron  a  honra  adherirse 
asu'digna  causa,  en  pro  déla  cual  colaboré  desinteresada  y 
patrióticamente,  seré  también  uno  de  los  primeros  en  levantar 
mi  humilde  voz,  lo  mismo  que  poner  mi  insignificante,  pero 
leal  y  decidida  colaboración  con  el  objeto  de  dar  a  luz  los 
actos  de  una  administración  horada  y  laboriosa,  que  busca 
ios  derroteros  del  orden  en  los  regeneradores  pnaapios  de 

:ia  democracia:  r  *  i 

La  historia  se  -encargará  de  consignar  en  sus  fastos  la 
¡labor  progresista  y  prepotente  del  señor  Presidente  Meléndez, 
•cuya  vida  de  abn^ación  merecería  ser  trazada  por  la  pluma 

de  un  Plutarco. 

Allí  aparecerá  su  nombre  nimbado:  alli  aparecerán  narra- 
dos extensamente  sus  brillantes  actos  de  gobernante  recto,  jus-  ■ 
ticiero,  honrado,  progresista,  etc.,  los  cuales  servirán  de  norma 
•a  los  gobernantes  .posteriores. 

Juzgados  imparcialmente  los  hechos  y  los  excelsos  senti- 
mientos de  un  góbemante  probo  como  el  actual,  se  honran 
las  páginas  de  nuestra  -historia  patria,  y  su  nombre  queda 
igrábado  indeleblemente  en  el  corazón  de  sus  conciudadanos. 

Alguien..también,  puede  criticar  de  aduladora  y  servil  es- 
ta muestra  de  cordial  afecto  que  guardo  al  Supremo  Jefe  de 
la  Nación.  Conozco  que  unís  humildes  frases  carecen  por 
completo  de -elegancia  y  corrección;  pero  son  expresiones  na- 
cidas espontáneamente  de  lo  intimo  de  mi  alma  y  no  las  guia 
interés  alguno.  Es  un  .humilde  homenaje  que  tributo  respe- 
tuosamente al  recto  y  juicioso  criterio  del  señor  Meléndez. 

La  justicia  y  el  honor  al  mérito  debemos  hacerlas  eter- 
namente, y  no  sólo  cuando  la  persona  está  ejerciendo  el 
mando;  es  decir^siempre  que  haya  razones  suficientes  para  ello. 
Tal  es  la  Indole -de  mi  carácter,  como  plenamente  lo 

he  demostrado  ^antes. 

No  desconozcamos,  pues,  los  méritos  que  concurren  en 
nuestro  Supremo  (Gobernante;  no  pongamos  en  tela  de  jui- 


;/7 


1257 


ALBUM  PATRIÓTICO 

Cío  la  acrisolada  honradez  de  su  actuación;  no  dudemos  de 
que  su  obra  de  regeneración  es  y  será  muy  benefactora  para 
el  país;  recordemos,  antes  bien,  que  sin  necesidad  alguna 
interrumpió  su  tranquilidad  para  servir  honradamente  a  su 
patria  juzguemos  imparcial  y  desapasionadamente  su  obra 
y  su  sacrificio,  especialmente  en  las  circunstancias  actuales, 
que  tantos  y  tan  denodados  esfuerzos  se  están  poniendo  en 
práctica  para  salvar  al  país  del  gran  naufragio  que  lo  ame- 
naza con  motivo  de  la  guerra  europea  y  la  invasión  chapu- 
linera;  hoy,  más  que  en  ninguna  época,  es  cuando  debemos 
rodear  a  nuestro  Gobierno,  ayudándole  decididamente  en  la 
obra  de  regeneración  que  se  ha  propuesto. 

Y  ojalá  que  al  descender  del  Solio  Presidencial  a  la 
vida  privada,  lleve  su  sien  erguida  y  la  conciencia  satisfecha 
del  deber  cumplido;  que  su  nombre  sea  pronunciado  esta- 
blemente con  respeto,  suavidad  y  dulzura;  y  que  su  frente 
sea  coronada  con  lauros  como  una  recompensa  a  su  labor 
a  sus  virtudes  y  a  su  sacrificio. 

FRANCISCO  ARQUETA  A. 


AL  SEIÑOR  PRESIDEINTE  DE  LA  REPUBLICA. 
CIUDADANO  DON  CARLOS  ME-LENDEZ, 
ELN       DLA.  DE  SU  ASCENCION  AL  PODER 


(Para  d  *Aümm  Patriótico.  *f 

Desinterés  con  alma  de  Patriota, 
Conpasión  a  las  penas  del  Estado, 
Demócrata  cariño,  ciencia  ignota, 
Asi  esperamos  sea  el  designado; 

Que  regirá  muy  bien  nuestro  destino. 
En  el  ambiente  sacro  del  Progreso, 
Hombre,  sin  ambiciones  leal  y  fino, 
Enemigo  mortal  del  retroceso. 

Hombre,  que  para  el  pueblo  sea  Padre, 
Amante  de  las  Artes  y  la  Ciencia, 
Noble  de  corazón,  con  experiencia, 
Que      humille  jamás  a  nuestra  Madre, 


258 


Escuela  de  Medicina  de  San  Salvador 


Bahía  de  La  Unión.— El  Salvador 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Cío  la  acrisolada  honradez  de  su  actuación;  no  dudemos  de 
que  su  obra  de  regeneración  es  y  será  muy  benefactora  para 
el  país;  recordemos,  antes  bien,  que  sin  necesidad  alguna 
interrumpió  su  tranquilidad  para  servir  honradamente  a  su 
patria:  juzguemos  imparcial  y  desapasionadamente  su  obra 
y  su  sacrificio,  especialmente  en  las  circunstancias  actuales, 
que  tantos  y  tan  denodados  esfuerzos  se  están  poniendo  en 
práctica  para  salvar  al  país  del  gran  naufragio  que  lo  ame- 
naza con  motivo  de  la  guerra  europea  y  la  invasión  chapu- 
linera  hoy,  más  que  en  ninguna  época,  es  cuando  debemos 
rodear  a  nuestro  Gobierno,  ayudándole  decididamente  en  la 
obra  de  regeneración  que  se  ha  propuesto. 

Y  ojalá  que  al  descender  del  Solio  Presidencial  a  la 
vida  privada,  lleve  su  sien  erguida  y  la  conciencia  satisfecha 
del  deber  cumplido;  que  su  nombre  sea  pronunciado  esta- 
blemente con  respeto,  suavidad  y  dulzura;  y  que  su  frente 
sea  coronada  con  lauros  como  una  recompensa  a  su  labor 
a  sus  virtudes  y  a  su  sacrificio. 

FRANCISCO  ARQUETA  A. 


AL  SEIÑOR  PRESIDE:NTE  de  la  REPUBLICA, 
CIUDADANO  DON  CARLOS  MELLENDEZ, 
EX  DIA  DE  SU  ASCENCION  AL  PODER 


(Para  el  ^ Album  Patriótico,») 

Desinterés  con  alma  de  Patriota, 
Conpasión  a  las  penas  del  Estado, 
Demócrata  cariño,  ciencia  ignota, 
Asi  esperamos  sea  el  designado; 

Que  regirá  muy  bien  nuestro  deslino. 
En  el  ambiente  sacro  del  Progreso, 
Hombre,  sin  ambiciones  leal  y  fino, 
Enemigo  mortal  del  retroceso. 

Hombre,  que  para  el  pueblo  sea  Padre, 
Amante  de  las  Artes  y  la  Ciencia, 
Noble  de  corazón,  con  experiencia, 
Que  n-,  humille  jamás  a  nuestra  Madre, 


258 


Bahía  de  La  Unión.— El  Salvador, 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Hombre,  que  Agricultores  y  Artesanos, 
Les  distribuya  el  tiempo  en  los  quehaceres, 

Y  que  ancianos  y  niños  y  mujeres, 
^cen  por  sus  ideales  soberanos. 

Hombre,  que  al  jornalero  e  inexperto 
Financiero  que  lucha  por  la  vida, 
Lo  dirija  a  la  esfera  de  lo  experto, 
Considerada  ley  bien  esparcida. 

Es  asi  el  ciudadano  que  deseamos, 
Para  los  cuatro  años  venideros, 
Es  asi  el  Presidente  que  soñamos 

Y  prometemos  serle  muy  sinceros. 

En  hechos  no  en  palabras  rebuscamos, 
Al  Ciudadano  leal  de  noche  y  día, 
:Si  en  don  Carlos  Meléndez  encontramos 
firmeza  de  carácter  e  hidalguía. 

Si  él,  juega  con  el  tiempo  y  disminuye, 
Las  penas  del  Estado  entristecido, 
Sí  levanta  al  País  y  se  concluye, 
Esta  inercia  fatal  en  que  ha  vivido. 

iSu  nombre  en  aras  de  la  excelsa  fama. 
Con  letras  de  oro  grabará  la  Historia 
Y  si  el  bien  Patrio  el  corzón  le  inflama, 
Será  eterna  en  las  almas  su  memoria! 

Pues  es  grande  el  que  emplea  su  energía, 
Por  el  bien  de  la  pobre  humanidad, 
Que  a  su  nación  le  tiene  simpatía 
Y  progresista  aprecia  la  lealtad. 

NlLA  MARTÍNEZ  HERRERA. 
(Obrera) 


260 


Escuela  de  Agronomía.— Ei  Salvador. 


ALBUM  PATRIÓTICO 


Hombre,  cue  Agricultores  y  Artesanos, 
Les  distribuya  el  tiempo  en  ios  quehaceres, 

Y  que  ancianos  y  niños  y  mujeres, 
Gocen  por  sus  ideales  soberanos. 

Hombre,  que  al  jornalero  e  inexperto 
Financiero  que  lucha  por  la  vida, 
Lo  dirija  a  la  esfera  de  lo  experto, 
Considerada  ley  bien  esparcida. 

Es  asi  el  ciudadano  que  deseamos, 
Para  los  cuatro  años  venideros, 
Es  asi  el  Presidente  que  soñamos 

Y  prometemos  serle  muy  sinceros. 

En  hechos  no  en  palabras  rebuscamos, 
Al  Ciudadano  leal  de  noche  y  día. 
Si  en  don  Carlos  'Ueléndez  enc^Mitramos 
Pirmeza  de  carácter  e  hidalguía. 

Si  él.  juega  con  el  tiempo  y  disminuye, 
Las  penas  del  Estado  entristecido, 
Si  levanta  al  País  y  se  concluye. 
Esta  inercia  fatal  en  que  ha  vivido. 

iSu  nombre  en  aras  de  la  excelsa  fama, 
Con  letras  de  oro  grabará  la  Historia 
Y  si  el  bien  Patrio  el  corzón  le  inflama, 
Será  eterna  en  las  almas  su  memoria! 

Pues  es  grande  el  que  emplea  su  energía, 
Por  el  bien^de  la  pobre  humanidad, 
Que  a  su  nación  le  tiene  simpatía 
Y  progresista  aprecia  la  lealtad. 

NlLA  MARTÍNEZ  HERRERA. 
(Obrera) 


260 


Escuela  de  Agronomía.— El  Salvador. 


4- 


Sensuntepeque,  24  de  febrero  de  1915. 

Señores  don  F.J.  Rivas,  don  Rafael  Carda  Escobar,  don  B. 
Calderón  y  don  José  Héctor  Paz. 

San  Salvador. 

JVluy  señores  míos: 

Oportunamente  me  daré  el  gusto  de  enviarles  mi  cola- 
l>oración  para  el  «Album  Patriótico»,  que  ustedes  se  pro- 
ponen publicar  para  reseñar,  como  se  debe,  la  meritoria  obra 
patriótica  de  los  distinguidos  ciudadados  señores  don  Carlos 
Meléndez  y  doctor  Alfonso  Quiñónez  Molina,  durante  su 
interinato  en  la  Presidencia  de  la  República. 

Comprendo  que  los  productos  de  mi  escasa  cultura  li- 
teiaria,  son  indignos  de  ocupar  lugar  en  las  páginas  de  obra 
de  semejantes  dimensiones;  pero  lo  haré  solo  en  acatamiento 
a  la  bondadosa,  cuanto  inmerecida,  excitativa  de  ustedes  y 
por  cumplir  con  el  deber  que  todo  salvadoreño  tiene  de  ex- 
ternar sus  juicios  laudatorios  sobre  la  conducta  intachable 
y  altamente  correcta  de  sus  mandatorios,  que,  como  los  se- 
ñores Meléndez  y  Quiflónez  Molina,  han  sabido  poner  en 
práctica  los  principios  constitucionales  y  llevar  a  conclusión 
obras  de  verdadero  mérito  y  de  provecho  indiscutible  para 
todos  sus  connacionales. 

Excepto  que  un  grave  inconveniente  me  lo  impida,  de- 
jaré de  cumplir  un  compromiso. 

Agradezco  a  ustudes  muchísimo  la  distinción  con  qua 
me  honran  y  me  suscribo  de  ustedes  muy  atto.  y  S.  S. 

Pedro  Pablo  Moreno. 


262 


Usuiután,  22  de  febrero  de  1915. 


Señores  don  F.  J.  Rivas,  don  Rafael  Garda  Escobar,  don  B. 
Calderón  y  don  José  Héctor  Paz. 

San  Salvador. 

Con  satisfacción  he  leído  su  muy  atento  oficio,  referen- 
te al  propósito  de  publicar  un  libro  que  llevará  por  nombre 
«Album  Patriótico»  en  honor  de  los  señores  don  Carlos 
Meléndez  y  doctor  don  Alfonso  Quiñónez  Mohna,  diseñan- 
do la  labor  política  de  los  referidos  señores,  durante  los  dos 
interinatos  que  en  carácter  de  Presidente,  de  la  Kepamica 

han  desempeñado,  ^^^o^^ 
Con  mucho  gusto  enviaré  mi  colaboración,  la  que  versará 

sobre  cualquiera  de  los  ramos  de  la  Administración  Publica. 
Me  es  placentero  enviara  Uds.  mis  felicitaciones  por  tan 

simpática  idea,  suscribiéndome  su  muy  atento  seguro  servidor, 

/?,  Quintanilla. 


Chalatenango,  27  de  febrero  de  1915. 

Señores  don  Francisco  J.  Rivas,  don  Rafael  García  Escobar, 
don  Belisario  Calderón  y  don  José  Héctor  Paz. 

San  Salvador. 

Queridos  amigos: 

En  el  camino  de  la  vida,  a  medida  que  se  avanza  ve- 
mos que  los  hombres  de  sentimientos  generosos  y  de  pen- 
samientos ordenados  y  sanos,  de  enérgica  actividad,  en  bien 

263 


ABtUM  PATRIÓTICO 


de  los  asociados,  sobresalen  por  sus  propios  esfuerzos,  sin* 
gularizándose  asi  y  siendo,  en  consecuencia,  admirados  aún 
por  los  descontentadizos. 

Y,  obsequiar  a  esos  hombres  singulares  es  cumplir  con* 

un  deber. 

Y  grato  y  práctico  es  que  en  una  obra  impresa  se  de 
expresión  a  los  méritos  de  los  ciudadanos  que  sirven  con 
patriotismo  demostrado  los  intereses  de  la  República. 

Y,  al  tratarse  de  dos  ciudadanos  que  lo  son:  don  Carlos 
Meléndez  y  doctor  Alfonso  Quiñónez  Molina  no  se  puede 
menos  que  expresar,  con  orgullo,  que  ellos,  en  su  interina- 
to, como  Piesidentes  de  la  República,  han  sabido  respetar  los 
derechos  de  la  Colectividad  Nacional. 

No  sé;  no  tengo  siquiera  dato  alguno  de  que  ellos,  en 
los  varios  Ramos  de  la  Administración  hayan  usado  de  medros 
coercitivos,  o  de  marimañas  que  hayan  destriudo  los  efica- 
ces resultantes  de  la  Ley  en  acción. 

Espero  con  ansiedad  ver  el  Album,  ofrenda  apoteosis  a 
los  méritos  de  los  distinguidos  patriotas  don  Cafrlos  Melén- 
dez y  doctor  Alfonso  Quifiónez  Molina. 

De  Uds.  distinguidos  amigos  Atto.  S.  S* 

B.  López  Bertrand. 


La  Unión,  9  de  marzo  de  1915. 

Señores  don  Francisco  J.  Rivas,  don  Rafael  Cfeircía  Escobar, 
don  Belisario  Calderón  y  don  José  Héctor  Paz. 

San  Salvador, 

Siento  especfalisima  satisfacción,  al  enviarles  adjunto  a  la 
presente  mi  humilde  colaboración,  para  el  precioso  libro  que 
se  publicará  en  honor  de  los  ilustrados  hombres  públicos^ 
señor  Meléndez  y  doctor  Quiflónez  Molina;  cumpliendo  así, 
con  la  generosa  excitativa  que  Uds.  se  han  servido  hacerme. 

Con  un  afectuoso  y  atento  saludo,  me  es  honroso  sus- 
cribirme su  muy  atto.  y  S.  S. 

Napoleón  Osegaedcu 

264 


T 


ABLUM  PATRIÓTICO 


T 


de  los  asociadas,  st)bresalen  por  sus  propi^'S  esfuerzos,  sin- 
i^ularizándose  así  y  siendo,  en  consecuencia,  admirados  aún 
por  los  descontentadizt)S. 

Y,  obsequiar  a  esos  hombres  singulares  es  cumplir  con 
un  deber. 

Y  grato  y  práctico  es  que  en  una  obra  impresa  se  de 
expresión  a  los  méritos  de  los  ciudadanos  que  sirven  con 
patriotismo  demostrado  los  intereses  de  la  República. 

Y,  al  tratarse  de  dos  ciudadanos  que  \o  son:  don  Carlos 
Meléndez  y  doctor  Alfonso  Quiñónez  Molina  no  se  puede 
menos  que  expresar,  con  orgullo,  que  ellos,  en  su  interina- 
to, como  Piesidentes  de  la  República,  han  sabido  respetar  los 
derechos  de  la  Cnlecíividad  Nacional. 

No  se;  no  teniio  siquiera  dato  aUj^uno  de  que  ellos,  en 
los  varios  Ramos  de^a  Auniinistración  hayan  usado  de  medios 
coercitivos,  o  de  marimañas  que   hayan  destriudo  los  efica- 
ces resultantes  de  la  Ley  en  acción. 

Espero  con  ansiedad  ver  el  Album,  ofrenda  apoteosis  a 
los  méritos  de  los  distinguidos  patriotas  don  Ca-rios  Melén- 
dez y  doctor  Alfonso  Quiñónez  Molina. 

De  Uds.  distinguidos  amigos  Atto.  S.  S, 

B.  López  Bertrané.. 


La  Unión,  9  de  marzo  de  1915. 

Señores  don  Francisco  J.  Rivas,  don  Rafael  García  Escobar,, 
don  Belisario  Calderón  y  don  José  Héctor  Paz. 

San  Salvador, 

Siento  especialisinia  satisfacción,  al  enviarles  adjunto  a  la 
presente  mi  humilde  colaboración,  para  el  precioso  libro  que 
se  publicará  en  honor  de  los  ilustrados  hombres  públicos^ 
señor  Meléndez  y  doctor  Quiñónez  Molina;  cumpliendo  así, 
con  la  generosa  excitativa  que  Uds.  se  han  servido  hacerme. 

Con  un  afectuoso  y  atento  saludo,  me  es  honroso  sus-^ 
cribirme  su  muy  atto.  y  S.  S. 

Napoleón  Osegueda. 


264 


Berlín,  marzo  18  de  1915 


rSeñores  don  Francisco  J.  Rivas,  don  Rafael  García  Escobar, 
don  Belisario  Calderón,  don  José  Héctor  Paz. 

San  Salvador. 

.Muy  distinguidos  señores: 

Es  para  mí  objeto  de  particular  satisfacción  referirme 
a  la  muy  apreciable  de  Uds.,  fechada  el  16  del  comente, 
.«n  la  cual  se  han  dignado  excitarme  para  que  escriba  en  el 
«Album  Patriótico>»   que  en  honor  de  los  señores  don  Car- 
los Meléndez  y  doctor  Alfonso  Quiñónez  Molina,  se  publi- 
cará. Y  me  veo  en  el  caso  de  implorar  de  Uds.,  con  toda 
la  franqueza  de  mi  alma,  la  gracia  del  perdón:  no  me  ha 
sido  posible  corresponder  a  esa  noble  iniciativa.  Pudiera 
muy  bien,  distinguidos  caballeros,  alegar  en  mi  favor  la 
incompetencia  de  mi  pobre  pluma.  Pero,  aunque  esta  es 
una  verdad  bien  sabida,  siendo  yo  salvadoreño,  y  más  que 
todo,  perteneciente  y  admirador  de  la  Causa  Melendista, 
siento  un  torcedor  que  me  inquieta  y  que  no  me  justificaría 
de  esta  falta,  ni  ante  mi  fuero.  Creo,  pues,  que  en  mi  abono 
•debo  decirlo  todo:  mis  motivos  han  sido  la  falta  de  tiempo. 
Es  éste,  para  los  que  vivimos  en  esta  zona,  una  época  de 
-combate,  combate  rudo  que  monopoliza  toda  atención:  la 
recolección  del  ca^é.  Y  deben  Uds.  tomar  en  cuenta,  se  los 
suplico,  que  para  los  que  estamos  asi  en  provincia,  aleja- 
dos del  estudio  y  observación  de  la  Cosa  Pública,  viendo 
las  actuaciones  del  Gobierno  como  una  hermosa  cinta  cine- 
matográfica, necesitamos  de  mayor  tiempo  y  sosiego  para 
hablar  de  ella  ¿no  es  verdad? 

Confío  con  justísima  razón,  que  el  patriotismo,  y  la 
envidiable  mentalidad  de  Uds.,  llenarán  ese  vacío  que  se 
hacía  necesario,  y  que  con  ellp  provocando  el  estímulo  para 
:ios  buenos  Gobiernos,  harán  un  verdadero  twneficio  a  la 
Patria. 

De  Uds.  afectísimo  S.  servidor 

D.  de  y.  Guerrero. 


266 


lINDIGE 


PflHiElUI  PARTC 

Páginas. 

1.  _ Dedicatoria,  por  los  Editores   1 

2.  — Don  Garios  Meléndez,  (articulo  biográfico) 

por  F.  J.  Rivas   9 

3.  —  Documentos  Importantes   14- 

4.  — El  Dr.  Alfonso  Quiñónez  M.,  (artículo  bio- 

gráfico) por  F.  J.  Rivas   25 

5.  —  Monografías  Políticas,  don  Carlos  Meléndez 

y  doctor  Alfonso  Quiñónez  Molina,  por  Ra- 
fael García  Escobar   31 

6.  — La  Acción  Benéfica  de  dos  Interinatos,  por 

Gustavo  A.  Ruíz  .   -   35 

7.  — Don  Carlos  Meléndez,  por  Julio  Soliz  Luna  .  39 

8.  _  Pro  -  Patria,  por  C.  Barrios  Castro  ....  40 

9.  _E1  Prestigio  de  la  Honradez,  por  R.  Rivera  .  43 

10.  — Tempestad  y  Bonanza,  por  Luis  H.  Guillén  ,  46 

11.  — Don  Carlos  Meléndez,  por  el  Dr.  Miguel  A. 

Fortín   48 

12.  — La  Paz,  por  José  A.  Mazorra   50 

13.  — El  Pueblo  y  su  Mandatario,  por  Carlos  Qüehl  52 

14.  — Discurso,  por  Rafael  García  Escobar  ...  56 

15.  — U  Opinión   58 


—  2  — 

Páginas.. 

16.  — Alrededor  de  un  Hombre,  por  S.  Martínez 

Figueroa  •  • 

17.  — La  ObT^  Administrativa  del  Sr.  Meléndez.   .  62 

18.  — La  Voluntad,  por  M.  A.  Santillana  ....  66 

19.  —  Albores  de  Libertad,  por  M.  Alvarez  Magafla  68 

20.  — Nuestra  Clase  de  Gobierno  y  Nuestro  Go- 

bernante, por  Porfirio  A.  Valencia  L.  R.  .    .  70' 

21.  _ Pro- Pueblo  '^'^ 

22.  —  Conferencia  Popular,  por  Rafael  García  Escobar  78 

23.  -Juventud  

24.  —  Reflexiones,  por  Alberto  V.  Montitl    .    .   .  b4 

25.  — Una  Página,  por  Napoleón  D.  Cañas  ...  88 

26.  — Doctor  Pió  Romero  Bosque,  por  Rafael  Gar- 

cía Escobar  ; 

27.  — Evolución  en  la  Instrucción  Pública,  por  José 

Angel  Zelaya  

28.  — Prominente  Figura  Política  Centroamericana, 

don  Carlos  Aleléndez,  por  don  Francisco  J. 

Rivas  

29.  — La  Acción  Benéfica  de  dos  Interinatos,  por 

Gustavo  A.  Ruíz  

SECÜSIDA  PARTE 

1.  — Onomástico  de  Nuestro  Candidato    ....  10-1 

2.  — Los  Festejos  del  día  Cuatro:  crónica,  discur- 

sos y  una  poesía  de  Rafael  García  Escobar, 
recitada  en  el  acto  de  la  sesión  extraordina- 
ria del  Comité  Central  Directivo  «Carlos 

Meléndez»  

3  —  Feliz  Dichoso  Día,  por  Gonzalo  Gálvez  Ose- 

gueda  

4,  — Al  Sr.  don  Carlos  Meléndez,  en  su  Día  Ono- 
mástico, por  Doroteo  J.  Guerrero  .    .    .   .    .  114 


—  3  — 


Páginas. 

5.  — El  Sr.  don  Carlos  Meléndez,  en  su  Día  de 

Días,  por  A.  Monches  116 

6.  —  Medalla  de  Oro,  (poesía)  por  Carlos  Busta- 

mante  ,    .  118 

7.  — Onomástico  del  Ciudadano  don  Carlos  Me- 

léndez, por  Arturo  Inés  Juárez  118 

8.  — Al  Eximio  Ciudadano  don  Carlos  Meléndez, 

(poesía)  por  José  Femando  Chávez   ...  119 

9.  — Al  Eximio  Ciudadano  don  Carlos  Meléndez, 

(poesía)  por  Femando  Garda  Escobar  •  .  120 
10.  — Cuatro  de  Noviembre,  a  don  Carlos  Melén- 


dez, por  Ismael  Acosta  120 

11.  — Discurso,  por  Porfirio  A.  Valencia  L  R.   .  122 

12.  — Don  Carlos,  por  Yanko  123 

J3._  Propósito  de  esta  Fecha,  por  Gonzalo  Her- 
nández   

TERCERA  PARTE 

1.— Consideraciones,  por  M.  Lima  128 


2.  — Nuestro  porvenir,  por  Porfirio  A.  Valencia  R.  L.  129 

3.  — El  Centro  Directivo  proclama  como  Candi- 

dato para  Vicepresidente  al  Dr.  Alfonso  Qui- 
ñónez  M.,  por  Napoleón  D,  Cañas  ....  132 

4.  — El  Presidente  Meléndez  y  el  Vice-Presidente 

Quiñónez  M.,  por  el  Dr.  Juan  Gomar  ...  133 

5.  — Los  Interinatos  de  1913  a  1915,  don  Carlos 

Meléndez  y  el  Dr.  Alfonso  Qiñónez  M.,  por 

R,  Díaz  Galiano  134 

Don  Carios  Meléndez  y  el  Dr.  Alfonso  Qui- 
ñónez M.,  por  Napoleón  Osegueda  ....  142 

7.  —  Al  Esclarecido  Ciudadano  don  Carlos  Melén- 

dez, por  Virginia  Peña  de  Valle  145 

8.  — El  Crédito  de  El  Salvador  enfrente  de  la  Si- 

tuación Actual  *  •   •  148 


—  2  — 


Páginas.. 

16.  — Alrededor  de  un  Hombre,  por  S.  Martínez 

Figueroa  •    •  ^0* 

17.  — La  Obra  Administrativa  del  Sr.  Meléndez.    .  62 

18.  — La  Voluntad,  por  M.  A.  Santillana  ....  66 

19.  _AIbores  de  Libertad,  por  M.  Alvarez  Magaña  68 

20.  — Nuestra  Clase  de   Gobierno  y  Nuestro  Go- 

bernante, por  Porfirio  A.  Valencia  L.  R.  .   .  70 

21.  — Pro-Pueblo   77 

22.  —  Conferencia  Popular,  por  Rafael  García  Escobar  7S 

23.  — Juventud   8-^ 

24.  — Reflexiones,  por  Alberto  V.  Montiel   ...  84 

25.  — Una  Página,  por  Napoleón  D.  Cañas  ...  88 

26.  — Doctor  Pío  Romero  Bosque,  por  Rafael  Gar- 

cía Escobar   89 

27.  — Evolución  en  la  Instrucción  Pública,  por  José 

Angel  Zelaya   92 

28.  — Prominente  Figura  Política  Centroamericana, 

don  Carlos  Meléndez,  por  don  Francisco  J, 

Rivas  94 

29.  —  La  Acción  Benéfica  de  dos  Interinatos,  por 

Gustavo  A.  Ruíz  97 

SEQUSiOA  PARTE 


4 

1.  —Onomástico  de  Nuestro  Candidato   ....  104 

2.  — Los  Festejos  del  día  Cuatro:  crónica,  discur- 

sos y  una  poesía  de  Rafael  García  Escobar, 

recitada  en  el  acto  de  la  sesión  extraordina- 
ria del  Comité  Central  Directivo  «Carlos 
Meléndez»  105- 

3.  — Feliz  Dichoso  Día,  por  Gonzalo  Gálvez  Osc- 

gueda  112 

4.  — Al  Sr.  don  Carlos  Meléndez,  en  su  Día  Ono- 

mástico, por  Doroteo  J.  Guerrero  114- 


—  3  — 


Págiaas. 

5.  — El  Sr.  don  Carlos  Meléndez,  en  su  Día  de 

Días,  por  A.  Monches  116 

6.  — Medalla  de  Oro,  (poesía)  por  Carlos  Busta- 

mante  i 

7.  —  Onomástico  del  Ciudadano  don  Carlos  Me- 

léndez, por  Arturo  Inés  Juárez  118 

8.  — Al  Eximio  Ciudadano  don  Carlos  Meléndez, 

(poesía)  por  José  Fernando  Chávez    ...  119 

9.  _AI  Eximio  Ciudadano  don  Carlos  Meléndez, 

(poesía)  por  Fernando  García  Escobar    .    .  120 
30.  — Cuatro  de  Noviembre,  a  don  Carlos  Melén- 
dez, por  Ismael  Acosta   120 

11.  — Discurso,  por  Porfirio  A.  Valencia  L.  R.   .  122 

12.  — Don  Carlos,  por  Yanko   123 

13.  — Propósito  de  esta  Fecha,  por  Gonzalo  Her- 

nández  124 


TERCERA  PARTE 

1.  — Consideraciones,  por  M.  Lima  128 

.2.  — Nuestro  porvenir,  por  Porfirio  A.  Valencia  R.  L.  129 

3.  — El  Centro  Directivo  proclama  como  Candi- 

dato para  Vicepresidente  al  Dr.  Alfonso  Qui- 
fiónez  M.,  por  Napoleón  D.  Cañas  ....  132 

4.  — El  Presidente  Meléndez  y  el  Vice -Presidente 

Quiñónez  M.,  por  el  Dr.  Juan  Gomar  ...  133 

5.  _Los  Interinatos  de  1913  a  1915,  don  Carlos 

Meléndez  y  el  Dr.  Alfonso  Qifiónez  M.,  por 

R.  Díaz  Galiano  134 

6.  — Don  Carlos  jMeléndez  y  el  Dr.  Alfonso  Qui- 

ñónez M.,  por  Napoleón  Osegueda  ....  142 

7.  — Al  Esclarecido  Ciudadano  don  Carlos  Melén- 

dez, por  Virginia  Pena  de  Valle  145 

«.  —  El  Crédito  de  El  Salvador  enfrente  de  la  Si- 
tuación Actual   .  148 


—4— 


Páginas. 

9,— Pro -Pueblo,  por  C  Barrios  Castro  .   .   ,  149 

10.  — Por  el  Bien  Nacional,  por  J.  A.  Meza   .   .  150 

11.  —  Frases  Sinceras,  a  don  Carlos  Meléndez,  por 


Marcos  J.  Linares   152 

12.  —  Las  Próximas  Elecciones   154 

13.  —  La  Hora  se  Aproxima,  por  Viejo  Melendista  156 

14.  —  El  Problema  Eleccionario,  por  Colbert    .    .  158 

15.  —  Elecciones  Presidenciales,  por  Rodolfo  Soria  162 

16.  — Elecciones  de  Altos  Poderes,  etc   164 

17.  — La  Voluntad  Popular  Expresada  en  los  Co- 

midos Electorales,  por  Francisco  Zaldivar  .  167 

18.  — La  Elección  de  los  Señores  Meléndez  y  Qui- 

ñónez  M   168 

19.  —  Resurgimiento,  (poesía),  por  F.  J.  Rivas  .    .  172 

CUARTA  PARTE 

1.. —  En  Marco  de  Oro,  Primero  de  Marzo,  por 

Rafael  Garcia  Escobar   177 

2.  —  El  Sol  de  Marzo,  por  el  Dr.  Manuel  Recinos  180 

3.  — Una  Fecha  Gloriosa  para  la  República,  etc., 

por  Isidro  Moneada   183 

4.  — De  Ayer  a  Hoy,  por  Carlos  Urrutia  F.   .   .  193 

5.  — El  Triunfo  del  Patriotismo,  etc   196 

6.  —  Importantes  Cartas  Políticas  a  los  señores 

Meléndez -Quiñónez,  por  Pedro  Flores    .    .  198 

7.  — El  Triunfo  de  La  Paz  ( poesía. ),  por  C.  Moreno  207 

8.  —  La  Trasmisión  del  Poder,  Grandes  Festivales 

en  la  República   208 

9.  —  Al  Rededor  del  Manifiesto  del  señor  Presiden- 

te Meléndez,  por  Salvador  Turcios  R.  .  .  209 
10.  — La  Próxima  Trasmisión  del  Poder  Ejecutivo 

de  El  Salvador  ,  .  r  .   .   219 


—  5  — 

Páginas- 


11.  — La  Trasmisión  del  Poder  Supremo  de  la  Re- 

pública, una  práctica  provechosa  de  nuestro 
sistema  Constitucional  (editorial  del  Diario 
Oficial)    222: 

12.  — Pensamiento,  por  Ignacio  Salinas  ....  225 

13.  — El  Presidente  Constitucional  de  El  Salvador.  225 
14_La  Administración  Meléndez  y  la  Paz  Centro- 
americana 22& 

15.  — La  Adminisrración  Meléndez  y  las  finanzas 

•    nacionales   330- 

16.  — Independencia  del  Municipio,  por  Santillana  233 

17.  — Recuerdos  de  nuestra  Federación,  etc.  y  en 

la  Arena,  por  F.  J.  Rívas  236- 

18.  — Prensa  Nacional,  el  Impuesto  sóbrela  Renta, 

por  X.  X   240- 

19.  — Composición  poétiica,  recitada  por  la  niñita 

Maria  Teresa  Paz,  el  dia  primero  de  Marzo, 

etc   242^ 

20.  — El  Ciudadano  don  Carios  Meléndez  en  la 

Primera  Magistratura  de  la  Nación,  por  Sal- 
vador Turcios  R.    .    .    .    ,  244 

21.  —  Homenaje  al  Ciudadano  Presidente  don  Car- 

los Meléndez,  por  Joaquín  Zaldivar  ....  248- 

22.  — El  Impuesto  sobre  la  Renta  del  Capital  en 

El  Salvador   249 

23.  — Breves  consideraciones  sobre  la  importante 

labor  Administrativa  del  Presidente  Meléndez, 

por  Francisco  Argueta  A   252' 

14.  — Al  sefíor  Presidente  de  la  República  Ciuda- 

dano don  Carios  Meléndez,  en  el  dia  de  su 
ascensión  al  Poder  (poesía)  por  Nila  Martí- 
nez Herrera  258 

5,  —  Cartas  Políticas  dirigidas  a  los  Editores  de 

este  Libro,  por  diferentes  autores .   .   262  á  264- 


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1       EDIFICIO  Y  JARDINES  DE  LA  IMPREOTA  NACIONAL  y  SU  actuai  Dircctor  don  Carlos  Párraga.— San  Salvador^— ^, 


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MM  MUVItOOR 
IMPRBNTA  NACIOMAU 


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